14 de febrero 2018.
entró a su pequeño apartamento dejando las llaves de su auto y del mismo sobre un pequeño mueble donde se encontraba una pequeña rosa ya marchita. sonrió nostálgico.
le recordaba a aquella noche, catorce de febrero del dos mil dieciséis, ese día jamás lo olvidaría. jamás en su vida.
esa pequeña rosa se la había regalado su actual pareja cuando le había encontrado a casi media noche llorando a la luz de la luna, le había dicho unas lindas palabras que le hicieron sonreír más de una vez.
"una bella flor para una aún más bella, quién está frente a mis ojos".
¿por qué cayó ante eso?
sus ojos se habían puesto cristalinos, dolía demasiado.
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dos años.
habían pasado dos años.
dos años desde que se confesó.
dos años desde que lo besó por primera vez.
dos años desde que fue rechazado por primera vez.
dos años desde que su corazón se rompió.
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10:45 pm
largó un suspiro de cansancio mientras se recostaba en su colcha, y con sus manos comenzó a restregarse ambos ojos con desesperación evitando que éstos derramen lágrimas como siempre habían hecho. ¿por qué era tan difícil?
tiró de su corbata, intentando aflojar la misma, sentía que lo sofocaba. respiró profundamente, llenando sus pulmones de aire. terminó de quitarse la corbata y se reincorporó en la colcha volviendo a suspirar. comenzó a desvestirse para así poder una ducha que lo relajara. olía a sudor y barro.
minutos después, salió de aquella relajante ducha, sintiéndose un poco mejor y más fresco. se acercó a su guardarropa y comenzó a buscar algo cómodo, pensaba sentarse en el sofá y mirar un drama mientras esperaba a su pareja.
escuchó a su móvil -el cual se encontraba sobre una pequeña mesa que estaba a un lado de su cama- sonar, conocía ese tono era un mensaje de su pareja, así que cuando terminó de vestirse, se acercó a aquella mesa y tomó su móvil para luego encenderlo y desbloquearlo.
amor. 💕
hey, hola, lindo.
creo que no podré ir hoy a casa, surgió un problema en la empresa, discúlpame.
11:25 pm
oh, está bien.
no te preocupes, entiendo.
11:26 pm
miró como su novio le clavaba el visto y se desconectaba de la red social. apretó el aparato con fuerza impidiendo las ganas de llorar. justo cuando se sentía mejor lo estaba plantado de nuevo.
suspiró vencido, se supone que hoy pasarían viendo películas de romance y una que otra de terror. se suponía que hoy dormirían juntos y se jurarían amor eterno. bueno, tal vez ese amor se estaba marchitando junto con aquella rosa. tomó su cobija pequeña color rosa pastel.
salió de su habitación dejando aquel aparato dentro de su habitación. caminó a la pequeña cocina, se acercó al frigorífico, abriéndolo y de éste sacando un pote de helado sabor chocolate, cerró. se sentó en el sofá frente a la pequeña pantalla plana que estaba en su salón principal; encendió ésta y comenzó a cambiar de canal, buscando algo nuevo que ver. la mayoría de canales transmitían películas de romance, y está cansado de eso
está cansado del amor.
observó el suelo, perdiéndose en la nada y en sus pensamientos. sus ojos comenzar a lagrimear cuando aquellos dolorosos recuerdos llegaban a él.
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-lo siento hyung, pero no siento lo mismo por usted. -namjoon se dio la vuelta mientras se limpiaba los labios donde el mayor había besado.
su corazón terminó por romperse.
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seokjin se soltó a llorar al darse cuenta de que después de eso perdió a namjoon para siempre. perdieron contacto, tanto con hoseok y yoongi. ya no tenía amigos.
colocó las palmas de sus manos sobre sus ojos mientras lloraba e hipaba; estaba temblando, aunque tuviera una sudadera y una pequeña cobija encima suyo, tenía frío.
mientras lloraba, comenzó a ver la pantalla frente a él comiendo aquel helado. siguió llorando durante toda la noche y parte de la madrugada hasta quedar completamente dormido. su novio jamás llegó.
15 de febrero 2018 8:23am.
despertó aturdido al escuchar su móvil sonar, era su tono de llamada. sentado en el sofá, la televisión aún encendida, su cabello hecho una mierda, sus ojos hinchados y rojos, era todo un desastre. aturdido miró a todos lados buscando algún rastro que le dijera que su pareja está aquí, sin embargo no había ninguno. él realmente no había llegado. sus ojos volvieron a llenarse de lágrimas, se dijo a sí mismo que no debía llorar por un idiota que no lo merecía, por lo que pasó ambas manos por sus ojos evitando seguir derramando lágrimas.
se destapó para luego levantarse del sofá, el tocar el suelo sintió algo viscoso y derretido en su pie, levantó levemente su pie para observar, era helado. pasó su vista al piso y encontró al pote de helado de chocolate desparramado sobre el suelo.
-demonios. -musitó, se volvió a sentar en el sofá, tomó la pequeña cobija rosa y se comenzó a limpiar el pie con el que se batió, después lo limpiaría. y con la misma cobija limpió lo que el pote de helados había dejado sobre el suelo. algo le decía que hoy será un horrible día.
su móvil sonaba de nuevo.
levantó la cabeza rápidamente al recordar que aún era jueves y debía ir a trabajar. se incorporó nuevamente en ambos pies y salió corriendo hacia su habitación, olvidando por completo lo que antes hacía. encontró su móvil en donde lo habían dejado anteriormente, lo tomó y encendió.
7 llamadas perdidas.
su jefe lo mataría. suspiró pesadamente, estaba apunto de devolverle la llamada cuando su pantalla se volvió negra y el nombre con el que tenía agregado a un compañero del trabajo apareció en grande. descolgó la llamada.
«-¿s-..?
«-mierda, seokjin, ¿dónde estás? espero que ya estés cerca. recuerda que hoy llega el hijo del dueño,
y tú eres su tutor ¡el señor chan está que hecha humo por la orejas! ¡te quiere aquí en veinte minutos! -la impaciente voz de sandeul se escuchaba en la otra linea.»
«-ah, ya voy para allá, en veinte minutos estoy ahí. »
cortó la llamada y lanzó el aparato a su suerte. se acercó a su guarda ropa, se detuvo en medio camino al recordar que olvidó lavar el uniforme que usó ayer, justamente ayer un auto pasó por un charco de lodo y estaba lleno de barro.
maldijo en voz baja y tomó la única camisa que tenía limpia y el único par de pantalones que tenía limpios. corrió a la ducha y se bañó y aseó en tiempo récord, saliendo de ahí lo más rápido que pudo que hasta casi caía entrando a su habitación. se colocó la camisa a cuadros color rosa, los pantalones de mezclilla rasgados color celeste y su corbata, se peinó levemente el cabello para seguido tomar su móvil y salir de se habitación.
tomó el portafolios que anteriormente había dejado cerca de la puerta, tomó las llaves de su coche y departamento y salió de ahí sin antes cerrar bajo llave su apartamento.
se supone que hoy llegaría más temprano de lo normal para poder conocer al próximo dueño de la empresa. nadie lo conocía, los rumores corrían y se decía que era alguien apuesto, alto y con una bella sonrisa acompañada de unos pequeños hoyuelos, todos suspiraban por él.
vio la hora, maldijo nuevamente, entró al coche pero hubo un detalle, no tenía combustible. suspiró y salió del coche, corrió a la parada de bus más cercana.
entró de manera precipitada a aquel edificio enorme. dando tropezones hasta llegar a la recepción donde seolgi se encontraba en la computadora de la empresa haciendo quién sabe qué.
-el señor chan te está esperando dentro de su oficina. -la voz fría de la chica le molestó, seolgi jamás le cayó bien.
-gracias. -jadeó de cansancio y corrió por los pasillos hasta llegar a los elevadores, y subir a la última planta donde la oficina de su jefe estaba.
salió del elevador y volvió a correr por los pasillos.
-¡hombre, qué te pasó! -sandeul salió de la nada chocando contra él. la cara del chico se mostraba confundido, ¿y cómo no? parecía un extranjero con la ropa que llevaba.
-ahora no quiero hablar sobre eso, ¿dónde está? -bufó haciendo a un lado al chico.
-dentro, hecho una furia. -suspiró mirando a la puerta que se encontraba cerrada.
-maldita sea. -peinó nuevamente su cabello rubio, mordió su labio inferior con nerviosismo mientras cerraba los ojos.
finalmente entró.
salió de ahí después de ser gritado y regañado por su jefe. el hijo del señor chan aún no llegaba y eso le enojaba más haciendo que él se lleve la peor parte.
-¿cómo te fue? -sandeul a su lado lo abrazó por encima de sus anchos hombros. ambos caminando al elevador que los llevaría a la planta donde es su oficina.
-me va mejor en el amor. -sonrió cansado.
-¿y qué te sucedió? ¿por qué vienes.. así? -señaló sus ropas.
-olvidé lavar mi uniforme,
y esto es lo que encontré. ayer fue una mierda por favor no me lo recuerdes. -dio un bostezo y salió del elevador para poder entrar a su cubículo.
sandeul prefirió no tocar el tema y se marchó a su cubículo.
9:36 pm
la jornada de trabajo terminó finalmente y seokjin sólo quería llegar a casa y descansar.
salió de aquel enorme edificio acompañado de sandeul. y por andar metido en sus pensamientos no se dio cuenta de cuando había chocado con alguien y caído de trasero haciendo que algunos papeles que llevaba en sus portafolios salieran volando.
-demonios. -últimamente maldecir se ha vuelto parte de su rutina. sandeul no se quedó ahí parado y fue a ayudarlo, sin embargo un chico de cabellos negros le ganó y ayudó al rubio a levantarse, sandeul sólo se limitó a recoger aquellos papeles de seokjin.
-¡lo siento! -se disculpó el pelinegro-. no miraba hacia donde iba, mi padrastro me espera y creo que está enojado.
-sí, no te preocupes. -sin alzar la mirada seokjin seguía sacudiendo su ropa que había sido empolvada.
-¿jin hyung? -el rubio quién mantenía la vista baja la alzó lo más rápido que pudo.
-¿hoseok? -espetó sorprendido.
-¡cuanto tiempo, hyung! ¿trabajas aquí? -se acercó a abrazarlo, seokjin correspondió confundido.
sandeul los miraba sin decir nada y decidió hablar: -eh, chicos me iré primero, un gusto. -le entregó los papeles al rubio, sonrió y se fue sin esperar respuesta por parte del rubio.
-sí.. trabajo aquí, ¿y tú que haces por aquí? -contestó rompiendo el abrazo, ¿era normal que le incomodara?
-mi padrastro quiere que venga a ver la empresa que pronto heredaré. -respondió con desinterés.
-¿qué? ¿tú? ¿tú eres su hijo? -seokjin comenzó a tartamudear.
-sí, vengo a conocer a mi tutor. -respondió pasándose una mano por el cabello-. ¿sabes? él parece muy orgulloso de ese chico. -el rubio sonrió satisfecho-. es como si fuera su hijo, me deja de lado. -un ligero puchero se formó en sus labios.
-eh, sí. hoseok, yo seré tu tutor. -omitió lo demás.
-¿hablas en serio? ¡eso es genial! creí que sería un ahjussi, pero es todo lo contrario. -sonrió mostrando los pequeños hoyuelos que tenía, seokjin no pudo evitar pensar en namjoon-. sería buena idea si vamos a... -su amistosa charla fue interrumpida por la gruesa y dura voz del señor chan.
-me parece una buena idea que se conozcan, pero ahora no es el momento, hoseok. -se acercó a ambos-. debemos hablar. -finalizó para darse la vuelta y entrar nuevamente al edificio.
-diablos. -maldijo hoseok-. bueno, será para la próxima. -suspiró y comenzó a caminar siguiendo a su padre-. ¡fue un gusto verte de nuevo, hyung! -exclamó entrando finalmente al edificio.
-adiós. -seokjin pudo ver el pequeño anillo de compromiso en el dedo anular de hoseok.
su móvil sonó, lo sacó de su bolsillo y contestó sin ver de quién se trataba.
«-¿si? »
«-hey, amor, ¿te gustaría ir a tu heladería favorita? yo invito, te veo ahí en unos minutos. -su voz sonaba animada.»
y sin esperar respuesta cortó la llamada.
confundido miró la pantalla de aquel aparato, esto era extraño, desde hace unos meses jaehwan no lo había invitado a salir.
una pequeña gota de agua fría cayó en la punta de la nariz de seokjin sacándolo de sus pensamientos, levantó la cabeza para luego encontrarse con la enormes nubes grises que amenazaban con inundar la ciudad, así que rápidamente metió a su portafolios los papeles que tenía en mano.
caminó al estacionamiento, hasta que recordó que no había llegado en su coche. bufó, viendo nuevamente hacia el cielo, la lluvia se estaba dejando caer. la única parada de bus estaba a dos cuadras.
-mierda. -colocó su portafolios arriba de su cabeza, no traía paraguas y la lluvia se dejó caer.
corrió lo más rápido y cuidadoso que pudo para poder llegar a aquella heladería. suspiró pesado, necesitaba un descanso, necesitaba descansar de la vida.
un relámpago apareció, haciendo que se sobresaltara, las tormentas lo asustaban. miró con nostalgia aquella heladería, su intento de confesión había sido ahí mismo.
sacudió su cabello mojado al igual que sacudió su portafolios. alzó la vista mirando a todos lados en busca de alguna mesa desocupada. se acercó a la barra y pidió una malteada de chocolate y al ser atendido caminó a la mesa que había visto desocupada, lamentablemente ésta ya estaba ocupada, ¿y por quién más? si era nada más que seolgi. bufó furioso, nada le salía bien ahora, que fracaso.
se sentó en una mesa alta centro donde pasaban chocando la mayoría de gente. la campana de la puerta sonó avisando sobre un cliente más.
tomó aquel aparato al sentir que vibraba, era un mensaje de jaehwan.
amor. 💕
ah, lo siento.
sé que te dije que te invitaría a salir pero, el señor choi.. ya sabes..
10:09 pm
oh, sí.
entiendo, no te preocupes.
10:11 pm
la misma excusa, la misma respuesta.
suspiró por millonésima vez en su vida; lo había plantado, de nuevo.
sintió un leve empujón y algo frío recorrer su espalda, era malteada de chocolate. levantó la cabeza de su móvil y volteó a ver al causante de ese desastre.
-¡lo siento tanto! soy tan descuidado, diablos. -aquella profunda voz, esa voz era de...
-amor, ¿qué sucede? -¡era la irritante voz de seolgi!
su corazón comenzó a palpitar de manera descontrolada, por favor tierra tragalo y jamás lo escupas.
-¿jin hyung? ¿eres tú?
hola. uwuwuwu
realmente no sé cómo sentirme respecto al final, tenía algo así planeado pero no salió como esperaba, ah. 8(
espero que lo hayan disfrutado.
sé que esto no parece un epílogo, pero hice lo que pude, ¿oc? :(((
y mil gracias a las personas que leyeron, votaron y comentaron, tienen mi amor, chau.
©nishi-san