Se suponía que Cotillion sería una noche de diversión y festividades. Música fuerte, baile, holgazanear junto a un ponche, estar con amigos. Se suponía que era una noche para hacer recuerdos, una noche que duraría para siempre en una mente mucho después de que otros mundanos recuerdos de la escuela se hubieran desvanecido.
Lo que se suponía que no era lo que Evie estaba viendo era a su mejor amiga ahogándose bajo el mar, enormes tentáculos de color turquesa enroscados alrededor de las alas, inmovilizándolos y sosteniendo un dragón que luchaba desesperadamente bajo las olas.
Cotillion era una tarde que duraría para siempre en la mente de Evie por una razón muy diferente. Siempre recordaría el dolor en sus manos mientras sus nudillos blancos y su piel tensa apretaban la barandilla de la nave con tanta fuerza, sus propios gritos ardían en sus oídos cuando gritaba "¡Uma, no! ¡¡Por favor!! ¡Ella no puede nadar! "
El aire temblaba cuando Uma solo se rió; Evie definitivamente lo recordaría. Ella permaneció allí, impotente, de alguna manera congelada y temblando al mismo tiempo, horriblemente segura de que estaba a punto de ver morir a Mal ante sus propios ojos.
Pero la reciente excursión de Lonnie a La Isla le había enseñado a estar siempre preparada, y afortunadamente para Mal, su versión de objetos afilados preparados preparados. Nadie tuvo el tiempo o la necesidad de preguntar cómo había logrado colar un petate de hojas de esgrima en Cotillion, ella y otros simplemente se agarraron, corriendo hacia la orilla del barco y arrojándolos por la borda como arpones. Aunque más molesta que verdaderamente amenazada, Uma se vio obligada a retroceder, desenroscando sus tentáculos de la forma ahora flácida del dragón y retirándose a La Isla con la amenazadora promesa de que Auradon no la había visto por última vez.
Luego había un dragón, flotando inmóvil y sin vida en el agua. Y después de que una columna de humo púrpura se hiciera cargo, estaba Mal, flotando quieto y sin vida en el agua. Jay fue el primero en bucear. Ben fue el siguiente. Carlos lo habría seguido, pero sabía que su presencia era necesaria al lado de Evie, agarrándole la mano y manteniéndola firme alrededor de ella. Parecía una eternidad que Mal pusiera en cubierta mientras los chicos trataban de volver a respirar. Evie, helado, con la cabeza palpitante, estaba seguro de que Mal no lo haría. Pero luego ese jadeo ahogado cortó el sonido en los oídos de Evie, seguido de tos, chisporroteo y escupitajo de agua. Y parecía que todo estaría bien. Cuando Evie cayó de rodillas junto a Mal en la cubierta, llorando y abrazándola, y cuando Mal le devolvió el abrazo, parecía que todo estaría bien.
Cuando durmieron lado a lado esa noche, Evie estaba acurrucado cerca. Su cabeza en el pecho de Mal para escuchar los latidos de su corazón, solo para estar segura. Y Mal no desapareció en la noche, como a Evie le preocupaba que lo hiciera, no. Evie abrió los ojos la siguiente mañana soleada y la encontró durmiendo profundamente, golpeada y magullada, pero durmiendo profundamente. Evie todavía la besó, para sentir labios suaves debajo de ella. Sólo para estar seguro. Despertó a Mal despierto como un cuento de hadas, donde los ojos cerrados y los labios suaves besaron a Evie y le dijeron en voz baja: "Estoy aquí".
Esa mañana, todos clamaron por ir por el pasillo, todos corrían hacia el lado de Mal para preguntar cómo se sentía y comprobar si estaba bien. Evie podría haberles dicho que estaba bien; con sus dedos entrelazados con los de Mal, se aseguró de que estuviera bien.
El día transcurrió sin incidentes, aunque con Evie constantemente mirando por encima del hombro, recordando la promesa amenazante de Uma y viendo los tentáculos acechando en las sombras casi en todas partes donde giraba. Pero ella tenía a Mal metido a salvo en su cama cuando cayó la noche, a Mal en su estómago con soñolientos murmullos enterrados en su almohada. Se estremeció cuando Evie se subió lentamente la camisa del pijama, primero por el frío del aire nocturno y luego por las yemas de los dedos de Evie, que trazaban perezosamente la piel de su espalda. Rastreando la forma de los hematomas que quedan del agarre aplastante de la bruja del mar. De alguna manera, fue tranquilizador. Si los hematomas estaban allí, significaba que Mal había salido vivo.
Aún no habían tenido la oportunidad de hablar de eso. Las experiencias cercanas a la muerte no eran algo de lo que alguna vez pensaran que tendrían que preocuparse en Auradon, y francamente, Evie no sentía que todavía estuviera dispuesta a revivirlo. Así que ella y Mal se quedaron callados, guardando palabras y pensamientos para sí mismos. Evie se inclinó para besarse a lo largo de los hematomas de Mal, ligera y suavemente para no lastimar. Esa noche fue Mal quien se acurrucó cerca, y Evie quien alegremente la dejó, envolviendo sus brazos alrededor de Mal y abrazándola contra su corazón. Cerrando su cerebro en ese momento para no tener que pensar en lo que podría haber pasado si Cotillion hubiera estado aún más terriblemente mal, si Evie hubiera perdido la capacidad de sostener a Mal así.
Fue Mal quien estuvo tan cerca de morir una muerte acuática, pero Mal que durmió tranquila y plácidamente toda la noche. Evie estaba despierta tarde tras noche, con los ojos abiertos cada hora, cada dos horas, al instante alerta y escuchando el sonido de la respiración de Mal. E incluso cuando lo escuchó, sus dedos se arrastraron en la oscuridad, tratando de sentir el cabello desordenado de Mal. Solo cuando sintió que iba a dejar escapar un aliento que ni siquiera sabía que había estado conteniendo, y dejó que sus ojos se cerraran una vez más. Una mañana, semanas más tarde, Mal no estaba allí cuando la tenue luz del sol peleaba más allá de las cortinas y despertó suavemente a Evie. Sin respiración constante, sin cama de púrpura enredado.
"...¿Mall? ...¡¡Mal!! ¡¡Mal!!"
Evie se puso en pie, se quitó las mantas y saltó de la cama tan rápido que su cuerpo y su equilibrio no tuvieron tiempo de seguir el ritmo y casi la derriba en el suelo. Mal vino corriendo, acababa de terminar de vestirse en el baño, corriendo directamente hacia Evie y dejando que los dos se abrazaran.
"E, estoy aquí", dijo con calma.
Evie odiaba que solo hubiera tardado sus segundos en comenzar a temblar tanto.
"Mal, yo ... oh Mal, lo siento mucho", se disculpó avergonzada.
"Oye, no, no te disculpes", Mal ahuecó una mano en la mejilla de Evie. Evie se inclinó hacia él de inmediato.
"... No, tengo que hacerlo", insistió Evie, recuperando la sensatez. "Lo siento por todo lo que se aferra, Mal. Pegado a tu lado, siempre necesita saber dónde estás, siempre tienes que tomar tu mano o tocar tu brazo o recostar mi cabeza en tu hombro, yo solo- "
" Casi me pierdes, "terminó Mal por ella. "Podría haber muerto gracias a Uma. Y crees que estás loco y paranoico, lo llamas "aferrado", pero no he dicho nada al respecto porque ... casi te pierdo a ti también. "
Incluso mientras hablaban, Evie todavía necesitaba su tranquilidad de que Mal estaba realmente allí frente a ella, sosteniendo su mano a la que Mal le había puesto suavemente en la mejilla.
"Si me hubiera ahogado, nunca habría llegado a verte de nuevo. Tal vez Uma no hubiera sido capaz de detenerse, y habría arrasado todo Auradon sin que yo estuviera aquí para estar contigo y tratar de protegerte. Cuando estaba bajo el agua, con las alas atrapadas y el cuerpo aplastado en esos tentáculos, seguía pensando: 'No me he despedido de Evie'. Y eso me hizo querer llorar mucho más de lo que lo hizo la idea de morir. Pensando que quizás nunca volveremos a vernos, y que ni siquiera te dejé con un "adiós" o un "te amo".
Evie se puso rígida, los labios se separaron cuando un jadeo se deslizó.
"... Pero nunca me has dicho que me amabas antes", susurró, con incredulidad de que esas palabras habían salido de la boca de Mal, incluso si su significado era solo indirecto.
"... Entonces creo que te estoy diciendo ahora. Te amo, Evie. Me encanta que siempre me tomes de la mano e intentes más que nunca mantenerme cerca, y sí, incluso escuchando en la oscuridad el sonido de mi respiración. Es todo lo que me hubiera perdido si no hubiera salido del agua, así que por favor ... no te disculpes.
Mal presionó un beso en la esquina de los labios de Evie.
"... Mal, yo también te amo."
La experiencia cercana a la muerte de Mal y las declaraciones de amor. Dos conversaciones muy diferentes pero muy emocionales que Evie nunca se habría atrevido a tener al mismo tiempo, pero aquí estaba ella.
"Te amo, pero en lo único que puedo pensar es en lo quieta que estabas en el agua, en cómo Uma solo se rió y nadó prometiendo que volvería", continuó Evie. "¿Y honestamente? Una parte de mí está aterrorizada de que esto sea solo un sueño, que realmente muriste en el agua y que soy incapaz de manejarlo, atrapado dentro de mi propia cabeza en un mundo donde lo lograste bien y aún estás vivo. "
" ... Entonces sigues revisando. Asegurándome de que todavía puedes sentirme, escúchame. "
" ... Asegúrate de no haber despertado del sueño. "
Mal tomó la mano de Evie sin decir una palabra y se la apretó contra su corazón. Evie sintió el latido del corazón, tal vez un poco rápido, pero lo sintió de todos modos.
"No es un sueño. Cuando toqué el cetro de mi madre en tu lugar, salí directamente de la maldición y fui el primero que vi después de que abrí los ojos. Cuando escapé a la Isla, fueron tú y tú los únicos a los que llegué. Un octo-pirata trastornado intentó ahogarme, y aquí estoy, cara a cara contigo. Vuelvo a verte, Evie. Siempre lo hice, y siempre lo haré. "
" ... ¿Lo prometes? "
Evie necesitaba desesperadamente escuchar lo prometido mientras sentía el latido del corazón de Mal calmarse bajo sus dedos. Mal se inclinó tan cerca, inclinando la cabeza y susurrando al oído de Evie.
"Lo prometo. Nunca puede, y será nunca te dejaré. te quiero. Y cuando amas a alguien, estás con ellos para siempre. Eso es algo que Auradon siempre ha acertado ".
Para siempre con Mal. Ese sería el verdadero sueño.
"... Uma podría regresar," Evie envolvió sus brazos protectoramente alrededor de la cintura de Mal, como si el pirata estuviera justo afuera de la puerta del dormitorio, esperando golpear.
"Ella pudo. Pero ella no va a atraparme. Tengo demasiado por lo que vivir, "Mal besó la punta de la nariz de Evie. "Mientras estés aquí, no iré a ningún lado".
Evie tuvo que admitir que le gustaba el sonido de eso.
"Y además," continuó Mal con una sonrisa petulante. "Los dragones tienen nueve vidas, ¿recuerdas?"
Finalmente, Evie sonrió.
"Estás pensando en gatos". "
No, estoy bastante seguro de que los gatos nos lo robaron".
"Bueno, en cualquier caso ..."
Cuando Evie la besó profundamente, prestó especial atención a todas las pequeñas cosas. Cómo el verde de los ojos de Mal brillaba antes de que sus párpados se cerraran pacíficamente, cómo se permitió permanecer de pie y deleitarse en el beso de Evie por un segundo o dos antes de devolverle el beso, cómo sus manos subieron en el pelo de Evie. Todas las pequeñas cosas que Evie nunca quiso olvidar, especialmente, especialmente cómo se sentía al tener a Mal en sus brazos. Para saber que estaba sana y salva.
"... Te amo, mi dragón inmortal".
"Y te amo, Evie ... mi princesa por siempre".
--------------------------------------------------------------------
One-shot adaptado,todos los creditos a la autora!