Cristal bajó lentamente las escaleras agarrando su vestido, y todo pensamiento de Harding que no estuviera centrado en ella se perdió.
Estaba preciosa.Demasiado.
Regalarle ese vestido había sido un error para sus planes. Después de verla así no podía privarse de una vista tan maravillosa y mandarla al campo, se dijo. Si, esa era la razón por la que estaba cambiando de parecer con respecto a esa cuestión.
No hay peor ciego que aquel que no quiere ver .
-Buenas noches.- dijo suavemente mientras la revisaba de arriba a abajo con la mirada. Cristal se ruborizó, pero tenía que admitir que le gustó la sonrisa suspicaz que este le mostró.
Cuando vio que él fruncía el ceño se puso nerviosa.¿Le había preguntado algo? Ah, si.
-Buenas noches.- le dijo ella mientras le extendía la mano para que se la besara. Este lo hizo con una ceja alzada.
¿ Ni un "no necesito tus limosnas"?¿ Ni un "no podemos casarnos"?
-Señorita Adams está usted tan hermosa como siempre.- le dijo a Victoria mientras se inclinaba en su dirección a modo de saludo.
-Oh, lo se , así que no se moleste en hacerme cumplidos, dedíqueselos a su prometida. ¿No está ella encantadora?
-Si, sin duda tengo un gusto exquisito en moda.- dijo este . Cristal puso una sonrisa incómoda. Harding frunció aún más el ceño. ¿ Qué le pasaba esa noche a Cristal?
Sin mediar una sola palabra más salieron de la casa y antes de que se dieran cuenta ya estaban Victoria y Cristal en el carruaje sentadas enfrente de Harding y Margaret, la tía abuela de las jóvenes, una señora mayor que se había quedado dormida contra la ventana nada más subir dejando así su papel de carabina totalmente olvidado.
Cinco minutos de viaje después ,Harding estaba totalmente irritando. Cristal se había pasado todo el caminoen su mundo. No le había dirigido ni una sola mirada ,ni sonrisa ,ni lo que era más preocupante, palabra.
-Estoy realmente complacido con su aspecto esta noche señorita Adams. Sin duda tendremos hijos bonito.- vamos Cristal, enfádate conmigo , llámame idiota. Invéntate razones para no poder casarnos. Pero ella como única respuesta se tensó. Oh, pero Victoria si que tenía muchas cosas que decir.
-Oh milord ¿Es que ha olvidado que va a ser usted el padre?-Harding no pudo evitar ruborizarse por esa inesperada contestación. Cristal se rió suavemente. Algo es algo, se dijo él.
La ópera se hallaba completamente llena aquella noche puesto que se estrenaba Ipuritana , la obra favorita de la reina, y esta en persona iría a verla.
Cristal lo sabía, y por eso no pudo evitar aferrarse fuertemente al brazo de Harding cuando este se lo ofreció para acompañarla dentro, seguidos por Victoria y su carabina, quien ahora si, no les quitaba el ojo de encima.
A Harding se le encogió el corazón cuando vio la expresión aterrorizada de su cara. Lo entendía, la gente murmuraría hasta quedarse sin voz. ¿Un duque casado con la cuarta hija de un conde con una licencia especia, en apenas una semana? ¿ Y por encima un conde misterioso y un chica que no se callaba nunca,y sin dote?
-Levanta la cabeza y sonríe. No hemos hecho nada indebido. Tú lo sabes y yo lo sé , y eso es lo único que importa.
Cristal tragó saliva y asintió repetidas veces en su dirección conmovida por su intento de darle ánimos.
Nada más entraron fueron el centro de atención, pero todo esto les dio igual cuando entraron en el balcón del duque, donde les esperaba su amigo, el que les acompañaría esa noche. Tan pronto lo vio Cristal se quedó muda .
-Oh , pensé que aún no habrías llegado. Señoritas , les presento a mi amigo...
-!!!JEREMY¡¡¡¡¡.- exclamó Victoria detrás suya en un casi grito, y antes de que ninguno de ellos pudiera percibir siquiera que se habían movido, Jeremy y Victoria estaban fundidos en un abrazo que ni siquiera los carraspeos de su carabina pudo romper. Suerte que hubieran ido al palco sin detenerse ha hablar con nadie en la entrada, como el resto de la gente, puesto que gracias a esto,la zona de palcos estaba vacía y en la de butacas había solo un par de personas demasiado concentradas en sus conversaciones como para verlos.
-¿Cómo no me has avisado de que habías llegado?- le preguntó esta entre lágrimas de felicidad que él limpiaba con sus manos.
-Se suponía que mañana iba a veros por sorpresa en vuestra caso. Espera, entonces , si tu eres la hermana de la prometida de mi amigo eso significa...- Jeremy se giró en redondo y miró a Cristal con la mano en la boca en gesto de no poder creerse lo que está viendo.-¿Tú eres la pequeña Cris?- esta asintió para confirmárselo y antes de que pudiera darse cuenta estaba siendo alzada y daba vueltas en el aire en brazos de él.- ¡Dios mío!Mírate¡ La última vez que te vi eras una pequeña renacuaja que se escondía detrás de mis piernas para que la protegiera de las pretensiones de sus hermanas mayores de cortarle el pelo para probar así si serían buenas peluqueras o debían mejor dedicase a otras cosas y ahora...!Y ahora te vas a casar con Billy¡
-¿Billy?-preguntó ella confundida.
-Harding William Westmore III. A Jer y a los chicos les pareció gracioso llamarme Billy porque sabían que me molestaba, y al final lo hacían tanto que ahora solo me llaman así.- le explicó su prometido. Este esperó a que ella se burlara de él, pero esta tan solo asintió y Harding estuvo a punto de tirarse de los pelo hasta arrancárselos.- ¿Así que ya os conocéis?- pregunto intentando cambiar de tema para distraerse.
-Si, tuve el honor de ser vecino de estas dos jóvenes y sus alocadas hermanas durante toda mi vida, así que crecimos y nos criamos juntos hasta que yo me alisté.- explicó mientras tomaban asiento. Harding se colocó en el de delante al lado de Cristal , quien se sentó rígida a más no poder, y ambos delante de Jeremy y Victoria, y estos,a su vez,delante de su carabina, quien a pesar de acabar de sentarse y de que aún no había empezado la obra,ya había comenzado a cabecear.
-Si, Jeremy es como un hermano más.-si esto lo hubiera dicho Cristal, Jer se hubiera sentido honrado y complacido y probablemente le hubiera acariciado la mejilla con su enguantad mano en un gesto de cariño para agradecerle esa palabras, pero esa frase la dijo Victoria, así que Jeremy se revolvió nervioso en su asiento y su sonrisa flojeó un poco, hecho del que todos parecieron darse cuenta menos ella.
Jeremy Blackthorne,futuro marqués de Thornhill, era un hombre de 25 años, mucho más delgado que el duque, quien era bastante más musculoso, y también bastante mas alto, cosa que no era difícil teniendo en cuenta que medía casi dos metros. Jeremy, más conocido por los Adams como Jer, era el mejor amigo de Victoria desde siempre.
La suya era una historia bonita.
Cuando Jer, de apenas cuatro años,se había asomado a la cuna de una recién nacida Victoria, la vio durante unos instantes y después se giró hacia su padre, y aún nadie sabe más que él porqué , a sus tiernos cuatro años, juró que siempre estaría a su lado para protegerla y cuidarla. Su padre se rió y le revolvió el pelo divertido pensando que esto se debía ha un arrebato infantil provocado por la visión de una criatura tan pequeña e indefensa como era Victoria en ese momento, pero Jer no se rió con él, y como demostró los años siguientes, , estaba totalmente resuelto a mantener su promesa.
Durante dieciocho años Jer fue todos los días a su casa. Estuvo siempre ahí, cuando dio sus primeros pasos, cuando comenzó ha hablar. Le enseñó a subirse a árboles,a tirar con flecha y a luchar con una espada.Y a jugar al ajedrez , y a montar a caballo... !Si hasta le había enseñado a leer¡ Él , un niño de apenas diez años que nadie sabía muy bien que divertimento podía encontrar en enseñarle a leer a una niña de seis.
Jeremy había estado ahí para secar sus lágrimas el día en que el hijo de trece años del barón con el que lindaban sus tierras le había roto el corazón a una desconsolada Victoria de doce años . Y como no, se había vengado con ayuda de Geric haciendo algo que no recordaba muy bien pero que sabía que involucraba miel y plumas y que había hecho volver a sonreír a Victoria. Jeremy había estado ahí cuando su prima le había tirado tarta por todo el pelo en su decimocuarto cumpleaños y había pasado dos horas con ella en el baño intentando quitar todos los restos. Jeremy había estado ahí el día en que su madre había muerto, obligando a Victoria a comer y salir y gastando bromas absurdas hasta que ella había vuelto a sonreír.
Pero tan pronto esta había cumplido los diciocho y había sido presentada en sociedad, bailó su primer baile con ella como le había prometido y tantas veces habían ensayado y al día siguiente se alistó en el ejército , donde había permanecido los últimos cuatro años para disgusto de una desconsolada Victoria,que había llorado durante semanas la marcha de su hermano y protector y se había encerrado desde entonces en sus libros.
Jeremy Blackthorne era rubio, de ojos azules, muy apuesto, galante, educado, modesto , amable, cordial , sincero, bromista y estaba total irremediable, profunda e irrevocablemente enamorado de Victoria desde que tenía uso de razón.
Hecho del que todos se habían dado cuenta menos la propia Victoria.
Harding negó divertido con la cabeza observando a su amigo reír feliz como nunca lo había visto mientras hablaba con la perspicaz hermana de su prometida.
Que ridículos eran los hombres enamorados que nada más ver a su amada sonreían, pensó.
Negando con la cabeza observó a Cristal concentrada en la ópera con las mejillas enrojecidas y el ceño fruncido y sonrió mientras pensaba en una nueva pulla que lanzarle para hacerla mirarle y hablarle.
Lo dicho, no hay peor ciego que aquel que no quiere ver.
Ya hacia el final de la obra,Harding no pudo evitar deslizar su mano sobre la de ella , gesto que la hizo sonrojar al sentir un cosquilleo allí donde él la tocó a pesar de llevar guantes , para preguntarle que demonios le sucedía,cuando los gritos comenzaron.