Omnisciente.
La mañana del Viernes era calurosa y no porque Lauren haya tenido un sueño húmedo con una sexy morena, modelo que aparecía en una famosa revista, que al parecer estaba de novia con una abogada exitosa al otro lado del mundo, el tema es que esa morena era parecida a la morena que dormía a un par de metros de ella, ¿Coincidencia? No lo sabía, pero eso a mas la enloquece. También se parecía a una cantante, sexy cantante americana que se había casado con una futbolista famosa y exitosa que hoy jugaba en el Real Madrid femenino, la futbolista era atractiva pero la cantante era un bombón hecho por los dioses al igual que la morena que dormía en la habitación de invitado.
¿Donde habrá escuchado a esas personas antes?
Sin mas que hacer se levanto de su cama con un leve dolor de cabeza y sintiendo su cuerpo todo sudoroso por el sueño húmedo tenido, no sabía quien era la mujer solo que se parecía mucho a la morena, quizás era la morena, no lo sabía y no iba a pensar mas en eso, no era alguien que le gustara masturbarse, tampoco era una santa paloma, pero evitaba ese tipo de situaciones mas cuando tenía un respeto por la mujer a su lado, si era extremadamente caliente con un trasero gigante que daban ganas de apretar a cada segundo del día, pero eso no significaba de estar tocándose pensando en ella, no por ahora.
¡Solo habían pasado cinco días desde su llegada!
¡Iba a esperar la semana!
Broma, no iba a hacer nada con su mente y sus manos. ¿Deseaba a Camila? Claro que lo hacía y por esa razón la iba a respetar, esperar y conquistar como toda una señorita de su clase. Ella también era mujer, pensaba como una y sabía lo desagradable que es saber que un hombre se toque pensando en ti, en su caso una mujer, mas aún cuando tu no sientes algo por ella por ahora, debe ser repugnante. Ademas sabía que Camila no sabía su condición y sería aun mas raro para la morena, por lo que controlar su cuerpo, mas bien esa parte de su cuerpo era lo mejor.
Camino hasta la ducha dándose un largo baño mirando la pared por varios minutos como si fuera la cosa mas interesante de su vida, ir hacer ejercicio ese día no fue una opción, el día anterior lo había hecho el triple mas si fue carga de burro de Chris ayudando a transportar "cosas" importantes. Chris se aprovechaba de su nobleza, según Lauren, lo cierto es que Lauren era muy quejumbrosa.
Salio de la ducha secando cada parte de su cuerpo para aplicar crema en los brazos y piernas, cuidando su piel, tomo sus boxers especiales para sobre ellos ocupar un pantalón corto de mezclilla que le llegaba a la rodilla, saco una polera sin mangas que le quedaba algo grande juntos con sus sandalias, un día refrescante le esperaba.
-¡Buenos días Familia!- le dijo a sus papás con su hermano, la perezosa de Taylor aun dormía. -Cuñadita que guapa estas.- le guiña el ojo. -Camila.- le sonríe amable, la morena hizo lo mismo.
-Buenos días Lauren.- responde agradable, milagro que Jauregui estuviera tan amigable sin decir cosas incoherentes.
-Futura Suegra y Suegro.- ahi volvía ella, Sinuhe soltó una carcajada mientras que Alejandro negó riendo por lo bajo.
-Sofía tiene novio.- responde Camila sonriendo triunfante. -Así que mis papás no podrán ser tus suegros.- dice "apenada".
-No lo decía por Sofía.- le responde tomando asiento con una sonrisa. -A Sofía la quiero como cuñada.- Si las miradas mataran Lauren estaría poniendo tierra sobre cuerpo y flores amarillas porque eran sus favoritas.
-Veo que tienes un interés en mi hija.- Alejandro la observaba fijamente con una leve sonrisa en su rostro.
-Papá no le des cuerda...- Camila murmuró, Lauren rió fuerte para recuperar la compostura.
-Apreció la anatomía femenina, y la de su hija es muy linda.- se encoge de hombros. -Es parte de mi interés.- es sincera.
-¿Tu sabes que ella no es lesbiana?- sigue Alejandro en un tono agradable, el no tenía ni un problema con la sexualidad de sus hijas, mas si su propio hermano era gay y el por supuesto le había apoyado.
-No lo sabía, pero tampoco se si es hetero, por lo que mis posibilidades aun son latentes, ¿o me equivoco?- levanta unas de sus cejas.
Que chica mas inteligente, pensó Alejandro.
-Lauren no seas cargante con Camila.- advierte su mamá. -Solo toma desayuno y ve a tu cosa del mar.- le dice un poco cabreada por el insistente coqueteo de su hija hacia la morena.
-Buceo mamá, se llama buceo.- le aclara frustrada.
-Eso mismo que haces bajo el agua.- dice sin mucho interés, Lauren rodó los ojos para ponerse de pie tomando unas tostadas.
-Descansen de mi presencia.- les dice a todos para disponerse a salir, pero como siempre alguien la detenía.
-Lauren recuerda que debes ver el gallinero.- anuncia su papá, la arquitecta asiente para abandonar completamente la casa.
La conversación en conjunto se hizo presente una vez mas en la cocina, todos reían y hablaban alegremente del matrimonio, a pesar de que Camila estaba profundamente feliz por su hermana no podía evitar sentir cierta envidia, amaba a su hermana y estaba feliz por ella pero también deseaba sentir ese sentimiento de amor profundo hacía otra persona, el saber que quieres estar el resto de tu vida junto a alguien, el despertar y sentir ese amor era algo que quería experimentar con la persona indicada.
Había tenido varias relaciones durante lo largo de su vida, entre novios y novias que juraba amor eterno para que luego diferentes situaciones terminaran. No le temía al amor, ni tampoco estaba cerrada a encontrarlo solo que estaba esperando a que todo se diera en el tiempo necesario sin precipitar nada, algo que naciera sin pensarlo y enamorarse de manera profunda como tanto deseaba, solo debía esperar a la persona correcta.
-No sabía que Lauren bucea.- le dice a su hermana mientras caminaban por el mercado tan típico de Galway.
-Es una de sus pasiones mas grandes.- comenta Samantha. -Chris siempre me hablaba de que su hermana pasaba mas tiempo en el mar que en su propia casa, al parecer eso disminuyó y solo va un par de veces a la semana.- le cuenta con una media sonrisa.
-Lauren es un poco rara...- intenta no sonar despectiva. -Es como diferente a las demás personas.- seguían caminando tomadas del brazo observando algunos puestos del lugar bastante atractivos, al igual que los montones de Irlandeses, sin embargo no podía sentirse atraídas por ellos.
-Es especial, pero bastante interesante, tiene dos títulos bajo el brazo, es super inteligente y aunque no lo creas no es una mujer que sea de muchas citas o parejas.- le cuenta, Camila la mira levemente sorprendida.
-¿Estas intentando mostrarme sus mejores cualidades?- Sammy río.
-No, aun no me paga para hacerlo.- dice aun riendo. -Solo hablo bien de mi cuñada.- se encoge de hombros.
-Ella pareciera tener una especie de Crush conmigo.- dice haciendo una mueca.
-¿Te molesta esa situación?- le pregunta directa.
-Si, o sea no, apenas la conozco y no la encuentro muy guapa.- Samanta la mira con ambas cejas levantadas sin creerle. -No me mires así, si es verdad lo que te digo, Lauren no me gusta y ni siquiera la encuentro atractiva.- se encoge de hombros.
-¿Ni un poco?.- pregunta incisiva, Camila piensa unos segundos. -Tiene características físicas que te atraen Mila.- le recuerda.
-No es guapa, no para mi al menos.- le vuelve a decir segura de sus palabras. -Además que tiene una personalidad para nada de mi agrado, de verdad Sammy si intentas encontrarme pareja te digo de inmediato que Lauren no es la opción.- declara segura.
-Solo decía Cami.- la mira por un segundo. -Y Volviendo al tema del buceo, es muy buena en lo que hace.- termina de decir.
-Me imagino.- toma unas cosas de un puesto observando como si fuera lo mas interesante del mundo.
Siguieron caminando por el mercado hablando de diferentes cosas olvidando a Lauren de su conversación, no es que no le agrada la mujer alta de metro setenta y uno, cuerpo delgado bien tonificado de la forma que una mujer puede estarlo, brazos delgados pero que en ellos se reflejaba sus músculos, lo había notado esa mañana, piernas marcadas y siempre bien vestida ocupada por sus apariencias, pero simplemente no era de su gusto, si era atractiva y guapa como lo era Chris, también Taylor pero eso no significaba nada, no tenía un crush con ella, menos una fantasía, era guapa como lo era su mejor amiga, o cualquier otra persona que jamás sentiría algo, eso si no podía negar que Lauren tenía unos ojos hermosos, color esmeralda, que cambiaban de color según su estado de animo, a veces eran verdes profundos otras com rasgos azules, simplemente una maravilla, pero solo eran sus ojos, nada mas les gustaba.
Al menos eso quería creer.
-Camila, como harán los adornos o recuerdos.- le comenta su hermana siguiendo caminando por el largo lugar. -Deberían empezar a hacerlo pronto, porque conociendo a Lauren se que es capaz de estar la noche previa al matrimonio haciéndolo.- dice sin exagerar, era cierto.
-Soy un asco con las manualidades, solo ve mis dibujos por algo decidí música y no arte.- dice decidida, Samantha rodó los ojos.
-Lauren es super hábil con las manos.- dice sin doble intención, pero Camila no pudo evitar pensar en otra cosa. Mierda. -Dibuja de maravillas y su maquetas son hermosas, así que por ese lado podría enseñarte, tiene bastante paciencia.- seguía alabando de manera indirecta a su cuñada.
-Bien.- suelta un suspiro. -Pero si alguno queda horrible no es mi problema.- advierte.
-Tu tranquila y disfruta hacerlo, haría lo mismo por ti.- pasa su brazo por sus hombros dejando un beso en su mejilla. -Y también vean el número especial, quiero algo lindo, ya que traer a Ed Sheeran no será posible.- dice lo último riendo.
-Lo haremos, eso es mas fácil para mi.- dice feliz. -Solo espero que Lauren no cante como una vaca pariendo o algo por el estilo, no quiero hacer el ridículo ante todos.- le dice riendo.
-No lo harán.- sigue riendo.
Ambas subieron al vehículo para volver a la casa de los Jauregui con una gran sonrisa en su rostro, y un montón de nuevas adquisiciones y es que ese mercado era increíble, solo llevaba unos días y ya amaba Galway, era un lugar hermoso donde podías conectar con la naturaleza y sus diversos parques, atracciones entre otras tantas cosas, pero aun faltaban muchos lugares los cuáles conocer, aun así le encantaba todo lo que había visto.
-¿Te puedo dar un consejo?- le dice Sammy suavemente. -A pesar de que seas mayor que yo.- la morena rió ante el comentario.
-Puedes darmelo- le dice tranquila.
-Bien...- piensa unos segundos bien sus palabras. -No pierdas la oportunidad de ser feliz Camila, es un Verano hermoso algo distinto a lo que siempre hemos hecho como familia, disfruta al máximo como quieras, cuando quieras y con quieras, conoce a alguien, Diviértete y disfruta al máximo, tienes veintisiete años Mila, mereces ser feliz.- termina de decir.
-Comprendo Sammy, pero si tu intención es que le ponga atención a Lauren ya sabes mi respuesta.- Samantha negó.
-No había pensado en ella en ningún momento, dije que conocieras a alguien pero al parecer tu si pensaste en ella.- no dice nada mas dejando a su hermana en completo silencio.
Mala hermana, pensó Camila.
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-El agua era un témpano.- comentaba bebiendo una taza de café apoyada al mueble de cocina la noche del viernes.
-Si sabes como es el mar aquí Lauren.- le recrimina su mamá. -Esto no es España.- siguió preparando la cena junto a Sinuhe negando.
-Tienes razón, aun así fue un excelente día.- sonríe mostrando su dentadura perfecta. -¿Como va el matrimonio?- pregunta cambiando de tema, mirando esta vez a su cuñada quien estaba sentada aun lado de la sexy morena tomando un té de hierbas.
-De maravillas, ya tenemos vistas algunas organizadoras de bodas y nuestras ideas claras.- dice con cierta emoción.
-Me alegro.- le sonríe para mirar la hora en su reloj. -Iré a ver el gallinero.- camina hacia donde su mamá dejando un beso en su mejilla y robarle un pedazo de pollo cocido para salir caminando rápido del lugar antes que le pegarán.
Pero una mano la detuvo para ser quitada de manera rápida como si tuviera una especie de repelente. ¿Quien mas podía ser? Camila Cabello la sexy morena de gran trasero que la tenía un poco en las nubes, solo un poco.
-¿Ya te diste cuentas que me amabas y que no me puedes dejar ir?- dice en un tono divertido solo para fastidiarla, Camila rodó sus ojos.
-Quisieras, pero no es eso.- declara.
-¿Para que me necesitas entonces?- pregunta volviendo a caminar siendo seguida por la morena que ahora estaba a su lado.
-A diferencia tuya yo no dejo las cosas para último minuto, por lo que necesito que empecemos ahora a ver todo.- su tono era dominante, Lauren la miro levantando una ceja.
-Falta mucho tiempo Camila, tengo cosas mas importantes que hacer...- llega al gallinero que estaba en horribles condiciones, soltó un suspiro al ver todo lo que iba a tener que hacer. -Y si es una excusa para pasar mas tiempo conmigo solo debes decirme.- se encoge de hombros.
-No es una excusa, ni nada de eso, solo quiero ser responsable con mi hermana porque se lo importante que es su matrimonio.- declara con el tono un poco molesto, Lauren agradecía tener paciencia porque sino ya la hubiera mandado a la mierda. -Si a ti no te interesa, es tu problema pero debes cooperar.- declara.
-Si me interesa y estoy feliz por Samantha y Chris, pero faltan mas de un mes y medio para que sea el matrimonio, no es necesario gastarse la cabeza desde ahora.- dice tranquila, abriendo la puerta del gallinero sintiendo el mal olor desde adentro. -Mierda.- murmuró.
-No me gusta estar estresada haciendo las cosas, así que te pido que empecemos luego, entre mas antes mejor.- hace una mueca de asco al sentir el olor.
-¡Que cochina Camila tirándose pedos delante los demas!- la molesta tapando su nariz para no sentir el olor.
-¡Yo no me he tirado nada, tu eres la cochina!- le recrimina seria.
-Ve a bañarte para que nos hagas un favor a todos.- dice riendo ingresando en el lugar.
-Suerte con eso.- grita desde afuera dejando a Lauren sola en el gallinero podrido.
Lauren paso una mano por su cabello para comenzar a sacar todo el desorden y todo lo podrido que había dentro, era completamente asqueroso, odiaba hacer ese tipos de cosas pero era mejor que estar escuchando a su mamá diciendo que necesitaba una novia, o seguir el ejemplo de su hermano, el olor era mas soportable que su mamá.
Termino casi dos horas mas tarde de sacar toda la basura y tirar abajo las tablas podridas que hacían de pared, traslado cada bolsa a la camioneta con paciencia, era su mejor atributo pero cuando la perdía podía ser terrible.
Iba a tener mucha paciencia con Camila.
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