El Juego Macabro (#2 En actua...

By AlejandroMurillo42

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Los participantes de "El Desfile Macabro" se enfrentan a un nuevo y aterrador juego, más despiadado y retorci... More

¡Bienvenidos!
Book Trailer "El Juego Macabro"
Prólogo
Advertencia de contenido
Capítulo 1: Sonnet Bleus
Capítulo 2: Las Reglas del Juego
Capítulo 3: Campo de juego
Capítulo 4: Festín
Capítulo 5: Reconocimiento
Capítulo 6: Avanzando
Capítulo 7: Preparaciones
Capítulo 8: Inicio del Juego
Actividad - Lectores
Capítulo 9: Acertijos
Capítulo 10: Lo que sube y lo que baja
Gracias por la espera
Capítulo 11: Incumplimiento
Capítulo 12: Investigación Pragmática
Capítulo 13: Una ciudad, varias heridas
Capítulo 14: El chico de la capucha
Capítulo 15: Alas de Ángel
Capítulo 16: De modelo a modelo
Capítulo 17: Altercado obturado
Capítulo 18: Un diario incinerado
Capítulo 19: Juegos de pelucas
Capítulo 20: Paseo a la playa
Capítulo 21: Vehemente Aflicción
Capítulo 22: Investigación mezquina
Capítulo 23: Desconfianza
Capítulo 24: El matadero
Capítulo 25: Golpea el audífono
Capítulo 26: Pájaros en el cielo
Capítulo 27: Secundaria Onírica
Capítulo 28: Designios de la vida
Capítulo 29: Novatos
Capítulo 30: El asesino astral
Capítulo 31: Los casos de Aisha
Capítulo 33: Futuro cegado
Capítulo 34: Libros, retentivas
Capítulo 35: Más piezas para el rompecabezas
Capítulo 36: Confidencia rota
Capítulo 37: La voz dulce...
Capítulo 38: Recia confusión
Capítulo 39: Naturaleza agresiva
Capítulo 40: Secreto subrepticio
Capítulo 41: Evidencia contundente
Capítulo 42: Adiós, gracias
Capítulo 43: Elíxir rojo
Capítulo 44: Confusa confusión
Capítulo 45: El parque de los designios
Capítulo 46: Golpe tras golpe

Capítuo 32: Oro y plata

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By AlejandroMurillo42

•—Empezar Música (Dark piano - sociopath)—•

—Una desaparición es algo delicado. —Gretta ve hacia el techo mientras caminamos por el oscuro pasillo de piso rojo del último piso—. ¿Alguna vez han investigado alguna?

—No. Primera vez... —confieso—. ¿Ustedes?

—Sí. Nosotros sí hemos investigado desapariciones. —Haziel camina junto a mí, es muy expresivo con sus manos. Tiene el cabello peinado algo desordenado, puedo notar que está teñido de negro, cuando en realidad lo tiene igual que su gemela.

—¿Cuántos casos han resuelto de este tipo? —pregunta él asomándose en la conversación.

—Ninguno. —Haziel quita la sonrisa de su cara—. Oh vamos chico, quítate esa capucha, te ves ridículo.

—En fin, ya hemos llegado. —Él se para frente a la puerta, evitando que Haziel se le acerque. Lo noto incómodo.

—¿Tocamos? —pregunta Gretta lamiéndose los alrededores de la boca, limpiando algunas bornas del dulce pulverizado. Una sonrisa traviesa se asoma de entre sus dientes.

—Pues sí. —Él empieza a tocar la puerta. Nadie responde.

—Hm. ¿Tumbamos la puerta? —Haziel hace una señal para que nos apartemos.

—Inténtalo, a ver cómo te va. —Ella suelta una carcajada en voz altísima... me desconcierta un poco. Volteo para ver a mi acompañante, eso no fue normal.

Haziel empieza a patear la puerta, pero es muy fuerte. Se cansa al intentar tres veces.

—¿Te ayudo? —pregunta mi acompañante.

—Bueno, ya tuvieron su oportunidad. ¿Usamos mi llave maestra? —Gretta los aparta, saca una llave plateada que parece un espejo, todo se refleja en ella y tiene un diseño finísimo.

—¿Llave maestra? —pregunto observando el precioso objeto. Ella lo inserta en la puerta y la abre en un segundo.

—¡Tadá! —grita dando un salto—. ¿Vamos? Se muerde el labio constantemente, mientras acolocha un mechón de su cabello. Entra antes que nosotros. La seguimos y cerramos la puerta tras nosotros. Todo está algo oscuro, es un ambiente pesado.

Estoy algo sorprendida ante esa llave... ¿qué clase de tecnología poseía la Ciudad Cursiva? Jamás había visto algo tan útil como una llave maestra que abriera lo que fuera. Ella la pone en una cadenita y la amarra a su cuello, como si fuera un collar.

El apartamento está vacío. No es muy grande. Nos separamos para observar posibles pistas. Camino por la sala de estar. Huele a húmedo, a viejo. Hay cajas de pizza vacías en los sillones, aparte de fruta podrida en la mesa. Es evidente que el muchacho no ha estado ahí por algún tiempo.

El único sonido presente, aparte de nuestras pisadas, es el del revoloteo de varias moscas, que se pasean intercaladamente entre las habitaciones. Entro al baño, huele horrible. Levanto la tapa del servicio, hay estiércol y orines viejos. Por reglamentación no es bueno que lo lave. Puede que necesitemos todas las pistas posibles a futuro.

—Travis, ¿quién hizo el reporte? —pregunto observando algunos tarros de pastillas de diferentes funciones. Tengo guantes de látex puestos, para no alterar nada. El lavatorio está sucio, hay cabellos en él, aparte de rastros de... ¿saliva? Es evidente que la limpieza no era un hábito para este joven.

—El reporte lo ha hecho su madre. Él no tiene expedientes según observo... aunque... —Está leyendo algo—. Aquí dice que hubo un pleito de menor escala, no fue reportado a la policía, pero hubo testigos.

—¿Pleito? ¿Con quién? —Las pastillas eran calmantes... ¿acaso él sufría de alguna ansiedad?

—El nombre de la otra persona no aparece. Déjame ver en la base de datos, puede que haya otro pleito reportado. —Escucho el tecleo en el audífono, mientras observo que en la bañera está creciendo musgo verde. Las ventanas están todas cerradas. Salgo del baño.

—No. No hay información disponible, disculpa. —Es rara la vez que Travis no puede encontrar algo, pero me conformo mientras hago un gesto de confusión con la boca.

—Gracias. Te hablo luego. —Gretta está al final del pasillo, viéndome directo a los ojos. Esos ojos plateados... es casi como si brillaran entre la oscuridad del apartamento, con la poca luz que entra de aquella tarde nublada, sin atardecer. Ella sonríe.

—Mira. —Hace una seña para que la acompañe, está viendo una de las tantas fotos que están colgadas en la pared.

—¿Qué es? —pregunto tomando una de ellas. Está él, junto con otro muchacho. Saco el celular, le tomo una foto y se la envío a Travis.

—Travis, ¿puedes decirme quién es? —Vuelvo a poner la foto donde estaba. Gretta me observa sonriendo mucho, casi como si se burlada. Me volteo, no le hago caso.

—Su nombre es Chasder. Vive en la Ciudad Evocativa... interesante. Aquí dice que fue a la Secundaria Onírica. Se graduó junto al muchacho que estamos investigando. ¿Qué más busco? —Travis está dispuesto a ayudar.

—Creo que ese es el siguiente paso. Luego te hablo. —Camino hacia la sala de estar, donde escucho a mi aliado hablar con Haziel. Gretta se interpone en mi camino. No quiero revelar muchos pasos a nuestros desconocidos acompañantes.

—¿Qué es eso de "Travis"? ¿Es como tu teléfono inteligente? —pregunta soltando una carcajada altísima mientras se sujeta el estómago, que hace que de dos pasos hacia atrás.

—Eh, no... es mi asistente. —Intento avanzar, ella corta el camino de nuevo.

—Oh... bien... pero, esa fue una pista que yo recaudé —dice sonriente—. ¿Y mi crédito?

—¿Disculpa? —No sé de lo que habla—. Estamos trabajando juntos, ¿no?

—Claro... claro. Eres una agente muy talentosa. Solo eso diré. —Camina hacia otro lugar del apartamento—. Algún día quiero ser como tú.

—¿Qué diablos...? —Camino hacia la sala, pero la discusión hace que me detenga en el pasillo contiguo.

—¿Y tu placa? —Haziel está interrogando a mi acompañante, mientras sostiene un periódico viejo y lo ojea. Lo pone en el sillón y examina las cajas de pizza.

—No porto placa. No soy agente especial. —Él está parado, quieto... analizando todo. Ha estado tenso desde que ellos se presentaron.

—Ah, ¿no? Entonces no deberías de estar acá. —Haziel lo ve directo a los ojos. Se ve amenazante con esos ojos dorados, penetrantes.

—Aisha me da autorización —contesta, caminando a los alrededores—. Nada que sea de tu incumbencia.

—¡Ja! ¿Cómo dices? Bueno... al menos, si vas a jugar de detective, enseña la cara. Solo los delincuentes que tienen algo qué ocultar se tapan la cara. ¿No te parece sospechoso? —pregunta Haziel con un tono de superior—. Soy agente especial, tengo autoridad sobre ti.

—Vámonos. —Entro en escena, caminando hacia la puerta principal a paso ligero. El ambiente es tenso y no quiero que escale a más.

—¡Aisha! ¡Espera! —grita Gretta desde la otra habitación, camina hacia mí—. ¿No quieren ir a comer algo? ¡Quiero nuevos amigos!

—Tenemos que irnos ya, he recaudado lo que necesito y Travis tiene que procesar la información. Será en otra ocasión Gretta, lo siento. —Salgo caminando, él viene detrás de mí.

—Oh, está bien... —Gretta se queda observándonos en silencio—. En otra... ocasión...

—Pienso que nos veremos pronto, anónimo... lo presiento... —Haziel menciona mientras nos alejamos por las escaleras, lentamente. La llovizna se ha convertido en una tormenta, y por las ventanas del edificio casi no se ve nada.

De repente un relámpago enorme corta a través del cielo, un rayo perfecto que me deja deslumbrada. La luz se va, y una carcajada... una carcajada aún más tétrica que las otras se hace presente desde arriba. Un escalofrío pasa por mi cuerpo.

—Larguémonos de aquí... no me dan buena vibra para nada. —Él está algo inquieto, con toda la razón.

Lo bueno... lo malo... todo era gris... todo es gris... y lo será por siempre...

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