✔ Editado✔
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Desperté por el sonido de alguien tocando la puerta de mi habitación repetidas veces.
-¡Ya! –Exclame mientras me ponía de pie pero pasaron de mí y siguieron tocando- ¿Quién es?
-¡Yo! -Era la voz de Emma, quien continuo tocando la puerta- ¡Levántate morsa!
-¿Quién? -Reí bajo.
-¡Yoo!
-Lo siento, no escucho bien... ¿Quién? -Escuche un gruñido de su parte.
-¡Yo, Emma!
-¿Que quién me ama?
-¡Yo!... Me cago en todo. –Abrí la puerta y me encontré a Emma.
-Para que quede claro yo no te amo, amo la comida, pero a ti no.
-Auch, yo ya me había ilusionado.
-Suelo romper corazones, es divertido. –Contesto y yo reí.
-¿Qué haces aquí?
-Estaba aburrida, son las 11:38, vamos.
-Está bien, me ducho y salimos.
-Ok. –Ella se lanzó al sofá y encendió la televisión.
Terminé de bañarme y me coloque unos jeans, mis zapatillas y mi camiseta de futbol americano con el número 5 y mi apellido.
-¿Vamos? –Pregunté y Em me miró.
-Tengo algo que preguntar, ¿Qué harás con la apuesta?
La miré sin entender.- ¿De qué hablas?
-De la apuesta con mi... -Ella carraspeo- Con el playboy.
-Oh, ganaré... -No me importaba tener que dar todo de mi misma para lograrlo.- Espera, ¿Cómo sabes?
-Eh, mi novio me contó.
-¿Tienes novio?
-Sí, pero nadie de mi familia lo sabe.
-Bien, vamos.
Comencé a seguir a Emma mientras esta caminaba y hablaba de su novio. No hablaba de cómo era él, más bien hablaba de todo lo que hacían juntos... Parecían una pareja sacada de una película romántica, hasta estaba segura haber visto esa película.
-¡Emma! –Ella me fulminó con la mirada –Perdón pero ya cállate, si sigues hablando de lo maravilloso que es tu novio me quitaré los oídos, pareces rayita hablando del chico que le gusta –Me miró aún peor- O una fresa... Algo así.
-¿Me acabas de llamar fresa?
-Yo... -Emma abrió los ojos como platos.
-¡Ogra! –Exclamó, yo me detuve y la observé mostrándome ofendida.
-Te has desubicado.
-¡Me llamaste rayita, y fresa!
-¡Me acabas de llamar ogra!
-Pues es porque lo eres.
-¡Trasero de Simio!
Ambas nos lanzamos miradas furtivas para luego reírnos sin parar.
-¿Vamos a entrenar? –Pregunté.
-Claro.
Minutos después nos encontrábamos lanzándonos el balón en el campo deportivo. No era un día lindo, estaba algo nublado pero para nosotras era mejor, no era agradable estar bajo el rayo del sol... Aunque en Seattle casi nunca había sol.
-¿Sabes a qué hora vienen los jugadores?
-En 5 minutos aproximadamente.
Cuando terminó de decirlo entró el playboy al campo, sólo.
-¿Estas lista, muñeca? –Gritó y Em se acercó a mí.
-Suerte, la necesitaras.
-Gracias. –Contesté mientras intentaba mentalizarme.
Corrió hacia donde estaba y cuando llego a él le dijo algo, él río y se alejo de ella; acercándose a mí.
-¿Soñaste conmigo anoche?
-No, no tuve pesadillas.
-Oh, yo tuve sueños eróticos contigo.
Rodé los ojos -Eres despreciable.
Él río y se me acerco al oído.
-Pero igual te ganare.
Comenzamos a jugar y hay que admitirlo, el era muy bueno. Llevábamos corriendo unos cuantos minutos, pero ninguno conseguía llegar al área de anotación, ambos éramos rápidos y agiles.
-Tal vez deberíamos jugar con alguien más –Sugerí.
-¿La niñita necesita ayuda?
Rodé los ojos. –Vete al diablo –Choque nuestros hombros y seguimos jugando.
Nos pusimos frente a frente. Mire su rostro mientras respiraba uniformemente, estaba muy cansada, mi cuerpo no duraría mucho más. Pase el balón de mano en mano y me coloque en posición.
-¡Ya! –Grito Emma y yo en vez de ir por la derecha como siempre fui por la izquierda, sorprendiéndolo.
Corrí derecho unos cuantos metros pero luego gire un poco haciendo zig- zag; comencé a sentir mis piernas más flojas e hice más fuerza cuando lo note, estaba a centímetros de la línea de anotación por lo que salte. Sentí como mi cuerpo chocaba contra el césped y sonreí.
-¡Ganaste! –Grito Emma- ¡Oh mi jodido Dios, has ganado! –Corrió hacia mí y se me tiro encima.
Mire al playboy que estaba a unos metros de mí.
-Es imposible –Leí sus labios al moverse y yo sonreí aún más.
Me levante y camine hacia él- Te he ganado.
Él frunció el ceño –Fue trampa.
-No lo fue.
-¡Lo fue!
Emma apareció a mi lado- No lo fue, Jayden, ella gano, fue juego limpio.
Con que así se llama el playboy... Jayden.
-¡Toma esa! –Grite mientras aplaudía.
Él gruño. –Ya verás... -Deje de escucharlo cuando mi cabeza comenzó a doler mucho.
Me aleje un poco de ellos al sentir que todo a mi alrededor se movía e intente sentarme, pero antes de ello todo se volvió oscuro, como si me hubiese dormido y no supe nada más.
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-Hey, Hey... ¡Oye! -Gritaron en mi oído y abrí mis ojos, al hacerlo volví a cerrarlos, me había cegado.
Lentamente y adecuándome a la luz abrí mis ojos, estaba en una enfermería, o así se veía. Adelante mío había una señora de cabello rojizo y alborotado, ojos azules y una mueca en el rostro.
-Jayden no puedes gritarle a alguien que se está despertando luego de haberse desmayado–Gruño la mujer.- Iré a buscar unas cosas, mientras toma esos papeles y rellénalos. –Él asintió de mala gana.
-Me duele la cabeza –Susurre y la mujer me sonrió.
-Sí, al parecer ya no existen hombres como antes, caballeros. Este niño te dejo caer.
-Hey, no fue a propósito. No llegue a agarrarla.
La mujer negó con la cabeza y se fue de la enfermería.
-¿Qué sucedió?
-Te desmayaste –Tomo los papeles. –Veamos, ¿Nombre?
-Yo puedo rellenarlos, dámelos –Extendí mis manos pero él siguió mirando la libreta.
-Rosie me indico que yo los rellenara, yo lo hare, ¿Nombre?
Rodé los ojos- Ash Kaufman.
Él enarco una ceja- Tu nombre completo, genio.
-Ashley Kaufman –Refunfuñe.
Él sonrió- Lindo nombre, yo tenía una novia con ese nombre, ¿Por qué no te gusta?
-¿Y preguntas? Si lo tuvo una novia tuya ya es un motivo.
Él río. -¿Edad?
-17.
-Oh, seguramente tendremos muchas clases juntos.
Genial... Podrían matarme, sería lo mismo. Gracias.
-¿De dónde eres?
-Arizona.
Él me estudio.
-Se nota –Rodé los ojos- ¿Comiste antes de desmayarte?
Recordé y quise golpearme a mí misma.
-No.
Él bajo la libreta.
-Ahí está el motivo de tu desmayo, tienes que comer...
-¡Ni lo pienses! –Me comenzó a doler la cabeza y gruñí- Tú no me dirás que hacer.
-Sí lo hare, debes comer cada vez que haces "deportes" –Hablo haciendo comillas.
-Vete al diablo, te he ganado, yo si hago deportes.
-Emma estaba de tu lado, sigo diciendo que fue trampa.
-No lo fue, supéralo y déjame en paz.
-Bonita, deberías saber que yo nunca cumplo mis promesas.
Pero que honesto...
-¡Ashley! –Me volteé para mirar a Emma y fulminarla.
-¡Emma! –Grite agitando mi cabello, ella sonrió.
-Lo siento, ya lo capte.
-Bueno creo que yo ya me voy, hice mi trabajo caritativo del día por lo que me despido... Tú me debes una cita. –Me guiño el ojo y salió del lugar.
-¡Gane yo! ¡Déjame en paz! –Grite y mire a Emma que miraba por donde se había ido Jayden. Tenía el ceño fruncido y parecía molesta-¿Pasa algo?–Pregunte y ella se volteo a verme.
-No, pero... ¿Qué sucedió entre ustedes?
-La apuesta, creí que había quedado claro.
-Sí, pero... ¿No sucedió nada más?
La estudie –Él me beso, yo lo golpee.
Ella abrió los ojos como platos.
-Carajo, él te marco.
-¿De qué hablas? Yo no soy un palo como para que un perro me marque.
Ella rodeo los ojos- Jayden... -Se atraganto con las palabras y pareció pensarlo- Como sea que es su apellido, besa a cada chica para marcarla como de su propiedad.
-Me vale...
-Y todo el instituto lo sabe.
-Mierda superiora.
Ella río.
-¿Mierda superiora?
-No se me ocurría otra cosa.
-¡Aquí estoy! ¡Alguien que me ayude! –Grito Rosie, la enfermera.
Emma fue hacia ella y volvió con 3 cajas, Rosie entro con 3 más.
-¿Tantas cosas necesito? –Pregunte alarmada.
Rosie río –No, tú solo necesitas comer y una curita en tu frente.
Me lleve la mano a la frente y cuando la mire tenía sangre.
-¿Qué?
Em sonrió- Cuando Jayden te traía te golpeo contra una puerta.
MALDITO IDIOTA.
Rosie me coloco un curita y me dio una barra de cereal que me comí rápidamente, luego me baje de la camilla.
-Bueno, recuerda comer antes de hacer un deporte, nos vemos chicas.
Ambas salimos de la enfermería y caminamos hacia las habitaciones.
-¿Qué hora es? –Pregunte mirando a Emma.
-Las... -Miro su teléfono.- 17:34.
-¡17:34! ¡¿Estuve desmayada por 4 horas?!
-No, por 3, el partido duro hasta las 14:32
-¿Jugamos por 2 horas?
-Sí, ¿No lo notaste?
-No.
Llegamos a mi habitación y Emma se despidió dejándome sola.
Tome mi teléfono y le marque a mi madre. Hable con toda mi familia y les avise que todo estaba bien, pero mientras que hablaba con mi madre se escucho una explosión y un "¡RAVEN!", segundos después me colgó. Luego de eso le marque a Megan, mi mejor amiga de Arizona y puse el teléfono en altavoz mientras me lanzaba en mi cama
-Diga –Hablo mascando chicle.
Les contare algo, Megan es una "plástica"
-¿La ardilla esta dentro del placar?
Ella río –No, se escapo porque le dijeron que la engañaban. –Ambas reímos.
No, no estamos locas. Megan es una fresita por obligación, su madre lo fue, su hermana lo fue y ella debe serlo. Y lo de recién es un lenguaje en clave, la ardilla es ella y el placar es una persona, por lo tanto pregunte, "¿Hay alguien cerca tuyo?" y ella me respondió "No, me escape". Megan tiene el cabello rubio y ojos azules, y un cuerpo envidiable por la mayoría de la población femenina. Pero es totalmente diferente a lo que quieren que sea, ella odia ir de compras, odia burlarse de los demás y ama comer.
-¡Te extraño! –Exclamo y yo reí.
-Yo también, rubia teñida.
-¡Ya no me debes decir eso!
-¿Por qué?
-Porque me estoy destiñendo, mi mamá está demasiado ocupada con Hanna que recién empieza la secundaria y es un desastre en todo, y además es mi último año.
Aplaudí. –Genial rubia, estoy feliz por ti... ¡Espera, tú eres rubia natural!
Ella río –Si pero no es rubio platinado, es rubio oscuro. ¡Es una gran diferencia, déjame con ello!–Ambas reímos.
-¿Cómo estás?
-Bien, pero yo no importo, ¡¿Cómo es Seattle?!
-Lindo... –Hable nerviosa- Te extraño.
-Yo igual... ¡Me estas cambiando de tema! -Bufe- ¿Es un chico?
-No, sabes que esas cosas no me importan...
Ella grito- ¡¿Se trata del capitán del equipo de futbol americano?!
-¡Eres una puta adivina! –Exclame sorprendida y ella río- Hablo en serio, me estás dando miedo, deberías dejar de ver películas.
-¿No te dejo entrar al equipo? –Pregunto ignorándome, yo bufé.
Gruñí –No y además me beso, ¡ME BESO!
-Oh, el idiota está cavando su propia tumba, ¿Cómo se llama?
-Jayden, pero eso no importa. La cosa es que hay un equipo de futbol americano femenino pero es terrible.
-¿Qué harás?
-No lo sé, esperaba que tú me digas algo. Según lo que escuche la mayoría son lesbianas y tienen mal temperamento.
-Bien si las que están no sirven, reemplázalas.
-¿Y cómo se que no sirven? Como te dije, tienen mal temperamento.
-Haz un concurso, una competencia. Las tres mejores estarán dentro del equipo, motívalas a ganar
-¿Y cómo lo hago?
-Déjame pensar... ¿Me has dicho que la mayoría son lesbianas?
-Sí.
-Bien, como ambas sabemos el futbol americano es lo más importante para ti en el mundo...
-Estas en lo correcto pero, ¿Dónde lleva esto?
-Ten paciencia, castaña... -Ella siguió pensando- Tú serás la motivación.
-¿De qué rayos hablas? –Comencé a caminar por toda la habitación.
-La que gana tendrá una cita contigo y si no es lesbiana regálale el bolso que te dio mi madre hace 3 años, el rosa.
Recordé el bolso y me dio repugnancia.
-No está mal, pero... ¿Y si quiere besarme?, yo no soy lesbiana, no tengo nada en contra de ellas pero si me toca un cabello le rebano la cara.
Megan río- Aclárales que solo hablaran, nada de contacto cuerpo a cuerpo.
-Es un buen plan de guerra.
Megan río fuertemente- ¿Plan de guerra? ¿Tan desafortunado es el chico?
-¡ME BESÓ!
-¿Y tu se lo respondiste?
-¡¿Acaso estás loca?! ¡Yo nunca le responderé un beso a ese idiota!
-Todavía no lo sabes. –Esa no era para nada la voz de Megan por lo que me sobresalte.
Me volteé para encontrarme a Jayden en la puerta.
-Dime que no acabo de escuchar a un chico sexy hablar –Mire el teléfono y luego a Jayden. Corrí hacia el teléfono y lo tome antes de que él lo haga.
-¡No es sexy! –Le grite al teléfono- ¡Vete de mi habitación! –Ahora le estaba gritando a Jayden que tenía una enorme sonrisa en su rostro.
Megan río- Te cuelgo, la ardilla escucho el placar abrirse.
-Hablamos luego, rubia.
-Adiós, Ash.
-¿La ardilla escucho el placar abrirse? –Hablo Jayden mientras se sentaba en mi cama.
-Nada que te importe, vete de aquí. –Lo levante de mi cama y lo comencé a empujar fuera. Cuando llegue al marco de la puerta él se agarro de los bordes.
-Emma me llamo para decirte que mañana temprano vayas a un café... El que queda a una calle de aquí.
Pare de empujarlo. -¿Por qué Emma te mandaría a ti para decirme eso?
El abrió la boca y la volvió a cerrar, yo sonreí triunfante y lo empuje fuera.
Luego de bañarme me coloque una camiseta grande de mi hermano y unos shorts cortos. Un buen dato para informarlas es que también tengo un hermano, Thomas, él vive en España desde hace 7 años con su esposa Bridgit y Maggie su hija de 4 años; pero no me gusta hablar de él por problemas familiares.
Salí de mi habitación y camine hacia la habitación de Emma. Toque la puerta y a los segundos ella abrió.
-Oh Ash, no te esperaba, creí que eras... –Por unos segundos se me quedo mirando, yo apreté mis labios y levante una ceja, ella suspiro- Mi novio.
-No, hasta ahora sigo siendo chica. –Ella sonrío- Venía a preguntarte si tú mandaste a Jayden a avisarme de que mañana nos juntábamos en un café.
Ella bufo y se paso una mano por la cara con frustración.
-No, se lo dije a mi novio –Ella se mordió el labio y yo entrecerré los ojos- Él se lo debe haber comentado a Jayden, son grandes amigos. –Hablo nerviosa.
-Oh, pues entonces nos encontramos mañana.
-Sí, café Totomoto. –Yo asentí, ella pareció pensar algo- Pasa antes por mi habitación y vamos juntas.
-Está bien.
Cerró la puerta y yo me fui hacia el primer piso, donde se encontraba la cafetería. Aunque las luces estaban encendidas todo se veía tenebroso por lo que me apresure a llegar. Cuando lo hice me encontré todo vacio, camine hacia donde estaba la comida y tome unas galletas de avena. Me senté en una de las mesas mientras mis pensamientos navegaban por mi cabeza, había demasiadas cosas en las que pensar.
-Hey –Me sobresalte cuando escuche la voz de un chico, para mi suerte no era Jayden.
Él tenía el cabello rojizo y desordenado, ojos verdes y era blanco con muchas pecas.
-Hola –Salude sonriente- Me asustaste.
-Lo lamento, no fue mi intención –Suspiro- Soy Raymond, juego en el equipo de Futbol. –Yo asentí y me quede callada, él me miro divertido- ¿No me dirás quién eres?
- Ash –Moví mi mano un poco en forma de saludo- Quería jugar en el equipo pero por lo visto son machistas.
-Sí, vi todo el espectáculo que has dado –Yo reí- El entrenador no quiere chicas.
-Pues que se vaya al diablo. –Murmure y cuando quise tomar otra galleta noté que ya no quedaban.
-Se que eres la chica de Jay pero... -Lo interrumpí antes de que siguiera.
¿YO? ¿La chica de ese imbécil?... Antes muerta.
-No jodas, ¡No soy nada de ese idiota!
Él me miro confundido- P-pero él te reclamo.
-No soy de nadie, nadie me reclama. –Di un salto y me coloque adelante suyo- Díselo a todos tus compañeros y si es necesario a todos, yo no soy un objeto, por lo tanto, no soy propiedad de nadie más que de mí misma.
Él asintió y metió sus manos en sus bolsillos, pareció pensarse lo que contestaría.
-Pues entonces... -Me miro mientras una sonrisa tímida se dibujaba en su boca- Salgamos.
Sonreí mostrando mis dientes –Déjame pensar... No. –Quite mi sonrisa y me voltee para irme, pero antes le dedique una última mirada- Mira, no es que seas un mal chico, pero yo no estoy buscando a alguien, me gusta estar sola –Sin decir nada más me marche de allí.
En este momento lo último que necesito es tener algo más en lo que preocuparme... Lo único que quiero era formar ese equipo, nada de chicos por ahora, gracias.
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Desperté y luego de pasar unos minutos en mi cama sin pensar en nada me levante; me coloque unos jeans de mezclilla, una camiseta de tiras, una sudadera roja y mis zapatillas favoritas negras. Aún faltaba un día para comenzar las clases pero los pasillos estaban llenos de chicas, la mayoría con maletas y bolsos, otras simplemente ya parecían haberse acomodado y se dedicaban a estudiar a quien le había tocado cada habitación. Ignorando los gritos y algunas miradas feas camine hacia la habitación de Emma y cuando toque la puerta nadie me respondió.
Chica, ¿Esperarme era muy difícil?
Salí del instituto y no muy lejos se veía el cartel del café, camine hasta allí y al llegar distinguí la cabellera de Emma, yo tomé asiento a su lado.
-Oye, ¿No que veníamos juntas? –Hable y mi teléfono comenzó a vibrar mientras figuraba "Llamada entrante de Emma"
No levante la vista mientras lleve mi teléfono a mi oído.
-¡ES JAYDEN! –Grito Emma y colgó.
Abrí mis ojos de par en par y levante mi vista hasta encontrarme con el susodicho cubierto con unos anteojos y una peluca rubia en su cabeza.
-¡Carajo! ¡¿Estás loco?! –Grite mientras arrancaba la peluca de su cabeza.
-Loco por ti –Me guiño el ojo y mi enojo paso a un nuevo nivel.
¡Justamente, lo que faltaba!
-¡Metete los halagos idiotas en donde te entren! –Exclame y me marche de allí.
-¡Vamos muñeca, no te hagas la difícil! –Lo ignore- ¡Me debes una cita!
Me volteé enojada chocándolo- ¡Acéptalo, yo soy mejor que tú y te he ganado!
Él gruño. –Te deje ganar –Se veía muy molesto.
-¡Es mentira y en el caso que fuera verdad deberías dejarme en paz del mismo modo! –Gruñí y me volteé, él me tomo de la muñeca.
-Sólo un café. –Me pidió sonriéndome coquetamente.
-¡No! –Me solté y me aleje nuevamente.
Me dirigí al instituto y camine hacia la habitación de Emma. La puerta se encontraba cerrada pero yo la forcé y se abrió, dentro Emma estaba atada de manos y pies con el teléfono entre sus dos manos.
-¡Me encerró! –Grito- ¡El idiota me ato y me encerró!
Desate a Emma y la mire fijo.
-No solo armaremos un equipo... Esto es más que eso, nos vengaremos.
Jayden Bower en multimedia :3 Asdasdasdasdasd