โ solo; ggukgi

By drtyoongi

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This solo, solo, every.body This solo, everybody. This solo, solo, everybody. So I do it solo. kookgi os. ins... More

S O L O;

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By drtyoongi



Since you been gone.
I've been dancing on my own.
There's boys up in my zone.
But they can't turn me on.
'Cause baby, you're the only one I'm coming for.
I can't take no more, no more, no more.










.


Camina a pasos lentos por las ajetreadas calles se Seúl, las brillantes luces le dejan cegado a pesar de que no las mira directamente, su cuerpo se siente pesado, como sí una capa brumosa estuviera sobre él y no permitiera moverse. Sus cabellos azabaches caen en su frente, la capucha cubre parte de su rostro, pero aún así, las lágrimas son visibles, pasa su dorso furiosamente por su pómulo, queriendo borrar las gotas saladas en cuanto caen, observa hacía el cielo, deseando que se apague la ciudad para mirar las estrellas. No tiene un destino fijo, su andar es pesado, le golpean en el hombro algunas personas, pero no se inmuta, la opresión en su pecho es bastante grande para que eso no le afecte.

Los recuerdos le afectan, incluso después de medio año, siguen paseándose como víboras queriendo devorarlo y comerse sus entrañas.

Nunca quise dejarte lastimado, sé dice, nunca quise hacer lo peor, se reprende, no a ti, recuerda. Piensa otra vez, cada que leo uno de tus mensajes, desearía no ser uno de tus ex's, repitiendo, otra vez, y una y otra vez.

Se muerde el labio con fuerza, sintiendo el escozor que esto causa, el rostro de TaeHyung aparece de nuevo, el dolor se instala y no puede pararlo. Es una locura, sabe que tiene que dejarlo ir, tiene que renunciar a él, pero no puede, aún puede sentir sus brazos rodearle y su aliento sobre su cuello.

Pero sabe que la relación no daba para más, sólo estaba jugando a sube y baja, alguien tenía que bajar de aquel juego repetitivo, no podían seguir juntos sí él ya no le amaba como antes y Jeongguk sólo podía aceptar el hecho que se había acabado. 

Suspira pesadamente por enésima vez, tratando de calmar los estragos de sus pensamientos, sus pasos lo dirigen a un bar, no tiene mala pinta pero eso es lo que menos le importa, quiere consumir un poco de aquel líquido etílico, que le queme la garganta y así pueda suprimir sus emociones por un rato, al menos eso podrá apaciguar las olas de dolor que inundan su paz interior.







.








.








.










Al llegar, rápidamente divisa el establecimiento, dando una rápida mirada a cada esquina del brumoso lugar, la neblina con olor a cigarrillo rancio y algo de naftalina, como un viejo moribundo. Ojos le miran desde las sombras cuando entra con la cabeza gacha, a sabiendas de su aspecto deplorable, escucha leves murmullos cuando pasa, pero eso no le resta que el ambiente se sienta agradable, sin embargo, sabe que al pasar media noche, aquel sitio puede ser el más mezquino.

Piensa en donde tomar lugar, definitivamente en los gabinetes de al fondo no, incluso no sería un mal lugar pero la apariencia de los que se sientan al rincón no le da buena espina, dirige la mirada a las del centro pero todas están ocupadas por hombres trajeados, unos otros igual que él pero por la cara de todos estos hombres, no están en busca de compañía. Decide al fin, centrarse frente a la barra de licores, al menos ahí no tardarán en atenderle y quizás pueda tener una agradable conversación con el barman.

Toma asiento en aquella silla de terciopelo rojo, piensa otra vez, ahora soy yo el tonto, repite una y otra vez, suspirando con pesadez.

Ojalá los recuerdos no le atormentaran de está manera, pero el destino juega con él, como un títere.

Le hace una señal al barman, un hombre promedio con barba canosa y vigorosa. Él le sonríe cortés, a lo que Jeongguk le devuelve en gesto sin mucho ánimo, el barman le pregunta que ordenará, él se debate mentalmente por aquellos licores de apariencia fluorescente pero al final sólo le pide unos chupitos de vodka, el barman le pregunta que sí quiere comprar la botella entera, Jeon acepta tu rechistar y el señor frente suyo asiente, con una mirada reprobatoria pero sin duda, amable, como un padre reprendiendo a su hijo y eso le causa mareo al azabache.

Mientras espera, ya que están atendiendo a otros clientes, recuerda las peleas o los besos dados, extrañando. No va a mentir que después de la ruptura con TaeHyung, se sentía devastado, claro que sí, pero tomó las peores decisiones, realmente, se la pasó bailando solo, había chicos en su zona, sin embargo ellos no lograban encenderlo, estuvo con uno y con otro, chicos sin nombre, mientras quería borrar a uno de su mente. Jamás se imaginó que utilizaría eso de 'un clavo saca a otro clavo' y por supuesto, jamás funcionó, lo único que se llevaba era la interminable satisfacción erótica de su cuerpo junto a otro, ambos siendo un lío de suspiros amargos y gemidos lastimeros.

Incluso ahora se pregunta si realmente puede salir de está, eres por él único que vengo, no puedo aguantar más, derrotado en un sin fin de mentiras inconexas que simultáneamente se entrelazan como una cuerda floja, como él creía que TaeHyung era su lazo rojo, pero que equivocado estaba, sólo eran juguetes jugando en una casa de muñecas a la pareja perfecta.

Cuando el señor canoso le entrega la botella, sirviendo el licor transparente en un pequeño vaso de cristal, le dedica un asentimiento, en forma de gracias a lo que el barman se retira, mientras que Jeongguk divisas en sus ojos algo que no sabe descifrar con certeza, seguramente reprochándole su actitud pero, ¿qué más puede hacer si ya lo intentó todo?

Él quiere deshacerse de su recuerdo, pero se mantiene brumoso, nublado, dentro de su cabeza sin la posibilidad de olvidarlo.

Quiere follar pero tiene el corazón roto, llora, llora pero le gusta la fiesta, tocar, tocar pero siempre lo termina haciendo solo.

Toma el vaso lleno de vodka, conduciéndolo hasta sus belfos, con el primer sorbo, su garganta quema ante el familiar sabor, su mente dispara sensores que de a poco se volverán en euforia o llanto contenido. La sequedad en su boca no se apacigua, aumenta con cada sorbo, tras sorbo de alcohol, para tratar de desvanecer su memoria, por mínima que sea. Y se acaba el primer trago de la noche, toma la botella y vuelve a llenar su vaso, así como si también pudiera llenarse su corazón vacío.

Las llanuras de sus sentimientos se encuentran muy lejos de este mundo, no hay nada que le quede aquí, quiere irse, irse lejos de su mente que con cada recuerdo le atormentan de nuevo, es así, quizás porque prefiere emborracharse, el licor borra unos instantes su memoria pero sin embargo sabe que al despertar, los recuerdos volverán con el doble de fuerza, arrancándole hasta el último pedazo de su desgastado corazón al igual que su pequeña luz de esperanza.

Vuelve a acabarse el segundo vaso de vodka, ya el líquido no quema su garganta como al principio, pese a que aún no se emborracha, sabe que en pocas horas terminara en el piso llorando de nuevo y tal vez lo echen del lugar o llamen a sus padres, los cuales, viven en el extranjero por lo que la opción más fácil es echarlo. Mira al barman ir de acá para allá, con bebida en mano, su mirada viaja de mesa en mesa hasta aproximarse a la entrada donde varias personas siguen llegando, es obvio para un sábado en la noche. Toma otro sorbo a su bebida mientras que con su mano derecha mueve el líquido dentro del vaso, de un lado a otro y en círculos, como una línea del tiempo que va en espiral, sin detenerse. 

Esta cansado de este lugar, de que la gente cambie y así recuperar lo que alguna vez dio pero sólo ve aviones girando a su al rededor mientras todo se esta deshaciendo, todo es su culpa, todo, sólo los tontos se enamorarían de esta manera, como lo ha hecho él. 

Distraídamente toma el vaso en sus mano derecha, retirando su vista de la entrada, soltando un chasquido al ver una pareja de enamorados entrando tomados de la mano, aquello le causa un sabor amargo en la garganta. 

ーAl parecer a alguien le causa repelús el amor, ¿no es así?

Dice una voz a su lado, suave pero con un timbre grave por lo que se trata de un chico pero a pesar de aquello, no puede evitar fruncir un poco el ceño frente al sarcástico comentario, aunque admita que es verdad. Al girarse, se encuentra con un chico aproximadamente de su edad, tal vez unos años mayor, luciendo una radiante sonrisa donde se pueden ver sus encías rosáceas lo que le hace preguntarse que clase de belleza infantil sería esa, junto con unos cabellos cobrizos, en matices rojizos y castaños. Una ligera sonrisa sale involuntariamente de sus labios ante el paliducho chico que no le deja de sonreír, mientras que el barman se acerca a pedir la orden del chico, este no le quita los ojos a Jeon pero un leve sonrojo se apodera de sus mejillas debido a que Jeongguk tampoco puede apartar los ojos de él, a lo cual se gira para hablar con el señor frente a él, logrando que un poco de su flequillo caiga por encima de sus bellos ojos gatunos, a la par que Jeon tiene que resistir la tentación de tomar el mechón para acomodarlo detrás de la pequeña oreja del susodicho y rápidamente siente como su corazón se agita ante el precioso hombre sentado al lado suyo. ¿Es posible que este chico tan bonito, que se permite ruborizar en público sin temor al rechazo, le este hablando? ¿A él? ¿Un chico con terribles ojeras purpuras debajo de sus ojo, con olor a zorrillo y con el cabello de un vagabundo? 

Toma valor cuando el barman agita su gran cuerpo preparando la bebida, observando como el chico devuelve su atención a él, sin apartar la ligera y fresca apariencia.

ーTal vez es un gesto involuntario a que mi última relación amorosa se fue al carajo y aquí me tienes, dando pena en un bar de mala muerte.ーSe da cuenta que ha metido la pata cuando el lindo chico de ojitos gatunos hace una pequeña mueca ante sus palabras, reemplazando su sonrisa por una cara seria y se muerde el labio con fuerza. 

Serás estúpido, Jeongguk.

Y vaya que lo es porque el chico desvía su mirada, a la vez que el barman llega con su tónico en mano, una bebida de color azul verdoso y una pequeña sombrillita adornando la copa. Bastante llamativo.

ーParece que ya no me recuerdas, ¿verdad, Jeongguk?

Al escuchar el nombre salir de sus labios, se gira bruscamente para encarar al chico delante suyo, que ha cruzado su delgada pierna encima de la otra, bebiendo muy propiamente su bebida, luciendo totalmente precioso con ese suéter color beige. 

ー¿C-Cómo sabes mi...nombre? 

Pregunta cauteloso, su garganta seca, por lo que toma de golpe lo que sobra del líquido en el vaso de vodka, aún mirando al adverso. 

ーOh Jeon, que poca memoria tienes. ¿En serio no me recuerdas? ¿Debería sentirme ofendido?ーCuestiona burlón el chico de porcelana, a lo que Gguk suspira exasperado por lo que hace amago de irse pero una delicada mano se pone en su muñeca, parándolo al instante y realmente no sabe si es por el pequeño cosquilleo que sintió al percibir el tacto del ajeno con su propia piel o debido a la casi imperceptible fuerza que aplico el otro.

ーPerdona, no quise sonar grosero.ーHace una mueca de disculpas, el rubor vuelve a aparecer en sus mejillas y Jeon tiene que resistir las ganas de besar cada uno de sus lindos mofletes. Asiente cuidadoso para volver a sentarse, la mano del chico sigue sujeta a su muñeca pero se da cuenta de esto y la retira cuidadosamente, casi como quisiera mantenerla en su piel.ーBueno, no es tan complicado de hecho, yo era compañero de cuarto del amigo de TaeHyung, su nombre es Seokjin supongo que lo has de conocer, por lo que TaeHyung, tu ex ahora que ya me has informado, pues organizaron una de sus famosas fiestas universitarias, el punto es que me invitaron y ahí te conocí, fin del asunto. 

El menor se queda algo pasmado ante la vaga explicación que le da el pequeño chico, más porque él no lo recuerda en lo más mínimo, él sigue bebiendo su tónico sin inmutarse, a lo que se inclina un poco sobre el foráneo, haciendo que sus rodillas se toquen pero sin invadir el espacio personal del chico bonito. 

ーPero eso no explica como es que sabes mi nombre, es más, yo ni siquiera te recuerdo ni un pelo y mira que mi memoria no es pésima, tuve que aprenderme todos los combos de ataques del Mortal Combat Xl  para un campeonato.ーEl azabache dice muy orgullosos de sí mismo, lo que no esperaba era una risa angelical saliendo de los labios del pálido, su corazón vuelve a temblar ante ello y realmente podría escuchar el sonido de su risa toda la vida.  

ーQuizás era porque te la pasabas colgado del brazo de TaeHyung, bebiendo a cada dos por tres y cuando Seokjin me presentó contigo, lo único que recibí fue un vómito sobre mis zapatillas de deporte nuevas. 

Al escuchar eso, Jeongguk sólo quiere que la tierra se lo trague, hace esfuerzo para recordar la noche y aunque no es mucho, ciertas imágenes pasan sobre su cabeza; él bebiendo como loco, él besando a TaeHyung, él hablando con el chico bonito, él cantando con Seokjin, él vomitando sobre el  chico bonito, ¿En serio había vomitado encima de este lindo ángel? ¿En que estaba pensando al beber tanto?  Ni siquiera el recuerdo de TaeHyung le hace estragos como cuando llegó al establecimiento, como tanto tiempo le ha ocasionado, ahora su mente no puede apartarse del lindo gatito frente suyo. Un suspiro exagerado sale de sus labios y se inclina sobre la barra de bebidas, escondiendo su rostro entre sus brazos. 

Su vergüenza llega hasta sus limites pero una mano acaricia su antebrazo hasta deshacerse de la capucha que cubre su cabeza, dejando a relucir sus cabellos negros y se gira para observar esa sonrisa cautivadora en aquellos labios de algodón de azúcar, otro latido en su corazón. 

Diablos, pensé que mi corazón estaba hecho piedra.

Pero que equivocado estaba Jeongguk, sí aquel pequeño chico le esperaba una grata sorpresa.

ーHey, no pasa nada, ya es pasado, aunque sí tenía la esperanza de que me recordaras a pesar de tremenda borrachera que te cargaste ese día, sin embargo, se puede compensar. 

Jeon alza las cejas, levantándose de a poco de la barra, olvidándose del trago, de todo a su alrededor, de porque su corazón se había congelado, de aquello que le hacía mal, se olvida de eso porque sólo tiene ojos para el dulce chico, del dulce, dulce chico. 

ーEntonces...¿Cómo es que puedo recompensarte? 

Dice, sacando la primera sonrisa sincera de la noche, todo gracias al chico que sin pensarlo, hizo que sintiera de nuevo su corazón latir, el que pensaba que no podría amar por estar roto y este mismo chico que le miraba atentamente, le hizo robar el aliento.  

ーInvítame a salir un día de estos, es tu penitencia por haberme echado a perder unas bellísimas converse  negras. 

Y ambos sueltan una risitas cómplices, ya no le toma importancia al alcohol, ya no piensa más en su agobio, en su ex novio, no, ya no, la noche se ha vuelto maravillosa y no como otras tantas de lágrimas amargas, sino más bien, en sonrisas acarameladas. Asiente ligeramente, saca de su bolsillo unos cuantos wons para pagar su bebida, observando como el pequeño chico piensa hacer lo mismo y le detiene con un gesto, mientras el barman se acerca a ellos. 

ーCóbrese de los dos, muchas gracias. 

Asiente el señor canoso, mirándolo con una sonrisa en el rostro y por primer vez, no le molesta. 

Se gira para encontrase al pequeño ángel avergonzado, mordiéndose los labios, a lo cual Jeongguk le tiende la mano para que se baje del taburete y al hacerlo, ambos quedan a tan solo centímetros, el chico es un poco más bajo que él, lo que le da una apariencia más preciosa, sus mejillas se transforman en pequeñas manzanas, sostiene el aliento en su garganta, su mano se alza y acomoda uno de los mechones caoba detrás de la oreja del foráneo, le siente temblar, acaricia su mejilla sin dudarlo, suelta el aire retenido y esos ojos le miran como si fuera el único hombre en el universo, y jura que esa sensación le agrada, le gusta jodidamente mucho. 

Sin decir palabras, le toma de su mano, suave, cálida, como las gotas de rocío en verano, el chico observa sus manos entrelazadas y sonríe, mientras ambos se dirgen a la salida.

Al estar fuera, las luces retumban en su vista, los sonidos de los autos retumban en sus oídos, más sin embargo, ellos no se dan cuenta de todo lo que pasa a su alrededor, sólo tienen ojos para el otro, sus manos aún juntas, sus respiraciones acompasadas al igual que el ritmo de ambos corazones, tranquilo, en paz, una sensación de que sí, joder, sí, esto es lo que quieren y lo quieren para siempre. 

Jeongguk abre la boca para decir algo, más sus palabras se quedan atascadas en su garganta al igual que sus pensamientos cuando unos finos labios se unen contra los suyos, bendito sea el cielo, porque el chico lindo le esta besando, un dulce beso, tan dulce como se imaginaba, lento, cuidadoso y sus manos van a su estrecha cintura, acercándolo más mientras siente como el chico enreda sus dedos en su cabello.  

Se separan apenas un poco, solamente los alientos chocando y aunque debería de ser desagradable para ellos, no lo fue. 

El chico se pone de puntillas, rozando su nariz con la suya y en ese momento su corazón estalla con ternura, deseando a este hombre más de lo que pudo hacer deseado a ningún otro. 

ーMi nombre es Min, Min Yoongi, espero que ahora sí me recuerdes después de este beso. 

Murmura sobre su oído, su voz melodiosa, como un ronroneo le infla el pecho de calor, un calor dulce, se siente como probar chocolate, uno que te hace flaquear por su suavidad y dulzura. Sus manos aún sobre la cintura del otro, le atraen más a su cuerpo y sonríe como un niño al cual le han dado su regalo de navidad. 

ーNo te olvidaré, créeme, mi pequeño Yoongi y espero que este no sea el único beso que estés dispuesto a darme.ーDice contra los labios del pequeño y dulce Min, que con ese sonrojo tan característico se echa a reír contagiando a Jeon, una risa enamorada, tan bonita como los ojos del chico, tan perfecta como sus labios y que Gguk esta dispuesto a seguirlo, conocerlo y tal vez, enamorarse nuevamente, porque esta seguro que Yoongi es un ángel que lo rescatara de su desolación, de su frío corazón. 

Y ahora es Jeongguk quien se lanza a besarlo y jura no soltarlo nunca. 

Ha pasado un tiempo, uno largo y esta seguro que con su chico dulce podrá olvidar la sombra del pasado, porque no todo en el amor debe ser como alguna vez lo vivió, no todo debe acabar en desgracia y no debe de quedarse solo.

Al final de todo, puede sanarse a si mismo para amar a un ángel que lo ha rescatado justo en el momento indicado. 











This solo, solo, everybody.
This solo, everybody.
This solo, solo, everybody.
So do it solo.






_______________________________

wiiiii. ahora les vengo con este pequeño OS que se me ocurrió viendo el bon voyage en la escena donde jeon y yoongi se van a beber, ah, algo un poco más angst pero termina bien para ambos. 

espero que les guste muchísimo, recientemente he salido de vacaciones así que el bloqueo mental se ha desvanecido y he acabado esto en una noche, ahre. trataré de estar más activa, al igual que tengo planeado más os e incluso fic's pero no se sabe. 

al igual que quería preguntarles algo, ya que ustedes son las que leen y no quisiera hacer algo malo. he pensado en mandar "fools" a borradores, primeramente por la falta de tiempo al publicar, así como la falta de concordancia, ese fic lo empecé en 2016, es decir, cuando tenía 16, así que, vamos, tal vez no sea la misma mentalidad o las mismas ideas. entonces, sinceramente no sé bien que rumbo tomará la historia, por lo que estoy pensando en eso pero quiero primeramente escuchar su opinión al respecto. 

segundo anuncio, ya se están acercando las fiestas, así que les deseo una muy bonita navidad así como un buen inicio de año nuevo, los amo y las amo por igual, de verdad les deseo mucha felicidad a todos ustedes, se la merecen. (al menos que alguien sea un grinch ahre.) 

y sin más, me despido, gracias por tomarse el tiempo de leer lo que escribo, de verdad se los agradezco con el alma, dejen comentarios bonitos y estrellitas. Faltas ortográficas corren por mi cuenta, besitos a todos. :*

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