El fin de semana no se sintió motivado a hacer nada, aunque Kenma tenía suficiente tarea como para encontrarse desvelándose para llegar a la fecha de entrega con todo finalizado. No podía enfocarse en las palabras, ni siquiera en sus acciones dentro de un videojuego, sus manos siempre regresaban a su teléfono para examinar aquella extraña fotografía enviada por Hinata.
─¡Kenma!─ ingresando a la habitación del nombrado, Kuroo dejó sus zapatos al lado de la puerta, quejándose de las tareas mientras avanzaba a la cama─ ¿Qué haces? ¿No se supone que deberías estar listo para ir a la biblioteca?
Soltó el teléfono luego de bloquear la pantalla, solo subiendo la mirada para encontrarse con Kuroo, que le sonreía de la misma forma burlona de siempre. Emplear palabras era innecesario con él, que comprendí todo en menos de un segundo, levantando al muchacho con toda la naturalidad del mundo. Solo fue necesario colocarle una chaqueta y zapatos para tenerlo caminando fuera de esas cuatro paredes.
─No vamos a tardarnos, ¿verdad?─ le pregunta, solo echándole un vistazo para comprender que no, no pasarían más de diez minutos dentro de aquel mágico lugar─. Bien, iba a invitarte a la noche de chicos con Oikawa y Bokuto, pero parece que necesitas dormir.
─Necesito que me digan qué mente retorcida hizo esa foto.
─Cálmate, no es para tanto, solo una edición de imágenes bien hecha─ Kuroo se ríe al ver la expresión de su amigo.
El resto del camino hasta la biblioteca transcurre en silencio, uno que no se rompe al entrar, ambos saben bien a qué sección se dirigirá el otro, Kenma ya sabe que debe ser él quien busque a Kuroo en la sección de las novelas de ciencia ficción. Es ese el plan que llevan a cabo y cuando ambos ya se encuentran satisfechos con sus elecciones de libros puede avanzar con la señora que toma nota de los préstamos.
Se encontraban saliendo ya de la biblioteca cuando Daichi se acercaba a ellos, parecía agitado por la carrera, tomando un poco de tiempo para saludarles antes de reanudar su carrera.
─¡Suerte con su cita de estudios, chicos!─ es la despedida que les da.
Crispándose, Kenma se gira en dirección al muchacho.
─¡¿Quién demonios dijo eso?!