Simplemente Camren

By angelXXVII

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Ciertas cosas simplemente suceden, sin pedir permiso o preocuparse por lo que pensamos. Simplemente. Lauren e... More

Capítulo 01
Capítulo 02
Capítulo 03
Capítulo 04
Capítulo 05
Capitulo 06
Capítulo 07
Capítulo 08
Capítulo 09
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19 (Part. 1)
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo Final
Epílogo

Capítulo 19 (part. 2)

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By angelXXVII

POV Lauren


Mis ojos se abrieron de par en par en sorpresa, levanté la cabeza tan rápido en cuanto reconocí esa voz. De pie estaba una chica de ojos extremadamente castaños y una sonrisa juguetona en labios llenos y pintados de rojo. Mi corazón se aceleró cuando la vi allí, contuve mi impulso de gritar, pero me quedé repitiendo "oh mi Dios" hasta que di la vuelta a la barra y la agarré en un fuerte abrazo.

- DIOS MÍO. - Repetí por milésima vez - Lucy, ¿Qué estás haciendo aquí? ¿No deberías estar en España?

- También te extrañé Laur. - ella se rió y me devolvió el abrazo de oso, pero luego murmuró emocionada. - Te extrañé mucho.

Me alejé para mirarla mejor. La sonrisa divertida era la misma que hace años atrás, no pude resistirme y la volví a abrazar. Lucia era una "huérfana" como yo, abandonada para ser adoptada por alguna familia caritativa o aprovechadora. Pero ella tuvo más suerte que yo, al ir a una familia española que la amaba de verdad. Nos alejamos por segunda vez y me reí como un niño al recibir el mejor regalo.

- ¿Cómo me encontraste? Ya no estoy con... Esas personas. - dije de mis "padres" adoptivos.

- Fue complicado, pero siempre te encuentro. - Lucy respondió guiñándome el ojo.

Eso era cierto, nunca lograba escapar en los juegos a escondidas.

- Pero, ¿Qué estás haciendo aquí? No es que no esté feliz de verte, pero hace más de cinco años que te fuiste y nunca te contactaste. - dije en tono de queja.

- Tú te escapaste, sabiamente, de la casa y olvidaste dejar tu nuevo número. Ellos no tenían ningún contacto tuyo. - Lucy se defendió y abrió una enorme sonrisa. - Vine a prepararme para entrar en la universidad de aquí, ¡conseguí una beca gracias al voleibol! Así que, por supuesto, vine a buscar a mi hermanita descerebrada. ¡Pero qué sorpresa me tomé al saber que era toda una mujer trabajadora!

- ¡Lauren! - Brandon me llamó cerca del escenario. - Necesitando más whisky, ve a buscarlo en el sótano.

- Volveré enseguida, ¡no huyas!. - Supliqué agitada.

- No me iré de aquí. - Lucy prometió apoyándose mejor en la barra.

Sonreí y prácticamente corrí al sótano. Pero el whisky no estaba en el lugar correcto y me llevó un tiempo encontrar las mejores botellas. Cuando regresé lo entregué a Brandon y encontré a Lucy sentada en una mesa cerca de la barra, la favorita de Camila. Sonreí imaginando el susto que se llevaría Lucy al saber que estaba saliendo con alguien. Me acerqué a Matías y expliqué rápidamente lo que estaba pasando, él rápidamente se ofreció a quedarse un poco de barman, lo que me permitió ir a sentarme junto a mi vieja amiga.

- Tardaste. - me acusó en broma.

- Esos inútiles no saben organizar las botellas. - Me quejé lo suficientemente fuerte.

- Estaba demasiado ocupado para prestar atención. - Matías pronto se defendió.

- Ajá, sé exactamente qué tipo de ocupación era. - Provoque y nos reímos, al parecer tenía razón. - Lucy, éste es mi vecino y jefe, Matías. Mati esta es Lucy, como lo dije es una amiga de Santa Elena.

- ¿Así que te tocó a ti soportar a esta diablillo? - Lucy le preguntó a Matías.

- Ni siquiera con el exorcismo del Papa, ella mejoraría. - respondió con un mirada apenada.

- ¡Oye! Estoy aquí, ¿vale? Por favor, hablen mal de mí, pero lejos de mi presencia, ¿de acuerdo?

- Pero dime Laur. ¿Cómo te fue salir de casa? ¿Dónde vives? ¡Apuesto a que te estás tirando a todas!. Tu casa debe ser un motel privado.

Sonreí de lado y empecé a contar, pero me concentré principalmente en Chris. Esa era la parte que debería saber primero y que nunca podría imaginarse. Ella estaba realmente sorprendida y me escuchó seriamente, apenas hablando y permitiendo que me desahogara. Con Lucy no tenía reservas o pudores, prácticamente crecimos juntas. Eran alrededor de la una de la mañana cuando noté que mi celular estaba en su mano y al notar mi mirada, ella se ruborizó un poco.

- Oh, olvidé decirte que estaba sonando y lo contesté sólo para burlarme de tus amantes. La chica parecía muy celosa y posesiva, empezó a preguntarme quién era y dónde estabas. Le respondí que ella no debería saber dónde estaba mi chica. - Lucy dijo casi riéndose.

- ¡Espera! - la interrumpí sintiendo que mi sangre dejaba de fluir. - ¿Tenía acento italiano?.

- Creo que sí. Dijo muchas cosas que no entendí. - Lucy se rió aún más. - En serio, ¿de dónde sacas esos personajes?

- ¡No jodas!. - la corté de nuevo. - ¿Qué dijiste exactamente sobre eso de ser mi chica?.

- Cálmate... Ella se quejó y empezó a preguntar quién era yo y exigió saber dónde estabas. Que estaba mintiendo. Entonces le pregunté cómo entonces estaría con tu celular si no fuera alguien importante... ¿Estuvo mal lo que hice?.

Gemí en desesperación. Saqué el anillo de mi bolsillo y lo puse en mi dedo. Los ojos marrones de Lucy crecieron en total shock y sorpresa.

- Me lo quito para no perderlo mientras trabajo. Esa chica es mi novia, Camila Cabello y sí, es italiana. - expliqué tirándome contra la silla y preguntándome que pasaría.

- ¿Estás saliendo con alguien? - Lucy casi gritó.

- Todos reaccionaron así. - Matías escuchó y vino a burlarse de mí, había pocas personas ya que la mayoría estarían viajando con sus hijos por las vacaciones. - ¿Le hablaste de Camila?

- Ella contestó una llamada de Camila y pensó que era una chica cualquiera y la provocó. - dije en un tono de derrota. - Voy a morir.

- Me iré a tu funeral, porque Camila estará hecho una fiera. - se rió Matías sin piedad.

- Lo siento, ni siquiera me lo imaginé. Has cambiado tanto Laur... - Lucy pidió sinceramente.

Ella extendió su mano para tomar la mía y apretarla, era lo que hacíamos como señal de que nos apoyábamos mutuamente. Respiré profundamente imaginando las cosas que pasaban por la cabeza de Camila y cómo me mataría. Pero no tuve que pensarlo mucho.

-¡¡¡LAUREN MICHELLE!!!

Salté de la silla tirándola al suelo con el brusco movimiento. Camila estaba cerca de la puerta completamente enfadada. Había visto la mano de Lucy sobre la mía y el momento, probablemente interpretando todo mal. Lucy también levantó un poco tensa, entendía bien lo que sentía porque Camila estaba aterradora. Y hermosa. Llevaba un vestido rojo que llegaba hasta la mitad de sus muslos, pero comportado en su escote y se pegaba a su cintura definiendo bien sus curvas. Su pelo estaba suelto y bien peinado, el maquillaje era sencillo y sus tacones alto eran negros.

- Camila, puedo explicarlo. - dije la frase más cliché para el momento. - No es lo que estás pensando.

- ¡Sta 'zitto! - ella dijo lo suficientemente enfadada para saber que me había maldecido o había dicho que me callara.

Camila estaba trastornada, lo pude ver en sus ojos. El problema era que su expresión era fría, prácticamente asesina. Ella se acercó a Lucy y tuve un verdadero temor de lo que podría pasar. Traté de acercarme, pero Lucy hizo una señal con su mano para que me quedara donde estaba.

- Io non sé quién eres, ni de cuál infierno saliste. - Camila habló en un tono bajo, pero peligrosamente amenazador e intimidante. - ¡Ma esa ragazza stupida es mia! No sé cómo se conocieron antes, pero ahora es mi novia. Entonces olvida todas tus esperanzas de acostarte con ella, que aunque ella merezca morir, ¡nunca lo conseguirás!

- Camila. - traté de interrumpir.

- ¡Cállate! - ella se enojó conmigo, alterando su tono de voz. - ¿Cómo te atreves a dar libertad a esa cagna?

- ¡Escúchame! - le rogué acercándome y tratando de tomar su brazo.

- ¡No me toques! ¡Estabas acariciando a esa tipa! - Camila se alejó bruscamente.

- No hables así de ella. - defendí Lucy casi sin darme cuenta. - Por favor, escúchame, puedo explicarte y lo entenderás.

- Io hablo de ella como se me pega la gana, ella se creía en el derecho de pensar que eras suya. ¡Pero aparentemente hay algo porque estás defendiendo a esa ragazza!. Después de todo, no te aguantas al ver una falda, ¿no es así?.

El odio llegaba en todas direcciones, bloqueando el razonamiento de Camila. Sabía que era una celosa, pero ese sentimiento parecía desbordar en una mezcla de dolor. Miré alrededor y vi que todos los clientes nos miraban, así como Brandon y Matías. Respire hondo y avancé rápidamente hacía Camila, sin darle tiempo a esquivarse. La agarré del brazo y prácticamente la arrastré hasta la oficina de Mati. Ella vino todo el camino diciéndome que la soltara con frases enojados en italiano. En cuanto entramos, la empujé, cerré la puerta y la tranqué.

- ¡No tienes derecho a tratarme así! - gritó sin contenerse más en su tono, empezando a moverse de un lado a otro y a agitarse.

- Estás siendo una malcriada y dejas que los celos me impidan de explicar algo. - Me quejé tratando de mantener la paciencia. - Tienes todo el derecho de matarme si todavía piensas que estoy equivocada, pero, después de explicarme. Tengo el derecho de al menos eso.

- ¡No tienes derecho a nada más! Estabas de la mano con ella, estabas babeando por ella. ¿Qué tiene ella que yo no? ¿Prefiere las delgadas? ¿Por qué dejaste que me dijera todo eso? ¿Sabes qué?, ¡eres una stupida! ¡Ti odio!

- ¡CAMILA! - grité por primera vez - ¡Cierra la maldita la boca y compórtate!

Nunca le había hablado así antes. Su sorpresa fue casi la mía, pero ser acusada de esa manera me sacaba de quicio. Estaba jadeando por tanta presión que sentía, nunca me gustó sentirme presa o asfixiada y, esa chica parecía querer hacerme sentir culpable por algo que no había hecho. Aproveché su silencio para explicarme en un tono más tranquilo.

- Lucia...

- ¡Oh! ahora tiene nombre. - Camila pronto reaccionó contrariada mirándome con cierto rencor.

- Es una amiga de la infancia, una huérfana como yo y fue criada junto conmigo por Olivia. Ella fue adoptada y trasladada a España mientras yo me quedé aquí y fui adoptada por otra familia. Lucy regresó y no sabía nada desde que me fui de la casa de mis padres adoptivos. - expliqué lo más breve posible.

- ¿Te la follaste en ese tiempo? No dudo en absoluto que fueras precoz. - Camila atacó.

- ¡Más respeto con ella!. - exigí realmente enojada ahora. - Lucy fue mi primera amiga, la primera persona en la que pude confiar, no tienes pecho para decir nada sobre ella.

Pude ver lo mucho que le dolió que defendiera a Lucia y no a ella. Pero, aunque la amara y de alguna manera sufriera en el fondo por estar haciendo esto, Lucy era como una familia. Y yo defendería a mi familia hasta la muerte. Sabía que Camila estaba siendo controlada por los celos, por la posesión. Pero eso no disminuía el ataque de sus palabras ni justificaba la baja actitud que estaba teniendo.

- Lucy volvió y me buscó. Tuve que ir al sótano a buscar bebidas y en ese momento llamaste. Ella pensó que era una chica cualquiera y decidió bromear. Cuando regresé, ya había colgado la llamada y no me lo hizo saber. Pasé un tiempo contándole sobre Chris y cuando vi mi celular en su mano, Lucy empezó a explicarme lo que había pasado. Sabía que estarías celosa y ella trató de consolarme y disculparse. Fue cuando apareciste e hiciste todo este escándalo.

- ¡¿Escándalo?! ¡Ella dijo que eras su chica!

- Y yo pasé el resto de mis días desde que empezamos a salir diciendo que era tuya. ¿Eso no vale nada? ¿No podrías haber confiado en mí que te entregué todo lo que tengo y me escucharas un poco?

Camila abrió la boca para intentar decir algo, pero la cerró cuando notó que yo estaba enojada y herida también. Nunca había llegado a ese punto con ninguna otra chica, nunca me había entregado así y ella lo sabía. Así que, ¿Por qué no confiar un poco en mí? ¿Por qué no recordar cuando le decía que la amaba?.

- Escucha, italianita. - la llamé por el viejo apodo que usaba cuando la odiaba en el colegio. - No traiciono. Porque sé lo que es tener a personas jodiéndote la vida y darte la espalda. Puede que lo haya hecho cuando no había compromiso, pero no estaba jugando o aprovechándome cuando te pedí en citas. Esto no es un juego que puedes controlar y dictar las reglas. ¿Me entiendes?

Ella asintió con la cabeza, todavía jadeando y fuera de control. Todavía estábamos tensas y tomaría un tiempo para que Camila absorbiera todo lo que sucedió. Abrí la puerta y la invité a que saliera. Camila dudó un poco, cambiando el peso de una pierna a otra, finalmente pareció entender que estaba equivocada. Pero orgullosamente, levantó su barbilla y salió de sin mirarme. Cerré los ojos y pasé la mano por la cara. ¿Por qué tenía que ser tan terca?

Cuando volvimos al salón, Lucia estaba hablando con Harry. Eso enojó tanto a Camila a punto de avanzar sobre el chico y jalarlo.

- Vamos, llévame a casa. Tú viniste aquí por mí.

Harry no se atrevió a discutir, se despidió con la mano y se fue con mi novia. Sentí un dolor en el pecho, de repente estaba cansada como si hubiera trabajado todas las horas de la semana. Miré a mi alrededor y vi que ya no había ningún cliente y ya estábamos por cerrar el bar. Suspiré y me tiré en la silla más cercana. Sentí un absurdo impulso de llorar, odié la sensación de pelea que había quedado, odié tener ese sentimiento de dolor por su falta de confianza. Me sentía tan frágil y pequeña que era difícil sostenerme.

- Hey, oye. - Lucy pronto se acercó y me apretó el hombro. - No te preocupes, ella lo entenderá.

- Ya lo entendió, sólo es demasiado orgullosa para redimirse. - respondí en un hilo de voz, estaba a punto de llorar.

- Camila puede que estuvo mal, pero sabes que es su personalidad, Lauren. - Matías me lo recordó.

- No duele menos. - Susurré mirando mis manos y viendo el anillo. - ¿Por qué es tan difícil confiar en mí? Pasamos las vacaciones juntas todo el tiempo, ella sabe que la amo, que daría mi vida por ella. Entonces ¿Por qué pelearnos ahora por algo que ella ni siquiera conocía?

- El miedo de perder a quien amamos es irracional. - Lucy habló tranquilamente. - Y tú eras una perra, no lo olvides. Piensa en lo que podría haber pasado por su mente. Soy lo suficientemente caliente como para que se sienta amenazada.

Me reí a carcajadas, Lucia era muy hermosa, pero sólo la veía como una hermana. Tal vez ella tenga razón, tal vez no. Me levanté y me pasé la mano por el rostro tratando de disimular mi expresión de llanto.

- Vamos a casa, Lucy ven conmigo, tienes que conocer a Chris. - la invité rápidamente.

- Cariño, llévanos un poco de la cena que sobró y nos quedaremos todos allí. - Brandon opinó.

- ¡Es una gran idea! - Matías rápidamente se fue a la cocina.

- Pero tú eh, mira la mujer que conseguiste. Al principio pensé que iba a enloquecer, pero luego tenía miedo de morir. ¡Ella vino directamente a delimitar su dominio!. - Lucy no pudo resistirse en molestarme.

- Camila es conocida por convertirse en una bestia cuando se trata de Lauren. Lo mismo pasó en el hospital cuando Lauren sufrió ese accidente. - Brandon recordó riéndose.

- ¿Qué accidente?! Estás bien, ¿no?. - Lucy rápidamente se preocupó.

- Larga historia... - murmuré recordando el episodio.

Matías regresó con algo de comida caliente y nos fuimos. Dejé que Matías y Brandon lo contaran todo en el camino, no podía controlar las emociones dentro de mí. Recordar cómo era Camila en esa época sólo hacía que la amara, pero lo que pasó ahora en la noche me mataba por dentro. ¡Maldita sea!, ¿por qué todo tiene que ser una paradoja?.

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