SURVIVORS ๐’‡๐’•. ๐“๐‡๐„ ๐–๐€๐‹...

By robinversions

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SURVIVORS | โLA EPIDEMIA SE ESPARCIร“ CON RAPIDEZ, AHORA SOLO QUEDABA UNA COSA, SOBREVIVIR. A TODA COSTA, SIN... More

SURVIVORS
โ”€โ”€โ”€โ”€โ”€soundtrack
โ”โ”โ”โ”Prologue:
โ”€โ”€โ”€โ”€โ”€01: Desconocidos
โ”€โ”€โ”€โ”€โ”€02: Terminus
โ”€โ”€โ”€โ”€โ”€03: Maggie
โ”€โ”€โ”€โ”€โ”€04: Desconfiar
โ”€โ”€โ”€โ”€โ”€05: El Reloj
โ”€โ”€โ”€โ”€โ”€06: Dispara primero, pregunta despuรฉs
โ”€โ”€โ”€โ”€โ”€ 07: Apocalipsis 9:6.
โ”€โ”€โ”€โ”€โ”€ 09: No somos amigos
โ”€โ”€โ”€โ”€โ”€ 10: heridas abiertas
โ”€โ”€โ”€โ”€โ”€ 11: continuamos
โ”€โ”€โ”€โ”€โ”€ 12: esperanza
โ”€โ”€โ”€โ”€โ”€ 13: alexandria
โ”€โ”€โ”€โ”€โ”€ 14: verdades a medias.
โ”€โ”€โ”€โ”€โ”€ 15: abre los ojos.
โ”€โ”€โ”€โ”€โ”€ 16: dolor.
โ”€โ”€โ”€โ”€โ”€ 17: pequeรฑa platica.
โ”€โ”€โ”€โ”€โ”€ 18: no tengo miedo I.
โ”€โ”€โ”€โ”€โ”€ 19: no tengo miedo II.
โ”€โ”€โ”€โ”€โ”€ 20: cenizas.
โ”€โ”€โ”€โ”€โ”€21: el prรณximo mundo.
โ”€โ”€โ”€โ”€โ”€22: la nueva comunidad.
โ”€โ”€โ”€โ”€โ”€23: Mocoso.
โ”€โ”€โ”€โ”€โ”€24: Humanidad
โ”€โ”€โ”€โ”€โ”€ 25: Idiota.
โ”€โ”€โ”€โ”€โ”€ 26: Mentiras.
โ”€โ”€โ”€โ”€โ”€ 27: El รบltimo dia en la tierra I.
โ”€โ”€โ”€โ”€โ”€ 28: El รบltimo dia en la tierra II.
โ”€โ”€โ”€โ”€โ”€ 29: Estancados.
โ”€โ”€โ”€โ”€โ”€ 30: Negan, otra vez.
โ”€โ”€โ”€โ”€โ”€ 31: Juntos por ahora.
โ”€โ”€โ”€โ”€โ”€ 32: El Reino.
โ”€โ”€โ”€โ”€โ”€ 33: Aliados fallidos.

โ”€โ”€โ”€โ”€โ”€ 08: La dura realidad

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C A P I T U L O O C H O

































Gabriel nos había guiado a un viejo pueblo donde había un almacén de alimentos y de donde él había estado abasteciéndose este último tiempo. Aún me costaba creer como alguien así había logrado sobrevivir tanto tiempo, el cura tenía cero instinto de supervivencia y se asustaba con el más mínimo ruido.

—¿Es aquí?— preguntó al ver el lugar un poco destrozado, los vidrios estaba rotos y podría jurar que el suelo tenía manchas de sangre seca.

—Estén alertas— gruñó Rick, quien se adelantó con su arma y comenzó a silbar.

Los gruñidos se hicieron presente, sin embargo, no apareció ninguna de esas cosas. Me adelanto a la sección donde había algunas prendas y comienzo a rebuscar ropa nueva, lo que sea que me sirviese para deshacerse de la ropa agujereada que tenía. Toma un par de playeras y las meto rápidamente a mi mochila, a lo lejos diviso un par de camisas de franela y pienso en Carl, las guardo por si acaso y camino hacia los demás.

—¡Demonios!— exclamo al oler ese aroma nauseabundo, a carne podrida y agua estancada.

Rick se acerca con una linterna y apunta un gran hoyo en el techo y luego la zona donde debería estar el almacén, estaba cubierta de agua turbia y habían varios caminantes.

Trato de ignorar el olor y el asco que me provocaba sentir el agua filtrarse a través de mi ropa y camino junto a Rick hacia una de las columnas, los demás nos siguen con cuidado y con sus armas alzadas, por si acaso.

Esas cosas no tardan en notar nuestra presencia, pero el agua los volvía más lentos que de costumbre y nosotros teníamos más ventaja. Me acercó a un estante junto a Bob y comenzamos a llenar nuestros bolsos , habían varias latas de alimentos y botellas de agua selladas, lo suficiente para un par de semanas.

—¡Cuidado!

Cuando me percato de lo que estaba pasando ya estaba bajo el agua. Trato de quitarme al caminante de encima, sin embargo, llevaban tanto tiempo bajo el agua que su piel comenzaba a desprenderse. Algo o más bien alguien me saca bajo el agua y tomo una gran bocanada de aire.

Veo a Bob luchar contra el caminante y veo cómo ambos se hunden, me acerco como puedo a ellos y tomo un fierro de uno de los estantes. Bob vuelve a la superficie junto a esa cosa putrefacta y aprovecho la oportunidad para atravesarle el craneo con el fierro.

—¿Están bien?—preguntan los demás al acercarse a nosotros. Sasha corre a revisar a Bob y se preocupa al ver una mancha de sangre en su polera.

—Es de Olive—dice y yo frunzo el ceño, él me mira y apunta a su cabeza— estas sangrando.

Salgo del agua rápidamente y los demás igual, teníamos lo necesario y si nos quedamos más tiempo se haría tarde.

Toco mi frente y luego miro mi mano, el color escarlata tiñe mis dedos. Suelto un gruñido y comienzo a rebuscar en mi mochila algún paño para limpiarme.
—Ten— alzó la vista y me sorprendo al ver la mirada gélida y desconfiada de Michonne. Esta tenía su brazo extendido hacia mi dirección y entre sus mano había un pañuelo azul.

Lo tomo y le hago una señal con la cabeza en forma de agradecimiento, ella se encoge de hombros y se va junto a los demás. Ubico el pañuelo en mi herida y suelto un quejido, escocia demasiado y necesitaba limpiar la herida antes de que se infectara.















La iglesia tenía un pequeño cuarto de baño, me lave el cuerpo cómo pude e intente quitarme ese olor a podrido que tenía. Lave mi cabello con un poco de jabón y limpie la herida con suero que guardaba en mi mochila. Sabía que la ropa que llevaba puesta estaba hecha jirones y olía mal, así que la tire a la basura.

Me puse unos pantalones viejos y una de las playeras nuevas que había robado del almacén, mis botas aún seguían húmedas, pero no había mucho que pudiese hacer.

Salgo del baño y veo que la mayoría sigue haciendo cosas alrededor de la iglesia, tomo mi mochila y voy en busca de cierto niño.

—Hey, mocoso— le digo una vez que lo diviso. Carl estaba en la parte trasera de la iglesia junto a la pequeña bebe.

Él se acerca un poco serio y me mira unos segundos.

—Ten.

Le entrego el par de camisas que había sacado de aquel almacén, Carl las mira y luego a mí, hace una mueca muy parecida a una sonrisa y con eso me conformo. Trato de ignorar el escozor en el pecho.

—Gracias, Olive—dice.

—No hay de qué.


























Durante la noche, el vino y la comida abundaban , al menos lo suficiente para que todos quedáramos satisfechos y para un par de días más. La mayoría estaba sentado en el suelo, era un ambiente bastante acogedor y... familiar.

Escuchaba las risitas que soltaba Judith mientras Rick le hacía mimos, era una imagen bastante rara dado que la primera impresión que había tenido de aquel hombre había sido muy diferente y había tratado de matarme.

—Propongo un brindis— dijo Ford mientras se levantaba del suelo y alzaba su copa. Ruedo los ojos y me bebo mi copa de vino de golpe.

Me levanto de mi lugar y tomo la botella de vino que tenía escondida entre los asientos, no estaba dispuesta a amargar mi noche escuchando otra vez el discurso de Abraham.

El aire frío de la noche me golpea, camino hacia el autobús y me subo. Me voy hasta los últimos asientos y destapó la botella, bebería hasta dormirme.

—No te ibas a beber esa botella sin mi, ¿cierto, gatita?— la particular y agobiante voz de Merle inunda el autobús.

—No me llames así, imbecil— digo con fastidio, siempre había odiado esos apodos—, y la botella es mía, yo la robé.

Merle se acercó a los asientos frente a mí y me sonrió con sorna, se tiró sobre ellos y elevó sus piernas para apoyarlas sobre otro asiento.

—No le negarás a este viejo un poco de vino—dijo mientras movía su copa hacía mi, ruedo los ojos y se la quito para verter un poco de mi vino. Le entrego la copa y él sonríe satisfecho— gracias, gatita.

—No me llames así— gruño y le doy un sorbo a la botella— me salí para estar en paz, no para escuchar idioteses.

—Eres más agradable de lo que pensé– dijo él mientras sonreía un poco, rodé los ojos— Tu amigo, el pelirrojo, es un idiota. Ese pequeño hijo de perra sabe cómo hablar, pero yo no le creí nada. Volver a la normalidad mis bolas.

Suelto una carcajada y él se une.

—¡Un brindis por eso!

Merle continuó despotricando hacia Abraham y Eugene, mientras tanto me dedicaba a darle pequeños sorbos a la botella y ver por la ventana.

—¿Como es que terminaste con ellos!— pregunta Merle y yo lo observo unos segundos.

No sabía si era por el alcohol en mi cuerpo o porque necesitaba sacarme el peso de encima, pero le cuento todo.

—Tenia un grupo con mis hermanos, era un número grande—digo y le doy un trago largo a la botella, necesitaba valor–, la mayoría habían escapado de los bombardeos en Atlanta y decidimos quedarnos juntos en el bosque. Las cosas funcionaron bien por un tiempo, pero la comida comenzó a escasear y tuvimos que movernos. Encontramos un lugar, pero esas cosas nos atacaron y perdimos a la mayoría, mis hermanos entre ellos, desde entonces había rondado sola, hasta que ellos me encontraron y decidí quedarme, no tenía más que perder.

Merle le da un último trago a su copa, no me mira con lástima y tampoco me dice palabras reconfortantes, su silencio era más que suficiente y lo agradecía. No quería la lastima de nadie.










Un Rick bastante agitado apareció en nuestro campo de visión e interrumpió nuestra conversación.

—Dios, aquí estaban– suspiró y se pasó la mano por la frente.

—¿Qué sucede, Sheriff?– Merle se levantó algo preocupado.

—Carol, Bob y Daryl, desaparecieron– murmuró el líder.

—¿A qué te refieres con qué desaparecieron?–pregunté algo confundida– Quizás están por ahí.

—No, ya los buscamos y no están. Sasha está segura de qué alguien nos está espiando. Y luego noté que ninguno de los dos estaba y pensamos que igual habían desaparecido.

—Es mejor que volvamos adentro– me apresuré a decir, Merle asintió y ambos bajamos del autobús.

Sasha lucia muy nerviosa, daba vueltas en círculos y tomaba con fuerza su arma, de vez en cuándo su vista se dirigía hacia la puerta con la esperanza de que Bob apareciera por ahí. Por otro lado, el grupo estaba tenso, Ford no dejaba de insistir de que nos fuéramos ya mismo y Merle quería salir en busca de su hermano sólo.

—Yo iré contigo– me ofrecí.— Dudo mucho que con una sola mano puedas hacer algo allí afuera, solo.

—Nena, puedo hacer muchas cosas con una sola mano–me guiño un ojo. Solté un bufido y rodé los ojos.

—No hagas que me arrepienta, Dixon.


La noche estaba bastante fría, una capa de neblina nos impedía ver bien, iba con la vista en el visor nocturno de la ametralladora, un par de caminantes se cruzaron en nuestro camino pero Merle se deshizo fácilmente de ellos.

—Espera un segundo– susurré. Había escuchado una rama crujir–¿Oíste eso?

—Seguramente fue un caminante –murmuró Merle.

—No, no lo creo–miré por el visor nuevamente y juré haber visto una sombra. De haber sido un caminante hubiese seguido el camino pero está se camufló entre los matorrales. Dispare un par de veces pero fue en vano, lo que sea que haya estado ahí, se fue.

—Volvamos–sugirió Merle, se veía algo preocupado pero trataba de ocultarlo—Daryl se sabe cuidar sólo.

Al volver a la iglesia vimos cómo Rick tenía acorralado a Gabriel, esté último se veía asustado.

—La gente me pedía piedad mientras los devoraban– fue lo ultimo que alcancé a escuchar.

Unos silbidos a las afueras de la iglesia nos alertaron, cómo nosotros dos estábamos más cerca corrimos hacía afuera con las armas en alto.

—¡Bob!– grité y corrí para ayudarlo. Ahogue un grito al ver su estado, estaba sudando y parecía maltratado, pero lo que más inquietaba era que le faltaba una pierna.

Los gruñidos tampoco tardaron en aparecer, Glenn, Carl y Merle se encargaron de ellos, con los demás cargamos a Bob y nos apresuramos para llevarlo dentro de la iglesia.

—Estaba en el cementerio y alguien me golpeó, desperté en una especie de patio. Estaba ese tipo Gareth y unos cinco más, se comían mi pierna enfrente mío. Cómo si nada.

Bob lucia mal, tenía fiebre y se veía maltratado y cansado. Apreté mi mandíbula con fuerza, no entendía como esos sujetos habían sobrevivido.

—¿Tenían a mi hermano?– preguntó Merle. Su voz salió algo ronca. No quería imaginar lo que estaba pensando.

—Gareth dijo que se habían escapado junto a Carol en un auto.–respondió un muy cansado Bob.

—Creo que quedaban un par de píldoras en el botiquín– dije mientras me levantaba del asiento.

—No es necesario, Olive– se negó Bob. Se sentó con dificultad y miró a Sasha.

—Pero estás sufriendo, necesitas las medi...–me callé abruptamente al ver la gran mordida en su hombro.

—¿C-cómo?– preguntó Sasha. Estaba destrozada, definitivamente.

—Fue cuando me ayudaste con ese caminante en el almacén, ¿No es cierto?– le pregunté. Sentí una punzada de culpabilidad en el pecho cuando él asintió y luego se desmayó.

Los demás lo cargaron y lo llevaron hasta la habitación donde dormía Gabriel. Tome mi cabeza y sentí el relieve de la herida que me había causado aquella mañana por culpa de aquel caminante, si no hubiera sido por Bob...

Tome el arma entre mis manos con fuerza y me dispuse a caminar hacía la salida pero alguien me tomó el brazo.

—No puedes salir tú sola Olive, sería un suicidio–Glenn se interpuso en mi camino.— No creas que fue tu culpa.

—Él me salvó la vida y en cambio recibió una mordida de un caminante que pudo habérmelo hecho a mí. ¿Cómo quieres que me sienta, Glenn?

—Olive, a veces las cosas simplemente pasan. Y no siempre es justo, pero no tenemos el poder de cambiarlas.—Glenn me miró y acarició mi brazo. Me aparte de él de golpe.

—Estoy harta de ver cómo gente buena muere a mi alrededor y no hacer nada. Así que muévete de mi camino, iré a por ellos.

—Nadie irá a ni una parte— ordenó Rick.

—¡Tú no eres mi maldito jefe!– mascullé con rabia.

—Si sales por esa puerta, morirás. Y nos necesitamos unos a otros, unidos y vivos. Tenemos que idear un plan.

Solté un bufido y me di vuelta, miré a Rick molesta, sin embargo, hice caso.

—Saldremos en grupos pequeños y así tantearemos más terreno, hay que estar alerta, esas personas son una amenaza y hay que tener cuidado.—comenzó a explicar el líder.— Gabriel, Carl y Olive se quedarán aquí y cuidarán a Judith y él lugar.

Abrí la boca para protestar pero Rick me interrumpió rápidamente.

—Carl no puede hacerlo solo, tú eres fuerte y se que podrás cuidarlo.

—Aparte se lo debes a Bob–murmuró Sasha.





























[...]
























Estaba tensa, los demás habían salido hace una hora y aún no llegaban. Me removí inquieta en mi lugar, de vez en cuando mi vista se dirigía hacía Carl y la pequeña Judith, quién observaba todo a su alrededor con suma inocencia. Bob seguía inconsciente, también lo tenía vigilado, sabía que pronto despertaría y se convertiría en uno de ellos. ¿Y quién era yo para terminar con su sufrimiento? La única que debería hacerlo era Sasha.

—Olive– me llamó Carl. Me giré hacía él y lo miré con el ceño fruncido.— Volverán, tranquilízate.

—No lo sé Carl tengo un mal presen...—un ruido a las afueras de la habitación en la que nos encontrábamos hizo que me callara abruptamente, miré a Carl y a Gabriel e hice un gesto con mis manos para que guardaran silencio.

Me acerqué a la puerta a paso sigiloso, vi por la pequeña abertura y me eché hacia atrás.

Eran los desgraciados de Terminus.

Me apresuré en cerrar la puerta, sin hacer ruido. Le puse la traba y me corri hacia atrás con el arma en alto.

—Prepárate– le susurré a Carl.

—Ya sabemos que están aquí, así que no se preocupen en esconderse — habló Gareth— Carl, Judith, el Padre y claro, Olive. Tú y yo tenemos algo pendiente aún.

»Hijo de puta« pensé.

—Sabemos que están en una de estas puertas y tenemos suficientes municiones para tirar ambas. ¿Por qué no salen a la buena? La verdad es que no queremos desper... ¡MIERDA! ¡RICK DISPARAREMOS Y LOS MATÁREMOS !

Solté un suspiro y cerré los ojos, no sé que hubiese pasado si abrían estás puertas. Me levanté del suelo y me acerqué a la puerta, la abrí lentamente y me encontré a unos de los sujetos de Gareth. Con rapidez le di un codazo en la nariz y le apunté con el arma.

—¡De rodillas, ahora!– grité. Él solo rió, tensé la mandíbula y le disparé en la pierna.

—¡Hija de puta!–se quejó inmediatamente y se tocó la zona afectada.

Los demás le habían quitado las armas al resto, quienes permanecían de rodillas. El aire estaba tenso, esta gente había causado mucho daño.

—¡Ustedes no saben, no entienden! ¡Nosotros antes ayudabamos a las personas, las salvabamos!– comenzó a gritar Gareth, soltó una risilla y miró a Rick con envenenamiento— ¡No saben lo que es tener hambre!

—¿Y eso les dió el derecho de comenzar a comer gente?–pregunté asqueada, lo miré con repulsión.

—¡Les prometemos que no se volverán a topar con nosotros, nos iremos lejos!

—Pero se toparon con otra gente. Y les harán lo mismo –murmuró Rick, quién disimuladamente tomó el mango rojo de su machete— Además te hice una promesa.

Y fue ahí donde comenzó el baño de sangre. Con el mango de mi arma golpeé varias veces el rostro del sujeto que tenía frente a mi, la sangre salpicaba a todas partes, incluido mi rostro. El cuerpo del hombre cayó inerte al frío suelo de la iglesia. Tome un largo respiro y me apoyé en la pared.

Gabriel miraba con aborrecimiento todo lo que acababa de suceder, igual que Glenn y otros más. Lamentablemente esta era la dura realidad a la que nos enfrentábamos y prefería quedarme con el peso de mis acciones antes de quedarme con el remordimiento de no haber hecho algo más. De haber hecho justicia por Bob y toda esa gente inocente que terminó en Terminus con un final nada agradable.

–Esta es la casa de Dios, la han profanado.– susurró Gabriel, mirándonos con horror.

—Se equivoca Padre, estas son solamente cuatro paredes y un techo.— le respondí mientras pasaba por su lugar y me dirigía hacia la salida.—Ahora somos sobrevivientes y deberás aprender a vivir con esto.












NOTA AUTORA: Octavo capitulo de SURVIVORS, espero que les haya gustado, apreciaría que pudiesen votar y comentar que tal les pareció.
No se ustedes pero este capitulo fue sanguinario, desde entonces no veo a Rick de la misma manera.

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