—¡Jungkook!—Gritó golpeándome con el mando.
—Hey, gané limpiamente—Hablé mientras pasaban la carrera por el televisor.
—Me chocaste idiota—Gruñó con el ceño fruncido.
—De eso se trata, duh—Dije obvio.
Giré y lo encontré mirándome molesto.
—Sonreí nervioso.—No me mires así.
—Jodete—Murmuró cruzándose de brazos.
—Mejor te jodo a ti.
Sus mejillas tomaron un color carmín que quizo cubrir con las palmas de sus manitas.
—¿Qué estás pensando Park?—Pregunté divertido.
—Nada.
—Hmh, ¿Porque no le echamos un vistazo a tu historial?—Pregunté sonriente mientras abría la laptop.
—¡No!—Chilló colocándose en mi encima.—¡No te atrevas Jeon!
—¿Y que si lo hago?—Pregunté acercando mi rostro al de él.—No tienes de que avergonzarte bebé.
—Jungkook no, es muy vergonzoso—Dijo negando con la cabeza.
—Veamos que hay por aquí—Hablé con la mirada pegada a la pantalla.
—Jungkook te juro qu-...
El timbre sonó.
Jimin y yo nos miramos con confusión para abrir la puerta.
Lo primero que vimos fue a Minjae y Minhye llorar y correr a su habitación.
—¿Qué pasó Jin?—Preguntó Jimin preocupado.—¿Porque mis hijos están llorando?
—La mamá de Seulgi volvió—Dijo en voz baja.
—Joder—Jimin se agarro los cabellos apunto de llorar.—Quiere joder a mi familia ¿No es así? Que tengo una jodida fortuna no va a hacer que me quite a mis hijos, no lo hará.
—Amor—Lo llame y solo pude toparme con sus ojos llenos de lágrimas.
—Quédate aquí, que Jin te lo expliqué—Sorbió su nariz levantándose.—Ire a ver a mis hijos.
La puerta del cuarto se cerró dejándome a solas con Jin Hyung.
—¿Quién es Seulgi, Hyung?—Pregunté.
—Suspiró.—Es la mamá de los hijos de Jimin.
Una pequeña parte.
Prepárense para el drama.
Gukk.