El Juego Macabro (#2 En actua...

By AlejandroMurillo42

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Los participantes de "El Desfile Macabro" se enfrentan a un nuevo y aterrador juego, más despiadado y retorci... More

¡Bienvenidos!
Book Trailer "El Juego Macabro"
Prólogo
Advertencia de contenido
Capítulo 1: Sonnet Bleus
Capítulo 2: Las Reglas del Juego
Capítulo 3: Campo de juego
Capítulo 4: Festín
Capítulo 5: Reconocimiento
Capítulo 6: Avanzando
Capítulo 7: Preparaciones
Capítulo 8: Inicio del Juego
Actividad - Lectores
Capítulo 9: Acertijos
Capítulo 10: Lo que sube y lo que baja
Gracias por la espera
Capítulo 11: Incumplimiento
Capítulo 12: Investigación Pragmática
Capítulo 13: Una ciudad, varias heridas
Capítulo 14: El chico de la capucha
Capítulo 15: Alas de Ángel
Capítulo 16: De modelo a modelo
Capítulo 17: Altercado obturado
Capítulo 18: Un diario incinerado
Capítulo 19: Juegos de pelucas
Capítulo 20: Paseo a la playa
Capítulo 21: Vehemente Aflicción
Capítulo 22: Investigación mezquina
Capítulo 23: Desconfianza
Capítulo 24: El matadero
Capítulo 25: Golpea el audífono
Capítulo 26: Pájaros en el cielo
Capítulo 27: Secundaria Onírica
Capítulo 28: Designios de la vida
Capítulo 29: Novatos
Capítulo 30: El asesino astral
Capítulo 31: Los casos de Aisha
Capítuo 32: Oro y plata
Capítulo 34: Libros, retentivas
Capítulo 35: Más piezas para el rompecabezas
Capítulo 36: Confidencia rota
Capítulo 37: La voz dulce...
Capítulo 38: Recia confusión
Capítulo 39: Naturaleza agresiva
Capítulo 40: Secreto subrepticio
Capítulo 41: Evidencia contundente
Capítulo 42: Adiós, gracias
Capítulo 43: Elíxir rojo
Capítulo 44: Confusa confusión
Capítulo 45: El parque de los designios
Capítulo 46: Golpe tras golpe

Capítulo 33: Futuro cegado

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By AlejandroMurillo42

Actualidad...

***Alice***

—Tienes que moverte entonces, es hora de encontrar un nuevo escondite. —Hildur camina lentamente por la enorme mansión. Logra salir del spa y se dirige hacia la pared de escalada, está en el segundo piso.

—Daisy está abajo, mientras que Duke... no sé dónde estará. ¿Qué debo de hacer? —suspira inquieta—. ¿Debería de bajar?

—Baja con cuidado... —Veo que Dorothy está caminando hacia Hildur—. ¡Rápido, baja la pared de escalar! Hay unas piedras grandes, puedes ir saltando de piedra en piedra.

—¡Oh! —Hildur se logra ocultar, guindándose de una piedra, justo antes de que Dorothy tenga visión sobre ella. Es obvio que Ledalí no dirá nada. Él me voltea a ver con ojos de odio, sabe que Hildur está cerca.

—Silencio... Dorothy está a un metro de distancia. —Respiro tranquila, tengo que calmarme, Hildur está de nuevo en peligro.

•—Empezar Música (Sad piano - Gone)—•

—Oh Theo... —Dorothy se sienta en un sillón finísimo de telas rojas y bordados dorados—. Tanto esfuerzo...

» No, no te escucharé quejándote de la muchacha en este momento... —Ella dialogaba con Ledalí mientras Hildur se escabullía lentamente por la pared de escalada.

» Tú fuiste un ingenuo. Fuiste inocuo, bobo, iluso... ¿Cómo pudiste creerme eso? ¿Creíste que una desconocida podía saber de Quinn? No... chico ¡no vengas a quejarte! Todos aquí pagamos las consecuencias.

» He aportado dinero por cuatro años seguidos junto a Theo, para que el desfile fuera realidad. ¡Nosotros, inversionistas de la Deep web! Nosotros tenemos ambición, tenemos sed por el arte, el arte de verdad, el arte que dura por siempre... no algo como un libro, o una pintura, que lo ves y desaparecerá en años. No... el arte de lo macabro crea cicatrices de dolor tan profundas que son arte puro, en su máxima expresión.

» He visto transformaciones tan perfectas a lo largo de todo este tiempo... y era mi turno de hacer algo. Era nuestro turno de participar. ¡Así que teníamos que poner a prueba nuestra profesión! La cirugía estética es un arte único, óptimo, insuperable, pero ni el mejor cirujano puede ganar este desfile sin un ingrediente extra.

» Cada modelo tiene un disfraz, sí, pero lo que cuenta es lo de adentro... lo que son en realidad las personas. —Ella se quitó el pulcro y distinguido peinado, dejando su cabello al aire, luego de tronarse su cuello, y se acostó en el sillón, dejando sus lágrimas caer lentamente hacia sus oídos. El maquillaje negro se corría, creando líneas impuras llenas de la verdad que fluía a través de su boca.

» Cada representante también porta sus máscaras... lo que le enseñan al mundo. Unos enseñan dinero, como yo y mi esposo. Estatus, poder, sueños sin límites como el que estamos viviendo en este momento solo pueden ser cumplidos y llevados a cabo gracias mi único dios: el dinero.

» Hay otros representantes que dejan sus vidas reales para crear una idealización de cómo se ven en sus mentes retorcidas. Máscaras de maquillaje... jamás lograrán ocultar las verdaderas intenciones. Máscaras de actitudes jamás lograrán ocultar los verdaderos pensamientos... y las máscaras de los sentimientos, bueno, esas son las peores.

» Esas son las que nos carcomen por dentro, hasta devorarse lo más profundo de nuestro corazón. Hay representantes y modelos a quienes sus sentimientos han devorado su corazón sin dejar rastro. Esos... mi querido Ledalí... son los más peligrosos.

» Por esa razón te he elegido a ti. Porque eres tan inocente y puro como un ángel. —Se levantó y empezó a caminar lentamente hacia la cámara, sonriendo despaciosamente—. Felicidades, ahora eres la representación de un ángel en la tierra. Sufriendo lo inimaginable, transigente y sin sobrellevarte por lo mundano. Felicidades mi ángel. Tu transformación ha sido completada.

» Por otro lado... Stephine. —Dorothy cambió su sonrisa por una de odio—. Esa... diablilla, ha completado su transformación también. Mi esposo ha tomado su hermosa y delicada piel en el exterior, y la ha transfigurado para mostrar su interior: una pobre diabla, una terrible incursa, una condenada y apenada incursora de la maldad.

» Creyó que escaparía tan fácil. Pero no, le hemos dado una vuelta a la vida, le dimos una vuelta a la situación. ¡Ironías de la vida! Aquella impura ha tenido su cuota de dolor, así como estoy recibiendo la mía en estos momentos. ¡Ay de mí! Ni el dinero me puede sacar de este infierno. Este infierno de arte viviente, virtuoso y clemente.

» No llores mi ángel. No es tiempo para llorar. —Tomó un jarrón carísimo y lo reventó contra el suelo. De ahí levantó un trozo filoso, dispuesta a usarlo como un arma—. Es tiempo para seguir con el show. No me importa si no me acompañas, casto ser. No me importa nada sin Theo. Por eso aprovecharé lo que me queda de vida para marcar a otros con el dolor verdadero, de ese que te carcome por dentro hasta la muerte.

—Ya estoy abajo —confirmó Hildur—. ¿Hacia dónde voy?

—¡Todos deténganse! ¡Es hora de un nuevo video! Esta vez tuvimos que mandar a varios espías a que los observaran de cerca, para así tener más material para los videos. ¿Están listos? ¡Todos acérquense a una pantalla! —Harland anunció. Mi pantalla se tornó negra, y de inmediato inició el video.

***Sonnet***

En el video aparecía una calle de la Ciudad Onírica, la pude reconocer. Era una de las calles en la que había más bares. El guardaespaldas de ojos verdes estaba grabándose a sí mismo, sosteniendo la cámara lista para grabar. La tenía cerca de su cintura, apuntando a la cara.

Se empezaron a escuchar unas risas no tan lejos. Él tornó la cámara. La calle estaba casi vacía. Había dos chicas riéndose a carcajadas, estaban de espaldas. Él las estaba filmando mientras caminaba a una distancia razonable.

Una tenía una larga peluca de color azul, y la otra una corta de color negro. Se reían mucho y pasaron cerca de un joven que estaba sentado en la acera. Ellas iban detrás de otro hombre, que no vio al chico y tropezó con él. Se volteó y le pegó una patada en la cara.

El chico cayó al suelo, con la nariz sangrante. El hombre se fue maldiciendo. La chica de la peluca negra se rio, pero la de la peluca azul se acercó al chico. Se puso de cuclillas.

—¡Mierda Daisy! ¿Para qué paras? Ya voy tarde carajo. —La de la peluca negra estaba muy agresiva, y carecía de empatía totalmente. La estaban grabando, pero solo de espaldas.

—Puedes irte si así lo deseas, mira lo que le hicieron. —Daisy le hizo señas a su amiga para que se fuera.

—¡Pfft! Bien, te jodiste entonces. Adiós. —Ella se fue caminando sola, hasta desaparecer de la escena.

•—Empezar segunda música: Remember – Lucas King (sino poner la primera de nuevo)—•

—Hey, ¿estás bien? —Daisy le ayudó a incorporarse de nuevo—. Se te cayó esto...

Levantó un tarro de metal con cientos de monedillas, ella las rejuntó y las metió en él. Luego se lo dio. Él estaba sangrando por la nariz, y llorando mucho.

—G-gracias... —Él tocó el brazo de Daisy hasta llegar al tarro.

—¿No tienes dónde vivir? —preguntó ella—. ¿Qué haces aquí?

—N-no... —Lloraba—. Disculpa... me voy.

—¡Espera! —dijo ella antes de que él se levantara—. Cuéntame de ti. ¿No ves qué linda está la luna? ¡Está llena!

Él bajó la cabeza.

—No... no puedo ver. —Él se secó la sangre y las lágrimas con su camisa negra de manga larga—. Lo siento.

El guardaespaldas había encontrado el ángulo perfecto para filmarlos, estaba grabando desde un callejón oscuro.

—¡Oh! Lo siento... ¿Cuál es tu nombre? —preguntó ella con sorpresa—. Me llamo Daisy.

—Daisy... tienes una voz dulce. Me llamo Samuel. —Una sonrisa tímida se dibujó en su rostro—. Mucho gusto. ¿Te puedo tocar la cara?

—Adelante. —Ella tomó sus manos sucias y rasgadas, y las puso en su cara sin pensarlo dos veces—. ¡Espero que pienses que soy linda, eh!

—Lo eres. —De sus ojos cohibidos salían lagrimillas, pero esta vez de felicidad.

—Me tengo que ir Samuel, ¡pero prometo que regresaré! Te aseguro que el destino ha cruzado nuestros caminos. Prometo que volveré a este lugar y hablaremos con más calma. —Ella le dio un beso en la mejilla—. Te veo luego.

—Adiós... Daisy... —Se puso la mano en la mejilla, justo donde Daisy había dejado un beso azul pintado sobre la suciedad del día a día, mientras todo era limpiado por una dulce lágrima.

La cámara dejó de grabar, luego inició de nuevo. El mismo sujeto empezó a filmar, primero apuntándose hacia la cara. Luego enfocó a Daisy. Estaba caminando detrás de ella, esta vez de día. Había más gente en la calle y Samuel estaba en la acera, moviendo el tarro con monedas, con la misma ropa de antes, sucio y descuidado.

Samuel movió la lata y sin querer chocó con un joven, quien le escupió en la cara.

—¡Estúpido, voy caminando! —gritó alejándose, mientras que el sonido de los motores y las charlas del día a día lo camuflaron rápidamente.

Samuel se limpió y siguió pidiendo dinero. Aunque el sol estuviera en su punto más alto, él tenía los ojos abiertos como si nada. Se veía exótico, y a pesar de que la gente pasara a su lado, y que de vez en cuando lanzaran una moneda, mientras él soltaba un tímido "gracias" parecía estar solo en el universo.

Daisy se paró frente a él, proyectando sombra en aquel día caluroso. Él sintió el cambio de temperatura y movió el tarro para que le pusieran dinero. Ella puso una moneda.

—¡Hola! —se sentó junto a él—. ¿Me recuerdas?

—Tengo esa voz registrada en mi corazón. Hola Daisy. Bonito día, ¿no? —preguntó él sonriendo.

—Así es. —Ella no tenía su peluca puesta esta vez—. Por eso decidí hacer un picnic contigo. ¡Traje sándwiches! No se qué te gustaba, así que hice de tres tipos.

—¿En serio? —La ilusión se irradiaba a través de todas sus expresiones faciales, lo que supuse, que, al nunca verse en un espejo, no sabía que lo delataban del todo.

—¡Claro! Come de este, a ver si te gusta. —Ella sacó algunos y le dio, mientras comían entre risa y risa. Aquella escena... me hacía sentir un pequeño dolor en el corazón.

Me encontraba invertido... el sufrimiento no me causaba ningún dolor, mientras que aquél diminuto destello de felicidad hacía que sintiera cómo mi corazón estaba siendo triturado.

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