Lo hice por él [Venganza #2]

By BeSartz

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SEGUNDA PARTE DE "DEMANDADO" (Podéis leer esta parte sin haber leído la anterior, aunque recomiendo leer la p... More

1°El inicio de todo
2° Primer día
3° Segundo día
4° Tercer día
5° La invitación
6° La fiesta
7° ¿Novios?
8° Fred y Mikel
9° El cuarto de la limpieza (+18)
10° Dulce venganza
11° La cita (+18)
12° Canciones
13° Las vacaciones
14° Protección
15° Seis de la mañana
16° Incidentes
17° La denuncia
18° Las esposas
19° En su pasado
20° El plan continúa
21° El juicio
22° Te quiero (Final +18)
ADVERTENCIA⚠
Demandado 1°
Demandado 3° (Final)

Demandado 2°

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By BeSartz

Devon había perdido la memoria. Por mi culpa. Si no le hubiera rechazado... No. Devon ha perdido la memoria por culpa de Mikel. Él es el único culpable de todo esto. ¿No se cansaba de putearnos? Ya habían pasado dos días desde entonces.

—Al menos déjame verle. —Le insisto a Matt.

Suspira cansado. —Está bien. Iré a dormir a casa, llevo dos días sin pegar ojo, lo necesito. —Asiento mostrandole mi mejor sonrisa. —Cuida de él.

Me da un apretón en el hombro y se va.
Me froto las manos nerviosas antes de entrar a su habitación. Toco la puerta un par de veces y entro.

Devon me mira curioso desde la camilla. Tiene algunos rasguños en la mejilla y un corte en su frente, aparte de su labio partido y su pierna escayolada.

—¿Por qué tengo la sensación de que te conozco? —Una simple frase que hace que mi mundo se venga arriba, mi corazón late desbocado al pensar que me reconocerá. —Ah... Tú eres la enfermera novata que no sabe cuando me dan el alta. —Dice con evidente burla. Me desilusiono por completo.

¿Qué creía? ¿Que en dos días me iba a recordar así como si nada?

Me limito a sonreír. —De hecho ni siquiera se me dan bien las ciencias. —Me acerco poco a poco al sillón que hay a un lado de la camilla. —Soy más de letras. —Me siento.

—Adivino. ¿Abogada? —Me señala con un dedo. Sonrío y asiento. —Si, la verdad es que no tenías cara de ser enfermera. —Ríe.

Dios mio... Ahora mismo tengo una mezcla de sensaciones demasiado contradictorias.

—Soy Chloe Ferry.

—Chloe... —Parece querer saborear mi nombre. —Bonito nombre. —Me sonríe. —¿Cuantos años tienes? —Me lanza una de sus sonrisas que me matan.

—Treinta. —Sonrío algo tímida.

—¿Tienes novio? —Pregunta con interés. 

Río por lo bajo, este chico siempre va a ligar con todo lo que se mueva.

¿Cómo decirle que él era mi novio?

—No, ya no... —Le miro con tristeza, de verdad que le añoro.

—¿Qué pasó?  —Carraspeo con una evidente incomodidad. —Oh, lo siento, no quería hacerte sentir incómoda. Soy muy curioso cuando quiero.

—Tranquilo no... No pasa nada. —Mentira.

—¿Y cuando es tu cumpleaños? —Cambia de tema, y se lo agradezco.

—Dentro de dos semanas. El martes.

—Espero poder felicitarte. —Frunce el ceño. —Dime... Si no eres enfermera, ¿de qué me conoces? —Mierda.

Piensa Chloe, piensa.

—Era una amiga tuya. —Si, genial, ahora te preguntará mil y una cosas.

—¿Ah si? —Se cruza de brazos. —¿Y por qué no te recuerdo?

—Bueno... Te conocí hace cinco años. Y tú has olvidado los últimos seis, así que...

—Entiendo... ¿Cómo nos conocimos? —Lo que me temía...

—¿Cómo crees tú? —Voy a ver qué dice.

—Supongo que en un bar. —Frunce el ceño. —Multrain...

—¿Por qué Multrain?

—No sé... Se me ha venido a la cabeza. —Me sonríe. Me dedico a mirarle los tatuajes de sus brazos, me encantan. —Tengo muchos tatuajes. Mira. —Me muestra la palma de su mano.

—¿Tienes un tatuaje en la palma de la mano? —Digo incrédula, aunque eso ya lo sabía.

—Si, una larga historia. —Dice mirándosela.

La emoción me invade al recordar esta misma conversación.

—Tenemos tiempo. —Recuerdo que la otra vez que me respondió lo mismo le dije que no me importaba lo que hacía con su vida. Ahora sí que me importa.

—Estaba borracho con unos amigos jugando a verdad o reto. Y bueno, lo siguiente que recuerdo fue despertarme con un dolor de mano y una calavera en ella. —Ríe. —No ha sido tan largo.

Miro el móvil. Las diez de la noche.

—Creo que deberías descansar. Ya es muy tarde. —Asiente con la cabeza.

—Espero volver a verte. —Lo dice en un tono seductor.

Devon, no hace falta flirtees conmigo, a mí ya me tienes más que conquistada.

Le sonrío por última vez y salgo de la habitación apoyándome en la puerta una vez cerrada detrás de mí.

—Te quiero. —Susurro antes de irme.

***

Otro día más en el que voy a ver a Devon. Ha pasado una semana, y he conseguido ganarme su amistad. Algo es algo, no me quejo.

Entro en su habitación después de tocar la puerta, está solo, como siempre a las seis de la tarde. Matt y yo hacemos una especie de relevos.

—Te veo bien. —Dice a modo de saludo.

—Te veo bien. —Le respondo.

Otro recuerdo que me viene a la mente.

—¿Qué traes hoy? —Pregunta sentándose al borde de la cama.

—Mi compañía. —Río, solo fueron dos días en los que le traje algo, ya fuera cartas para jugar o un café.

—Con eso me basta. —Me sonríe.

—¿Cuándo te van a dar el alta? —Pregunto sentándome a su lado.

—Este domingo. —Dice con felicidad.

—Me alegro que estés ya bien.

—Si, ese accidente no ha podido conmigo.

Pero sí con tu memoria. Me torturo. 

—A ver... —Digo pensando. —Top tres comidas asquerosas. —Es un juego al siempre jugamos, aburrimiento más que nada, aburrimiento y curiosidad.

—¿Sólo tres? ¡Venga ya! Hay muchas comidas asquerosas. —Sonrío sacando de mi bolso una bolsita de m&m y ofreciéndole. —O sea que al final si has traído algo.

—Pero comidas que a ti no te gusten. —Coge de la bolsa, lanza la bolita de m&m al techo y cuando cae entra de lleno en su boca.

—Vale... mmm... —Piensa mientras coge otra. —La sopa de pescado. Asquerosa. —Hace una mueca de asco y me río. —Él marisco. Y... El bacon. —Casi me atraganto al escuchar eso.

—¡¿No te gusta el bacon?! —Le miro incrédula. 

—¿Qué? No es tan raro. —Me da un ligero codazo amistoso mientras sigue comiendo. —Vale a ver... Top cinco cosas que te gusta en un chico. —Levanta su manos mostrando un dedo para que empiece a decirlas. —A parte de la evidente.  —Sonríe y me guiña un ojo. Siento que me sonrojo al pensar en su parte obvia.

—Los ojos. —Levanta otro dedo. —El pelo. —Levanta el tercer dedo. —Que sea gracioso. —Otro más.  —Que sea protector... Sin pasarse. —Y el último. —Que sea atrevido. —Creo que he dicho cinco de las muchas cosas que me gusta de Devon.

—Y que bese bien ¿no? —Sonríe y se acerca a mí.

No digo nada, y sé que él me está dando el tiempo suficiente como para pararle si quiero. Pero no lo hago, tampoco quiero.

Su mano sube hacia mí nuca y me empuja contra él juntando nuestros labios. Su dulce sabor... Cuanto lo extrañaba. Sus labios se mueven con los míos recordándome todas esas sensaciones que nunca dejé de sentir.

Me separo de él. ¿Por qué siento que esto no está bien? Quiero decir algo, pero no puedo, las palabras no me salen.

Dios mio, me siento tan egoísta por querer al Devon de hace cinco años... Sólo le quiero a él, quiero que me recuerde, quiero que me vuelva a querer como solo él lo hacía.

—Chloe... —Limpia una lágrima que ni siquiera me había dado cuenta de que había derramado. —Lo siento. ¿Estás bien?

Me abalanzo sobre él mientras lloro. No quiero sentirme así, maldita sea, me acaba de besar, debería ser la chica más feliz del mundo.

Cuando ya me he calmado un poco, seguimos abrazados. Es todo lo que necesito.

—Siento comportarme así. De verdad. —Río mientras me seco las lágrimas. Debe pensar que estoy mal de la olla.

—Bueno, son cosas de mayores. ¿No? Tenemos nuestras subidas y nuestras bajadas. —Me frota la espalda con su mano.

Y esas ganas de volver a llorar vuelven. Pequeñas partes de nuestra historia no paran de repetirse, y esta es una de esas.

—Me gustan las cosas de mayores. —Sonrío. Sé que él no le ve el sentido a lo que he dicho, pero yo si. Aun recuerdo que esas fueron las últimas palabras que me dijo antes de hacerlo por primera vez.

Me da un beso en la frente.

—Creo que debería irme. —Digo mientras me aparto a regañadientes de él.

—Muchas emociones por hoy. —Sonrío y le beso la mejilla antes de irme.

Al salir de la habitación me tropiezo con alguien.

—Perdón, no veía por don— Sus ojos rasgados me miran con impresión.

—¿Nina?

—H-Hola Chloe. —Se pone el pelo detrás de la oreja.

—¿Qué haces aquí? —Pregunto con el ceño fruncido.

—El hermano de Mikel está en coma. Siempre vengo por aquí.

—Oh, lo siento. —Me sonríe, parece evitar mi mirada.

—Me tengo que ir, tengo prisa. Hasta otra. —Ni siquiera me deja contestar, rápidamente desaparece por el pasillo.

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