—¿Y cuándo dices que es la fiesta esa? —me pregunta Wade mientras golpea la mesa con los dedos.
—Este fin de semana.
Asiente y agarra la taza con fuerza. Estamos en Hoosier para ultimar los detalles del plan, pero no parece muy contento.
—¿Estás segura de que la va a llevar?
—Eso me ha dicho Abby —explico y me encojo de hombros.
—Está bien, hay que hacer algo. Tengo que conseguir hablar con ella —responde con decisión y bebe café.
—¿No crees que sería un poco brusco?
—No sería la primera vez que lo hago.
—¿Has hablado con ella? —añado perpleja y algo confundida.
—Sí, bueno... ¿Por qué? ¿No he hecho bien?
Me mira con preocupación alzando las cejas, temiendo haberse equivocado, parece una oveja descarriada.
—No creo que sea buena idea. Ella tiene que darse cuenta de lo que ha perdido y para eso tienes que pasar completamente, hacer como si no te importara —le explico, poniéndome en la situación de ella.
—¿Estás loca? Eso es lo contrario a lo que tengo que hacer.
—¿Qué crees que piensa ella si vas todo el rato lamiéndola el culo y luego te ve conmigo?
—¿Que la quiero?
No tiene ni idea de mujeres.
—A nosotras nos gusta sentirnos queridas. No queremos que los hombres vayan detrás de nosotras como unos babosos. Harper ahora mismo tiene novio y no le va a dejar sabiendo que tiene a dos prestándola atención —resoplo, esperando que lo haya entendido—. Además, que hagas eso no dice mucho de ti como novio, haciéndome quedar mal a mí.
—¿Entonces qué debo hacer?
—Ella sabe que estamos saliendo, ¿no? —él asiente con convicción—. Haz como si ya no te interesara. En cuanto vea que has pasado página se dará cuenta de lo que ha perdido y entonces volverá a por ti.
—¿Y si no se da cuenta?
—Es que no te quería de verdad.
—¿Eres tan sincera siempre?
Niega con la cabeza ofendido y yo me encojo de hombros.
—La realidad duele.
—¿Y tú qué es lo que quieres exactamente de Jude? —contraataca y me doy cuenta de que su intención es dar la vuelta a la conversación.
—No lo sé.
Supongo que es lo único que puedo decir en estos momentos. Nunca me he parado a pensar en cómo tendría que hacer yo para conquistar a Jude. No hemos hablado tanto como desearía y sé que necesito a Wade para que me ayude a salir de mi caparazón. Si tan fácil es hablar con Jude como lo es con Skyhitter a través del teléfono, entonces solo tengo que dejar salir a Lioness96, pero... ¿cómo?
❤❤❤❤❤
—Me ha dicho que vendría —susurro a Abby mientras subimos a su habitación. Su madre no tiene que llegar hasta dentro de media hora, por lo que tenemos tiempo para arreglarnos.
—¿Y no te importa que esté aquí su ex?
No, no me importa porque no somos novios. Vale, eso no puedo decirlo.
—Me da igual —contesto y abro el cajón donde tiene su maquillaje.
—¿Me haces la trenza del otro día?
Abby tiene el pelo larguísimo y rizado. Lo suyo es un rizo bonito y bien cuidado, tiene paciencia para esas cosas. En cambio, mi pelo es lacio y sin forma. Es horrible. Mientras le hago la trenza, ella aprovecha para coger mi teléfono.
—¿Cómo le tienes guardado? ¿Cari? ¿Amor? ¿O solo por su nombre?
No ha acertado ninguna, pero tampoco quiero que lo viera.
—Ab, déjalo.
Trato de ser amable con ella haciéndola ver que no oculto nada, pero eso le parece sospechoso.
—Es curioso, no lo encuentro por la W.
Entonces empieza a sonar el teléfono avisando de una llamada entrante.
—¿Idiota? ¿Quién es idiota? —No me hace falta responder a la pregunta, ella misma se da cuenta—. ¡No me jodas!
Se empieza a reír como una loca, haciendo que su pelo se escape de mis manos y la trenza se deshaga.
—Ahora te peinas tú —digo mientras cojo el teléfono y descuelgo. Me alejo un poco de ella.
Al parecer Wade había estado llamando al timbre de mi casa y no contestaba nadie. Me resulta gracioso verle tan perdido y nervioso. Le indico dónde ir y bajo corriendo las escaleras para abrirle. Yo también me empiezo a poner nerviosa, pues tengo que presentarle oficialmente a la familia y no estoy preparada.
—¿Todo bien? —me pregunta antes de entrar al salón. Tiene el ceño fruncido. Se ha puesto camisa, ¿quién es este chico?
—Sí, claro.
Cuando entramos me coge la mano. Le miro un poco sorprendida, pero él tiene la vista fija en los demás. Algunos inflan globos para decorar el salón, otros sacan comida. Todos se giran para mirarnos y mi madre se acerca corriendo a nosotros. Ya se conocen, pero ahora que sabe que estamos saliendo es distinto y estoy segura de que va a interrogarle, para algo es abogada.
—Me alegro de volver a verte Wade, ¿quieres tomar algo? —Mi madre me mira y me pone la mano en el hombro—. Cariño, te le robo un momento.
Wade le sigue sin decir nada, pero cuando llegan a la cocina veo que parece bastante tranquilo. Solo espero que no le agobie demasiado o que le haga preguntas extrañas. Esquivo el sofá y miro los globos. Jude está con ellos. Tengo que aprovechar para acercarme a él, así que cojo un globo y empiezo a inflarlo.
—¿Wade Campbell? —habla Jude poniéndose a mi lado.
Trago saliva y aprieto la boquilla del globo con fuerza, pero se escapa un poco de aire sin querer. Me aclaro la garganta y cuando abro la boca vuelve a salir de mí esa voz de pito. ¿Qué me pasa?
—¡Atención, viene alguien! —dice Abby mientras corre para esconderse.
Todos nos agachamos, ocultándonos donde podemos. Como yo estoy al lado de Jude, tira de mí para que me esconda con él. Le miro y él sonríe haciendo que mi corazón salga disparado. Estamos tan cerca que temo parpadear por si resulta ser un sueño. Entonces la puerta de casa se abre y aparece Harper tras ella.
—He llegado en cuanto he podido —la escucho decir a su novio en un tono no muy simpático. Prefiero alejarme para no escuchar la conversación.
—¿Qué les pasa? —pregunta Wade cuando llego a su lado. He cogido dos refrescos.
—Creo que discuten —le explico, pero a juzgar por su expresión aquello parece alegrarle. Abre la lata y da un sorbo.
—¿Debería acercarme?
—Ahora no, espera a que se calme un poco —contesto bajando más la voz, no quiero que mi madre nos escuche.
Él asiente y se queda mirando a Harper como si intentara descifrar lo que dicen. Luego veo que se abrazan y Wade resopla. Supongo que simplemente han tenido una pequeña pelea. Un rato después Abby vuelve a avisarnos de que alguien viene y esta vez no es falsa alarma.
Comemos frutos secos y pizza. Bebemos y al final Abby sugiere jugar a un juego de dibujar. Al principio lo hacemos chicos contra chicas, lo cual al principio es buena idea, pero los mayores se acaban aburriendo y se marchan a la cocina. Jude y Wade se quedan como únicos integrantes del equipo y, por la cara de pocos amigos que tiene Wade y lo desquiciado que parece cada vez que Jude no acierta lo que ha dibujado, temo que en cualquier momento se acaben pegando o algo peor.
—¿Cambiamos de juego?
—¡Buena idea! —contesta Abby—. ¡Juguemos a las películas! ¿Parejitas?
—¿Va a venir tu novio? —dice Harper en tono despectivo. Ella sabe perfectamente que no tiene novio. Todos lo sabemos y, por su manera tan repelente de decir las cosas, sé que lo ha dicho para burlarse. Pero mi amiga es mucho más lista y sabe cómo vengarse sin tener que hacer nada.
—Perfecto, Harper empiezas tú —añade con sarcasmo. Coge una hoja que hay en la mesa del juego anterior y escribe la película sin que Jude lo vea: American Pie.
—¿Cómo mierdas voy a hacer esto? —se queja nada más verla.
—Seguro que se te da bien hacerla, debes tener práctica en este tema —responde mi amiga haciendo un gesto bastante obsceno con la mano y la boca.
Me tapo la boca intentando ocultar la risa, pero se me acaba escapando, pues la cara que tiene Harper es desternillante. La película que tiene que describir con gestos va sobre las actividades sexuales de unos adolescentes y lo salidos que están, tanto hombres como mujeres, quienes se acuestan con cualquiera. Por lo tanto, lo que ha hecho Abby es llamarla fulana en toda su cara.