La tarde pasó mucho más rápida que la mañana y cuando se dieron cuenta ya estaban en sus habitaciones listas para dormir o al menos Lauren porque Camila no sabía qué hacer, misteriosamente su única ropa que le sobraba había aparecido con manchas de pintura roja.
- Si quieres te presto- dijo Lauren.
- No... yo...-
- ¿Dormirás desnuda? - sonrió maliciosamente-
- Ya quisieras- Camila se dió cuenta de lo que había dicho y se arrepintió, pasar tanto tiempo con Lauren, le hacía daño a su forma de ser. -
- Toma- Lauren había sacado un short y una blusa -podrás dormir con esto.
- ¿No tienes nada más cubierto? -
- No, lo siento, pero algo es algo hasta mañana comprar otras cosas.
- Bueno- Camila sabía que no podría comprar nada, ella no tenía dinero para eso. -
Uno diez minutos después Camila bajó cambiada, el short de Lauren le quedaba demasiado corto y pegado al igual que la camisilla denotando mejor los senos y su trasero. La visión casi mataba a Lauren del corazón, fue tan rápido el impulso de sangre que le bajó a ese lugar de Lauren que hasta le dolió. Se sentó en la cama y se tapó con una almohada. Podía ver mejor que nunca las pierna de Camila, sus brazos y esos senos que se dibujan tan bien sobre esa camisilla, si moría ahora moriría feliz.
- Lauren, Laureeen- Camila pasaba su mano frente al rostro de Lauren- Gracias pero en serio no hay nada más largo- Lauren sacudió la cabeza saliendo de su letargo mental.
- No, pero te ves bien en serio- Camila suspiró y se tapó con las sabanas de cama-
- Tal vez tenga algo en mi armario- caminó para buscar entre su ropa normal de calle.
Pero cuando Camila abrió su ropero fue aún más grande su sorpresa, toda su ropa había sido dañada alguna con pintura otra cortada, algunas otras parecían quemadas. No le quedaba nada. Lauren se asombró, ella no había sido, ella solo deseaba dañar su ropa de cama para verla dormir un poco más sexy, pero nada más, eso había sido algo personal. Lauren se levantó y observó la ropa y una carta cayó "aquí no queremos becados".
- Camila ... yo lo siento, no tenía idea que habían hecho eso- Miró a Camila que tenía los ojos llenos de lágrimas- No, no llores Camila-
- ¿Cómo me pueden hacer esto? -
- Son unos idiotas, ya después tendrás más-
- No, no Lauren-
- ¿Por qué?-
- Yo no puedo darme estos gastos-
Lauren por impulso abrazó a Camila que aún sollozaba y se daba cuenta de lo cruel que realmente podía ser en el colegio, dañar así la ropa de otro alumno. Había oído de eso por años, pero nunca le importó, jamás le había tocado tan de cerca como en esta ocasión.
- ¿Sabes qué? lo resolveré. - tomó toda la ropa de Camila y salió de la habitación con dirección a la oficina del director-
- ¿Cómo puedes entrar así a mi oficina? - dijo el director a ver Lauren como estaba vestida aún con el bóxer y la camisilla.
- Como es esto posible.- Tiró la ropa de Camila en su escritorio.
- ¿Qué es esto? - dijo viendo las prendas-
- Así apareció toda la ropa de Camila con esta nota-
- ¿Camila? - preguntó desconcertado
- Camila Cabello-
- Ah si la becada- mencionó con desagrado.
- Exacto, dañaron toda su ropa-
- Esto son bromas de adolescente, nada más- tiró la ropa- ahora salga de mi oficina- dijo restándole importancia-
Lauren salió indignada, como era posible que el director no hiciera nada, pero ¿Qué podía esperar ella? sabía lo elitista que era y si permitían personas como Camila era para evitar que cerrara el colegio por discriminación. Regresó al cuarto frustrada Camila continuaba llorando desconsoladamente.
- Tranquila, ya todo pasará, después de todo mañana es sábado, iré por ropa para ti-
- No gracias, ya veré que hago-
- Camila no, mañana irás conmigo al centro comercial e irás a comprar ropa, y no discutirás- levantó suavemente su mentón y la vió, no llevaba sus gafas solo lloraba- no llores princesa- limpió delicadamente sus lágrimas-
Camila se fue a dormir al igual que Lauren. Con todo el alboroto Lauren había olvidado lo que realmente quería esa noche, ver a Camila semi-desnuda. Estaba bajo las sabanas y recordó la figura de Camila y rápido su amigo volvió a la vida. Lo tomó y comenzó a frotarlo, realmente le entusiasmaba mucho la idea de estar con ella.
Al día siguiente Lauren se despertó a las 10:00 am era sábado y se dió cuenta que Camila no había rezado o no la había despertado. Pero vió a la morena sentada en la ventana con la ropa que le habían dañado.
- ¿Estás bien Camila? - Preguntó desde la cama- ¿Por qué no has ido aún a desayunar?
- No tengo con que-
- Ya princesa ven-
Camila aún no sabía por qué, pero sin pensarlo caminó hasta donde Lauren. Era poco tiempo, pero ella ha sido la única que se preocupaba por ella y estaba al pendiente de ella siempre, la hacía sentir segura.
- Buscaré algo para ti- tomó el rostro de Camila con sus dos manos y la miró fijo a los ojos, luego besó su frente.
Lauren se levantó no tenía ninguna falda por obvias razones, pero sacó un par de vaqueros que le quedaban pequeños y una blusa negra.
- Creo que esto te quedará mucho mejor Camila. -Camila se cambió y bajó, tal vez esas prendas no la hacían ver sexy pero aun así a Lauren le parecía perfecta.
- Vamos-
- ¿No iremos a desayunar? -
- Si, pero en la plaza, hay un sitio que me encanta. -
- No, Lauren acá me pagan mi desayuno-
- Y allá yo te lo pagaré- tenía las manos de Camila entre las suyas-
- No lo permitiré...-
- Bueno si te hace sentir mejor después tú me pagas-
- Ya sé un día te cocino-
- Eso me parece perfecto-
Lauren salió con Camila del colegio para todos no era nada nuevo aunque ahora estaban seguro que al volver ya no se volverían a ver, así era Lauren. Como una persona que arranca una flor la huele y luego la tira para buscar otra nueva. El interés con esa chica terminaría por desaparecer al final del día. Lauren la llevó en su auto último modelo hasta la plaza.
- Me encanta este lugar hacen los mejores pancakes que te puedas imaginar-
- No debería dejarte hacer tanto por mí, soy tu carga-
- Créeme lo hago con mucho agrado-
Las chicas entraron y pidieron, realmente Camila se sentía perdida en el mundo que Lauren la quería sacar, por otro lado, Lauren estaba extasiada por la manera de ser de Camila tan tímida tan delicada. El desayuno pasó sin mayor preocupación.
Luego Lauren la dirigió a las tiendas para poder comprar la ropa.
- Las faldas largas que uso no veo...- le dijo mientras observaba toda la tienda-
- Bueno... podemos preguntar, pero, ¿No te gustaría algo más? -
- ¿Algo más?-
- Si, o sea ¿Solo te gusta vestir así? -
- Eso me exige mi religión- contestó con simpleza.
- ¿No hay nada que alguna vez quisieras y no podías? -
- Bueno...si... pero-
- Pues esta es tu oportunidad compra lo que desees-
- ¿En serio? -
- Si, lo que tú quieras que te guste y te quede bien-
Camila sonrió era la primera vez que le daban la oportunidad de escoger las cosas que ella deseaba. Muchas veces pasaba por las tiendas y veía blusas, o pantalones que deseaba tener, pero por su madre y la religión se lo prohibían estrictamente. Camila sacó unas cuatro blusas que le habían gustado una era de cuello alto color blanco y con mangas larga la estaba combinando con pantalón negro, a Lauren aunque le pareció que le tapaba mucho marcaba muy bien su cuerpo y le gustaba, otra era una rosada de tirantes combinada con una falda jean algo corta, pero no tanto como las del colegio, otra era una azul un poco escotada lo cual fascinó a Lauren y traía unos Jeans azules. Lauren también le buscó un vestido largo negro hermoso con escote a ambos lados que aunque le fascinó a Camila tuvo una lucha interna por su religión. De igual manera le compró las nuevas pijamas que era unas de pantalones cortos y camisilla de tiritas y otro de pantalón largo y camisilla de tirita. Por último, fueron por los zapatos.
- Perdón, perdón, perdón- repetía Camila tras Lauren después de a ver gastado cerca de $5,000 dólares en ropa-
- No es nada, más me gasto yo a la semana en ropa-
- Pero Dios mío te lo deberé eternamente- se podía escuchar el remordimiento en su voz mientras estrujaba la blusa con sus manos
- Bueno puedes cocinarme eternamente-
- Eso te lo aseguro- se acercó a Lauren e impulsivamente le dió un beso en la mejilla, ambas se pusieron rojas.
- Vaya, ya son casi las cinco y aún no almorzamos, vamos hay un restaurant de sushi que me fascina, vamos amor- esa palabra jamás había escapado de los labios de la pelinegra y realmente ni sabía por qué había salido- Yo... lo siento no sé en que pensaba-
- No... no importa- Camila estaba muy roja-
La casi cena había sido fenomenal, el chef cocinaba en la misma mesa que ellos y Camila estaba más que fascinada, jamás había comido sushi pero le había gustado mucho en especial el de camarones. Lauren le había hecho una travesura y le preparó uno con mucho wasabi. Las chicas la pasaron riendo y alegres. Camila estaba más alegre que jamás en su vida, todo le parecía un sueño. Lauren era perfecta, era linda cariñosa, y la cuidaba que más podía pedir de ella. Pero en ese momento se paró en seco, ¿acaso veía en Lauren una pareja...? no, eso era pecado, pero...
- ¿En qué piensas?- Lauren la sacó de sus pensamientos-
- ¿Ya es tarde no?- respondió distante
- Algo... ¿Ya quieres irte? -
- Si, por favor-
- Bueno si gustas-
Las chicas fueron directo al colegio. Cuando llegaron Lauren ayudó a acomodar cada una de las mudas de ropa nueva de Camila en su armario. Realmente había sido una exageración de Lauren, pero estaba feliz.
- Bueno ya es hora- dijo Lauren estirándose-
- ¿Hora de qué? - preguntó curiosa
- De irnos-
- ¿Irnos? ¿A dónde Lauren?-
- Ah es que la noche no termina aún-
Lauren la tomó de las manos y salió nuevamente del colegio. Sin percatarse que un par de ojos siniestros están observándolas. Lauren condujo todo el camino hasta llegar a su apartamento. Bueno más bien su Penhouse. Camila la miraba todo asombrada
- ¿Qué tal? ¿Te gusta? - le preguntó mientras abría la puerta y le dejaba pasar
- Es impresionante...- dijo asombrada- ¿Qué hacemos aquí? -
- Ahhh pues es una sorpresa-
Lauren caminó de la mano de Camila hasta unas de las habitaciones y Camila se sentía asustada, ya había oído de la fama de Lauren y sabía que justamente el día anterior había estado con una chica también nueva. Pero cuando vió el cuarto no era uno corriente, tenía un enorme Televisor y un sistema de sonido increíble. Había un enorme sofá y entendía era algún tipo de cine. Lauren se acercó al sofá y toco un botón de inmediato se expandió con una cama.
- Y ahora la película-
- Esto es increíble. -
- Sí, creo que muy ostentoso, pero está bien- Camila se sentó en la orilla del sofá cama, mirando hacia la pantalla- oye no te haré nada solo échate - Y sin más se echó en el cómodo sofá cama.
- Es cómodo-
- Camila- Lauren se había acercado a Camila y la miraba directo a los ojos
Camila sentía que su corazón se le quería salir del pecho, ¿Qué era eso que aquella mujer le hacía sentir?. Lo que solo duró unos segundos para Camila fueron horas. Miró sus labios carnosos y de un rojo natural y esos hermosos ojos esmeraldas.
- No te haré nada relájate, dicen mucho de mí pero no soy una violadora- se recostó mejor en la cama. - Mi mejor amiga vino muchas veces acá conmigo jamás le toqué ni un solo pelo, si jugábamos pero todo normal, solíamos venir aquí los domingos a ver películas-
- ¿A eso viniste ayer con Keana? - Camila le había dado justo en el clavo, ahí había estado con Keana solo un día atrás
- Bueno, tal vez eso sí es cierto - terminó diciendo-
- El sexo debe ser entre un hombre y una mujer y dentro del matrimonio- sentenció.
- Según tu religión Camila, en la mía dice coger y fornicar cuando quieras- Lauren se había pasado de vulgar y lo sabía por la expresión de Camila-
- No lo creo así-
- ¿Jamás te has enamorado? - Camila miró a Lauren-
- No- contestó tímidamente
- ¿Jamás te han besado? - volvió a preguntar-
- No, jamás-
- Pero alguien te debe de haber gustado- Los pensamientos de Camila fueron desde algunos compañeros hasta Lauren y al pensar en ella su rostro tomó un rojo tan intenso que hasta Lauren se asustó- ¿Estás bien?-
- Si... si me han gustado personas, bueno creo que solo una... persona- se apresuró a decir
- Aún hay esperanza para ti.
Lauren miró a Camila el hecho de ser totalmente virgen hasta en el amor la estaba excitando. Sin querer su amigo comenzó hacer acto de presencia.
- ¿Qué... que es eso? - dijo Camila señalando el pantalón de Lauren-
- Nada, se me levantó mal el pantalón- dijo toda roja halándose el pantalón para disimular. -
Las horas habían pasado y un seguían viendo películas, Camila reía alegremente en cada ocurrencia del personaje principal. Lauren no dejaba escapar ningún detalle de sus gestos. Su sonrisa era tan pura como su mirada. Su piel blanca y tersa como la más fina porcelana y al tacto era ceda que se deslizaba en sus manos. Era perfecta. Según el ambiente se relajaba Camila se fue acercando más a Lauren entre bromas, guerra de palomitas y la pizza que llegó todo fue muy tranquilo. No fue hasta un momento de risas en el Lauren tomó la iniciativa.
Se fue acercando lentamente a Camila que parecía congelada en el momento. Besó suavemente sus labios, esperando el rechazo al no sentirlo volvió a besarla. Tomó delicadamente sus mejillas y profundizó el beso. Sintió los tímidos e inexpertos besos de Camila y más la excitaba. Tiró todo al piso y la fue recostando en la cama lentamente. Pasó sus manos por el cuerpo de Camila, virgen y terso. El amigo de Lauren no esperaba para hacer presencia en ese momento. Fue sacando las prendas de ropa a Camila que rápido volaron por toda la habitación, solo la dejó con aquel brasier blanco de encaje y... ¿una tanga blanca? Eso desconcertó un poco a Lauren, pero nada importa. Los besos de Lauren se volvían más profundos y comenzó a desviarlos por el cuello de Camila, mordiendo un poco, besando y lamiendo. Bajó hasta llegar a sus redondos y frondosos senos que estaba allí, parecían llamarla, deseosos de sentir a Lauren. No perdió el tiempo y llevó uno de esos rosados pezones hasta poder capturarlo entre sus labios. Los gemidos de Camila comenzaban a llenar la habitación y los oídos de Lauren que hábilmente ya tenía una mano sobre su otro seno y la otra bajaba traviesamente hasta su intimidad. Entró su mano por la ropa interior recorriendo ese espacio por primera vez húmedo y deseoso. Lauren pegó su entrepierna a la entrada de Camila.
- ¿Qué, qué es eso? - preguntó Camila sorprendida.
- Esto...- dijo Lauren bajando su pantalón y dejando ver lo largo de su pene- es el regalo- dijo con una sonrisa pícara.
- Mmm regalo- Camila se sentó y tomó el pene de Lauren con la mano. - me parece un buen regalo-
Camila comenzó a masajear el pene de Lauren con su mano, la movía de arriba abajo una y otra vez, para sorpresa de Lauren, Camila se inclinó movió su cabello a un lado y prácticamente poniéndose en cuatro puso el miembro de Lauren en su boca. Lauren parecía morir al sentir a Camila hacer tan majestuoso acto con sus delicados labios. La excitación la tenía a punto. Tomó a Camila de la cabeza y comenzó a moverse más rápido. No pudo más y la tiró en la cama, en rápido movimiento le hizo a un lado la ropa interior y la penetró. Era la gloria estar dentro de Camila.
De repente despertó toda sudorosa tenía su miembro bien parado. Miró la película, hacía rato que había acabado y Camila estaba al otro lado bien dormida. Cerró los ojos y negó con la cabeza.
- Ya decía yo que tanguita y esas experiencias no podía ser real-
Se levantó y salió del cuarto con la caja de pizza y lo que quedaba de pizza, fue al baño para bajar... toda la calentura y volvió a dormir.
Lo siguiente que Lauren supo es que despertó por dos razones el sol le picaba los ojos y un rico aroma. ¿De dónde provenía ese delicioso olor? Caminó por todo el apartamento lujoso hasta llegar a la cocina
- ¡Vaya! no sabía que este sitio tuviera cocina o comida- dijo viendo lo que hacía Camila-
- Ya lo ves-
Lauren quedó un momento hipnotizada allí donde estaba Camila, era hermosa y tenía nobles sentimientos, fue en ese momento cuando se dio cuenta que su corazón quería algo más que simple lujuria por Camila, sabía que estaba creciendo algo mucho más fuerte, amor y que era así lo que deseaba en la mañana, ver a Camila con ella, comer su deliciosa comida y porque no? Hasta ella prepararle el desayuno algún día.
- Aquí tienes- Sacó a Lauren de sus fantasías-
- Se ve rico Camz-
Era unos hermosos huevos a la inglesa con un tocino, avena, pan tostado y jugo de naranja.
- Sabes, serías la esposa perfecta- Camila se sonrojó
- No es para tanto-
Lauren parecía feliz cuando Camila se sentó con ella en la mesa para comer. Traía su cabello suelto y se había sacado los anteojos se veía realmente hermosa. Pero ese momento encantado no podía durar para siempre, un par de minutos más tarde regresaron al colegio. Seguro todo el colegio iba hablar de su desaparición, pero le da igual.
El camino al colegio fue diferente Camila parecía más ella misma y no la religiosa que deseaban sus padres. Habló de música y hasta de la ciencia de una manera tan apasionante que parecía que le gustaba.
- ¿Te gusta la ciencia?
- Bueno no debo, la religión...-
- Camila no te pregunto si debes o no, o lo que diga tu religión, te pregunto sobre tus gustos, piensa por ti no por tu religión.-
- Sí, me gusta de hecho siempre desee estudiar medicina, pero mi padre dijo que si quería jugar a ser Dios decidiendo quien vive y quien muere y bueno... no quiero hablar más de eso. - Lauren podía ver rastro de un recuerdo doloroso y más cosas ocultas de lo que la misma Camila decía o admitía.
- Camila ahora tienes esa oportunidad de ser tú, no lo que ellos quieren.-
- No quiero decepcionarlos- dijo tristemente
- Ellos tuvieron su oportunidad y eligieron que ser, ahora es la tuya- Camila se le quedó mirando una fracción de segundo esa chica que despertaba en ella cosas que jamás había sentido antes, seguridad, compresión... Libertad o era Amor.
Al llegar al colegio tanto Camila como Lauren fueron el centro de atención, muchos murmuraban cosas que no escuchaban. Camila parecía algo perturbada por eso y más por la ropa que llevaba. No eran las típicas faldas hasta los tobillos si no pantalón Jean. Al llegar al cuarto ninguna de las dos dió crédito a sus ojos por que veían, toda la ropa que había comprado el día anterior estaba tendida en todo el suelo nuevamente dañada.
- ¡¿POR QUE SON TAN CRUELES?!- la furia venció a Camila que comenzó a llorar ante la impotencia-
- Dónde está tu Dios ahora... monjita- Lauren se volteó furiosa y vió a Emma allí parada con unas amigas riéndose-
- Esto lo hiciste tú ¿no? - preguntó molesta la ojiverde.
- ¿Que ahora te gustan las pobres monjas Lauren? - dijo burlándose de la morena.
- A ti que te importa, eres una arpía, lárgate Emma antes que me arrepienta.-
- Claro, Camila seguro que si te revuelcas otra vez con Lauren como la puta que eres, ella te comprará más ropa. -Lauren no dudó y la tomó del cabello y la acercó a ella. -
- Que sea la última vez que te diriges así a Camila, ¿me entiendes? - dijo sacudiéndola. - Ya quisieras tú acostarte conmigo, pero a mí no me gustan las culebras, perras como tú, Camila es una chica buena, de buenos sentimientos y alma noble jamás la he tocado de otra forma y te juro que si me vuelves hablar a mi o ella de esta manera me encargaré de que mi padre le cobre cada centavo que le debe el tuyo seguro que lo dejamos en la calle ¿entiendes víbora? - terminó empujándola para que saliera de la habitación.
Emma se sentía humillada y solo le dió una última mirada de odio a ambas antes de salir de la habitación.
- Ya Camz no llores si- dijo arrodillándose a su lado- aún es domingo podemos ir a comprar-
- Tengo que ir a la iglesia, ¿Vienes conmigo?- Lauren abrió los ojos.
- ¿Iglesia...? Yo ehhh no creo Camila, mejor ve tú y yo iré al centro, recuerdo que compraste así yo compro todo-
- No, Lauren no lo hagas ya lo hiciste una vez y fue mucho-
- Oye Camila tengo dinero como para que hasta mis tatara tatara tatara nietos gasten.-
- Lauren-
- Camila- Lauren hacia el mismo gesto que Camila- Ya está más que decidido vale-
Se acercó a Camila y tomó su rostro entre sus manos, pegando su frente a la de ella.
-No dejaré que te vuelvan a molestar princesa, es una promesa.- Miró directo a los ojos y luego besó su frente. Camila cerró los ojos al contacto y dejó salir un leve suspiro.