-Seré directo. - el tono que utilizó el chico le asustó - ¿Qué pasó contigo y Sicheng en la despensa?
-¿Eh? En la despensa...
-Sí, cuando abrí la puerta estábais sin camiseta y tam-
-Ah... eso... - el japonés maldecía en su cabeza - Pues... en la despensa hacía calor.
Yuta rezó para que el chico a su lado creyera su mentira mal hecha.
-Mmm... voy a ser sincero contigo. - se detuvo y le miró a los ojos - Sicheng me lo contó todo.
-¿Eh...? - sintió como la angustia se apoderó de él. ¿Por qué haría Sicheng algo como eso? Podría poner en peligro sus carreras...
-Así que no hace falta que mientas. - observó como Kun le observaba esperando una respuesta.
-Yo... - el rubio se sentía atrapado en aquella conversación. - No se lo cuentes a nadie, Kun. Pueden despedirnos o cualquier cosa, - el castaño se sorprendió de la reacción de Yuta al agarrarse el cabello desesperado. Sobretodo porque Kun no tenía ni idea de lo que se traían esos dos entre manos.
Aquello parecía más serio que una simple discusión.
-Tranquilo, hyung. No se lo diré a nadie. - le dio unas palmadas en la espalda al japonés.
Se podría decir que Kun estaba kunfuso. Demasiado.
-Me voy. - Yuta apartó su brazo y se dio la vuelta.
-¿Qué? Pero esper-
-Sólo espero que lo entiendas. - el mayor dejó atrás al castaño que ni siquiera sabía en donde se había metido al entrometerse con aquellos dos.
Sólo esperaba que no planearan un atentado terrorista o algo parecido.