Cuando Loki despertó un gran dolor invadió su cuerpo, entraba ligera luz por alguna ventana, era una habitación distinta, cómoda y grande.
A su lado estaba el supuesto Rey perdido entre sus sueños o quizás pesadillas, indefenso al igual que el menor, desnudo.
El pelinegro no quería desperdiciar una oportunidad que había esperado desde el primer día que había conocido a Thor. La vista de Loki pasó por toda la habitación hasta toparse con la espada de "su majestad". Con pasos ligeros fue hacia ella, parecía sencillo el sólo tomarla y emplear la función que tenía.(Asesinar).
La tomó con ambas manos, su corazón parecía correr en especial cuando el hombre dormido se movía unos centímetros pero sólo para acomodarse mejor.
El chico suspiró y con todas las fuerzas que tenía cargo la espada, en seguida sintió su espalda destrozada y sus manos no respondían como él quería, sólo un paso y la sangre se haría presente.
Pero ¿Por qué no podía?
La espada cayó al suelo sólido junto con el pelinegro de rodillas que pronto echó a llorar, se sentía tan débil y cobarde. Y eso no fue su tormento, desgraciadamente el sonido del metal fue suficiente para que alguien despertara.