Aprovechando que solo quedan dos clases, decido saltármelas. Como estamos con los exámenes finales, la gente suele faltar mucho para ir a estudiar a la biblioteca por lo que no se notaría mi ausencia.
Mi madre todavía no ha salido del trabajo y George está recogiendo a Dani de la guardería. Ya le está saliendo el primer diente y está insoportable, así que cuando llego a casa me encierro en mi habitación y me pongo los cascos con música bien alta.
Después de comer algo, preparo mi mochila y me marcho al entrenamiento de natación. Se acaba la temporada y la entrenadora ya no es tan exigente. Por un momento temo que a Wade se le haya ocurrido venir a recogerme porque veo un coche igual que el suyo, pero no es él. Siento otra punzada de dolor y las lágrimas me acompañan todo el camino de vuelta a casa.
Me siento como una mierda por haber confiado en él. Le he contado cosas de mí que ni siquiera le he contado a Abby. Mi confianza en el mundo ha desaparecido y lo peor es que parece que le da igual. No ha dado señales de vida y espero que no las de en lo que queda de curso. En verano será más sencillo evitarle.
Tengo que conseguir olvidarme de él y de su traición. Tengo que pasar página.
Durante la cena, el malestar es más evidente. Mi madre me ha preguntado unas cuantas veces si estoy bien y George ha intentado, en vano, animarme a base de chistes. Abby también ha cenado con nosotros. Al fin y al cabo, no se me da nada bien fingir.
Mientras recogemos los platos, llaman a la puerta. Mi madre deja la cesta de pan en la encimera y abre la puerta. Escucho el murmullo de una persona hablando, pero desde que todo esto ha pasado, en mi mente no ha dejado de sonar un pitido que hace que me cueste escuchar. Quizá es una manera de autoprotegerse.
—Marnie, te buscan —grita mi madre desde la entrada.
Mi corazón se acelera. No puedo. Niego con la cabeza y ella se impacienta.
—Estoy cansada, me voy a la cama.
—Quiere hablar contigo —insiste y se aleja de la puerta. Me coge del brazo y me empuja, lanzándome a los lobos.
Camino con desgana hacia la puerta. Abby se acerca a mí y antes de abrirla me da un beso de ánimo en la mejilla, luego se marcha a jugar con mi hermana. Cuando salgo, no hay nadie en la puerta. Salgo y miro hacia los lados. Entonces le veo. No se trata de Wade, sino de Jude. ¿Qué hace él aquí?
—Pensé que no saldrías.
—¿Por qué quieres hablar conmigo? —pregunto confusa y cierro la puerta de casa para que no nos escuchen.
—¿Te gusto?
Mis mejillas se tornan rojas como tomates. ¿Y si salgo corriendo ahora? Si no fuese por las pantuflas gigantes de oso que llevo, tal vez fuese una opción viable.
—No —confieso y me cruzo de brazos. No llevo sujetador debajo de la camiseta y de repente siento que se me marca todo—. Ya no.
Puede que la respuesta hubiese sido diferente si me lo hubiera dicho hace tres meses.
—Pero antes sí.
Muy bien, Sherlock. Jude enarca las cejas y se apoya de costado en la pared sin dejar de mirarme.
—Bueno, supongo que...
—¿Ni un poco?
Le miro desconcertada. ¿Por qué le interesa saber esto ahora?
—Jude, lo que escribí en el correo fue una tontería. Estaba muy confundida.
—Me da pena esto —responde arrugando la nariz. Se peina hacia atrás su cabello rubio y me mira. Lo último que quiero es dar más pena a la gente—. A mí no me gustas, pero... Puede que podamos solucionarlo.
Creo que me he perdido un capítulo. ¿Qué está pasando aquí? Él se acerca y yo me quedo quieta esperando entender en algún momento lo que pasa por su cabeza. Entonces se inclina ligeramente y me besa. Es un beso breve y sin emoción alguna, casi mecánico. Me aparto de inmediato.
—¿Qué estás haciendo?
Nunca me habría imaginado que besaría a Jude y, ahora que lo he hecho, una parte de mí se siente en paz al comprobar que el platonismo se ha esfumado de mí por completo y que frente a mí solo tengo a un chico que está muy bueno, pero que no me gusta.
—Solo quería comprobar si era verdad. —Hace una mueca que prefiero no interpretar y niega con la cabeza—. Marnie, no eres mi tipo.
Me resulta gracioso que me diga eso cuando yo le dije lo mismo a Wade y hemos acabado de este modo.
Resoplo, incapaz de soportar su actitud de narcisista.
—No sabes cuánto me alegro.
Doy media vuelta y me meto en casa de nuevo. Me alegro de que al menos he superado ese miedo a hablar frente a los chicos. Sobre todo frente a él. He conseguido decirle lo que pienso sin tartamudear ni una sola vez y eso que me ha besado. Joder. Jude Coleman me ha besado. Y no he sentido... nada.
Abby no me pregunta, aunque sabe que el que ha venido ha sido su hermano. Durante un rato, trata de convencerme de que vuelva a hablar con Skyhitter para olvidarme de Wade y, cuando se marcha a su casa, abro la aplicación y le escribo.
Skyhitter (18:04): Te lo cuento, pero no te rías, ¿lo prometes?
Lioness96 (22:06): No se me da bien cumplir ese tipo de promesas, pero lo intentaré.
Skyhitter (22:09): Cuando era pequeño mis padres me llevaron al zoo, de ahí mi afición por los animales, y como me gustaba tanto el agua y los peces me escapé para poder verlos mejor.
Lioness96 (22:10): Esta historia no va a acabar bien, lo presiento.
Skyhitter (22:14): Aparecí en la parte de arriba del acuario, no me preguntes cómo, y al ver uno de esos peces color azul, ¿sabes cuál es el de «Buscando a Nemo»? Me tiré a por él para intentar tocarle. Mis padres dicen que cuando me vieron a través de la cristalera entre peces casi les da un infarto.
Me llevo las manos a la boca en un intento de disimular la sonrisa y, cuando me doy cuenta de que no puede verme, me empiezo a reír.
Skyhitter (22:18): Te estás riendo, ¿verdad?
Lioness96 (22:19): No he podido evitarlo jajaja.
Lioness96 (22:19): ¿Cómo puedes pensar que eso es divertido? Me imagino a tus padres corriendo a buscarte.
Skyhitter (22:20): Mi madre se cayó al agua intentando cogerme.
Tengo que coger un pañuelo para limpiar las lágrimas de la risa. Al menos ya no lloro de tristeza. Esta sensación es la mejor del mundo.
Lioness96 (22:23): Si te consuela, a mí una vez me perdieron en un supermercado.
Skyhitter (22:24): ¿En serio? ¿Y te adoptó otra familia?
Lioness96 (22:25): Una de japoneses. Ahora todos los días comemos ramen.
Skyhitter (22:27): ¡Me encanta! Me tendrás que invitar algún día.
Lioness96 (22:34): Oye, gracias por esto. Hoy he tenido un día de mierda y me has animado bastante.
Skyhitter (22:35): ¿Puedo preguntar qué ha pasado?
Lioness96 (22:37): No quiero aburrirte con mis tonterías.
Skyhitter (22:38): No son tonterías si te afectan de verdad.
Skyhitter (22:42): Puedes contarme lo que quieras, soy una tumba.
Supuse que este momento llegaría tarde o temprano. Tomo aire y lo suelto mientras pienso cómo decirle lo que me pasa.
Lioness96 (22:45): ¿Alguna vez te has enamorado?
Skyhitter (22:47): Sí. ¿Tú?
Me tiemblan las manos.
Lioness96 (22:48): Yo... creo que también, pero siento que tengo el corazón dividido.
«Y roto», pienso y mi mente me devuelve la imagen de un Wade sonriente. Maldita sea.
Lioness96 (22:52): Ya sabes que en el mundo real es inevitable conocer a otras personas, pero en estos últimos meses te has convertido en una alguien muy especial en mi vida y me gustaría conocerte. Me gustaría saber si esto significa algo para los dos o solo para mí. No sé si me explico.
Skyhitter (22:56): Perfectamente.
No es que tengamos una relación ni mucho menos, pero si mi intención es conocerle, lo mínimo que tengo que hacer es ser sincera. Estoy de los nervios esperando su respuesta, así que le escribo a Abby y ella me llama por videollamada.
—¿Qué dice? —pregunta ella.
—Aún nada, está escribiendo —respondo mordiéndome la uña del dedo pulgar. Las tengo pintadas de rojo y sé que se me va a llevar la boca de pintura, pero me da igual—. ¡Ya!
Skyhitter (23:01): Yo también he pensado mucho en esto. Por mucho que intentemos protegernos a través de una pantalla, fuera todo es más real y se siente de otra manera. Aunque es más fácil salir herido, el amor es más fuerte y es inevitable no vivirlo. Supongo que sabes de lo que estoy hablando.
—No entiendo nada —dice Abby después de escuchar el mensaje cuando lo he leído—. ¿Qué dice? No entiendo.
Yo también estoy un poco perdida. Releo los últimos mensajes unas cuantas veces y suspiro.
—Él también ha conocido a alguien fuera.
—¿Cómo lo sabes? ¿Dónde lo dice?
He de admitir que me siento un poco decepcionada, pero ¿qué esperaba? ¿Que estuviese única y exclusivamente para mí? Obviamente, no puedo pedir eso a nadie. Entonces se me ocurre algo.
Lioness96 (23:06): Se me ha ocurrido una cosa y quiero saber lo que piensas. ¿Qué te parece dejar por un día nuestras vidas y nuestros problemas a un lado?
Skyhitter (23:08): ¿A qué te refieres?
Ya no hay marcha atrás. Estoy entusiasmada y aterrada al mismo tiempo.
Lioness96 (23:10): La feria es dentro de dos semanas, ¿y si traspasamos la pantalla y nos conocemos en persona?
Veo que escribe, pero no envía nada.
Ha sido un error. No debería haberlo hecho. Cuelgo con mi amiga y tiro el teléfono a la cama. Este rebota y cae boca abajo. Seguro que está buscando la mejor manera de decirme que no. Acordamos mantener nuestras identidades en secreto y yo estoy intentando romper esa norma. Menuda mierda es la valentía.
El teléfono vibra y me lanzo sobre él. Abro el mensaje y, mientras lo leo, la sonrisa de tonta se me va dibujando en la cara.
Skyhitter (23:16): ¿Te gusta la noria?