Mis pulmones están casi quebrados, siento el aire frío golpeándolos, esa cosa está detrás de mí y no se detendrá hasta alcanzarme.
No hay nadie que pueda ayudarme, mis pies duelen y cada vez resulta más difícil respirar.
Escucho otro rugido y me detengo en seco.
Ya no hay nada más que hacer...