Hasta el fin del mundo [Yoonm...

By jeonecessity

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Jimin creía que, después de que le hubieran roto el corazón de la peor manera, nada en su vida podría salir b... More

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Todos detestamos salir lastimados. A nadie le gusta tener un corazón roto por amor. Park Jimin era una de esas personas y, aunque ya había pasado por varias relaciones y rupturas, la última había sido muy diferente. Se había enamorado e ilusionado como nunca antes, y había terminado con el alma en pedazos después de que aquel chico lo hubiera engañado más de una vez. No era algo que él hubiera esperado de una persona que él creía tan honesta, y fue por eso que había pasado de haber estado volando en las nubes, a haber caído de cara al suelo, todo en un segundo.

Era una noche lluviosa, y Jimin se encontraba en un lugar que creía que era el mejor, el adecuado para su pésimo estado de ánimo.


—Sírveme otro, Jeon —pidió y recostó su cabeza sobre la barra de aquel bar, con lágrimas en sus ojos.

—¿Jeon? —preguntó su amigo y alzó una ceja, mientras terminaba de limpiar la superficie frente a él, en la que se apoyó entre suaves risas—. Escucha, entiendo que estés enojado con la vida, pero no conmigo, así que no me llames por mi apellido como si te hubiera hecho algo.

—Pero sí lo hiciste.

—¿Qué cosa?

—No me serviste más alcohol.


Después de haber rodado los ojos, el muchacho retiró el vaso vacío de su amigo y le dio otro lleno. Jimin olfateó el líquido y arrugó su nariz.


—Esto es agua, Jungkook.

—No voy a darte más nada.

—Pero quiero olvidarme de todo.

—Beber no va a hacer que tu corazón sane, Jimin —presionó juntos sus labios—. Ya han pasado tres meses, ¿por qué no intentas despejarte de otra forma? Venir al bar a embriagarte cada fin de semana no es la solución.

—¿Y qué quieres que haga? Si me quedo en casa, estaré solo y volveré a pensar en él, volveré a pensar en lo que hizo y me sentiré mil veces peor que ahora.

—Bueno, puedes salir y conocer otras personas. Aquí hay gente que viene sin compañía, podría decirte quiénes serían buenas opciones y--

—Olvídalo. —Bebió un poco de agua.

—Olvídate tú de estar bien, entonces. Más que darte consejos no puedo hacer, Jimin. No puedo borrar tu dolor como si fuera magia, ojalá pudiera.

—Lo sé, lo siento —frotó su cara con ambas manos—. ¿Sabes? Me rindo. Esta es la última vez que lloro por un corazón roto.

—No quiero que pienses que te digo esto para que te sientas peor, pero no será el último, Jimin.

—Lo será si ya no me enamoro.

—¿Y cómo se supone que evitarás eso?

—Simple, yo--


De pronto, Jimin escuchó un ruido a sus espaldas. Volteó en su propio asiento y frunció sus cejas al mirar con atención lo que sucedía. Varias personas estaban conectando micrófonos y parlantes sobre un muy pequeño escenario que estaba ubicado en una esquina.


—¿Y eso?

—Ah, mi jefe creyó que era una buena idea agregar shows los sábados por la noche, así que invitaremos a comediantes o músicos cada fin de semana.

—¿Como quiénes?

—No es gente reconocida, son artistas locales. Hoy viene una banda de chicos a tocar unas canciones. Ellos... se ganaron muchos seguidores con las redes sociales, lo cual explica por qué está tan lleno hoy este lugar, pero es su primera presentación en público.


Jimin asintió, no muy interesado en la historia de quienes subirían al escenario en unos minutos. Apoyó su cara sobre la palma de su mano, su codo sobre la barra, y soltó un suspiro. Si había algo más importante en lo que debía centrarse era en cómo sanar su corazón roto.

Después de tres meses de haberse lamentado por haber sido tan tonto, de haber llamado a su ex pareja prometiendo cambiar aquello que no le gustaba de él, de haber llorado día y noche, ya estaba harto. Quería volver a ser feliz, a sonreír como lo hacía antes, pero, después de haber visto las dos caras de quien solía ser su amor, pensó que cualquiera podría ser igual. Por esa razón, creía que el mejor remedio podía ser evitar enamorarse. No podía ser tan complicado, ¿verdad?


—¡Gracias!


Jimin volvió a la realidad y miró al escenario. La banda ya estaba allí y, al parecer, había interpretado un par de temas.


—Son buenos, ¿no?

—¿Eh?

—¿De verdad no estabas escuchando? Estás mal.

—Sí, lo estoy, lo sabes.

—Lo siento —rio—. Relájate un poco, ¿sí? Ya vas a estar bien. Escucha la última canción, y después ve a casa a descansar. Si quieres, incluso puedes esperar a que termine mi turno y nos vamos juntos a tu casa. Me quedaré a dormir.

—¿Te estás invitando solo? ¿Y si no puedo?

—¿Por qué? Lo único que vas a hacer es no dormir para poder llorar hasta la mañana y dejarme mensajes de audio en los que me contarás cómo te sientes. Si no voy, no podré evitar que hicieras eso.

—Eres el mejor amigo de todos, ¿sabías?

—Por supuesto.


Jimin rio suavemente y volvió a enfocarse en la banda. Estaban empezando a tocar la última canción de la noche. Eran muy buenos, tal y como había dicho Jungkook. La música sonaba muy bien, a pesar de que fuera ese un lugar pequeño, y los chicos se veían muy bien... especialmente el cantante y guitarrista, quien estaba al frente junto a un pie de micrófono, a la espera de que fuera su turno de cantar. No era muy alto, sus cabellos eran rubios, sus ropas eran de color negro y llevaba colgada su guitarra eléctrica. Lamió sus labios y comenzó a entonar la canción. Jimin lo observó, boquiabierto. Era precioso, cantaba muy bien e interpretaba a la perfección la canción que estaba tocando con su voz y sus gestos faciales. Era un cover de Everlong, de Foo Fighters, una de sus bandas favoritas. 

Jungkook miró temeroso a su amigo. Sabía lo que esa canción significaba para él. En el pasado, muchas otras veces le había dicho que le recordaba a la relación que tenía con ese otro chico, a cuando estaba enamorado y en su mejor momento. La letra hablaba sobre un amor de esos en los que se está conectado fuertemente con la otra persona y se ama con todo el corazón. Lo había visto en la traducción de la letra y lo había leído en una entrevista, y había sido suficiente para que Jimin se sintiera identificado con la canción.

Una vez que la pieza terminó, uno a uno, los músicos dejaron el escenario y se despidieron saludando con sus manos. Jimin secó los cientos de lágrimas que habían empapado sus mejillas, y se paró de su asiento para ver mejor al cantante, quien, poco después, desapareció detrás de una puerta. Luego, escuchó a alguien carraspeando detrás de él y volteó. Jungkook lo miraba fijamente. Lo conocía demasiado bien como para saber a la perfección lo que pasaba por su mente.


—Dime... ¿sigues creyendo que no volverás a enamorarte?

🎸

Después de que terminaron de tocar, los miembros de la banda se dirigieron a su vieja camioneta, no sin antes haber cargado sus amplificadores e instrumentos. Namjoon, el menor de los tres, alzó una ceja.


—Hyung...

—Déjalo —dijo Hoseok, otro de los integrantes, quien se subió en el asiento del conductor—, está en su mundo.

—Lo entiendo, pero que suba rápido, que quiero volver a casa. Además, se está empapando con la lluvia.

—¡Oye, Yoongi! ¿Qué esperas?

—¿Eh? —lo miró—. Sí, claro. —Obedeció.

—¿Sigues pensando en tu canción?

—Es que aún no la termino.

—¿Por qué no te relajas un poco? Llevas días sin dormir. Es solo una canción.


Yoongi asintió con la cabeza. No quería admitir en voz alta que era más que una simple canción, que la letra tenía una historia propia contada en cada estrofa, que quería ser cuidadoso con ella, porque era especial. Suspiró y miró a su alrededor, como si buscara algo. Al no haberlo hallado, dio un pequeño salto en su propio asiento.


—¡Chicos, esperen! ¡Hoseok, detén la camioneta! ¡Olvidé mi cuaderno en el bar!

—¿Qué cuaderno? —preguntó Namjoon entre bostezos.


Pero Yoongi ni siquiera contestó. Él solo abrió la puerta de la camioneta y bajó de ella, incluso cuando todavía se estaba deteniendo. Corrió hacia el interior del bar por la parte de atrás, y comenzó a revolver todo a su alrededor para encontrar lo que buscaba.


¿Te ayudo?


Asustado, volteó y, tras haber visto al muchacho que se encontraba allí, dejó ir un largo suspiro. Era Jungkook, quien justo había entrado para buscar algo que necesitaba.


—Dejé por aquí un cuaderno con mis canciones, ¿no lo has visto? Realmente lo necesito.

—Iré a fijarme si lo dejaste allá adentro, no me tardo.


Dicho esto, el joven salió de aquel cuarto y subió al escenario. Era muy pequeño, así que podría revisarlo todo de solo un vistazo. Afortunadamente, lo halló tirado detrás de una silla. Lo agarró y, antes de que pudiera regresárselo a su dueño, sintió una mano sobre su hombro. Cuando giró para ver de quién se trataba, vio a su amigo.


—Jungkookie, creo que haré lo que dijiste. Esperaré a que salgas y te invitaré a dormir a casa. No me siento muy de ánimos como para volver solo.

—Genial. —Sonrió, bajó la mirada al objeto en sus manos.


De pronto, se le ocurrió una brillante idea. Miró pícaramente al mayor, quien se sorprendió ante dicho gesto.


—¿Qué te pasa?

—Ah, es que estoy muy ocupado, ¿sabes? Ya hay gente pidiendo cosas, no tengo que retrasarme mucho. ¿Podrías hacerme un favor?

—Claro.

—Ten —le dio el cuaderno—. Debes darle esto al chico que está en el cuarto de allá atrás. —Señaló la puerta.

—De acuerdo.

—Agradéceme más tarde.

—¿Qué?


Jungkook se marchó para atender a sus clientes, y Jimin se encogió de hombros, restándole importancia a sus palabras sin sentido. Una vez que llegó al cuarto, buscó con su mirada. Un chico estaba agachado en el suelo. Parecía estar buscando algo debajo de un mueble. Jimin carraspeó.


—Disculpa, creo que esto es tuyo.


El muchacho se levantó tras haber oído aquello, y miró a la persona que había hablado detrás de él. Se sorprendió en demasía al haber visto a Jimin, a sus cabellos negros y sus mejillas sonrojadas —que tal vez estaban así por el alcohol que había consumido anteriormente—. Tragó en seco y se acercó a él. El otro joven abrió bien grandes sus ojos al haber notado quién era el chico y, con manos temblorosas, le entregó el cuaderno.


—Muchas gracias —frunció sus cejas—. ¿Lo tenías tú? ¿En dónde está el otro chico?

—Tenía que atender unos clientes, así que me mandó en su lugar.

—Ya veo... gracias —repitió y, de inmediato, comenzó a caminar hacia la puerta.

—Oye...


Yoongi se detuvo. Su mano ya estaba sobre el picaporte. Giró su cabeza en dirección al otro joven.


—Me gustó mucho cómo cantaste. Esa es... mi canción favorita. Bueno, lo era —sacudió su cabeza—, es una larga historia. Sin embargo, gracias a ti... hoy volvió a serlo. La interpretaron muy bien.

—¿De verdad? —se asombró—. Muchas gracias, uh...

—Jimin.

—Jimin —repitió y sonrió—. Soy Yoongi.

—Un gusto.


Yoongi abrió su boca para decir algo, pero se oyó el sonido de la bocina de la camioneta de la banda. Bufó. Había olvidado por un instante que lo estaban esperando.


—Lo siento. Ya debo irme.

—Oh...


Jimin mordió su labio inferior. Había algo en el otro chico que hacía que quisiera quedarse con él un rato más. Yoongi sintió algo parecido y, por esa razón, lo miró durante unos cuantos segundos.


—Daremos otro show el viernes que viene en el parque. Será a las siete de la tarde, por si quieres ir.

—De acuerdo —sonrió—. Ahí estaré.


Yoongi le devolvió la sonrisa, se marchó y dejó al otro chico ansioso por volver a escuchar su música.

🎸

—Así que... te gusta.

—Ay, por favor, ¡apenas lo vi una vez!

—Eso no responde a mi pregunta.

—Nunca preguntaste nada.

—Sigues sin negarlo. —Se carcajeó.

—Es hermoso y fue amable conmigo, es todo.

—Lo que para ti significa que estás planeando cuántos hijos tendrían juntos.

—Por favor, Jungkook, deja de ser tan ridículo.

—Siempre fuiste muy enamoradizo, lo sabes. Además, es esta la quinta vez que me arrastras a uno de sus shows.

—Este es un canal de televisión bastante conocido. Están creciendo mucho, ¿te diste cuenta? —cambió de tema y sonrió tontamente.

—Es increíble —negó con la cabeza—. Eres capaz de seguirlos por toda la ciudad o hasta el fin del mundo, porque lo que más quieres, además de escucharlos, es volver a hablar con ese cantante, pero jamás te atreves.

—¿Y qué se supone que tengo que decirle? —musitó—. No creo que haya mucho de qué hablar.


Jungkook calló, pues el programa al cual habían asistido como parte del público había empezado. Miró de reojo a su amigo y soltó una silenciosa risa. El rostro de Jimin parecía iluminarse cada vez que veía al pelirrubio responder alguna de las preguntas que la presentadora le hacía, ¡ni hablar de cuando interpretaron un par de canciones! De principio a fin del evento, la sonrisa del muchacho no desapareció, y, cuando este hubo terminado, hizo un puchero sin siquiera haberse dado cuenta, sobre todo cuando el cantante se fue por una de las puertas del lugar.


—¿Por qué no vas tras él?

—Tal vez la próxima.

—Sí, claro —rodó sus ojos—. Bueno, tengo que ir al trabajo, así que tendrás que volver solo a casa.

—Está bien, no te preocupes.

—Nos vemos, ¿sí?


Jungkook se fue hacia un lado, y Jimin hacia el otro. Fue todo el camino pensando en Min Yoongi, el bonito cantante de la banda de la cual ahora era fanático, y con quien no había podido volver a hablar. Realmente lo deseaba, pero el miedo a no ser recordado y a que el otro no tuviera el mismo interés no lo dejaba en paz. Sin embargo, el recuerdo de su voz junto con el dulce sonido de la guitarra que Hoseok, uno de los chicos, había tocado hizo que llegara hasta su casa con una sonrisa en su rostro.

Bueno... hasta que vio a su ex junto a su puerta.

🎸

Dos de la mañana. Jimin se puso una chaqueta, agarró su celular y sus llaves, y salió a caminar. Iba por las calles de Seúl cruzado de brazos y con lágrimas que caían de sus ojos. Hacía mucho que no había pensado en el otro muchacho, y haberlo visto de esa forma había removido muchas cosas desagradables dentro de él.

Ya había caminado unas cinco cuadras, y se estaba acercando a una pequeña plaza de la ciudad. No había nadie a su alrededor, lo cual lo espantaba un poco, pero decidió no prestarle mucha atención. En lo que sí quiso enfocarse fue en la voz que pudo escuchar, que provenía de un rincón de la plaza.

Dentro de este inútil agotamiento emocional

El repetitivo juego de sube y baja

A este punto me estoy hartando de él

El repetitivo juego de sube y baja

Ambos nos cansamos de él.

Jimin se acercó a pasos lentos para ver qué estaba sucediendo, y se sorprendió al haber visto a Yoongi sentado sobre un banco, con una guitarra en sus manos y un cuaderno a su lado. No paraba de repetir esos versos mientras buscaba una melodía que pudiera quedar perfecta con ellos. Después de haber anotado algo, arrojó el cuaderno al suelo, apartó su guitarra y cubrió su rostro con sus manos. 

Esa era la oportunidad perfecta. Jimin podría volver a hablarle y darle una mano, si así lo necesitaba.

Con cuidado, se acercó a él y tocó su hombro, lo cual hizo que el otro se sobresaltara. Al haberlo visto, suspiró y le mostró una muy, muy pequeña y fingida sonrisa.


—Hola, uh... dudo que te acuerdes de mí.

—Jimin. Te vi en el bar el día de nuestra primera presentación, cuando perdí mi cuaderno.

—Veo que no lo olvidaste —susurró y levantó el objeto del suelo.

—No te ves muy bien, ¿todo en orden?

—Es una mala noche —rio con desgano y se sentó junto a él—, ¿qué hay de ti?

—Pues... también es una mala noche —lo miró—. ¿Qué te pasó?

—Yo salía con un chico. Me había enamorado de él de una manera increíble... A mis ojos, él era la mejor persona del mundo. Realmente lo amaba.

—Suena a que terminó siendo un idiota.

—Bueno... sí. Desde el inicio, me engañó con muchas personas. Me enteré tarde de eso. Me pidió disculpas, pero lo siguió haciendo. Incluso lo vi varias veces y tuvimos varias discusiones por eso. Él... sabía exactamente qué decir para lastimarme. A pesar de eso y de todas las peleas, yo seguía ahí con la esperanza de que cambiara, y después me dejó.


Yoongi bajó su cabeza. Comprendía muy bien el dolor del otro chico. Jimin, por su parte, dejó escapar un par de lágrimas que secó rápidamente.


—Pasé tres meses sufriendo por lo que me había hecho, y comencé a superarlo cuando-- —Presionó juntos sus labios.

—¿Cuando qué?

—Cuando escuché a tu banda esa noche en el bar. Me gustaron, me caíste bien, empecé a seguirlos y, cuanto más me enfocaba en su música, menos pensaba en él. Pero esta noche, cuando regresé del programa al cual ustedes fueron invitados, me lo encontré en la puerta de mi apartamento. Quería volver, decía estar arrepentido de sus actos, quería que empezáramos de nuevo y volví a sentir todo otra vez, como si nunca lo hubiera superado. Solo que esta vez era más... enojo que otra cosa. Y bien... solo decidí salir a tomar un poco de aire.

—Lo siento mucho, Jimin. Por cierto... ¿qué le dijiste?

—Me negué cada una de las veces.

—Eso es bueno —asintió con la cabeza—. Y gracias por lo de la música. Es la primera vez que oigo que nuestras canciones realmente ayudan a alguien en una situación difícil.

—Oh, no, gracias a ustedes, y gracias por haberme escuchado —sonrió—. ¿Qué hay de ti?

—Ah, no pasó nada.


Jimin alzó una ceja y se cruzó de brazos.


—¡Ey!

—¿Qué?

—¡Yo te conté mi historia! ¡Podrías contarme la tuya!

—¿Y si no quiero?

—Bueno —suspiró—, supongo que está en todo tu derecho no hacerlo.


Yoongi soltó una suave risita y miró al chico a su lado. Tenía su mirada clavada en el suelo y, con sus manos, agarraba los extremos de las mangas de su chaqueta, nervioso.


—Oye, solo bromeaba —lo empujó suavemente con el codo—. También vengo de una mala relación... y pasaron otras cosas más. Tanto ella como yo nos sentíamos solos todo el tiempo. Veníamos de una mala racha con amistades y relaciones. Siempre queríamos mucho a alguien que nos dejaba solos al final, y siempre nos preguntábamos qué habíamos hecho mal. Supongo que fue por eso que terminamos estando juntos, y me llevó un tiempo darme cuenta de que no la amaba de verdad. Ella tampoco a mí, pero no queríamos terminar lo nuestro. Ninguno quería dar ese paso, y peleábamos todo el tiempo sin razón, tal vez, porque queríamos que el otro se hartara y se fuera. Ella lo hizo primero. Creí que estaría bien, pero me siento como al inicio. Me siento solo. Patético, ¿verdad? —Rio mínimamente, avergonzado.

—No creo que lo sea —dijo en un suave tono de voz—. A pesar de que no lo pienses así, ya verás que uno de estos días llegará una persona que quiera estar contigo, alguien que te ame de verdad y que tú le correspondas en serio... alguien que ya no te dejará solo.

—¿Cómo podrías saber eso? Tal vez el problema soy yo, y estas cosas no dejen de pasar nunca.

—Estoy seguro, porque creo que eres un buen chico. Lo mereces.

—Muchas gracias.


Jimin desvió su mirada hacia el cuaderno, el cual estaba apoyado en el asiento, justo entre ellos. Mordió su labio inferior para evitar hacer preguntas, y Yoongi lo notó.


—Estaba escribiendo una canción sobre todo esto. Creo que es una buena forma de ponerle un fin, de dar vuelta la página o de desahogarme, no estoy seguro. Solo sé que me sentiré mejor si la termino, pero... —Bufó.

—¿Qué sucede?

—Los chicos creen que aún no es tiempo de que nos arriesguemos al tocar canciones propias. Dicen que, por ahora, es mejor que sigamos con los covers. Ya escribí unas cuantas, pero esta es la primera que les mostré.

—¿Puedo... verla?

—Claro.


Jimin tomó entre sus manos el cuaderno y leyó la letra. Al terminar, miró a Yoongi con una tierna sonrisa.


—Es fabulosa, ¿estás seguro de que la leyeron?

—Bueno... no estaba terminada en ese entonces. Le faltaban algunos detalles.

—Yo creo que deben aceptarla. Todos la amarán. Yo ya lo hago y ni siquiera la escuché —se encogió de hombros.

—Entonces —agarró su guitarra—, serás el primero.


Yoongi comenzó a tocar —al principio, entre quejas, pues todavía no había encontrado los acordes correctos— y a cantar la canción. Jimin no pudo evitar sonreír, a pesar de que la letra fuera triste. Lo hacía porque adoraba la voz del cantante, y porque sabía que, al cantarla, se estaba deshaciendo de una molesta carga que con la que había luchado durante un largo tiempo.

En algún punto, para la segunda parte de la canción, Jimin lo acompañó con el estribillo. Para no cometer errores, se ayudó con la letra escrita en las hojas de papel entre sus manos. Yoongi no pudo evitar sonreír mientras cantaba junto a él.

Una vez que todo terminó, Jimin aplaudió, feliz.


—¡Es fabulosa! ¡La adoro!

—¿De qué estás hablando? ¡Tú eres fabuloso! ¿Crees que no escuché cómo cantabas?

—Ah, eso... —Rascó su nuca, incómodo.

—Tu voz es preciosa, Jimin. ¿Te gustaría grabar una versión de esta canción conmigo?

—¿¡QUÉ!? ¿¡De verdad!?

—¡Por supuesto! Sería genial. 

—Si así lo quieres... —Susurró, tímido.


Yoongi rio y negó con la cabeza. Luego, volvió a mirar al chico a su lado. No podía pensar en otra cosa más que en lo tierno que era, y en lo bien que se sintió desde que había aparecido a su lado esa madrugada.


—Y... ¿cómo te sientes, ahora que pudiste cantarla?

—Muy bien. Creo que ya no importa mucho si no la comparto con el mundo. Ya la canté contigo, y todo ha mejorado.


Las mejillas de Jimin se tiñeron de rojo y carraspeó. Se sintió extraño, aunque de una manera espectacular a la vez.


—E--eso sería una lástima. Sé que muchos querrían escucharla, así que debes convencer a los chicos para que puedas interpretarla, ¿sí?

—Lo intentaré, gracias.

—Oh, no es nada, gracias a ti.


De pronto, un repentino chaparrón los sorprendió. Este empezó poco a poco, hasta lograr comenzar a empaparlos. Yoongi juntó sus cosas y corrió junto con Jimin hasta el lugar techado más cercano, el cual quedaba a una cuadra y media. Cuando llegaron, rieron suavemente. El lugar no era suficiente para cubrirlos a ambos, por lo que estaban demasiado cerca.

Yoongi miró al otro muchacho y sonrió. Se dio cuenta de que, por primera vez en mucho tiempo, no se había sentido solo ni siquiera un poco. Y tal vez quería que así fuera todos los días. Apoyó su guitarra en la pared junto a ellos y guardó el cuaderno dentro del estuche de la misma. Acortó aún más la distancia entre los dos y, sin pensarlo, besó a Jimin en los labios. El beso fue dulce, lento, extrañamente cargado de sentimientos, pero terminó a los pocos segundos.

Fue también en ese instante que se dio cuenta de que otra vez se había encariñado mucho con una persona en muy poco tiempo, que tal vez sería ese el primer paso para perderse en sus sentimientos y ser dejado solo de nuevo. Ante estos pensamientos, cerró fuertemente sus ojos.


—Jimin... creo que ya es un poco tarde. Debemos volver a casa.

—¿Eh? —preguntó, aún en las nubes por el beso—. Oh, sí.

—Yo... nos vemos.

—Adiós.


Jimin frunció sus cejas al haberlo visto marcharse sin decir más. Sin embargo, regresó a su apartamento recordando ese mágico instante que había compartido junto al pelirrubio, sin que le importara demasiado la lluvia. Se había olvidado por completo del porqué de su salida nocturna y de todos sus problemas.

🎸

Los días pasaban. Con ellos, también las semanas, e incluso un mes. Jimin estaba sentado en la puerta de una famosa estación de radio, mientras escuchaba con sus auriculares la entrevista que se estaba llevando a cabo dentro y a la cual no había podido entrar. Suspiró y recostó su cabeza en la pared detrás de él. Desde hacía un mes entero no hacía otra cosa más que seguir al grupo con cada show o entrevista, y no podía evitar sentirse dolido. Había mandado mensajes para Yoongi en una de sus redes sociales, pero este siempre respondía cortamente. Además, cuando cruzaban miradas al estar él en el público, el otro simplemente lo ignoraba. No tenía idea de por qué hacía eso, y pensó en las palabras que Jungkook le había dicho el día anterior: debía hablar con él para despejar sus dudas.


—Tengo una pregunta que sus fans realmente quieren que ustedes respondan —dijo la locutora—: ¿alguno está en pareja?


Silencio. Jimin alzó una ceja.


—Veo que todas las miradas se están posando sobre alguien en especial... Yoongi, ¿estás saliendo con alguien?

—Hay alguien que me gusta, sí, pero es... complicado.


Jimin apagó la radio de su celular y arrancó casi con furia los auriculares. Se sentía ridículo por sentirse de esa forma, por haberse enamorado de un chico con el que había hablado tan poco y solo había compartido un beso y una canción, pero le era inevitable.

No pasó mucho hasta que el programa terminó, y Jimin se dio cuenta de ello en cuanto las puertas se abrieron. Sin que nadie se diera cuenta, él se metió al lugar entre toda la gente que salía, y logró llegar hasta el cuarto en donde los chicos aún se estaban despidiendo de la locutora. Cuando terminaron de saludarla, Namjoon abrió la puerta y se sorprendió al ver al chico frente a él.


—Jimin... —dijo Yoongi.


Sus dos compañeros voltearon a verlo. Luego, miraron nuevamente a quien estaba en la puerta.


—Creo que los dejaremos solos. Te esperamos en la camioneta, Yoongi. No olvides nuestras cosas, por favor.


El mayor del grupo asintió con la cabeza, y guio a Jimin hasta una pequeña habitación del lugar en donde habían dejado sus pertenencias. Había un sillón allí, y ambos tomaron asiento en él.


—Jimin... qué sorpresa —sonrió mínimamente—. ¿Qué te trae por aquí?

—Es que, Yoongi, yo... me siento estúpido por haber venido hasta acá para hablarte de esto, pero es algo que necesito decirte. Quiero saber... por qué actuaste tan distante conmigo, por qué dejabas de verme en tus shows, por qué te ibas antes de que llegara a saludarte o llegabas sobre la hora si iba más temprano... quiero saber por qué me evitas.

—Suenas como si te sintieras dolido.

—Y lo estoy. Sé que nada más nos vimos un par de veces, pero no podía evitarlo. Quería seguir estando contigo. Incluso te seguí a todas partes a donde ibas con los chicos para verte, te mandé mensajes, pero parece... que me odias.


Yoongi lo miró, sorprendido.


—No lo hago.

—Entonces, ¿por qué? —insistió.

—Porque tenía miedo —miró al piso—. Esa noche en que nos vimos, me sentí más feliz que nunca. Tanto, que me asusté. Quise, de pronto, que estuvieras ahí siempre, pero yo sé qué es lo que sigue, Jimin. Nos hablamos, todo parece perfecto, pero un día ya no contestas y desapareces. Fue todo tan especial al inicio, que quise terminarlo antes de que-- —Mordió su labio inferior.

—¿Antes de qué?

—De que me enamorara de ti.


Jimin lo miró con sus ojos bien abiertos, y balbuceó un par de veces antes de poder formular una frase correctamente.


—E--entonces, esa persona de quien hablabas en la entrevista--

—Sí, eres tú. Pasó muy rápido, y por eso no dije nada. Creí que sería pasajero, pero, hasta el día de hoy, me sentí peor que nunca. Ni siquiera podía salir de buen humor al escenario... ni pude grabar la canción. Los chicos accedieron a hacer la canción, pero si no era contigo, no quería hacerla.


Yoongi se sonrojó levemente tras haber puesto en claro todos sus sentimientos, y se sintió inquieto al necesitar algo de parte del menor.


—Yo-- olvida todo lo que dije. —Cubrió su cara con sus manos.

—Yoongi, tú... me gustaste desde el primer día.


El cantante descubrió su rostro y miró al chico a su lado.


—Desde que te vi en el bar cuando se presentaron, llamaste mi atención. Incluso después, cuando te devolví en cuaderno. Los seguí por su música, pero la principal razón siempre fuiste tú. No me animaba a acercarme, pero, cuando sucedió eso en el parque, fue hermoso. Esperaba que siguiera siendo así, pero no lo fue —suspiró—. Yo también tengo miedo. Sé que fue algo rápido, pero quiero que sepas que ya me atrapaste —lo miró a los ojos—. Sin importar qué pase, te seguiré hasta el fin del mundo, Yoongi. No importa si es como un amigo, como algo más, o como otro de tus fanáticos, pero prometo que nunca te dejaré solo. Y esta es una promesa en la que sí puedes confiar, porque no la romperé.


Yoongi sintió sus ojos picar, y abrazó a Jimin con todas sus fuerzas antes de que pudiera verlo llorar. Jamás en su vida había escuchado unas palabras como las suyas, y, por primera vez en mucho tiempo, creyó que esa persona especial sí se quedaría junto a él.

Más que emocionado, Yoongi tomó a Jimin de sus mejillas y lo miró a los ojos con la más brillante de sus sonrisas, la cual el otro imitó al instante. Así, con sus corazones latiendo con alegría y con cosquillas en su interior que le daban la bienvenida a un nuevo amor, unieron sus labios en un beso. Estos parecían encajar a la perfección entre ellos, y se movían suavemente junto a los del otro. El ritmo aumentó, aunque de a poco, para demostrarle al otro lo mucho que habían ansiado encontrarse otra vez.

Una vez que se separaron, se tomaron de las manos y entrelazaron sus dedos. Soltaron suaves risitas al haber notado la diferencia de tamaño entre ellas, y se abrazaron nuevamente. Yoongi dejó varios besos sobre el cabello de Jimin.


—Si vamos a intentarlo... también tengo que prometerte algo.

—¿Y qué es?

—Que solo tendré ojos para ti, y que nunca te rompería el corazón, así que olvídate de ese feo pasado y empecemos una nueva página.

—También tú.

—Hecho —rio—. Si los chicos estuvieran viendo esto, se reirían de mí hasta el día en que muera. Jamás suelo ser así.

—¡Te estamos oyendo! ¡Y aunque estemos felices por ustedes y nos burlemos de esto por años, queremos que te apures, hyung! —exclamó Hoseok desde afuera.

—Creí que estarían en la camioneta.

—Una vez que los conoces, esperas algo como esto. Son unos chismosos.


Jimin se carcajeó y se separó un poco del mayor. Lo miró a los ojos.


—Así que... tenemos que irnos.

—Sí, pero, esta vez, no cometeré el mismo error. Nos veremos seguido, ¿de acuerdo?

—Me parece perfecto.

—¿Y qué te parece si vienes conmigo e intentamos grabar esa pista? Quedaría fabulosa con tu voz.

—Está bien.


Yoongi agarró una mochila y un par de abrigos que pertenecían a sus amigos, y extendió su mano para que Jimin la tomara. Una vez que lo hizo, los dos salieron por la puerta y escucharon al instante las juguetonas burlas de los otros dos muchachos, aunque sin que les importara mucho, ya que sabían que, aunque hubiera pasado todo muy rápido, ya habían decidido comenzar una nueva etapa juntos. Sabían que era esa la primera vez que se tomaban de las manos, y que ya jamás se iban a soltar.

FIN

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AL FIN TERMINÉ ESTA COSA

Sé que dije que lo iba a publicar hace tres días, pero justo me agarró un bajón muy feo y si escribía en ese estado, les iba a pegar las ganas de darse un balazo AHRE, y no quería eso porque lo que se me había ocurrido era todo lo contrario

*susurra* igual medio que con Yoongi estamos iguales

EL DÍA EN QUE CON LOS PERSONAJES DE MIS FICS NO COMPARTAMOS BAJONES VOY A HACER UNA FIESTA Y ESTÁN TODOS INVITADOS, BUE

Y también pidan un deseo porque desde hace como dos años que no publico algo con un nombre en español(?

Por cierto, la canción del inicio es una de mis favoritas, y HACE MIL AÑOS QUERÍA INCLUIRLA EN ALGÚN FIC, y Seesaw... mientras escribía lo que faltaba lo puse en repetición, ES QUE ES PERFECTA 💕

Y lo de Jungkook siendo barman... es una bromita de mi parte porque cuando empecé a leer fics de bangtan, en TODOS Jungkook atendía la barra de un bar, y ya me causaba gracia que se repitiera tanto... y salió eso ajsjajajaj

En fin, suficientes cosas que no son del interés de nadie...

Espero que les haya gustado 💕 los quiero, un abrazo enorme  💕

[Publicado el 10/09/18] 

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