Las puertas del ascensor se abrieron y Jenna permaneció adentro, sin moverse. Se llevó la mano a la frente y se la frotó suavemente. Al parecer lo de Fede le estaba afectando de sobremanera porque estaba sintiendo mareos.
Caminó hasta la recepción.
La vista se le estaba dificultando; veía borroso.
Necesitaba sentarse y tomar un vaso de agua bien fría. Al llegar a la recepción colocó sus brazos sobre el mostrador y escondió su rostro entre ellos, intentando inútilmente sentirse mejor con ello.
Su amiga borro su sonrisa de saludo cuando la vio acercarse con el semblante malo- ¿Jenna? -preguntó con preocupación Zoey, apretándole suavemente del brazo - ¿Te sientes mal?
-Mmm... -Jenna quiso responder, pero no tuvo las fuerzas suficientes para hacerlo ni para soportar su peso y cayó sentada al suelo.
- ¡Por Dios!
Zoey rodeó el mostrador corriendo y se agachó a lado de su amiga, sujetándole de la mano. Sus compañeros la rodearon y le trajeron a Jenna un vaso de agua.
-Jenna, Dios mío, ¡llamaré a una ambulancia!
-No -se negó Jenna -. Estoy bien, solo fue un leve mareo -bebió un poco del agua del vaso que Zoey le estaba sujetando.
- ¡Me vale! Llamen a una ambulancia AHORA.
Jenna seguía en el suelo sujetada de la mano de Zoey. ¿Ir en ambulancia por un simple mareo? ¡Qué tontería!
-Ambulancia en camino -avisó un joven colgando su celular.
Jenna estaba acostada en la camilla del hospital, sola, esperando por el doctor que había salido con la muestra de sangre que había extraído de su brazo. Ya se sentía mejor. A veces Zoey exageraba las cosas, como ahora, enviándola al hospital por un simple mareo. No había pedido permiso para salir por lo que Zoey le dijo que ella se encargaría de hablarlo con Alex y que vaya tranquila.
Su celular comenzó a sonar, lo quitó de su bolso y atendió extrañada, era un número desconocido.
- ¿Diga?
- ¿Jenna? -era Alex. - ¿Cómo estás? ¿En qué hospital estás? Iré a buscarte.
-Tranquilo... -sonrió con timidez por la preocupación de él.
-Me dijo Zoey que tuviste un desmayo ¿por qué mierda nadie me avisó? La ambulancia tardó varios minutos en llegar y nadie me dijo na...
-Estoy bien. Tranquilo. Te amo.
-Iré a buscarte y te llevaré a casa.
-No es necesario.
-¡Jenna! Dime donde estás e iré a buscarte, dímelo ahora.
La puerta de la habitación se abrió dejando entrar al doctor que la había examinado, este tenía una sonrisa de oreja a oreja que le daba hasta escalofríos.
-Alex, te llamo luego. El doctor acaba de entrar.
-Primero dime don...
Jenna colgó la llamada y sostuvo el celular entre sus manos observando al doctor que seguía sonriendo y mascando un chicle como un caballo. Su pelo rizado y despeinado acompañado de esa barba de una semana lo hacían ver como un loco.
***
-¿Jenna? -Alex miró su celular. Le había colgado la llamada.
Se sentó frustrado en su silla y miró a Zoey quien estaba de pie sin saber bien que hacer o decir.
-¿Por qué demonios no me avisaste en ese momento que se puso mal? -dijo con enfado.
Zoey apretó los labios con fuerza y lo miró con pena y vergüenza.
-Discúlpeme, en serio.
Alex marcó nuevamente el número de Jenna, pero le daba apagado.
-Genial, lo ha apagado.
La puerta se abrió y ambos voltearon a mirar a Angelina que iba caminado hasta su escritorio.
-¿Qué haces aquí? -preguntó Alex.
-¿Así recibes a tu esposa? -le preguntó con diversión colocando las manos sobre el escritorio y mirándolo -. Necesitamos hablar a solas.
-No eres más mi esposa -dijo sin interés -¿de qué? ¿del divorcio? -preguntó nuevamente sin interés, sabiendo que ese no era el asunto.
-Exactamente de eso -le sonrió frívolamente.
Alex frunció levemente el entrecejo, no esperaba que estuviera hablando en serio.
-No tengo mucho tiempo -dijo impaciente Angelina.
-¿Hablas en serio? -Alex la miró aún sin poder creer -. Retírate -le pidió a Zoey.
***
Jenna se sentó en la camilla esperando a que el doctor le dijera algo.
-Ya tengo tus resultados -informó mostrándole un sobre blanco en donde estaban dentro sus resultados.
- ¿Y bien? -preguntó impaciente.
-Todo está bajo control. No tienes nada malo, solo estás embarazada.
Los ojos de Jenna se abrieron con sorpresa y terror. ¿Por qué sus pulmones habían dejado de recibir oxigeno?
- ¡¿EMBARAZADA?! -gritó aterrada - ¡¿Cómo que embarazada?! Debe haber un error con esos resultados o usted es un muy mal médico -se bajó de la camilla y lo amenazó con la mirada.
El doctor se rasco el oído por el grito. - ¡Oh, oh! -la intentó calmar, riéndose -. Tranquila... futura mamá.
Ella le mostró los dientes con rabia ¿estaba bromeando con ello?
-No me diga mamá, ni nada de eso.
-Vamos, los resultados no mienten y para asegurar puede ir con otros doctores, todos le darán la misma noticia.
- ¡Claro que iré!
Se acercó hasta el doctor arrebatándole los resultados de las manos y saliendo del lugar muy enfadada.
¿Pero cómo mierda pudo pasar eso? ¡¿Embrazada?! Aquel doctor tiene que estar loco al igual que su pinta. Ella tomaba pastillas anticonceptivas y podía tener relaciones sin el riesgo de quedar embarazada.
Jenna estaba sentada en un banco de madera, en medio del parque rodeada de árboles y escuchado el bello cantar de los pájaros. En su mano tenía varios sobres que contenían al mismo resultado de diferentes hospitales y consultorios; había ido a dos más.
Colocó una mano sobre su vientre.
¿Qué haré ahora?
Estaba embarazada...
Aunque muy en el fondo tenía una pequeña esperanza de no estarlo. Ella no tenía forma de mantenerse a sí misma y ¿mantener a un bebé? ¿Cómo lo haría? Además, ese hijo era de Alex. ¡Dios mío! Él sería papá de dos hijos de diferentes madres. Alex estaba sufriendo de mucha presión ahora mismo con la enfermedad de Fede...Joder, si ella le dijera que estaba embarazada quizá se alejaría de ella.
Se puso de pie y fue hasta la parada de autobús más cercano y espero hasta que pasara alguno que la llevara lo más cerca posible de la empresa ¿se lo diría o no?
Cuando se abrieron las puertas del ascensor, Zoey levantó la vista hacia la persona que había salido de él. Se sorprendió al ver que era Jenna quien venía algo desconcertada.
-Jenna ¿qué ha pasado? Te he estado marcando al celular y me daba como apagado. Me tenías muy preocupada.
-Todo está...bien. Tengo que ver a Alex. Luego te cuento -dijo dudando de lo que haría y caminó hacia la oficina de Alex.
Zoey quedó un poco desconcertada pero cuando la vio caminar hacia la oficina se dio cuenta de lo que pasaría si Jenna atravesaba ahora mismo esa puerta.
-Jenna, espera un momento...
Zoey corrió hasta su amiga para detenerla, pero fue demasiado tarde. No le dio tiempo ni siquiera de hablar.
Jenna estaba tiesa al ver lo que estaba pasando. Él estaba entre las piernas de Angelina y ella sentada sobre el escritorio con la cabeza echada hacia atrás y dándole la espalda a Jenna, con las piernas enroscadas en la cadera de él.
Alex levantó la cabeza hacia la persona que acababa de abrir la puerta y sintió su cuerpo congelarse cuando vio el rostro de decepción y tristeza de Jenna. Nada de eso era lo que ella estaba pensando, porque sabía lo que estaba pensando al encontrarlos de esa forma.
Todo era un maldito mal entendido.
Jenna cerró la puerta murmurando un "lo siento" y salió velozmente en dirección a la recepción acompañada de su amiga. Que tonta fue para pensar que quizá Alex sentía algo por ella. Se colocó la mano sobre el vientre pensando en su futuro bebé.
Pobrecillo, nacería sin un papá.
-Jenna... -su amiga estaba a sus espaldas y le colocó una mano en el hombro a modo de consuelo.
Ella ya no podía seguir en ese trabajo menos a lado de Alex, era un maldito cobarde. Siempre supo que aún seguía enamorado de su esposa, aunque el muy maldito se lo negase. Estaban... fornicando encima de su escritorio. Asqueroso. Sentía que el pecho le apretaba.
-Zoey -la cortó con un nudo en la garganta. Se giró para mirarla -. Haz mi carta de renuncia, por favor, amiga -le sonrió de forma forzada.
-Pero, Jenna... -la sujetó de los hombros para que pensara de forma más coherente -. Necesitas el trabajo y...
-Por favor.
-Necesitas el empleo.
-Ya no -negó con la cabeza y se limpió una lagrima gruesa -. Alex estaba fornicando con Angelina sobre el escritorio ¿verdad? Mis ojos no me engañaron ¿cierto?
-Ella había venido a hablar del divorcio, pero no pensé que Alex se atrevería a caer tan bajo. Repugnante.
Jenna se dio media vuelta para largarse de la empresa y chocó contra el pecho de alguien. Al levantar la cabeza, tenía que chocar justamente con él.
- ¿Renunciaras? -le preguntó Nicolas con las manos sobre los hombros de Jenna.
No era un maldito apoyo de manos para que la gente dejara caer sus manos en sus hombros. Estaba enojada. Triste. Decepcionada. Furiosa. Solo quería golpear a Nicolas y no sabía porque, pobre. Necesitaba descargarse. Respiró profundamente para deshacerse de esos pensamientos, Nicolas no era un saco de boxeo.
-Hmm... -pensó en si responderle o no pero ya había escuchado toda la historia -. Sí.
- ¿Por qué? ¿Es en serio que Angelina estaba...? -ni siquiera pudo completar la oración.
¿Pero de que iba ese tipo? Primero está a sus espaldas oyendo historias ajenas ¿y ahora pregunta que si era en serio?
- ¡Jenna!
Escuchó a Alex llamarla a sus espaldas, quería darse la vuelta para enfrentarlo, pero Nicolas no la dejó ya que la sujetó con más fuerza de los hombros, ella quería reclamar aquel acto pero no puedo ya que él la besó.
¿Pero qué demonios estaba haciendo...?
Ella quería reaccionar, pero no pudo. Solo había juntado sus labios con el de ella. Era un beso frío y distante.
Nicolas luego de unos segundos se separó de ella y miró hacia Angelina quien lo observaba bastante molesta por haber besado a Jenna... pero no tanto como se encontraba él. Ella le había dicho que iría a buscar a Alex para divorciarse y estar los dos juntos, se lo había creído como un idiota.
Esa había sido su pequeña venganza.
Alex lo miraba enfadado también y entendió por qué. En todo este tiempo se habían visto la cara por temas laborales y nunca lo miró así. La había cagado una vez más por culpa de Angelina.
- ¿Acaso no saben que está prohibido mantener relaciones amorosas en el trabajo? -preguntó Alex con la voz fría y cortante -. Los puedo despedir.
Jenna se giró molesta. Realmente el mundo estaba loco... tantas cosas que había pasado. El embarazo. Encontrarle a Alex en pleno acto con su esposa. El beso con Nicolas que no significó nada. El embarazo. La fornicación. El embarazo y la fornicación.
-No se preocupe por mí -casi lo gritó -, por favor, yo misma renuncio.
- ¿Qué? Jenna, por favor, sé que estás molesta pero no es lo que piensas... -dijo acercándose a ella y hablándole en un susurro para que nadie más los escuchara.
-Por favor, hágame llegar mi liquidación a mi cuenta bancaria.
-Jenna, entiende, has entendido todo mal -estaba desesperado -. Además, te has besado con este patán... -miró con asco a Nicolas.
-Por favor... -dijo en un hilo de voz -, estabas fornicando con tu esposa sobre tu escritorio.
-No lo estaba haciendo, ella está loca. Escúchame, te amo -tomó el rostro de ella entre sus manos.
Jenna cerró los ojos disfrutando de aquella palabra.
-Oh, Dios mío... lo que daría porque me hubieses dicho eso antes de hacer tal cosa, Alex -rompió en llanto -. Yo sabía que tu seguías enamorado de ella -gritó sin importar que todos se enterasen de la situación.
-Jenna, por favor, mi amor, escúchame, no estábamos haciendo nada -él también comenzó a llorar -. ¡ANGELINA DI ALGO MALDITA SEA! -gritó furioso.
Angelina simplemente sonrió y agregó, caminando, paso a un costado de ambos:
-Lo hace bien rico ¿no crees?
Jenna empujó a Alex y salió corriendo escaleras abajo ya que Angelina se había metido al ascensor.
Alex estaba por salir corriendo cuando Nicolas lo detuvo por el brazo.
-Tienes a los coreanos esperándote en la sala de juntas, sabes que no puedes desperdiciar esta gran oportunidad de cerrar contrato con ellos.
Alex se soltó furioso de su agarre. Era cierto.
-Sé que ese beso fue para vengarte de Angelina -escupió con odio -. Sé que estás dolido y no tendría que decirte esto, pero no estuve cogiendo con ella.
-¿Te dio el divorcio?
-Si.