WILLIAM
Cuatro horas, cuatro largas horas Anna llevaba en trabajo de parto sin poder dar a Luz. Tenía ganas de asesinar al doctor que no dejaba de repetirle que se encontrara tranquila, que se relajara.
¿Cómo carajos iba a tranquilizarse si estaba a punto de tener un bebé?
En este punto ya había perdido de cuantas veces Anna había recalcado lo mucho que me odiaba, y si no fuera porque sabía que se encontraba en pleno sufrimiento, me lo hubiese tomado enserio.
Había logrado salir por algunos momentos, tiempo que aproveché para llamar a mis padres y a los de Anna para informarles sobre el estado de su hija, también había llamado a John y a Montse para informarles y ahora todos estaban reunidos en la sala de espera.
—No puedo —Solloza Anna en cuanto el doctor le pide que puje una vez más —Ya no puedo.
—Vamos nena, solo un poco más —Hablo ejerciendo un poco de fuerza en el agarre. Ella asiente.
Ahogo un quejido cuando ella ejerce fuerza sobre mi mano, estaba completamente seguro que un apretón más como ese y los huesos de mi mano no soportarían más.
Anna suelta una maldición entre dientes antes de dejarse caer nuevamente sobre la cama. Me sentía demasiado impotente por no poder hacer nada para ayudarla, simplemente brindarle mi mano y darle palabras de apoyo que estaba seguro en ocasiones no escuchaba.
Le habían aplicado la anestesia casi al inicio del trabajo de parto, sin embargo, yo no veía que estuviera haciendo algo. Anna seguía quejándose constantemente de los dolores y yo me encontraba en un estado de total ansiedad que no me permitía estar tranquilo.
Anna parecía poner más fuerza en mi mano cada vez, intentaba mantenerme tranquilo porque ella me necesitaba.
Ella necesitaba a alguien fuerte a su lado, y ese era mi deber. Aun cuando me estaba muriendo del miedo y la desesperación parecía querer dominarme porque no era fácil ver a la persona que amas sufrir yo tenía que mostrar fortaleza para ella.
Intentaba decirle las mejores cosas que podía, tomaba su mano y dejaba besos en su frente, pero nada de eso disminuía el dolor que yo sabía que estaba sintiendo.
—¡Ya puedo ver la cabeza! —Anuncia el doctor tras unos segundos. —Una vez más Anna, una vez más.
—Tú puedes —Pronuncio mientras envuelvo su mano con las mías y dejo en beso sobre estas. —Vamos cariño.
Anna suelta un grito de dolor y segundos después, un sonido glorioso reina la habitación.
Es el llanto de nuestra hija.
Siento como mis ojos inmediatamente se humedecen mientras miro en dirección al doctor quien envuelve en una manta a mi pequeña. Anna suelta un suspiro de alivio y deja un suave apretón en mi mano.
—Felicidades, son padres de una hermosa niña —Anna solloza cuando el doctor deja a nuestra pequeña en sus brazos.
Limpio mis ojos con el dorso de mi mano cuando las lágrimas nublan mi visión.
—Es tan pequeña —Susurra.
Asiento sin poder decir nada, el nudo que tenía en mi garganta por la emoción era tan intenso que apenas me dejaba pronunciar algo.
—¿Quieres cargarla? —Inquiere Anna. Asiento con entusiasmo.
Me inclino hacia ella para poder tomar a mi pequeña en brazos, cuando la tengo conmigo, muerdo mi labio inferior con fuerza.
Es tan pequeña, tan frágil. Mantiene los ojos cerrados mientras se remueve entre mis brazos.
—Bienvenida al mundo Jasmine —Susurro —Bienvenida mi pequeña flor.
ANNA
Observo con una sonrisa a Will, él sostiene a nuestra pequeña en brazos mientras le susurra algo que no logro entender del todo, desde que la enfermera había traído a nuestra hija a la habitación, Liam no se había separado de ella ni por un segundo.
La observaba con total adoración, la sonrisa de sus labios no desaparecía ni por un segundo y yo solamente podía sentir como la emoción en mi pecho crecía cada vez más.
—Creo que ya extrañas a mami —Murmura Will cuando nuestra nena comienza a llorar, camina hasta mí para dejarla entre mis brazos.
—Debe tener hambre —Respondo con una sonrisa.
Acomodo a Jas entre mis brazos para poder darle pecho, había decidido que al menos sus primeros meses de vida, la mantendría con leche materna en su mayoría. Había leído demasiado sobre el vínculo que las madres creaban con sus hijos al darle la leche de pecho y Will se encargaría de darle la leche en biberón cuando fuera necesario.
Mis padres habían venido por algunos momentos luego de que me trajeran a la habitación, pero no se habían quedado mucho tiempo, por otro lado, los padres de William parecían querer llevarse a nuestra pequeña Jasmine de inmediato.
—Al fin podemos pasar —Escucho las quejas de John. Miro en dirección a la puerta en cuanto esta se abre, él sostiene unos globos de color rosa y se los entrega a Will. —Oh, creo que llegamos en su hora de comida.
Una sonrisa se posa en mis labios mientras suelto una ligera risa. No pasa mucho tiempo hasta que mi pequeña se ha dormido y ha soltado mi pecho.
Es hasta ese momento en el que el mejor amigo de Will se acerca.
—¿Puedo cargarla? —Pide.
—Claro —Él estira sus brazos para poder acomodarla entre ellos, cuando la tiene, comienza a mecerla entre sus brazos mientras las comisuras de sus labios se curvan para arriba.
—Es completamente idéntica a ti —Exclama con una sonrisa mirándome por un par de segundos.
—Es hermosa —Susurra Kate mientras se coloca a su lado para poder mirar a nuestra pequeña.
Will se coloca a mi lado y toma una de mis manos mientras observa a la pareja hablarle a nuestra hija.
Estando ahí mismo es como si mi vida ahora estuviera completa, siento el pecho rebosar de alegría teniendo a mi esposo y a mi pequeña por fin con nosotros.
John y Kate no se quedan con nosotros mucho tiempo. Cuando se han marchado, Will se sienta en el borde de la cama con nuestra pequeña en brazos.
Lo observo cuando él parece absorto mirando a nuestra pequeña hija. ¿Quién iba a decir que este hombre iba a terminar siendo muy importante en mi vida?
¿Quién iba a decir que lo iba a terminar amando de una forma tan intensa como lo hago ahora?
—¿En qué piensas? —Cuestiona Will centrando su atención ahora en mí.
—En lo mucho que te amo, y en lo feliz que estoy en estos momentos. Es como si ahora mi vida estuviera completa ¿Sabes? Por mucho tiempo sentí como si algo me faltara, y desde que llegaste a mi vida todo eso cambio. —Will me observa con una sonrisa genuina en los labios.
—Eres el amor de mi vida Anna Blake. —Susurra. Sonrío mientras tomo la mano que él tiene sobre las sábanas.
—Y tú eres el mío William Blake, sin duda alguna eres el amor más bonito y real que he tenido en mi vida. —Él sonríe. Se acerca hasta dejar un cálido beso sobre mis labios.
Jasmine comienza a llorar nuevamente por lo que suelto una pequeña risa, Will me la entrega y la acomodo entre mis brazos.
—Las amo —Susurra Liam acomodándose a un lado en la cama. Lo observo con una sonrisa. —Las amo y prometo hacerlas muy felices, prometo ser el mejor papá mi pequeña flor —Susurra ahora pasando una de sus manos por la mejilla de nuestra hija.
—Lo serás y ella estará muy orgullosa de ti Will—Él me observa con agradecimiento antes de inclinarse hacia mí y dejar un beso que dura algunos segundos sobre mis labios.
—Gracias por llegar a mi vida y mejorarla en todos los sentidos Ann.—Murmura —Jamás podré terminar de agradecerle a Dios por haberte puesto en mi camino.
Y justo en ese momento, no puedo evitar sentirme la mujer más afortunada y feliz sobre la faz de la tierra.
¿Qué podía ser mejor que tener a mi esposo a mi lado y a mí hija entre mis brazos? Nada, estaba segura que absolutamente nada podía ser mejor que eso.___________________________________________________________________