Las gotas de lluvia caían fuertemente. Todos los adornos de la entrada estaban empapados, destruidos por la intensidad con que caía el agua.
Ella estaba ahí, de pie frente al portón de la iglesia, mojada, triste, sin ánimo. Su vestido blanco estaba arrugado y se pegaba a su piel mezclándose una con la otra. El ramo de flores se resvalaba de sus dedos y el maquillaje se corría, el arreglo que llevaba en el cabello estaba completamente destruido, su pelo estaba mojado y le caía por la cara.
Su pecho subía y bajaba con pesadez,con cada respiro que daba se sentía peor.
La gente ya se había ido, estaban cubriéndose de la lluvia, pero ella no podía mover ni un músculo.
Los soldados estaban frente a ella con cara de arrepentimiento y tratando de encontrar la forma de decir lo que ella ya sabía.
Entonces el ramo cayó en cámara lenta, produciendo un sonido por lo bajo que resulto estruendoso gracias al silencio que reinaba en el lugar.
No podía creerlo, no podía entenderlo, y no quería aceptarlo...no lo haría.
***
- acompañame- le susurró al oido mientras estaban acostados en la enorme cama real. Ella sonrió encantada y se acurrucó en sus brazos para luego asentir.
Se pusieron de pie y se cubrieron con batas largas para luego seguir el rastro de Henry, quien los llevaba a un lugar desconocido para ella.
Cruzaron todo el palacio entre risas y besos hasta llegar a un jardín lleno de rosas rosadas y rojas, con árboles enormes y bancas por doquier.
____ se asombró de que aquel lugar tan ostentoso y enorme pudiera contener algo sencillo y encantador. Soltó la mano de Henry para poder caminar descalza sobre el cesped más verde que halla visto. Giró en su sitio observando todo su entorno y luego se volvió a él, quien la miraba encantado y completamente enamorado.
Henry dio unos cuantos pasos hasta llegar a ella para luego tomarla de la cintura y besar con delicadeza sus rosados labios.
-te amo- le dijo y ella sonrió. Era la milésima vez que lo decía pero para ella seguía siendo como la primera.
Caminaron un rato por todo el jardín hasta quedar tendidos sobre el césped debajo del árbol. Él apoyaba su cabeza en las piernas de la chica mientras ella jugaba con los rizos dorados del rey.
-serás una hermosa novia preciosa- habló de repente entralazando sus largos dedos con los de ella.
- y tú seguirás siendo un rey encantador- dijo para luego agacharse y besarlo.
Las manos traviesas del rey pasaron a su cintura, jalandola y colocandola sobre él para observar bien a la que seria su esposa h el amor de su vida hasta que muriese entre sus brazos.
-eres lo mejor que tengo en esta vida princesa- acarició la mejilla colorada de ___ y luego alzó una de sus delgadas manos para besarla.
- ¿que suerte no?- se burló ella y empezaron a reír.
Las gotas empezaron a caer sobre ellos, la lluvia no estaba tan fuerte pero aun así conseguía mojarlos tanto como para causarles un resfriado. Se pusieron de pie y ella corrió a cubrirse, se colocó entre los pilares de piedra que sostenían un techo enorme del mismo material, ahí, ella se abrazó a sí misma para darse calor, giró y vio a su encantador rey aun en medio del jardín.
Sonrió al ver que no se movía y que se quedaba ahí viéndola con una sonrisa. Corrió hasta él y se abrazó a su pecho riendo.
- así esta mejor- le dijo besando la cabeza de su princesa y caminando hasta el lugar anterior.
Entraron mojados al castillo e inmediatamente las toallas aparecieron frente a ellos. Las mucamas estaban empezando a cecarlos mientras ellos reían y dejaban sus manos juntas.
Fueron a los aposentos de él a cambiarse, para quedar finalmente acostados en la cama. ____ apoyaba su mentón sobre el pecho del rey, sintiendo su pecho subir y bajar. Estaban a gusto en ese momento, era así como querían pasar el resto de sus días. Abrazados y en calma.
Esa misma noche Henry recibió un pergamino con una amenaza monárquica de la cual no quizo hablar. Estabafurioso, la ira podía verse por sus ojos, y ella estaba ahí calmandolo; él gritaba y se alteraba, y ella seguía ahí calmándolo.
Ella estaba sentada en la cama mientras lo veía alistarse para salir a tratar ese asunto.
-te quiero en el altar, tan hermosa como siempre- besó su mejilla y acomodó su cinturón.
-te amo Henry- le dijo ladeando su cabeza, mientras lo veía con una sonrisa de oreja a oreja.
-yo también cariño- un ultimo beso y lo vio dirigirse a la puerta de la habitación.- no comiences la boda sin mi preciosa- bromeó y salió.
___ rápidamente se dirigió a la ventana y lo observó subir a su caballo con toda esa armadura de metal que lo protegería de cualquier imprevisto, o eso era lo que pensaba ella.
Ahora estaba ahí, sin ganas de seguir viva, porque el amor de su vida, el único hombre que había logrado conquistarla estaba frío y pálido, escapandose de ella, con los ojos cerrados y con manchas de sangre seca.
No estaba segura de que estaba pasando, o de entender siquiera el contexto en el que se encontraba, solo sabía que Henry, su Henry, la había plantado en el altar y que no podría ver lo hermosa que se había puesto para él, jamás vería lo linda que podría llegar a estar solo para complacerlo.
El odio hacia él crecía dentro de ella, se reprochaba una y otra vez que no debía haber ido, que eran asuntos exteriores, o que podía haberlo pospuesto uno o dos días en los que estaría con ella, pero como alguien podría saber lo que ocurriría, como alguien podría advertirle que su corazón estaba apunto de ser destrozado por el único que pudo llenarlo de amor.
El llanto comenzó y ella cayó de rodillas al suelo ensuciando el blanco vestido. Sus fuerzas se habían ido al igual que la vida de él. Todo estaba borroso a causa del agua o de la falta de oxígeno, no estaba segura, pero sí sabía que era real, tan real como las siguientes palabras que diría el caballero frente a ella.
-por decreto real y ordenes del difunto rey...se le transfiere todo el poder a usted mi señora. Larga vida la Reina - lo dijo en voz baja pero fue lo suficientemente alto como para que todos lo escucharan y respondieran.
-¡Larga vida a la reina!
That's all ladys.
Kisses 😙