No podía ser cierto lo que acababa de escuchar.
Harry... ¿me amaba...?
───¿Cómo...? ───Musité aún atrapada en el asombro causado por sus sorprendentes palabras.
Me esperaba cualquier cosa pero jamás que dijese eso, ciertamente tal frase no estaba dentro de mi mente como algo probable.
Él se encogió de hombros, sin dejar de sonreír.───Tal como oíste, estoy enamorado de la princesa sin corona de ojos azules y cabello rubio.
Me sonrojé por sus palabras, seguido de eso desvié la mirada.
───Pero... ¿y Serena? ───Pregunté alzando una ceja hacia él, ¿acaso no le gustaba ella?
Harry negó suavemente.
───Serena no es mi tipo y dudo que lo sea algún día. ───Se rió entre dientes metiendo las manos dentro de sus bolsillos del pantalón.
Sonreí levemente y pasé las manos por mi cabello debido a la situación, los nervios aún se mantenían latentes en mí.
───Entiendo... entonces, te gusto y creo que está de más decir que también me gustas... ───Murmuré sintiendo mis mejillas arder nuevamente, esta situación comenzaba a avergonzarme demasiado.
El Hamilton mayor alzó una ceja, sonriendo divertido.───¿Lo estás admitiendo, Powell?
Puse los ojos en blanco y golpeé suavemente su hombro.
───No lo arruines, tonto. ───Espeté cruzada de brazos, pero sonreí de lado al escuchar su risa.
Volver a escuchar la voz de Harry luego de cierto tiempo se sentía como una utopía, y solo podía sonreír ante la felicidad que recorría dentro de mi ser al ver que no era la única con estos sentimientos.
Y que eran respaldados por la Voluntad de Dios.
───De acuerdo, no lo arruinaré pero lo haré mejor. ───Murmuró levantando mi mentón con una delicadeza propia de él, como si temiera quebrarme.
Mis ojos observaron los suyos, tan verdes como un bosque lleno de vida que brillaban cuando me veían, pero sobretodo era ver a Jesús reflejado en él y en su forma de vivir y actuar.
Y fue que besó mis labios con delicadeza, haciéndome sentir fuegos artificiales ante aquel beso tan dulce y cuidadoso de parte suya.
En Dios y en Harry estaban mi paz y mi felicidad, y estaba tan agradecida de que alguien como él hubiera sido obstinado e insistente por querer llevarme a Jesús, enamorarme de mi Salvador y vivir por y para Él en la actualidad, y ahora no viviría ese camino sola ya que Harry sería mi compañero para andar aquel camino juntos hasta que Dios nos llame o Su iglesia sea levantada.
Ambos viviríamos para Jesús.
───Te amo, Stacy Powell. ───No, esto era la cereza del pastel estar oyendo esas palabras preciosas de su voz grave y gentil.
¡Mi corazón va a estallar!
───Y yo te amo a ti, Harry Hamilton. ───Mi sonrisa de seguro estaba que no cabía en mi rostro de lo enorme que era.
Pero no me importaba, estaba feliz y nada más importaba, ni siquiera que Serena se metiera entre nosotros porque lo que une Dios no lo separa el hombre.
───¿Quieres venir a cenar con mi hermano, Heaven y nuestros amigos? Así aprovechamos a decir que eres mi novia. ───Sugirió provocando que jadeara en sorpresa, ¿novios ya?
───¡Pero si no me lo pediste! ───Chillé completamente ofuscada al oírlo, ¿cómo que novios si no me lo había pedido!
¡Y solo se puso a reír frente a mí negando con la cabeza?
───¿Quieres ser mi novia, entonces?
───¡Harry!
Él volvió a lanzar otra risotada a la par que tomaba mi mano para irnos hasta su Range Rover.───¡Pero si me dijiste que debía proponerlo primero!
Definitivamente él ponía mi mundo patas arriba, junto a una sinfonía que nos rodeaba silenciosamente.
Pero sobretodo, juntos hacíamos una sinfonía para agradar a Dios eternamente y para siempre.
Fin.