Aquí en la oscuridad,
aún con ojos cegados,
con trazos verde París,
pintaré algunos cuadros.
Pintaré sobre el vacío,
el vacío en mi corazón.
Mi alma será el lienzo;
mis trazos sin ton ni son.
Humedeceré mis dedos
llevándolos a mi lengua;
habré tomado un libro
y así pasaré la página.
Terminará un capítulo
del libro que es mi historia,
y ahogado será en azufre
lo que queda, mi memoria.
Y, como último acto,
cantaré una canción
en mi lecho escarlata,
do yace mi corazón.
Será una oda melodiosa;
lejos, llevada por el viento.
El cantar de esta ave herida
acabará con su último aliento.
Habré pintado con los dedos,
sí, me habré ensuciado;
es por eso que mi final
por el fuego será marcado.
Esta noche pintaré cuadros
con trazos verde París.
Cielo, antes de que lo haga,
por favor, dame otro matiz.