Intenté dormir pero no fui capaz. Mire el móvil y eran las cuatro de la madrugada.
Salí de la habitación y llegué a la cocina para comer algo. Cogí unas galletas y salí a la terraza. Hacia aire pero se estaba bien, aunque llevaba un chaleco fino de mangas largas.
Me dediqué durante media hora a mirar al cielo y a replantearme todo lo que había pasado, si lo había hecho bien o mal y como lo afrontariamos a partir de ahora.
Me metí en instagram y sólo salían fotos de ellos con fans así que lo volví a soltar. Entre en mi habitación y dejé caer el móvil a mi cama.
Me dió frío y cogí una sudadera que me había regalado Daniel el primer día que llegaron a mi casa, todavía no la había estrenado. Era muy bonita, roja y me estaba muy grande, como a mi me gustan. Debajo llevaba un pantalón corto negro que no se veía porque la sudadera me llegaba hasta mitad de los muslos.
Volví a subir a la terraza. De camino estaba la habitación de los gemelos, me asomé pero la cama de Jesús estaba vacía. Habrá ido al baño (pensé y seguí mi camino).
Pero cuando llegué a la terraza ya había alguien.
+¿Que haces aquí? (le pregunté)
-No te importa
+No me hables así. No te he hecho nada para que me hables de esa manera y ni siquiera me mires a la cara
-Si lo has hecho, lo sabes muy bien. Yo te quiero y tu no quieres seguir con esto. Será que ahora te gusta mi hermano
+Deja de decir tonterías
-No son tonterías, me has cambiado por mi hermano y punto. Admitelo
+No te he cambiado por nadie
-¿Entonces porque llevas la sudadera que te regaló?
+Ha sido lo primero que he encontrado (le dije la verdad)
-Mentira. Ahora a mi ni me dirigirás la palabra ni me mirarás y ni si quiera intentaras hablar conmigo para arreglar las cosas.
+Sabes muy bien que no es así. He intentado hablar contigo dos veces en lo que va de día y no has querido. ¿Que mas quieres que haga?
-Nada, Eli, nada
+¿Entonces?
-Sólo hacia falta que lo intentaras una vez mas, solo una mas... (Dijo esto y se fue)
+Jesús... dejame intentarlo.... (Me escuchó pero no contestó, simplemente se fue).
Volví a la cama y dormí lo que pude hasta las diez que me di por vencida en la batalla contra el insomnio.
Estábamos todos en la mesa comiendo:
±¿No quieres más? (Preguntó mi madre al ver que no había comido apenas nada. Yo simplemente negué con la cabeza). ¿Por que?
+No se, no tengo hambre
±¿Tu tampoco Jesús? (Preguntó mi madre a los minutos)
-No
±Vaya dos, ni que estuviérais conectados o algo
Me levanté de la mesa y dejé el plato en la cocina.
±¿A donde vas?
+A dormir
Y me volví a acostar en la cama, revisé el móvil y sonó la puerta de la habitación.
+Pasa
Entró Daniel, estuvimos hablando un poco hasta que se fue. La verdad es que me está ayudando mucho en todo esto.
Me conseguí dormir pero volvieron a llamar a la puerta.
+¿Otra vez Dani? (Dije medio dormida, pero pasó sin contestar y se tumbó en la cama a mi lado). Eh.. Pero..Tu... No...
-Sh... Tu solo duerme (dijo mientras me tocaba la cabeza y me tocaba el pelo, me encantaba que me tocaran el pelo)
Me di la vuelta y lo miré.
+¿¡Quien eres?! (Dije)