Capítulo 3: Con una pequeña ayuda de mis amigos
(Dedicado a ixcheldiana)
Los 3 días siguientes estuve realmente deprimida. Estuve tan cerca de ellos que pude haber vuelto a verlos, abrazarlos y besarlos, pero ahora estaban en otro país. De nuevo los había perdido. Miranda intentaba consolarme y me preguntaba el por qué me encontraba tan triste, pero yo sólo la ignoraba hasta que se rendía y se iba de mi cuarto. Brunno también lo hacía, pero yo ni siquiera lo miraba. El único que podía sentarse conmigo y abrazarme era Mauricio.
Siempre que lo veía, me recordaba a los chicos y de algún modo su compañía me reconfortaba un poco. Al cuarto día, Fía y Lu vinieron a visitarme.
-¿Mare? ¿Qué pasa?-se acostaron, una a cada lado y me acariciaron el cabello y la espalda.
-Nada.-contesté con la voz ronca por el llanto.
-Vamos, dinos que tienes para que te podamos ayudar.-pidió Luci.
-No puedo, es un secreto.
-Prometemos guardarlo.
Suspiré. Necesitaba desahogarme.
-Yo... soy Emmy Lou Greene Bennet y los chicos de Louder son mis hermanos.-susurré.
Mis amigas se quedaron quietas, sin saber si creerme o no.
-¿Estás hablando en serio?
-Sí, se los juro. Miren.-me levanté y rebusqué en una de las cajas de zapatos dentro de mi armario.
Ahí guardaba fotos con los chicos, escondiéndolas para que Miranda no se las llevara y las tirara a la basura.
-Wow, no puedo creerlo.-dijeron al ver las fotografías.
-Miranda me separó de ellos y me trajo hasta aquí para que no me encontraran. Me hizo teñir el cabello y usar lentes de contacto para que nadie me reconociera.-me los quité y dejé ver mis ojos verdes.
Ellas no dijeron nada, esperando a que prosiguiera con mi historia
-Ellos estuvieron aquí, en Florencia y se presentaron en el festival de música y yo no pude reunirme con ellos otra vez. Ahora tomaron un avión y están en Francia, demasiado lejos de mí.-rompí a llorar otra vez y ellas me sostuvieron hasta que paré.
-Escucha, Mare, te ayudaremos ¿sí? Ahora para de llorar que me rompe el corazón verte así.
-Pero ¿cómo lo haremos?-pregunté.
-Tú déjame éso a mí.-Fía besó mi cachete y salió del cuarto con su teléfono en mano.
Mientras tanto, Luciana me arregló y me maquilló para salir. Cuando estuve lista, las tres nos subimos a su auto y fuimos a la casa de Angelo, donde había una fiesta. Estuve bailando desganada con mis amigos y unos cuantos chicos, cuando Fía me arrastró al patio trasero.
-¡Ya tengo una solución!-exclamó emocionada.-Le conté todo a Matteo para que nos ayudara y dijo que podíamos viajar a Francia a verlos para que te reencuentres con ellos. Su padre va a pagarlo todo.
Me quedé helada.
-¡Oh por Dios, gracias Fía!-la abracé con energía.-¡Eres la mejor amiga del mundo!
-Ya lo sé.-sonrió.-Sólo tienes que decirle a tu madre y salimos mañana en la mañana.
-Bien, entonces me marcho ya para hablar con ella.-volví a agradecerle y pedí un taxi para ir hasta mi casa.
Entré a su despacho sin tocar y abrí la boca.
-Miranda, Matty organizó un viaje de amigos a Francia porque dice que hay una feria de chocolate enorme y quiere ir a visitarla. ¿Puedo ir? Su padre lo paga todo, así que no tienes que preocuparte.-hablé rápidamente.
-¿Cuándo es?
-Mañana en la mañana salimos porque es el último día que la feria va a estar en Francia.
-¿Qué? No, Emily, estás loca si crees que te dejaré ir.-negó.
-¡Por favor! ¡No me dejas hacer nada, me tienes atrapada en ésta ciudad y ya estoy harta!-grité furiosa.
-¡No quiero perderte otra vez!-sus ojos se llenaron de lágrimas.
-Por favor, mamá.-nunca la había llamado "mamá", pero lo estaba haciendo en ese momento, sabiendo que eso la ablandaría.
Tal como predije, sus ojos y su boca se abrieron con sorpresa.
-E-está bi-ien.
-Gracias.-para terminar con mi actuación digna de un Óscar, me acerqué a ella y la abracé.
Salí corriendo de ahí para decirle a Fía que mañana nos íbamos todos a Francia.
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-¡Te vas a quedar, Mauricio!-le grité.
Escuché sus pasos apresurados por las escaleras y entonces varios golpes. Se había caído. Un torrente de palabrotas se escuchó desde el pasillo y mi hermanastro se apareció frente a mí con su maleta. Solté una risa y subí al auto. Metió su maleta en la cajuela y luego de despedirnos de Miranda y Brunno, arranqué el coche y partimos hacia el aeropuerto.
-Rápido, hay que ir a documentar el equipaje.-dije y nos dirigimos a la enorme fila que estaba ahí.
Al poco rato, Angelo, Cat y Alonso se nos unieron. Luego de que se llevaran nuestras maletas, pasamos por el área de chequeo y al fin nos dejaron pasar para esperar 3 horas antes de abordar. Mientras, fuimos a desayunar a una cafetería que había en el área de comida. Ya estábamos todos juntos y cuando finalmente pudimos subir al avión, suspiré aliviada.
Estaba a pocas horas de regresar con mis seis idiotas y me sentía demasiado nerviosa. Las únicas personas que sabían acerca de mi secreto eran Fía, Luciana, Matteo y Mauricio, por supuesto. A él no le guardaba ningún secreto.
Luego de un par de horas, aterrizamos en el aeropuerto de París, Francia. Bajamos, recogimos nuestras maletas y salimos en un taxi hacia el hotel donde nos íbamos a hospedar. Era realmente lujoso, gracias al padre de Matteo, pues le gustaba que su hijo tuviera lo mejor. Cat, Fía y yo compartíamos la habitación, mientras que Coco y Luci dormían en la habitación a nuestra derecha y la izquierda estaban los cuatro chicos. Por suerte, los cuartos tenían puertas que los conectaban, así que podíamos estar juntos sin tener que salir al pasillo.
Decidí contarles a los demás acerca de mi verdadera identidad, a fin de cuentas eran mis amigos y sabían que iban a entenderme. Cuando terminé de relatar mi historia, todos se quedaron en silencio, hasta que Coco habló.
-¿¡Y qué esperamos!? ¡Vamos a encontrar a Louder!
Salimos a las soleadas calles de París, en dirección al lugar donde iban a tocar junto a 5 Seconds Of Summer. Por desgracia, ya estaba lleno de fans que gritaban ansiosas por verlos. El concierto comenzaba a las 8:00 p.m. y apenas eran las 2:00 p.m. así que aún teníamos 6 horas para idear un plan.
-Compremos los boletos.-sugirió Alonso.
-Deben estar agotados ya.-dijo Cat.
-Sí, pero siempre hay unos guardados que venden en el último momento y al doble de su costo original.-informó Angelo.
-Entonces vamos.-Matteo me arrastró con él hasta la taquilla e ignoró a las niñas formadas.-Compermiso, pequeña, es una emergencia de vida o muerte.-retiró a la niña que estaba en el primer lugar y me acercó a la ventanilla.
-Quiero 9 boletos en primera fila.-pedí a la chica que estaba ahí.
-Lo siento, tienes que esperar tu turno.-replicó ella.
-Escucha, ésto es muy importante y no puedo perder tiempo en una estúpida fila.
-Tienes que esperar tu turno.-repitió la pelirroja.
-Mira, hija de...
-Ok, lo haré yo.-mi mejor amigo me tapó la boca y tomó mi lugar frente al cristal.-Vamos, guapa, necesito 9 boletos en primera fila.-le dedicó la sonrisa que usaba para ligarse a las chicas.
-Lo lamento, pero están agotados.-habló nerviosa por el atractivo chico frente a ella.
-¿Lo están? Oh, está bien.-fingió tristeza, viéndose aún más tierno e irresistible que antes e hizo ademán de irse.
-¡Espera!-sonreímos. La chica había caído en la trampa.-Aquí tienes tus boletos, pero por favor no digas nada.-los pasó por el agujero en la parte inferior de la vitrina junto con un trozo de papel donde venía su número de celular. Los tomé rápidamente y los guardé en mi chaqueta mientras Matt pagaba.
Lo había conseguido.
(Sienna en Multimedia)
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¡Hola chicas!
Aquí tienen su tercer capítulo. Espero que les guste, voten y comenten para saber su opinión. Gracias por su apoyo.
Las quiero,
Azul xx