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Jungkook: 15años.
Taehyung: 16años.
Jungkook se encontraba preparando una tarta de limón y fresas para su mejor amigo, que llegaría ese mismo día del campamento al que había asistido esas vacaciones de verano las cuales acabarían en menos de un mes.
Tanto Jungkook como Taehyung tenían por costumbre ir cada año a un campamento que realizaba la empresa donde trabajaban sus padres, el campamento duraba una semana y este año sería en Jejú. Pero, el azabache no había querido asistir por el simple hecho de que sus padres tendrían esa semana libre; y éste ciertamente prefería pasar tiempo aunque fuese muy poco, con sus padres.
No pasó un día en aquella semana en la que ambos chicos no se llamasen, pasaban más tiempo pegados a su teléfono que en otros quehaceres y era lo que les tenía alegre, el poder siquiera escuchar la voz del contrario cada día.
El reloj del horno había sonado logrando que el azabache dejase de ver su teléfono carcomido por los nervios que le generaba el volver a ver a Taehyung luego de una semana, era cierto que pasaron todo lo que llevan de vida juntos, pero, eso no quitaba el hecho de que en ciertos momentos ambos siguieran apenados o nerviosos por el otro, al contrario, Jungkook medía bien sus pasos a la hora de hacer o pedirle algo al mayor, no quería incomodarle en ningún momento o que este se fuese y lo dejase puesto que era el único amigo que tenía en sus quince años vividos.
Habían pasado cuarenta y cinco minutos exactos, sí, Jungkook los había contado uno por uno cuando el timbre de su casa sonó y éste salió corriendo sumamente emocionado para llevarse una grata, no muy grata sorpresa al abrir.
― ¡Jungkookie!― fue lo primero que escuchó para luego sentir al castaño entre sus brazos, él no se movió, mucho menos regresó el abrazo del mayor, sólo se dedicaba a mirar al acompañante que éste había llevado hasta su casa.― Jungkook, ¿No estás emocionado por verme?― inquiere el mayor alejándose decepcionado, él creía que como mínimo el azabache llenaría su carita de besos como siempre hacía cuando pasaban mucho tiempo lejos, pero nada de eso ocurrió.
El azabache permaneció en silencio, mirando al rubio chico que estaba detrás de su amigo tecleando diversas cosas en su celular ¿Qué hacía ese chico allí? Y no, lo peor de todo ¿Quien era y porqué estaba con su Taehyung? Eran las preguntas egoístas que se hacía el azabache mentalmente. Taehyung, afortunadamente pudo darse cuenta de la mirada tan tosca que traía el azabache consigo porque de no haberlo hecho a tiempo, el azabache le cerraría la puerta en su cara sin importar nada más.
―Jungkook, te presento a Jimin ― habló el castaño sacando al rubio del mundo virtual en el que estaba.― Lo conocí en las practicas de esgrima del campamento.― completó ansioso, él pensaba que tal vez presentándole al rubio podría estar más tranquilo.
― Oh, así que tú eres Jungkookie ― habló el mayor de todos con una sonrisa que llegaba a achicar sus ojos.― Tae estuvo hablando de ti todo el tiempo en el campamento― confesó sacandole una media sonrisa al azabache.― Su mejor amigo de toda la vida, sí lo recuerdo muy bien.
¿Mejor amigo? ¿Por qué justo ahora le chocaban tanto esas palabras? ¿Qué había de diferente? Jimin no tenía nada más que la razón con eso, pero, ¿Por qué dolía? Es una estupidez.
― Y-Yo.. Ah-― balbuceaba encontrando las palabras exactas para no ser tan grosero para con su visita.― Jimin, es un verdadero placer conocerte ― mintió. ― Y Taehyung, realmente me alegro de verte, pero hoy tuve un largo día... Ayudé a mis padres a empacar y ya sabes como es esto de agotador ― mintió nuevamente.
Taehyung sabía lo dificil que era ayudar a la señora Jeon a empacar, así que por esa parte entendió. Pero, el azabache nunca antes le había dicho algo así por muy cansado que estuviese, por lo general le invitaba a pasar y terminaban dormidos en su sala con comida a su alrededor. El castaño no le dio mucha importancia a esto, después de todo, Jungkook es su mejor amigo y jamás le mentiría, ¿cierto?.
― Claro, Jungkooki ― aceptó sonriente el castaño.― Espero puedas descansar bien, mañana pasaré por ti para ir al parque donde venden montones de helados, ¿de acuerdo?― el azabache asintió, se despidió de Jimin y así cerró la puerta de entrada detrás de sí soltando un suspiro.
Jungkook se dirigió hasta el sofá donde se lanzó de espaldas desplomándose en el mullido colchón de éste para pensar en la única persona capaz de volver su mundo trizas si lo quería en un minuto; Kim Taehyung.
☁☁☁
Jungkook pasó toda su madrugada pensando y debatiendo el hecho de que su Taehyung le cambiase. Sí, porque el azabache decía que Taehyung era sólo suyo, no tenía porqué compartirlo ¿no? Después de todo, es su amigo. Aunque lo que Jungkook sentía era algo un poco enfermo, no había nadie que pudiese entrar en razón en aquel momento. Porque las personas no pueden simplemente pertenecerles a otras y creer eso sí era una completa locura.
El azabache había perdido la noción del tiempo, supo realmente que estaba amaneciendo cuando el pitido de la alarma que se encontraba en su habitación se hacía presente débilmente, fue allí cuando calló en cuenta de que debía hacer algo y no simplemente quedarse recostado.
Lastimosamente, nuestro Jungkook tiene quince años y es un completo torpe a la hora de tomar decisiones estando de mal humor.
― Si él puede conseguirse a alguien más, ¿por qué yo no?― hablaba el azabache para sí mientras dejaba mensajes para su hyung.
JeonKooki
Hyung, debo salir hoy.
Probablemente no esté cuando usted llegue.
El azabache iba a bloquear su teléfono para guardarlo, pero al instante ya Taehyung había respondido de vuelta.
KimTae
Descuida, Jungkookie.
Jimin aún no se va después de todo.
Visto: 09:25am.
Jungkook ahora sí había bloqueado su celular con sumo enfado, ¿Por qué Jimin debía seguir con Taehyung? Si tuvo que haberse ido hace horas. El azabache como cualquier adolescente corto de mente y para nada pensante tomó su chaqueta donde metió su movil y salió de su hogar sin destino alguno, él simplemente tomó el primer bus que pasó y bajó en el primer parque que encontró. Tenía ambas manos hechas puño dentro de su chaqueta, caminó hasta la banca más cercana murmurando diversas cosas.
Se lamentó más que nada el no haber asistido ese año, Jungkook se sentía desplazado, la noche anterior había dejado muchos mensajes al castaño y ninguno fue leído, de milagro había contestado esa mañana. El problema es que Jungkook pensaba fielmente que si su amigo había podido encontrar a alguien más 'reemplazándolo' con más días pudiera ser que lo desechara, sí, era una conclusión torpe pero totalmente aceptable para el azabache.
Tal vez Jimin no se atrase y siempre asista a sus encuentros con Taehyung...
¿Taehyung realmente podría sentir algo por ese chico?
Si hubiese pasado algunos días más, ¿Lo habría presentado como su pareja?
Eran los pensamientos de Jungkook, pero había una pregunta más relevante en todo el tema; ¿Qué hacia él pensado en todo esto? Si realmente no debería importarle en lo más mínimo si el castaño conseguía alguien más o no.
Jungkook asumió que eran celos amistosos, no podría ser nada más que eso.
Pero lastimosamente, esos tales 'celos amistosos' no existen...
―Eso no es justo...― volvió a murmurar para sí.
O eso creyó.
―Niño ― llamó un chico que se encontraba junto a él, ¿En qué momento se sentó allí?― Terminaré pasándote por algún tipo de loco enfermo si continúas hablando solo ― confesó el mismo chico de grises cabellos.
―Y-Yo...
Jungkook estaba nervioso, ciertamente el azabache había asistido muchos años a la escuela, pero en todos esos años Taehyung estaba junto a él y no hablaba o jugaba con alguien más que no fuese el castaño que tenía por mejor amigo. Ni siquiera respondía aquellas cartas que dejaban en su casillero como pequeñas 'propuestas'.
―No debes darme explicaciones ― cortó el chico rápidamente. ― Para ser sinceros, no me interesa ― completó mientras bebía el último sorbo de su café dejando a un azabache en un silencio sepulcral.
Jungkook aún no había encontrado la verdadera razón o el motivo de sus celos hacia el nuevo amigo del castaño, es que, el azabache verdaderamente tenía miedo al hecho de quedarse completamente solo. Aunque Jungkook nunca sufrió antes algún tipo de trauma por ello, él era completamente consciente de su fobia social; no quería que un día su amigo se consiguiese a alguien más ''agradable'' y menos dependiente de sí.
Porque efectivamente, Jungkook aceptaba completamente el ser dependiente de su mejor amigo, pero, eso no es su culpa completamente, sino de alguien más.
El azabache se sintió como un simple niño de seis años nuevamente, no le gustaba nada que lo tratasen de esa forma ya que estaba acostumbrado a los muchos mimos de su mayor. Pero, esto es la vida real, así es el mundo que siempre trató de ignorar y al que tanto miedo le tenía; si quería realmente hacer algo por él mismo, debía soportar ese tipo de comentarios y peores para ser tal cual lo era una persona regular.
― Mocoso, si continuas con esa carita de borrego atropellado me harás sentir compasión por ti ― habló el chico de cabellos grises junto a él. Se le había olvidado por completo que seguía allí.
― No tiene porqué hacerlo, señor, disculpe si le incomodé per-
― Lanzaré este vaso en tu rostro si te vuelves a dirigir a mi como señor, ¿estamos? ― inquirió seriamente el chico haciendo asentir al azabache.― Tengo diecinueve años para tú información.
― Disc-
― Si tienes algo que te molesta, sólo dilo y no le des vuelta con palabras de niño idiota ― ordenó el chico, dándose cuenta de su muy mal carácter y fuerte tono al ver la cara pálida del chico contrario.― Bien, lo lamento ¿sí? Por lo general me importa una mierda pero quiero saber qué te impide sonreír. ― admitió desviando la mirada hacia un par de chicos que jugaba en un arenero, tal y como lo hacía de niño.
¿No estaría mal contarle no? Después de todo, es un desconocido, no es como si le fuese volver a ver en otro momento.
― T-Tuve un pequeño inconveniente con mi mejor amigo ―hablaba el azabache mientras miraba sus manos sobre su regazo.― Mi único amigo ― confesó.― Pasamos una semana separados, en esa semana él conoció a alguien más y yo realmente no quiero que él me cambie por ese chico.
― Bien ― habló el mayor como el mismo tono tosco, Jungkook se había dado por vencido a esas alturas. ―Dime tú nombre ― ordenó mientras depositaba el vaso que solía contener café en un basurero.
―J-Jeon Jungkook
― Un gusto, yo soy Min Yoongi, tu ahora nuevo amigo ― anunció con seguridad el chico ya parado enfrente de él.― Si lo que te molesta es que tu amigo tenga a alguien más, quedarás completamente a mano con él si tienes a otro amigo ― el de cabellos grises movía su cabeza de lado a lado buscando alguna cosa, mientras el azabache sonría para sí, estaba funcionando.― Vamos, necesito otro café y creo que tú necesitas uno igual.
Luego de que Jungkook asintiese, ambos chicos caminaron rodeando el parque para llegar a la cafetería favorita del mayor que no quedaba muy lejos del parque, en donde éste pidió un café amargo doble y para el menor una mini-tarta de chocolate y un mokaccino, sí, mucho azúcar pero Yoongi aseguró que le haría sentir mejor.
Al sentarse, el mayor había hecho todo tipo de preguntas, cohibiendo al menor pero consiguiendo en poco tiempo éste dejase su timidez de lado y explicase bien el asunto en el que se encontraba. Por otro lado, el de cabellos grises también contó una que otra cosa sobre sí, como el hecho de que su ciudad natal y donde reside es Daegu y no Busan, explicando también que estaba allí de vacaciones por un corto tiempo.
― Jungkook, creo que ya es tarde, deberías regresar ―mencionó el de tez pálida luego de ver su reloj y confirmar que la hora del almuerzo se aproximaba, el azabache asintió levantándose de la mesa para salir del local seguido del mayor luego de pagar.
― Fue un gusto hablar contigo Kook
―El gusto fue todo mío, Yoongi hyung ―agregó el menor sonriendo para despedirse.
― ¡Hey, niño!― llamó consiguiendo que el contrario voltease para verle.― No te olvides de mensajearme, ¿Bien?
Habiendo conseguido una respuesta afirmativa de parte del contrario el cual tenía ojitos brillosos y una linda sonrisa sobre sus labios, volteó par seguir su camino hasta el departamento; no sabía cómo era que Jungkook pudo hacerle bajar la guardia, tampoco sabía el porqué tenía una boba sonrisa sobre sus labios. Pero, sí sabía una cosa, y era en lo que más logró pensar aquella noche.
''Ese niño tenía algo hermoso y puro que lograba conmoverme...''
¿Les mencioné que amo el YoonKook? ¿No? Bueno, lo amo:').
Me encantó editar este cap con más de 2k de palabras, aunque me haya generado un ligero bloqueo, me siento orgullosa.
¡Gracias por leer!
♡
Editado: 200419.