Hace 4 años...
***Serina***
¡Vamos de camino a la playa! Sonnet, uno de mis mejores amigos, me ha invitado para ir con él y su madre a la playa Anhelosa. Uno de mis deseos más grandes, ya que la Ciudad Onírica queda muy lejos, y mis padres están muy ocupados todo el tiempo como para llevarme.
Vamos a alta velocidad por una calle que va directo hacia afuera de la transitada ciudad. El sol está en su punto más alto, es un día espectacular. Voy sentada en la parte trasera, junto con Sonnet. Su madre va adelante. Llevo mis lentes oscuros, ¡los que me encantan!
Tengo puesto un hermoso vestido blanco con puntos rojos, y llevo un sombrero también. ¡Estoy lista! Vamos gracias a que la madre de Sonnet pudo alquilar un apartamento justo frente al mar, a precio barato.
Sonnet tiene puesta música en sus audífonos, él tiene puesta una pantaloneta celeste y una camisa blanca. Todo resalta muy bien con su oscuro cabello, algo despeinado, y su sonrisa blanca. El auto de su madre huele bien. Es agradable.
—¿Quieres escuchar? —Se saca el audífono izquierdo—. Me puedo sentar en el medio.
—Claro. —Él se desabrocha el cinturón y se sienta junto a mí. Me pongo el audífono en la oreja, es una rítmica, alegre, ¡justo como para ir a la playa!
•—Empezar Música (Twin shadow - Saturdays)—•
—Abróchate el cinturón. —Su madre se voltea, y da la dirección.
—Sí señora, ya lo iba a hacer. —Sonnet tuerce sus ojos, se ríe.
Hay un auto viejo, de color rojo, justo detrás de nosotros... nos está pitando muchísimo.
—Hm... ¿qué pasa? —pregunta la madre de Sonnet molesta, saca su mano haciendo señal de que pueden pasarnos, pero las personas del auto siguen pitando.
***Duke***
—¿Por qué carajos esa perra es tan lenta? —Me quejo con pereza, tenemos que llegar a la Ciudad Desvaría cuanto antes.
—Ay, pásale y ya, andan relajados, van para la playa. —Julie señala lo que llevan en la parte trasera del auto, que se ve de buena marca.
—¡Despiértate vago! Tenemos que ir bien despiertos si queremos vender algo en esa fiesta. No todos los días es Halloween, ¿cierto? —Golpeo a Jerry, quien está sentado atrás, durmiendo.
—¿Eh? Sí, sí... —Está atontado, se limpia la baba que tiene en la mejilla—. La gente estará más propensa a comprar... y experimentar.
—Bueno, nos atrasaron suficiente. —Acelero para pasarles adelante. Justo cuando vamos junto a ellos veo a la señora, a la conductora.
—¡Perra lenta! —grita Julie con todas sus fuerzas, nos cagamos de risa.
—¡Jaja! Así se hace. —Tomo un poco de cerveza, y separamos nuestros caminos. Nos vamos por una división hacia la izquierda y ellos hacia la derecha.
***Serina***
—¡Insolentes! —grita la madre de Sonnet—. ¡Ugh! De seguro van drogados esos jóvenes.
—Tranquila, ya pasó... —Sonnet se molesta un poco, pero retorna a estar relajado.
—Si los tuviera en mis manos... —Gaven comenta, está sentado en frente, junto a la madre de Sonnet.
—Cálmate, ya pasó, ¿no escuchaste a Sonnet? —Trixie se ríe—. Nada nos va a arruinar este viaje.
Ella está sentada junto a Sonnet, al otro extremo de los asientos de atrás. Sonrío sin comentar nada. Trixie tiene razón, nada podrá arruinar el viaje. Habrá varias fiestas de Halloween en la Ciudad Onírica, pero nada se compara con estar en la playa, en la naturaleza.
Llegamos después de cinco horas de estar conduciendo. Llegamos al apartamento. Es blanco, parece estar construido de madera. Tiene solo una planta y es grande. Puedo escuchar las olas desde ahí.
Acomodamos todo, traigo comida para la noche, aparte de algunos dulces que a Sonnet y a mí nos encanta comer. Gaven y Trixie están sentados en un sillón blanco. Ahí puedo ver cómo contrastan sus vestimentas y personalidades. Gaven está viendo todo, como si dijera "nada mal". Trixie está fascinada con todo.
—Yo terminaré de acomodar. ¡Pueden ir a la playa! —La madre de Sonnet está en la cocina pequeña.
—¡Vamos! —Sonnet toma mi mano, me parece curioso, nunca lo ha hecho. Trixie levanta sus cejas y sonríe mientras nos ve alejándonos.
***Sonnet***
De camino a la playa Anhelosa teníamos que cruzar un pasadizo lleno de árboles y naturaleza. Estaba algo nervioso. ¿Sería el momento perfecto en ese lugar? ¿O tenía que esperar un poco más?
—Vamos entonces. —Serina se metió primero. Había mariposas de todos los colores a nuestros alrededores, aparte de diferentes tipos de colores. ¡Era muy especial! No estaba tan caliente, ya estaba bajando el sol de intensidad.
—Me encanta sentir la arena en mis pies. Es tan relajante... —Serina estaba descalza. Me quité mis sandalias para estar igual que ella, las dejé ahí para volver más tarde por ellas.
Seguíamos avanzando por el camino natural hasta llegar a la playa. Era enorme, kilómetros de nada, ni una sola persona presente. Había muchas palmeras a la orilla, y el agua era casi transparente. La arena era totalmente blanca.
—¡Ay, es preciosa! —Serina gritó corriendo hacia el agua. Su sombrero se veía hermoso, junto con sus lentes y su vestido. El celeste del cielo y el agua hacía que reluciera su belleza física—. ¡Vamos!
Corrí con ella, me quité la camisa y ella su vestido. Por dentro tenía un vestido de baño de color celeste. Nos metimos al agua sin dudarlo. Estaba tibia, perfecta. Había algunas estrellas de mar en la arena, bajo el agua.
Serina tomó una, la iba a sacar del agua.
—Espera, si la sacas del agua se secará. Eso lo estudié en biología ahora que estoy empezando. Soy todo un genio. —Me auto señalé riéndome.
—Oh... entiendo, pero no te creo mucho lo del genio. —Me lanzó agua en la cara—. ¡Jaja!
—¿Me la prestas? —pregunté tomándola. Era de color naranja. Podía sentir la textura dura y rugosa que tenía.
—Somos como las estrellas de mar algunas veces, ¿verdad? —preguntó Serina viéndola fijamente.
—Hm... ¿cómo? —Estaba curioso.
—Si nos sacan de nuestros ambientes, nos quedamos sin oxígeno. No estamos acostumbrados a salir de nuestra zona de confort. ¿Entiendes lo que digo? Es... casi loco. Somos frágiles como una patata frita. —Se empezó a reír.
—Una patata frita... sí, eso somos. Un par de patatas fritas en medio del mar. —Dejé la estrella de mar en el suelo marino, y empecé a flotar, viendo el cielo. Serina flotaba junto a mí.
—Ya casi es el atardecer... —comentó tomando un respiro.
—Sí, ya casi. ¿En dónde estará mi madre? —Me asomé hacia la costa. Ella estaba leyendo un libro sentada en una silla de madera, en la arena. Nos saludó con su mano, desde lejos.
Volteé a ver mientras el atardecer estaba a punto de empezar. Casi no tenía tiempo de ver atardeceres, en esos momentos del día me encontraba ocupado en la universidad o trabajando.
***Serina***
Estoy abrazando a Sonnet bajo el agua, hace un poco de frío. El agua se mueve suavemente, casi no hay olas, sin embargo, puedo escucharlas todavía a lo lejos, en las partes en las que las olas chocan con unas rocas.
—Un atardecer en la playa contigo, es muy especial —comenta Sonnet viéndome y abrazándome.
—¡Eh! ¿Y eso qué significa? —pregunta Trixie en la arena, está sentada junto a Gaven.
—Que le gusta, obviamente. Igual a ella también le gusta él, ¿no? —comenta Gaven cruzando sus brazos.
—Sí, ¡es perfecto! —El atardecer ha empezado. Todos los colores crean una explosión celestial en el firmamento, de colores rosas, naranjas y rojos.
Toda el agua se torna de naranja, mientras que el movimiento suave causa unas sombras de color azul oscuro, creando un paisaje de en sueños. Veo el reflejo de Sonnet en el agua, junto al mío. ¡Estoy enamorada!
—Espérate a que la madre se vaya al menos, ¡qué pena! —Trixie está muerta de risa, revolcándose en la arena.
—No, espérate a que él haga el primer movimiento, a ver si tiene huevos. —Gaven se voltea a ver la cabaña.
—Los atardeceres así no son como los de la ciudad. —Sonnet suspira, está nostálgico. El sol está ocultándose lentamente en el horizonte. El enorme titán rojo ha cumplido por hoy—. Creo que este es el más fuerte y hermoso que he visto.
—¡Miren! —Su madre está hablándonos, sosteniendo su celular, tomando fotos—. Dicen las noticias que este atardecer es el más hermoso en cinco años, y lo estamos viendo en primera fila.
El atardecer termina. La luna sale, y está haciendo mucho frío. Hacemos una fogata y cocinamos malvaviscos. La madre de Sonnet está en el apartamento, dice que tuvo suficiente por hoy y que quiere dormir. Ya hemos comido la cena.
—¿Recuerdas las fogatas de cuando estábamos en el colegio? —pregunta Sonnet nostálgico, las llamas del fuego se reflejan en sus ojos como espejos.
—Sí, buenos tiempos. —Pego una mordida a un dulce.
—¿Vamos a caminar? —pregunta él—. Tengo una sorpresa.
—¡Ah! ¡Ya se va a atrever! —grita Trixie saltando cerca de nosotros.
—Vamos. —Lo sigo.
***Sonnet***
Estaba nervioso por obvias razones. ¡Quería pedirle a Serina que fuera mi novia! Empezamos a caminar hacia el mar. Mientras pisábamos, el suelo se iluminaba de una manera mágica.
—¡Wow! ¿Qué pasa? —Serina se restregaba los ojos.
—¡Es real! —reí—. Son los plancton reaccionando a nuestro contacto. Es una maravilla de la naturaleza. Por eso la playa se llama "Anhelosa", porque todos anhelan ver este fenómeno, pero sólo se da en fechas específicas como esta.
—Increíble... —Ella veía todo maravillada, de esa manera tan especial que veía el mundo.
—Eh... yo... —Me trabé. No sabía qué decir.
—¿Qué? —Ella tomó mis manos, era evidente que sabía mis planes.
La besé sin pensarlo dos veces. Nos empezamos a besar bajo el brillo de la luna, y sobre el brillo del plancton, creando una escena maravillosa, que siempre había querido crear para mi primer beso con ella.
—Bueno, te tomó tiempo, ¿no? —preguntó ocultando una risilla.
—Sí... perdón... —reí. Seguimos besándonos.
—Te quería preguntar... ¿quieres ser mi novia? —Solté la pregunta al fin.
—¡Claro que sí! ¡Seamos novios! ¡Te quiero mucho Sonnet! —gritó abrazándome, con esos abrazos tan sinceros como siempre.
—Yo también. Daré lo mejor de mí, lo prometo. —Duramos abrazados unos cuantos minutos, y luego regresamos al apartamento. ¡Estaba muy feliz! Había cumplido una de mis metas desde que había conocido bien a Serina.
Habíamos intentado contactar a Lyra, para contarle lo romántico que había sucedido en aquella noche de Halloween... pero ella no contestó en toda la noche...