A la hora de la cena vió como Camila se volvía a sentar con Austin alegremente, no permitirá que se quede con Camila, la quería para ella. Aún no sabía bien de donde salió aquel pensamiento, pero era así, quería que Camila fuera solo para ella y no la quería cerca de Austin.
Vió a Keana en otra mesa con otro chico hablando, al menos ella parecía entender bien que solo había sido sexo sin tener que decírselo. Seguía comiendo. Lauren no aguantó más y caminó hasta la mesa.
- Oye gran lector de la biblia- se mofó acercándose al chico.
- Dime Jauregui- Austin la miró con molestia.
- Sin tanto lees la biblia dime ¿Cuál es tu capítulo favorito?
Los ojos de Austin se abrieron y parecía algo nervioso ante la sorpresiva pregunta.
- Pues Mateo 13-
- ¿13 que, qué versículo?
- Eh pues claro Mateo 13- 22- dijo esperando que todo estuviera bien. Camila lo miró algo sorprendida ella se sabía la biblia y sabía que eso estaba raro.
- Osea Austin tu versículo favorito es "En cuanto al que se sembró entre los espinos, este es el que oye la palabra, pero la inquietud de este sistema de cosas y el poder engañoso de las riquezas ahogan la palabra, y él se hace infructífero."
- Ya Jauregui y si tú sabes tanto dime ¿Cuál es el tuyo? - mencionó claramente molesto.
- Bueno en este momento diré así "Porque tales hombres son apóstoles falsos, obreros engañosos, que se transforman en apóstoles de Cristo. Y no es maravilla, porque Satanás mismo sigue transformándose en ángel de luz" Corintios 11- 13,14- miró a Camila- y esto te lo digo a ti, no te dejes engañar por este apóstol de Cristo falso, vestido de ángel de luz, que realmente es Satán. - y sin más salió de allí con una sonrisa victoriosa-
Eran cerca de las 7:00 cuando llegó Camila al cuarto, Lauren salía con una toalla en la cabeza.
- ¿Cómo sabes de la biblia? -
- Una vez la leí por distracción y me la memoricé-
- Es increíble-
- Eso no significa que crea en Dios. Pero Dios no dijo no jugaos o serán jugaos.
- Si- contestó simplemente
- Entonces ¿cómo me juzgas? - se podía notar la molestia en su voz
- Tienes razón perdón Lauren, tienes derecho a hacer tu vida. - dijo claramente arrepentida por su comportamiento.
- Así como tú la tuya- continuó Lauren
- La mía, seguro- dijo con una triste sonrisa
Lauren se acercó a su rostro lentamente. Camila se asustó y retrocedió
- No te haré nada-
Se volvió acercar, miró los ojos de Camila tras lo lentes y los sacó lentamente. Se perdió tras los ojos de Camila y Camila en los verdes esmeraldas de Lauren, fue una eternidad que les pareció un instante a las chicas.
- Realmente te ves hermosa Camila, eres un bello ángel de Dios- dijo perdida aún en Camila.
- Gracias- susurró tímidamente con sus mejillas enrojecidas -
- No te los pongas- evitó que Camila tomara los lentes de su mano- eres mucho más hermosa sin ellos-
- Seguro se lo dices a todas- contestó indiferente
- Tal vez, pero contigo lo digo de corazón, no lo uses.-
- ¿Y cómo veré?-
- Lentes de contacto-
- No, no puedo - contestó con simpleza.
- No debes ocultar tu belleza
- La vanidad es pecado- contestó y le quitó los lentes de la mano-
- Camila- la tomó delicadamente de la mano-
Realmente se sentía hipnotizada por esa chica hermosa que tenía delante de ella, más allá del reto era esa sensación que tenía cuando la tocaba cuando la miraba y que no podía describir que era. Pero quería seguir sintiéndola toda la vida, de eso estaba completamente segura.
Lentamente se acercó a ella rozó las mejillas con el dorso de su mano delicadamente haciendo que Camila cerrara lo ojos y temblara ante el tacto. Lauren se fue acercando suavemente estaba a poco centímetros de sus labios. Cuando Camila abrió sus ojos se vía el miedo en ellos.
- ¿Qué... qué crees que haces? - dijo alejándose-
- Yo... lo siento Camila-
- No lo vuelvas a hacer- su voz estaba temblorosa, pero a su vez firme.
- No, lo prometo, perdóname.- ¿por qué se disculpaba? en otra ocasión la hubiera halado y besado a la fuerza hasta que le gustara, pero no, no quería que fuera así con ella.
La noche pasó demasiado lenta para Lauren que solo daba vueltas en la cama pensado en Camila. Que le había hecho esa chica. Ahora solo pensaba en ella ni pudo disfrutar bien el sexo con Keana por pensar en ella, se sentía... ¿culpable?... pero no entendía por qué.
- Ahhhh maldición- dijo sentada en la cama- hermoso ángel- vió a Camila que dormía plácidamente, entonces una idea perversa pasó por su mente, recordó que Camila había enviado parte de su ropa a la lavandería. Y se la traerían en la mañana.
Lauren bajó hasta el sótano del colegio donde comenzó a buscar encontró las pijamas largas y antiguas de Camila. Esto conllevaría a que Camila no tuviera nada de ropa. Eran las 3:00 am cuando Lauren concilió el sueño feliz de su pequeña travesura. Pero dos horas más tarde algo la levantó, los rezos de Camila.
- Camila por Dios- se quejaba desde su cama
- No uses el nombre de Dios en vano-
Por inercia Lauren se levantó y caminó hasta donde Camila estaba y cayó de rodillas luego puso su cabeza con los ojos cerrado sobre las piernas de Camila y se terminó de dormir ahí.
-Lauren- Camila le toca el hombro con cautela- Lauren ¿Estás despierta?-
Pero nada, Lauren estaba más que dormida sobre las piernas de Camila, fue un movimiento reflejo de Lauren caminar hasta donde Camila y dormir sobre sus piernas. Camila la miraba tiernamente y al final terminó acariciando su cabello negro, ¿Qué era eso que esa chica la hacía sentir cuando estaba cerca? eso que sintió cuando coqueteaba y se fue con Keana, sería amor. Sacó ese pensamiento tan rápido como llegó, pues esa idea era errónea era pecado... pero entonces ¿Por qué deseaba tanto besarla? ¿Por qué se arrepentía de haber evitado aquel beso?
Camila no se movió, dejó que Lauren reposara en sus piernas. Olvidó rezar, olvidó todo solo deseada hacer ese momento tan íntimo permanente, en su mente deseaba que eso fuera para siempre, le gustaba acariciar a Lauren, pero no podía ser. Siguió acariciando el cabello de Lauren hasta que el despertador de ella comenzó a sonar. Lauren comenzó a mover por inercia la mano y sin querer lo que agarró no fue el despertador si no... el seno de Camila. Camila reaccionó levantándose y Lauren cayó al suelo-
- Auch- se quejó Lauren -
- Lo siento solo que...- se excusó la morena.
- Yo...- dijo aún atontada mirando desde el piso- ¿Qué paso? -
- Me agarraste el seno-
- ¿Cómo así?...
- En la mañana viniste y te dormiste sobre mis piernas- Lauren se puso roja
- Lo... lo siento no quise-
- Está bien te veías muy tranquila durmiendo haciendo un gesto infantil. - dijo Camila.
- ¿Gesto infantil?-
- Debemos cambiarnos o llegaremos tarde a clases- pero en eso golpearon la puerta.
Una mujer entró al cuarto con la ropa de ambas.
- Srta. Jauregui su ropa- todo estaba bien doblada-
- Srta. Cabello... lo siento no sé cómo ocurrió- Camila vió su batas para dormir dañadas.
- Ahora con que voy a dormir-
- No te preocupes Camila si quieres te presto una blusa mía y un pantalón-
- No cómo crees-
- No es molestia en serio-
- Al menos aún me queda uno-
- Por ahora- dijo Lauren muy bajito
Esa mañana tanto Lauren como Camila desayunaron juntas. Camila iba a pedir de la carta ya predeterminada para los becados pero Lauren se lo impidió e hizo que escogiera de la carta normal que ella pagaría todo. Camila no conocía la mitad de las cosas que estaban allí, pero reconocía muy bien que era un omelette de huevo con tocino, tostadas francesas con mermelada y jugo de naranjas. Lauren estaba extasiada de ver a Camila en su mundo nuevo. Y de momento una imagen que jamás imaginó llegó a su cabeza, ella con Camila en un par de años casadas y en algún otro lado, conociendo un mundo nuevo y sin saber que hacer esa idea le llenó el cuerpo entero.
- En qué piensas- sacó de sus pensamientos a Lauren-
- En... ¿Alguna vez has viajado fuera Miami?-
- No jamás- contestó rápidamente
- ¿Te gustaría hacerlo?-
- Tal vez algún día, pero no creo-
- Yo te llevaría-
A lo lejos Keana fijó la vista en esa pareja tan singular que estaba platicando. Si bien ya conocía como era Lauren había notado que Camila era una chica más tranquila de esas que pueden calmar a las personas como Lauren y para ella y su pronto nuevo cambio de status de vida significaba un peligro inmediato.
- Hola Camila- dijo Austin a su costado- no creí que tuvieras estas inclinaciones- vió a Lauren despectivamente.
- Lárgate Mahome a Camila no le van las escorias como tú. -
- Escoria yo, mira Jauregui- dijo tomándola por el chaleco.
- Mira que...- se soltó- mejor acepta que perdiste y vete con dignidad-
- Ya veremos- y sin más se fue.
- Que miedo ese chico- dijo Camila-
- No te preocupes no hace nada, es como dice el refrán perro que ladra no muerde.
- Que mala Lauren-
Se escuchó por todo el colegio aquel típico sonido del timbre escolar las clases estaban por comenzar, Lauren entró junto con Camila, algunos murmuraron a verlas entrar otros ni les importa ya era normal ver a Lauren con varias chicas, pero jamás camina junto con ellas a no ser que fuera Verónica.
La clase de historia estaba dando comienzo y el tema era la segunda guerra mundial. El profesor se había sumergido hablando sobre los campos de concentración y como ejecutaban a los judíos. Si bien era sabido hasta los profesores que contrataban en el colegio eran muy elitistas y si fuera 1940 otra vez no dudarían en ser parte de los Nazis.
- Como no existe nazis aquí que acabe con esta escoria de los becados es un instituto para nosotros- el comentario de Emma fue recibido con agrado de la mayoría de los estudiantes otros no le tomaron importancia-
- Emma por qué mejor no te vas tú a uno de esos campos de concentración y le haces un favor al mundo al quemarte- dijo Lauren.
- Cuidado Lauren un pajarito me dijo que te gustan las pobretonas becadas, primero te vas con una todo un día, y luego le invitas comida a otra, o estás haciendo tu acto de caridad temprano este año... o estás perdiendo tus buenos gustos.
- Ya señoritas- las detuvo el profesor presintiendo que la pelea se iba a intensificar entre las dos-
A la hora del almuerzo Lauren volvió tener la misma cortesía de invitar a Camila a almorzar, pero se negó rotundamente ella prefería no ser molestia para otros.
- Vamos Camila no es molestia- insistía Lauren.
- Si, tendrás que pagar por esa comida-
- Y... el dinero me sobra, eso no importa- dijo restándole importancia la situación
- Para mí si-
- Pero ese menú nunca cambia es tan soso, debo admitir que tengo días que deseo esas comidas, pero aun así...-
- Nada, quiero una hamburguesa con papas fritas por favor-
- Bien ella gana- le dijo al mozo que esperaba la orden-
- Gracias-
Lauren la miró y comenzó a reír contagiando con la sonrisa a Camila. Camila paró de reír, se sintió extraña, no sabía por qué Lauren la podía llegar hacer sentir de esa manera.