Fool's Gold (L.S)

By loudelicate28

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Definitivamente no, Harry no es como los demás alfas que buscan un omega para pasar el resto de su vida como... More

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Respiró por enésima vez el aroma que emanaba el lugar, sonrió satisfecho, no lograba percibir ninguna de esas esencias dulces que siempre ha destado. Omegas.

Se sintió feliz por haber escogido ese lugar repleto de alfas para pasar el sábado junto con su amigo Liam, otro alfa igual que él ya que no soportaría jamás ni por todo el dinero del mundo estar con un omega por más de dos minutos. A menos que se tratará de trabajo, ahí si que es forzoso tener contacto con omegas para cerrar contratos y otras cosas financieras.

Pero en Alpha Corp no trabajaba nadie que no sea alfa o beta, así evita tener  el menor contacto posible y su nariz se ahorraba muchos momentos desagradables por no percibir esas  fragancias mareantes y demasiado empalagosas, tanto que con el sólo pensamiento se le revolvió el estómago.

La estancia completa estaba repleta de alfas y  tal vez sólo un par de omegas que le hacían compañía a aquellas figuras más prestigiosas que deciden asistir en su tiempo libre a la Arena Manchester para presenciar la pelea del tan afamado boxeador Louis Tomlinson. Con este último nombre se le encogió sólo un poco el estómago por la idea del chico lindo de ojos azules y cabello castaño, y lo más importante para Harry, un alfa.

Caminó al lado de Liam con la mirada distraída por las bancas y sus diferentes ocupantes. No, Harry tampoco iba a ligar o conseguir una cita, no podría hacerlo cuando el tema de relación alfa -alfa es estigmatizado y cuestionable. No está prohibido, más tampoco es bien visto ver por la calle a dos alfas tomados de la mano. Sin embargo, hay lindos alfas cerca de sus puestos.

—Este es nuestro sitio. —Liam llama la atención, él se distrae mirando a las butacas de atrás ya que están al frente a unos cuantos metros del cuadrilátero. Asiente y deja caer sus caderas en el asiento acolchado que relaja al extremo su trasero.

—Me gusta el lugar. —mencionó con una sonrisa divertida. En realidad Harry siempre ha sido un tipo bastante especial para elegir sitios en los que puede salir. No soporta los lugares en los que, como ya se sabe, hay omegas. Por eso, una pelea de boxeo era la mejor opción cuando su amigo Liam le ofreció salir a divertirse.

Liam sonrió confiado. Comprendía de pies a cabeza la razón por la cual Harry odiaba a la raza omega y por eso lo ayudaba a evitar en lo posible él contacto con ellos.

—No puedes ser todo el tiempo un alfa amargado. —mencionó, una risa escapo de sus carnosos labios. Llamó al hombre beta de servicio que caminaba por ahí con la bandeja de bebidas. Suspiró, en parte sabía que no podría ser toda su vida el empresario que se encerraba día y noche en la oficina acumulando la infinita fortuna con la que ya contaba. Es qué, a veces prefería leer contratos aburridos a pasar el día entero en su departamento con la idea de hacerse más millonario y solitario, todo parecía incluso sonar aburrido pero a esa alturas estaba acostumbrado.

—No soy un alfa amargado.
—gruño ,aunque bien sabía que eso era. Liam rodó los ojos divertido, en pocos segundos llegó el hombre con un par de whiskys con hielo y dejando una botella entera en la mesa de al lado.

—Lo eres, sólo espero esta noche dejes de serlo.

(...)

Aspiró profundo el aire llenó de feromonas omegas y bebidas alcoholicas. El espejo reflejaba a un hermoso omega de ojos azules piel extremadamente suave y rasgos faciales dulces y tiernos. Resoplo asqueado con su propia imagen y miró por enésima vez en un minuto su celular por si llegaba la llamada de Niall diciendo que ya llevaba los medicamentos.

El camerimo se empezaba a llenar del olor tan característico a flores y  vainilla, arrugó la nariz, no podía soportar su fragancia que incluso llegaba a sentir en el paladar, tan débil.

Los supresores y los reemplazos de esencia de alfa se le habían agotado justo unas horas antes de la tan esperada lucha contra el otro alfa llamado Tony.

No podía salir al cuadrilátero luciendo como el omega más delicado del mundo. Con sus ridículas facciones afeminadas, delgada cintura y olor dulce. Lo destrozarian, no sólo el otro alfa también la prensa entera. Sería la burla por aparentar ser un alfa, el alfa que nunca sería pero desea ser.

El celular vibró contra la madera que guardaba las vendas y los accesorios para boxear. El hormigueo que dominaba sus manos le hizo complicado tomar el aparato, lo sostuvo y leyó con rapidez "Llegó en dos minutos"

Se podía imaginar el rostro de aflicción en Niall cuando le llamó desesperado para que comprara lo necesario para dejar de ser aquel chico débil de curvas suaves. Él no lo quería serlo pero la naturaleza lo maldijo con ser un despreciable omega.

Faltaba menos de una hora para que comenzará la pelea y menos de 20 minutos para que llegará Luke, su ayudante y amigo, y le colocará los guantes y las vendas. Suspiró cansado por todo eso, si tan sólo fuera un alfa todo sería más fácil. Él sólo tendria que preocuparse por nada, limitarse a mostrar lo que ha entrenado por años.

La puerta se abrió y por instinto se escondió tras un mueble que guardaba su ropa de cambio. Niall miró preocupado alrededor cerrando la puerta lo más rápido posible para que la escencia del omega no saliera del interior de la habitación.

—Louis, sal. Ya estoy aquí. — susurró y sacó de la bolsa negra los frascos de medicamento y las inyecciones. Del mueble salió Louis luciendo más pequeño que nunca; con un sonrojo brillante en sus mejillas y el flequillo cayendole sobre la frente. El aroma estaba muy fuerte. Niall tragó saliva, sabia cuanto se odiaba así.

—¿Encontraste todo? —preguntó, la voz le salió más aguda y sintió de nuevo las enormes ganas de soltarse a llorar.
Niall apretó los labios mientras preparaba los medicamentos para que Louis pudiese pelear. Después de años haciendo esto se podria decir que ya era todo un experto en aplicar las inyecciones, con Louis tuvo que aprender antes de que cualquier doctor se enterara de la postura de Louis.

Jugó con los dedos un poco nervioso, los medicamentos jamas serían lo suyo, mucho menos ser inyectado con las enormes agujas; el liquido entrando a sus músculos y degarrando su piel. Las agujas no iban para él.

Niall le tendió una pastilla olor azul, la tomó junto con la botella de agua y se las tomó. Le agradecía a su amigo por haber traido aquellas cosas a pesar de lo impredecible que fue su llamada, supuso que su voz sonó lo suficientemente afligida para que Niall dejará plantada a su cita de esa noche, era su única opción después de Zayn que estaba saliendo con ese empresario alfa, pero Zayn lucia tan emocionado con su nueva conquista que no quiso arruinarla.  Si Niall no hubiese asistido seguro estaría en grandes problemas, nadie excepto sus mejores amigos lo sabia. Para todos era desconocida su cualidad de omega, todos pensaban que él era el alfa fuerte de no tan alta estatura pero con firmes músculos, ni siquiera su entrenador conocía el secreto que guardaban los tres.

—Date la vuelta, la pelea empieza en menos de una hora. —alzó la jeringa ya con el químico transparente dentro. Tragó saliva pero se giró a pesar de ya poder sentir el piquete del objeto punzante, la piel siempre se volvía más sensible cada vez que se terminaban los supresores, ardía como el infierno. Se levantó la tela de la enorme sudadera, su espalda quedó descubierta lista para que la aguja penetrara las fibras de piel.

Apretó los puños al mismo tiempo que los párpados, la calida mano de Zayn se posó en su dermis, escuchó decir que se tranquilizara y que todo pasaría en cuestión de segundos. Dos segundos más y la enorme aguja rompía su piel y el liquido frío corría arduamente por su sistema.

Los huesos se le helaron pero agradeció por estar de vuelta a donde él debería de estar, con la condición que se le debió de haber dado por naturaleza.  Por que él odiaba ser omega, de hecho odiaba a los de su misma raza, a todos menos a Zayn y a Niall que desde su infancia estaban ahi cuando sentía que no podía con su mísera vida. A la omega que más odiaba era a Clare, aquella mujer que lo parió pero en cuanto nació se deshizo de él y lo dejó con su padre.

—Gracias Niall. —se sobo la parte herida antes de cubrirse con la sudadera de vuelta. El rubio omega le sonrió antes de esparcir por la habitación el perfume de siempre, el de aroma a árboles y fino vino argentino. El olor dulce que soltaba seguía picando su nariz, se dejó caer en el sillón grande de piel. La bruma permanecía sobre sus hombros, era cuestión de segundos esperar a que pasará el efecto de los supresores y volviese a ser el chico rudo que pelearia en la arena más grande de Manchester.

Sus brazos se dejaron de sentir delicados, su piel dejó de ser la tersa de antes y sus facciones se hicieron menos afeminadas. Se estiró un poco del sofa para verse en el espejo de frente, la barba ayudaba a disimular el rostro de finas facciones que parecían salirse involuntariamente con su enorme trasero redondo. Al ejercitarse no podía hacer mucho por que los ejercicios terminaban por tornear todo su cuerpo incluso ese enorme culo con el que nació, pero no  importaba.

Niall se movía por el cuarto acomodando las medicinas en el fondo del armario, se relajó en el sillon sintiendo como hacían efecto los narcóticos. Si no ganará demasiado dinero no podría comprarlos, eran muy caros tanto que sólo unas cuantas personas tenían acceso a ellas.

Niall arrugo la nariz, el olor a pino predominaba, el único olor dulce era el de fresas con limón que emanaba su amigo de ojos azules,se sentía mal por haber arruinado su plan después de que se pasó toda la semana hablando de lo emocionado que estaba por que llegará el día de la pelea y de la tan ansiada cita con Dave ,el alfa despreocupado que dispalfarraba el dinero de sus padres. Pero igual estaba Zayn que tenía ese enamoramiento con el alfa empresario.

—Siento arruinar tu cita Niall. — se froto los ojos como si estuviese despertando de una larga siesta. Él se encogió de hombros. Sin darle mucha importancia y se echo junto a él en el sofá.

—No importa, estaba yendo horrible—rodó los ojos fastidiado. Las cejas de Louis se levantaron, él juró que estaría nítidamente enojado por llamarlo en medio de lo que sea que hacían. Conocia a la perfección el caracter de Niall. —Debería de agradecerte yo por haberme salvado.

Reconoció aquella mueca incómoda que se pintó en la cara de Niall, la misma que ponía cada que un alfa se acercaba de más en los bares o cuando se sentía cohibido en el gimnasio por la predominante esencia de alfas.

—¿Por qué?— se acomodó para prestarle toda la atención. Él miró al rincón de la habitación visiblemente incómodo mordiendo su labio inferior.

—Él sólo quería que fueramos a su casa. —vio pasar el destello de desilusión en sus pupilas color azul, se imaginó lo mal que se debía de sentir. Luego de haber ansiado tanto salir con él y que sólo lo quisiese para follar en el primer momento juntos.

—Idiota. —bufo. No quiso decir que él lo presentía para no hacer sentir peor a su amigo. Dave gritaba a cien metros de distancia lo estúpido que era, con sus tatuajes por todos lados y su sonrisa socarrona. Pobre Niall y su manía de enamorarse de alfas malos.

—No importa. —lo trató de decir despreocupado pero para Louis sonó su voz nostálgica. Por primer vez ser omega funcionaba para algo.

Odiaba que los supresores no cambiaran sus aptitudes, por que se sentía terriblemente mal por Niall como si se lo hubiesen hecho a él. Los fuertes golpes en la puerta sobresaltaron a ambos y se miraron preocupados. Niall se levantó de un salto, lanzó una mirada rápida a la estancia entera antes de aproximarse a la puerta mirando a Louis antes de tomar la perilla.

Asintió, el también echo un vistazo al cuarto y parecía el típico del "alfa" desordenado. Pasó una mano por su pelo para que pareciera un poco más arreglado.

El entrenador pasó como si nada ocurriese. Sonrió tenso cuando ya estaba lo suficiente cerca.

—¿Listo?

(...)

Miró por enésima vez el buzón de entrada de su teléfono, llena de trabajo y vacía de mensajes personales. No quería contestar a ninguno de los mensajes, sólo que tampoco quería ver el aburrido paisaje delante de él. La pelea ya se había demorado en comenzar y ya estaba más que fastidiado.

Harry resoplo por última vez, Liam habia desaparecido yendo al baño, eso era hace 20 minutos. Muchas personas conocidas de la empresa lo habían saludado con gestos casuales. Las personas no solían hablar con Harry debido a los rumores que corrían de él. Su gusto extraño por los alfas.

No le importaba mucho que las personas le criticaran por tener gustos peculiares. Consideraban que lo ideal en la sociedad debía ser la relación alfa- omega, o por lo menos con un beta en la más degradante situación. Pero a Harry no le gustarian jamás la raza omega. Nunca. Y los betas, no tenia nada en contra de ellos, simplemente no eran de su tipo.

Su desarrollado olfato reconoció de inmediato el olor dulce que se esparcia, con una mueca giró su rostro a donde provenía el aroma desagradable para su sentido. Liam se acercaba a los asientos con un omega de cabello negro, silueta delgada y ojos amielados.

—Harry -saludó Liam, levantó las cejas como pidiendo una disculpa por estar a lado de un omega. Se encogió de hombros y miró de nuevo al cuadrilatero que empezaba a rodearse de camarógrafos y personas del equipo técnico.

—¿Qué tal? —quiso sonar amable pero fallo, su voz siempre sonaba ronca, le sonrió levemente al omega.

—El es Zayn. — lo señaló antes de tomarlo del antebrazo y sentarlo en uno de los sillones.

Odiaba a los omegas pero por Liam podía comportarse civilizadamente con su nuevo amigo, que se notaba no tan omega como los demás, es decir, no parecía estar a punto de romperse ni llevaba maquillaje en el cutis. Lo toleraria.

Las luces de pronto se apagaron, y sólo se encendieron las del centro justo en donde estaba el cuadrilatero, a unos metros estaba el pasillo que iba desde los camerinos al ring. Justo de allí salió un alfa de gran corporeidad, con el cuerpo 100% tatuado. No era del tipo de Harry absolutamente. 
—-Demos la bienvenida a nuestro primer peleador ¡Tony!— las bocinas anunciaron, no se dio cuenta pero en la lona ya estaba un referí con su camisa de rayas.

El alfa subió por la pista seguido de sus entrenadores.  Al aparecer no era del gusto del público, los aplausos no se escuchaban tan potentes. Tony se detuvo justo al lado del árbitro y estrechó su mano.

Las luces volvieron a encender el otro pasillo, la puerta se abría y la multitud estallaba en aplausos.

Un chico de cabello castaño y demasiado revuelto salió, el pecho llenó de tatuajes al igual que sus brazos musculosos. Él lo definiría como un chico de altura baja, normalmente los alfas eran de una complexión mucho más hosca y de gran extensión. Aún así le parecía guapo. Su alfa se sintió a gusto con la agradable vista.

Llevaba la barba medio crecida, su rostro estaba serio concentrado en la futura pelea con un ceño fruncido. Hace mucho que no le gustaba una persona, él se veía como un lindo tipo. Era como a Harry le gustaba, no tan fuerte al punto de explotar en músculos pero tampoco con apariencia de omega frágil que no puede abrir ni un frasco de mayonesa.

Había escuchado los rumores que rodeaban al alfa, para muchos no era de su agrado. Se oía que no le iban las omegas ni los omegas, nunca se le vio salir con una persona en especifico además de sus cercanos. Muchos lo criticaban en desacuerdo con incumplir el supuesto orden que se ejercía en su mundo, tal como lo hacían con Harry.

Odiaba eso.

Siguió la caminata triunfal del ojiazul, los aplausos seguían imperiosos. Las apuestas de la noche sin duda alguna iban para él.

Y Harry también aplaudió por que le esperaba una muy buena  noche.

(...)

Louis

Harry

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