Paul abrió los ojos lentamente, se sentía demasiado cansado, estaba bañado en sudor y tenia un fuerte dolor de cabeza.
Se sentó en la cama y observo la habitación, estaba claro que en su casa no estaba.
Los muebles eran antiguos, y la habitación estaba completamente ordenada, demasiado prolija. Le era familiar aquel lugar.
Observo un espejo y fue hacia el, estaba empañado de vapor.
Limpio el espejo con su mano y quedo inmóvil al verse. Tenía flequillo y estaba demasiado joven.
-¡Aaaaaa! - grito desaforadamente.
Se escucharon unos pasos sobre la escalera, que irrumpieron en la habitación.
-Paul… ¿Qué ocurre? - dijo una mujer de cabellera roja, con traje elegante.
Paul la miro y se alejo de la mujer.
-¿Señora Asher? - mascullo mirándola como si hubiese visto un fantasma.
Algo no andaba bien, aquel reloj… ¿lo había vuelto al pasado?
-Si Paul, quien más - dijo la señora tocando la mejilla del chico. - ¿Estas enfermo?, estas muy pálido - la señora toco la frente del chico, que se alejo rápidamente.
-Eh...no, debo irme - dijo poniéndose la remera y una chaqueta que estaba esparcida sobre la mesa de mármol.
-Pero no has desayunado…- respondió amablemente.
-Desayunare en otro lado, le agradezco su bondad - el chico bajo rápidamente las escaleras y choco con una chica pelirroja.
-Amor…justo iba a despertarte, ¿te encuentras bien? - la chica sonreía ante la mirada de desconfianza de él.
-¿Jane?... ¡Jane! - grito abrazándola emocionado, hacia años que no la veía. No sabia nada de ella y ahora en su pasado se la encontraba como si nada.
Jane río.
-¿Estas cariñoso? - dijo dándole un beso en la los labios, que petrifico al chico.
Paul se sintió un idiota, no sabio como comportarse.
-salgo contigo - se dijo más para si, que para ella.
Jane lo miro extrañada y río.
-No se lo que te pasa, pero para mi…tienes fiebre, llamo John y dijo que vallas a la casa Beatle, que Brian quiere hablar contigo…- dijo tomando el brazo de su novio, mientras bajaba las escaleras.
-John…Brian…- murmuro el Beatle negando con la cabeza.
-Si tus amigos…. ¿que ocurre Paul? - pregunto la pelirroja poniéndose en frente del chico.
-No lo se…estoy demasiado confundido - explico rascando su pelo.
-Será mejor que te lleve a la casa Beatle, así no te pierdes - la chica tomo al muchacho y lo saco de la casa.
Paul observo la calle, era tan diferentes a las del 2012.
Había vuelto al pasado por aquel maldito reloj, no sabía como comportarse, todo volvía a empezar. Lo que no sabía era si para bien o para mal.
Jane bajo del auto junto con Paul, que estaba duro como una piedra.
-La casa…- murmuro. Jane lo miro de mala manera, parecía un estupido que no conocía nada, ni siquiera a ella.
La pelirroja toco el timbre tres veces. Después de unos segundos George abrió la puerta.
Paul sintió un fuerte golpe frío en su corazón.
George estaba frente a el con una gran sonrisa.
-Hace frío…estaría mejor que entres Macca…- dijo el muchacho serio.
Paul sintió ganas de llorar, recordó todo lo que había pasado, las peleas que había tenido con el a lo largo de su vida, después de la separación de los Beatles. Pero principalmente su muerte, y ahora lo tenia ahí, mirándolo fijamente con una sonrisa posada en sus labios.
Mccartney se abalanzo hacia el joven Harrison con un profundo abrazo.
-George - dijo entre llantos.
Jane se quedo pasmada, al igual que George.
-Macca, ¿te encuentras bien? - la voz de George parecía graciosa.
-si - respondió secando sus lagrimas - te extrañe demasiado, lamento todo…solo perdóname por ser tan hijo de puta - la voz de Paul temblaba como una hoja en pleno invierno.
-¿Qué?...Paul no me has hecho nada - dijo George pasando una mano sobre los hombros del joven Mccartney
-¿Desde que despertó esta raro?...es como si no conociera nada o no se - explico jane sentándose en el sillón de la casa.
Las lágrimas de Paul caían sin cesar.
-Al fin llegas, te estuve llamando toda la mañana - dijo una voz detrás de Paul y George.
Paul se giro y lo vio, estaba joven, fresco y feliz, por sobre todas las cosa feliz.
-¡John! - grito abalanzándose sobre el Beatle. Sintió que las piernas le temblaban y cayó al piso junto con John que también lo abrazaba.
-Se que me extrañaste Macca - respondió Lennon en forma de broma.
Paul lo miro fijo y John noto que su amigo estaba realmente angustiado. Aquellas lágrimas no eran de felicidad si no de una gran angustia que se podía ver con solo mirarlo.
-¿Qué ocurre paulie? - el tono de John era consolador para el joven Mccartney.
Paul negaba con la cabeza, no dejaba de abrazar a John.
Después de unos segundos de aquella escena del abrazo, John lo alejo y tomo el rostro de su amigo.
-No se lo que te pasa… ¿pero hay algo que quieras decirme? - dijo secando las lagrimas de su amigo.
-Si…John…te quiero mucho - aquellas palabras hicieron que a Lennon se le asomaran lágrimas de felicidad a sus ojos, no sabia que estaba pasando, pero sentía que necesitaba esas palabras de su amigo.
-Yo también Macca - respondió John con una lágrima cayendo sobre sus ojos.