Escuela para idiotas.

By Princess_Laru

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Hinata Hyuga; conocida como "La Diosa Japonesa" entre los múltiples fans que tiene la poseedora de los ojos... More

01: Sé quien eres.
02: Siempre da todo de ti.
03: Nunca olvides tus raices.
04: Las mentiras no son validas.
05: Nunca digas nunca.
06: La verdad es mejor.
07: Se amable con el enemigo.
09: No cambies por nadie.
10: Nunca rompas las reglas anteriores.
El ultimo día de paz.
Epílogo.
Aviso

08: Pon tus propios limites.

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By Princess_Laru

Envíe a Hinata mas de diez mensajes, aunque su última conexión fue hace cuatro horas. ¿Donde estas pequeña idiota?

La llamé incluso, y aun así no he podido dar con ella. Es enfermizo. Aceptar sentimientos es enfermizo y no se como acostumbrarme.

Yo no debería buscarla, ella tiene que venir y arrodillarse ante mi, así debió ser siempre. Lo se.

Pero aun así quiero saber de ella.

Camine de un lado a otro en la cocina. Era una mierda.

— Sasu.. ¿ya está la cena?

Kushina, dios. Suelo olvidarme de su existencia con constancia. Quizá sea el echo de que siempre esta en estado de pérdida. En aquella situación donde no sabe de donde viene o donde va, tan drogada que no recuerda ni su nombre y eso de por sí es extraño, ¡Al máximo!

— Claro, señora Uzumaki.

La ayude a sentarse en la mesa, y le acerque un tazón de arroz y los palillos.

— En media hora es la hora de su sopa de verduras, señora Uzumaki. Recuerde que los analgésicos están en tu mesa de noche.

Le dije, aunque no se que tanto entendió.

— Minato vendrá a verme hoy.

— Si, señora Uzumaki. Él vendrá.

Me sonrió y siguió en lo suyo. Que ironía, perdí a mi madre pero si la tuviera y estría en el estado de Kushina, siempre puedes desear una buena muerte. Y no digo que ella merezca morir, sólo que su estado es asqueroso. En ocasiones me ha tocado echar a hombres que trae a casa, diciendo que es Minato. Y los muy malditos con tal de follar le siguen el juego. Que basura. Mi vida se esta cayendo a un abismo y Naruto ahí como si nada. Y echarlos a la calle no es opción.

Subí al cuarto de Naruto para decirle que la cena ya está y al abrir la puerta el cuarto estaba vacío y a oscuras.

Encendí la luz, yendo hacia la cama, en el cesto de basura había muchos papeles.

Que desastres, este niño. Con un suspiro guarde los libros en su cajón y el peso de estos provocó que el cajón cayera haciendo así que muchos papeles cayeran.  Un cuaderno dejó salir de su interior un sobre.

Lo tomé, se veía bastante viejo. Lo di vuelta. Y proseguí a leerlo.

"Universidad del sur: Week"

Abrí el sobre con Urgencia, sacando el correo.

"15 de Marzo de 2015"
Ante el logro de un 98% de respuestas correctas, Sasuke Uchiha a sido aceptado en el universidad de sur Week.
Felicidades.

Firma: Noriko U. Kisashi."

Arrugue el papel en mi mano. ¿Qué hacia esto aquí?, la hoja estaba toda amarillenta. Llena de arrugas.

Tomé el cuaderno, sacando mas sobre de su interior. Todas eran de las universidades a la que intente ingresar. Incluso mi pase de intercambio para viajar a USA.

Mis puños presionaron los papeles. Tomé con urgencia los sobres, leyendo uno por uno, comprobando así que fui aceptado en todas. 

Maldicion.

Junté todo, sólo que ahora guarde las cartas en mi cuarto. Había explicación, yo se que la hay.

Naruto no podía hacerme esto. No él.

"Naruto te odia"

La voz de Itchi, jamas lo odié tanto en mi vida.

¿Qué está pasando ahora?

Todas estas cartas..

Un grito me regresó a la realidad. Kushina, corrí escaleras abajo con desesperación. Al llegar, la vi parada sosteniendo su muñeca, y bastante sangre salía de entre sus dedos. ¡Maldicion!, no debí descuidarla.

Busque el botiquín de  emergencia. La guíe a una silla y comencé a desinfectar su herida para luego vendar la herida.

— Solo quería lavar los trastes, Sasu. Los platos estaban sucios.

— ¿Cuales son los platos sucios, Kushina?, ¡No hay platos sucios, mujer!

Un sollozo salió de ella. Maldicion, maldito Naruto. Me levante y la llevé a la cama. La oí llorar por media hora hasta que se quedo dormida.

No era momento para poner esto en marcha. Odio todo a mi alrededor. Limpie la casa y me fui a dormir. Por último revise mi móvil, Nada de Hinata, quizá mañana sabré.

~~~

Al despertar, encontré a Naruto desayunando y vaya, no estaba drogado. De hecho, estaba sobrio y feliz.

— ¿Donde estuviste anoche Naruto?

— Salí con Hinata. Y si no me crees preguntale hoy en clases.

¿Así que ahí andabas?

Suspire y me fui por un café. Estoy tan censada que no tengo tiempo para esto. Mierda.

— Es hermosa, aunque ayer se quejó de los castigos. Dice que ya no te molestará mas. Genial, ¿no?

— Urra, urra. — Dije con sarcasmo.

Me senté con mi café amargo en la mesa. Naruto salía con Hinata y ella no me contestaba a mis mensajes. ¿No qué éramos novios?

— Pensaba en decirle finalmente que me gusta.

Aquello provocó que escupidera el café nuevamente en mi taza.

— ¿Qué?

— Buenos días. — Dijo Kushina ingresado a la cocina.

— Ya me voy. — Naruto se levantó y se fue tan rápido como ella se sentó.

Bufé, que pereza. Ir a clases y enfrentar a Hinata. Pero me va a oír.

La mañana pasó rápida, y la tardé aún mas hasta que llegó el turno de ir con Hinata.

Entré al salón y abrí la puerta. Naruto y Hinata estaban hablando, ¿qué tanto se dirán?

Ingresé y apoye mi maletín en la mesa para buscar algunos papeles para entregarles.

— Muy bien señorita Hyuga. Un 75% en el examen. — Le entregue su hoja y proseguí con  Naruto — Tu sacaste un 98% , no se como lo has hecho pero felicidades.

— Choca esos cinco, nena. — Le dijo Naruto a Hinata, levantando su mano izquierda hacia ella.

— Yo saque 75%, no puedo chocar esos cinco.

— Estudie un poco más señorita Hyuga y dejé de andar paseando por ahí.

Ella me miró con irritación en un claro gesto de "¿se lo dijo?".

La risa de Naruto irrumpió la competencia de miradas que llevamos. Que fastidio.

Hoy seria un día muy largo. Me giré y escribí en la pizarra. Después de todo, este era mi trabajo. El 98% de los alumnos estarán reprobados este año.

Pasaron las dos horas, y el timbre sonó. Naruto y Hinata guardaban sus cosas y jamas vi a Naruto ofrecer su mano para cargar la mochila de alguien.

— Podemos hablar señorita Hyuga.

— ¿Qué quiere?

— A solas.

Naruto le dio una mirada y tras un asentimiento él se marchó.

— ¿Qué hacías con él anoche?

— Que te importa.

— Te llamé y sólo.. — No pude continuar porque ella me arrojó su móvil contra el pecho.

— Toma eso y guardatelo, cabrón.

***

Sasuke se me quedó viendo. Estoy furiosa, lo único que hace es gritarme y darme ordenes.

"Hinata no hagas eso", "Hinata no bebas alcohol", "Hinata no hagas esto, no hagas lo otro".

Me arte, no soy una niña de quince años. Puede que no sepa de relaciones, puede que se idiota pero no su juguete personal.

Respire hondo y repetí lo que Naruto me enseñó. — "No soy tu juguete, Sasuke. No soy un objeto que se puede comprar, maldito cabron. Soy una persona, con sentimientos y terminamos".

Nos vimos por unos segundos. Para luego la puerta se abriera y unos ojos jades nos observaban.
Ella tenía un cabello rosa, atado en dos coletas, los labios pintados de rojo fuerte y de entre sus dientes sacó un dulce, una pequeña paleta.

— Suke, amor. Ya llegué. — Ella corrió a él estampando sus labios contra los de Sasuke, y luego me miró —. ¿Y está quien es?

Él me miró y negó. — Nadie. Puede irse señorita Hyuga.

Me di la vuelta y salí del salón de clases. Ya no puedo mas. Mis mejillas se humedecieron. Duele, claro que duele. Si el amor se trata de esto es una mierda. Ya entiendo todas esas canciones. Esas poesías, todas esas historias de romance. Aquí, en mi corazón hay un dolor punzante. Duele, quema, arde.

Corrí, corrí, corrí.

Corre Hinata, con ambas manos en mis pechos corría como enferma. Como loca, la gente me miraba. Pero no hay tiempo para buscar un espejo y revisar mi maquillaje. Llegue a casa y tome con mis manos el pequeño mueble con libros que esta en la entrada, tirando lo contra el piso.

Busque en el refrigerador, saque la botella de vodka y mientras bebía comencé con mi ataque de ira.

No se como, ni en que momento pero me encontraba arrojando todo contra el suelo. Todo era superficial.

Una mesa grande como para seis personas,¿qué es eso?, vivo sola, ¿como es que no lo pensé? Desesperada, busque un cuchillo grande en el mueble y pronto me encontré clavandolo en la mesa, rayando toda la extensión. Una, dos o más. Arrojé una de las sillas contra la pared. Tomé otra y la choqué contra la alacena rompiendo los cristales de estas. Para luego estrellarla contra el piso.

Tomé otro trago de la botella, y comencé a tirar los cuadros con fotos que encontré por el camino.

Te odio mamá. Te odio puto mundo.

¿Qué tiene ella?, un cuerpo lindo. Con unas cirugías podría reducir mis senos. Es decir, no es mi culpa tener esta delantera.

Ella era simple, delgada y un poco alta, entró con un top y una pollera a cuadro, ambos negros. Unas botas hasta las rodillas, también negras. En su ombligo llevaba un aro. Dios, hasta un puto tatoo en el cuello.

— ¡AAHH! — Grité y estrelle mi botella con tan solo un poco del liquido contra la pared. — Te gusta el cabello artificial, eh.

Tomé las tijeras del cajón y comencé a cortarme el cabellos. Me arrancaba mechón por mechón, no me importa. No me importa que a mis doce años mi madre me cortara el cabello  tan corto que podría haber pasar por un niño. Odiaba eso, cuando ellos descubrió que mi cabello me podría conseguir algo mejor me lo dejó crecer y nunca estuve más feliz.

Tomé el cuadro familiar y lo estampe contra el suelo, solo quedó vivo el de papá.

Fue al placar, y saque los mejores vestidos y los corte a todo, y los destroce.

Los mareos vinieron y solo, le siguió mi inminente caída. Choque contra algo cálido. Y lo dejé mi cuerpo se inclinó y vació todo lo ingerido. Que bello.

La oscuridad llegó y me arrastró con ella.

~~~

A

brí los ojos, dios. La luz me molestaba en los ojos, así que coloque una palma al frente de mi cara para intentar cubrirme mientras me trataba de sentar en un codo.

— Mierda. Anoche bebí demasiado.

— Aún es el mismo día, sólo has dormir do cinco horas.

Me congele. ¿Naruto? Él está aquí, en casa. Carajo.

Me levanté completamente. Miré todo, estaba ordenado y el estaba sentado en la silla giratoria.

— Ve a ducharte, haré café.

— ¿Como entraste?

— No cerraste la puerta.

— Pero. .

— Te seguí y sólo esperé a que te cálmaras.

Asenenti y salí de la cama para ir al baño, me acerqué al lavado, quite la blusa y luego me miré al espejo...

— ¡AAAHHH! — Grité lo más fuerte que pude.

La puerta se brió —. Hinata ¿qué...

— ¡Fuera! — Grité arrojandole la blusa a la cara — ¡Idiota!

Tomé una toalla y me cubrí el frente. — ¿Puedes explicarme qué le pasó a mi cabello?

— Eso quería decirte. Ayer cuando vine, estabas ebria y tenias todo el cabello mal cortado. Y es lo mejor que pude hacer.

Dios, si. Recuerdo. Me corté el cabello. Todo por él. ¿Qué hice?

—No llores Hinata, si esta disparejo podemos ir mañana a la peluquería.

¿Llorar? Me toqué el rostro, y si, estaba llorando. Mi corazón late tan fuerte, me romperé pronto, lo sé.

"Hay no le hables al fenómeno".

Esa voz, esa puta voz. Me tapé los oídos. Mis ojos se humedeciero, y las voces del pasado sonaron una y otra vez.

"No te le acerques es una de esas lesbianas".

"Uff, pensé que eras un niño".

"Correte, lesbiana".

Unos fuertes brazos me sostuvieron. Uno en mi nuca y el otro en la cintura, mientras ocultaba mi rostro en su cuello.

Nos encontrábamos en una esquina del cuarto, ambos agachados en el suelo, mis rodillas estaban en el suelo y Naruto solo me abrazaba. Lloré a más no poder. Todos esos recuerdos que enterré, mi confianza. Maldicion. Ni se como llegamos aquí, pero me hace bien. Solo soy yo y mi dolor. Y Naruto me está cuidando con mucho cariño. Lo que nunca tuve en mi adolescencia.

Levanté el rostro y las menos de Naruto, me acunaron mi cara, sus ojos bajaron a mis senos, y bajó una mano y tomó mi cadena con el accesorio de medio corazón.

— Hm.. ¿Que tenemos aquí, eh?

Me congele. ¿Él sabría lo de Sasuke?, si se enterase no me hablaría mas y no, él es mi amigo.

— ¿Es ese novio de allá en Tokio?, el que sale en la tele.

— ¿Hablas de Kiba? — El me asintió — Si.. el me dejó..

Me regaló una sonrisa y me ayudó a ponerme de pie. — Te contaré algo Hinata. Algo para romper estas barreras, porque me gustas y mucho.

Asenti y lo seguí. Creo que llegó el momento. Quiero vaciar el dolor que cargue estos años, las pesadillas, las largas noches llorando, las horas que pasé frente a un espejo contando mis estrías y colocandome cremas anti-estrías. Cada mañana me despertaba creyendo que seria otra y no, solo era yo, Hinata Hyuga.

Hola, es todo por hoy. Espero que les guste la historia y la disfruten, todo se volvió muy dramático, pero estamos a tres capítulos del final, wii *-* el enemigo sin arma pronto tendrá conti. Besos.

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