Alan’s POV:
“¿Ves? No fue tan malo.” Mi mamá dijo cuando regresamos a la casa. Rodé mis ojos y boté el montón de folletos educativos que me hizo recoger, en la mesa. No sé por qué a los padres les gusta pasar tanto tiempo haciendo cosas educativas aburridas. Acababa de terminar la preparatoria, la última cosa que quería hacer era aprender cosas. Sólo quería divertirme.
“Sí, fue súper.” Dije sarcásticamente. Me dejé caer en el sillón y rápidamente fui acompañado por mis padres quienes prendieron el televisor. Ya era de noche y ya habíamos cenado. No había visto a Austin en todo el día, lo cual realmente no iba bien con “tratar de hacer que él sea mi aventura de verano”. Éste era mi cuarto día aquí. Me marcharé el día catorce y el tiempo se iba más rápido de lo que pensé.
“Creo que iré a ducharme y luego me iré a la cama.” Les dije a mis padres.
“¿Tú? ¿Irte a la cama antes que nosotros? Oh, cómo han cambiado las cosas.” Mi papá dijo dramáticamente. Le di una sonrisa sólo para su beneficio y asentí.
“Lo sé, pero estoy cansado así que…” Dije. La verdad es que no estaba realmente cansado. Quería ir y hacer un poco de exploración nocturna. A pesar de que tengo dieciocho años y puedo hacer lo que quiera, ellos siguen preocupándose porque salga de noche yo solo, así que era más fácil salir a escondidas.
“Está bien, buenas noches entonces.” Mi mamá dijo.
“Sí, igual.” Dije con desdén y me fui a mi habitación.
Tuve una ducha bastante larga y me puse unos jeans y una playera cuando terminé. Me asomé por la puerta de mi habitación para ver a mis padres aun viendo alguna película. Cerré mi puerta y traté de acomodar mis sabanas de modo que pareciera que yo estaba durmiendo debajo de ellas, entonces me acerqué a la ventana y abrí las puertas del balcón. Me encontré con un viento helado. A pesar de que era verano, esta noche estaba un poco fría a causa del viento. Volví a entrar en mi cuarto, agarré una sudadera y me la puse, cerrando el cierre y poniendo el gorrito sobre mi cabello aun mojado. Ahora estaba listo para irme.
Cuando volví al balcón mis ojos se posaron en la casa de Austin. Por lo que pude ver, no había luces encendidas, lo que significaba que estaba dormido o en algún otro lado. Mi nivel de acosador no era lo suficientemente alto como para ir y comprobar si estaba en casa. No quería ser demasiado molesto. Así que en vez de eso, me dirigí a la calle y caminé a lo largo. No había mucha gente afuera de la casa, pero a medida que fui más lejos, donde la mayoría de los lugares de entretenimiento y restaurantes estaban, había más gente.
Cuando salí de casa no tenía un destino en mente, pero terminé caminando por el muelle escuchando las olas debajo. Era muy tranquilo. Había unas pocas personas más jóvenes aquí también, como de mi edad. Realmente no había visto a muchos por aquí todavía. No estaba interesado en hacerme amigo de alguno de ellos sin embargo.
Pasé por delante del restaurante y no sé por qué esto no se me había ocurrido antes, pero de repente me pregunté si Austin estaría trabajando. Miré dentro y ahí en la barra estaba él. Consideré brevemente sólo seguir caminando y dejarlo en paz, pero ¿a quién trataba de engañar? Tenía un enorme ‘crush’ con él así que por supuesto terminé yendo dentro del restaurante. No había mucha gente aquí sin embargo. Se estaba haciendo tarde así que probablemente cerrarían pronto. No tenía que preocuparme por posiblemente molestar a Austin porque en el segundo en el que me vio, él sonrió ampliamente. Pero otra vez, él parecía estar siempre sonriendo.
“Oh, Alan, ¡hola!” Dijo alegremente.
“Hola a ti.” Contesté.
“¿Pasaste el día con tu familia?” Preguntó mientras me acercaba. Dios, eso se escuchó tan patético. Aquí estaba él, siendo un tipo más que genial el cual tenía su propia vida, y aquí estaba yo, aun saliendo con mis padres.
“Sí, estuvo bien. ¿Te importa si me quedo por aquí un rato?” Pregunté.
“Claro, cuantos más mejor. Se pone muy tranquilo aquí justo antes de la hora del cierre.” Dijo.
“¿Cierre? ¿Eso significa que me vas a echar pronto?” Pregunté.
“Nah, yo y algunos otros por lo general pasamos un rato juntos después.” Dijo. Yo sonreí. Sentía como si él realmente me estuviera aceptando en su grupo de amigos. Me senté en un extremo de la barra en uno de los taburetes. No quería estorbarle a Austin si tenía algún cliente. Él venía hacía mí, pero fue interrumpido.
“¡Austin, amigo!” Otros dos hombres aparecieron en la barra. Uno era bajito con cabello largo y castaño y el otro era más alto y estaba cubierto de tatuajes. Ambos parecían ser ‘hispanos’.
“¡Hey Fuentes!” Austin dijo y entabló una conversación entusiasta con ellos. Parecía como si todos por aquí se llevaran bien con Austin. Me di cuenta de que era una persona muy sociable. Tan pronto como se fueron con las bebidas que Austin les preparó, otro par de personas se acercaron a él y fue la misma cosa. Sonreía mientras veía las interacciones. ¿Es realmente posible para una persona ser tan agradable y amoroso? Finalmente, se fueron y Austin se giró hacia mí, acercándose.
“Supongo que eres el ‘Sr. Popular’ por aquí” Bromeé. Él se rió y se encogió de hombros.
“Lo intento.” Dijo y cuando llegó a mí, jaló mi gorro hacia abajo. “No se permiten gorros aquí dentro.”
“Sí, señor.” Dije sarcásticamente.
“Oye, yo no hago las reglas.” Dijo. Se inclinó sobre la barra con los codos, acercándose más a mí. Me recordé a mí mismo que al parecer él es así con todos, así que no lo pensé demasiado. Jalé un poco las mangas de mi sudadera, cubriendo mis manos, sintiéndome un poco nervioso, lo cual era raro en mí.
“Entonces, Alan, ¿qué hiciste el día de hoy?” Preguntó.
“Nada de lo que valga la pena hablar.” Dije con desdén. Vi sus ojos ir hacia mi cabello mojado y luego de nuevo hacia mí.
“Tu cabello está mojado, ¿trataste de surfear de nuevo?” Preguntó en un tono burlón.
“Haha, eres tan gracioso.” Dije y cambié el tema. ¿Qué hiciste tú el día de hoy?”
“Trabajo más que nada.” Dijo.
“Oh, eso apesta.”
“Nah, me gusta trabajar aquí. Tengo la oportunidad de hablar con gente nueva todos los días.” Dijo.
“Eres demasiado amigable para tu propio bien.” Señalé.
“Eso es lo que crees.” Dijo con un guiño. Fruncí el ceño en confusión.
“¿Qué se supone que significa eso?” Pregunté. Él sonrió y negó con la cabeza.
“Nada. Quiero decir… tal vez a puerta cerrada no soy tan bueno.” Dijo crípticamente. Me estaba dando más y más curiosidad a cada segundo.
“¿Estás coqueteando conmigo?” Pregunté.
“Podría ser.” Se encogió de hombros. Sentí mi cara enrojecer un poco. Supongo que no esperaba que fuera a coquetear conmigo. Pero de nuevo, probablemente es así cómo actúa con todo el mundo.
“¡Austin! Estamos listos para cerrar. El niño se tiene que ir.” Una chica, la cual recuerdo se llama Jenna, dijo. Estaba de pie junto con la otra chica; la camarera y también la misma chica que estaba en la casa de Austin el otro día.
“Nah, él está bien. Cierren.” Austin dijo y se apartó de mí. Él empezó a limpiar la barra y las dos chicas cerraron el lugar. Como era muy abierto y no habían paredes, estaba un poco confundido al respecto de cómo iban a cerrar el lugar supuestamente, pero entonces vi que las chicas tiraban de unas puertas desde el techo hasta el piso, cerrándolas. Mirando alrededor me di cuenta de que la única salida era por una puerta en la parte de atrás del restaurante que decía “SALIDA” arriba de ella.
“¡Prepárame un Cóctel!” Dijo Jenna.
“A mí también.” Dijo la otra chica cuando las dos terminaron.
“Enseguida,” Austin dijo y me miró, ¿Quieres uno?”
“¿Me vas a dejar tomar?” Pregunté. Él puso sus dedos en sus labios y me hizo callar.
“Shh, será nuestro pequeño secreto.” Me dijo y guiñó un ojo.
“Está bien entonces, claro.” Dije con una sonrisa. Las dos chicas se acercaron y se sentaron a mi lado.
“¿Quién es el niño?” La morena preguntó.
“No soy un niño.” Espeté, enojándome con el hecho de que la gente contantemente me llamara ‘niño’. Quería parecer mayor, al menos alrededor de Austin.
“¿Enserio? Porque te ves como si tuvieras dieciséis.” La chica dijo. Y mira quién lo dice. Ella se ve como si acabara de cumplir catorce años.
“Cállate Tay, tiene dieciocho años.” Austin me defendió, y no iba a mentir; se sentía tan bien que me defendiera.
“¿Estás seguro? Porque creo que perdió su racha de crecimiento.” Jenna dijo. ¿Qué demonios? ¿Por qué estaban siendo tan malas conmigo? Ni siquiera me conocen. Sabía que estaban bromeando, pero aun así.
“Ignóralas. Son lesbianas. Se supone que sean malvadas.” Dijo Austin y les dedicó una sonrisa.
“Me molesta tu estereotipo.” Jenna soltó, y luego me miró con una sonrisa. “Sólo estamos bromeando. Soy Jenna, ella es mi novia, Tay.” Dijo y le dio un codazo a la chica morena.
“Está bien. Soy Alan.” Les dije.
“¿Y cómo es que tú y Austin se conocen?” Tay preguntó. Abrí la boca para hablar pero Austin, quien seguía mezclando bebidas, se me adelantó.
“Él literalmente cayó por mí.” Dijo y le lancé una mirada.
“Crees que eres tan gracioso.” Murmuré.
“No, yo sé que soy gracioso.” Dijo. Las dos chicas nos miraban confusas, así que por supuesto Austin estaba más que dispuesto a informarlas de lo que había pasado.
“Él se está quedando en la casa al lado de la mía. Me estaba mirando y estaba tan distraído que se cayó por el barandal del balcón.” Dijo, provocando que las dos chicas estallaran en carcajadas.
“Sí, sí, ríanse de mí.” Murmuré. Austin terminó las bebidas y colocó cada una frente a nosotros. Estaban en copas de cóctel y eran una mezcla de rojo y azul, haciendo morado en el centro.
“Pero Austin, ¿Por qué no serviste el suyo en un biberón?” Jenna dijo. Había decidido que ellas no me caían muy bien. Si no se callaban acerca de lo más joven que soy de ellos entonces me iría de aquí.
“Vamos chicas, no son tan astutas como creen que son.” Austin dijo y una vez más se inclinó en la barra cerca de mí. Me sentí nervioso de nuevo y no sabía si era porque él estaba de pie cerca de mí, o porque sentí como si estuviera siendo intimidado por las chicas.
“Espera, espera, tengo una más.” Tay dijo. “Entonces, Alan… ¿qué estás haciendo aquí? ¿Acaso no pasó ya tu hora de dormir?”
Eso fue todo, Había tenido suficiente. Cuanto más hablaran, Austin más me iba a ver como un niño, y no quería eso. Tengo dieciocho años por el amor de Dios. No soy un niño.
“Gracias por el trago, Austin, pero creo que me iré a casa.” Murmuré y me deslicé del taburete.
“Oh, ¡vamos! ¡Estábamos bromeando!” Una de las chicas dijo, pero yo ya me había dado la vuelta y caminaba hacia la salida. Oí a Austin regañarlas mientras salía del restaurante y me encontré con el aíre frío y ventoso. Estaba en un camino con el océano debajo de mí. El camino llevaba de regreso a la parte principal del muelle. Oí el chillido de la puerta abriéndose de nuevo y después la voz de Austin.
“Alan, Alan espera, ¿qué pasó?” Gritó. Reduje mi paso y me giré un poco para responderle.
“Nada. Tengo que ir a casa.” Dije, después de todo, ya pasaba de mi jodida hora de dormir. Él me alcanzó rápidamente y me sujetó del brazo suavemente. No lo detuve de hacerme dar la vuelta.
“No digas que no es nada.” Dijo mirándome. Suspiré y me di por vencido, diciendo la verdad.
“Está bien, está bien. Sé que ellas sólo estaban bromeando pero, no sé, no quiero que tú pienses que soy sólo un niño.” Admití.
“No lo hago.”
“Claro que no.” Dije con incredulidad.
“Créeme, Alan” Dijo y me atrajo hacia él. “No lo hago.”
Se inclinó hacia mí y en un instante mi ritmo cardiaco aceleró. ¿Él realmente estaba a punto de hacer lo que creo que está a punto de hacer? Se detuvo justo antes de que llegara a mis labios, como si silenciosamente estuviera pidiendo permiso, y carajo, por supuesto que se lo iba a dar. Cuando no me alejé, me besó. Sus labios, como había imaginado, eran suaves, pero dominantes. El segundo en que le devolví el beso, agarró los bordes de mi sudadera y me giró para presionarme contra la pared del restaurante. Él era tan alto que terminé parándome de puntitas para besarlo correctamente. El calor se extendió por todo mi cuerpo. Era el tipo de calor en tu corazón; como una sensación de hormigueo cuando te gusta alguien y al parecer a él le gustas de vuelta. Austin fue el primero en separarse y abrí los ojos, mirándolo.
“Te lo dije.” Dijo con una sonrisa. Le devolví la sonrisa, sintiéndome increíblemente tímido.
“Espera aquí, iré por mis cosas y luego te acompaño a casa.” Dijo. Todo lo que hice fue asentir, luego él se alejó de mí completamente y volvió a entrar. Wow. Eso realmente fue algo.