Beautiful Liar #CreativeMinds...

By Roxeel

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La venganza era algo de lo que se arrepentiría toda su vida. Las mentiras eran una hermosa fantasía. La verda... More

Mentira

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By Roxeel


Inspirada en la canción Beautiful Liar de VIXX LR.


Estaba bien... si... TENÍA que estar bien...

Tomar el valor para decir esas palabras... esas crudas palabras que tenían tanta verdad como... como una hermosa mentira.

... Porque sí, las mentiras son hermosas cuando la verdad es la realidad de la quieres escapar.

Porque... ahora sería su última mentira... de las tantas que ocultaban la realidad.

Su fiera mirada de un rojo fuego se veía apagada por el miedo, la desesperación y el más puro arrepentimiento... pero algo había... algo que se opacaba con todo su sentir.

El saber que todo era su culpa, su maldita culpa era algo que tendría que cargar hasta el día de su muerte. El sentirse morir estaba bien... así sabía que aún seguía vivo cumpliendo su castigo.


It's a beautiful lie,

Mi última mentira que me duele hasta morir, me oculto atrás

Debajo de una máscara por ti.


Dolía... dolía más que una golpiza, más que un disparo... su corazón se rompía a cada lagrima bajar por sus ojos... Dolía hasta morir.

Pero no podía arrepentirse, no claro que no. Lo que quería era que él fuera feliz, realmente feliz, pero él era un desgraciado que arruino su vida con puras mentiras.

Debía ser fuerte, tenía que serlo, porque el dolor no se iría, las palabras estarían dichas y él debía ponerse su mejor mascara porque... seguramente lloraría en lo que quedo de su corazón.

-Kacchan... por favor – el chico pecoso a su lado no paraba de suplicar que parara - ¡Kacchan! ¡Detente! – sus lágrimas no dejaban de bajar de sus verdes ojos.


Mientras yo me miro al espejo me vuelvo a preguntar

¿Serás feliz completamente si esto terminara?

Me alejare de ti por completo yo

Porque lo que tú necesitas es un tiempo de calma

Dije todas esas cosas sin siquiera pensar

Es como ver tu expresión otra vez

Cuando te alejabas a gritos

Estoy rompiendo cada uno de nuestros hermosos recuerdos

Aún no imagino una vida lejos de ti

Mira por favor tienes que ser feliz

Así al menos, mi mentira podrá brillar.


El rubio no dijo nada. Hacía ya un tiempo que a su lengua la dejo ser libre, despotricando contra el menor todo el tiempo, haciendo que lo odiara, pero siempre lo tomaba como una broma o un mal día... por muy cruel que el fuera, pero quizás ahora sí sus palabras terminarían por romper la hermosa fantasía de sus mentiras.


Tus manos hoy voy a soltar

Mi corazón te ama

Aun así yo me iré

Tus manos hoy voy a soltar

Mi corazón te ama

Lo mejor es que esto termine, ahora es el final.


Katsuki mordió su lengua, su mirada llena de enojo se dirigió al menor que recogía los trozos de vidrio roto, mientras sus ojos rojizos por el llanto se volvían opacos... Eso no le gusto, y sabía que era por su culpa.

Cerró la puerta de un portazo.

No quería cometer una estupidez, no quería que su mentira fuera destapada, no quería reconocer que por su culpa... mataba poco a poco lo único que amaba.

"-¡Kacchan! ¡No hagas eso! – Izuku golpeo cariñosamente la mano del cenizo – Hace cosquillas... - las risas no se hicieron esperar después de esas palabras. Le encantaba escuchar la risa del menor, le encantaba verlo reír, le fascinaba esas mejillas pecosas sonrojarse por la falta de aire al reír, y por sobre todo, amaba a la persona que provocaba todo eso en él."

"–Kacchan...- el peliverde una vez más estaba a su lado, en la cama, acariciando su cabello de forma maternal – Solo fue una pesadilla... - su dulce voz arrullándolo, espantando sus miedos, sus recuerdos... su realidad."

"-Kacchan... - Midoriya tenía sus ojos llenos de lágrimas, sus mejillas se encontraban de un hermoso rosa y él completamente rojo de la vergüenza mirando hacia otro lado.

-¡Solo di que sí! – le exigió por la desesperación de no escuchar respuesta alguna.

-¡Claro que sí! – Izuku se lanzó a los brazos del hombre que le dio sentido a su pobre vida – Te amo.

-Sabes que no lo diré de nuevo... - el cenizo cerro el nuevo lazo entre ellos con un dulce beso que decía claramente "Te amo Deku", porque él no le dio permiso a su boca para decirlo."

Golpeo con fuerzas el espejo frente a él. Lo odiaba... odiaba todo, su situación, lo que paso, sus recuerdos, sus mentiras, su realidad... su vida.

Lo amaba, tanto que prefería ser el monstruo de las pesadillas de su amor, prefería ser odiado por él, que con solo verlo diera media vuelta y se fuera, porque así no podría dañarlo con sus mentiras, no claro que no. Él era un maldito cobarde para enfrentar la realidad sin ocultarse.

Quizás si no hubiera sentido nada, si no hubiera aceptado esa misión... no, él hubiera no existe... porque lo que hizo ya está hecho, algo que le dice que las decisiones que tomo fueron las peores, pero... no hay oscuridad sin luz.

Izuku era su luz, su camino al arrepentimiento de decisiones pasadas, pero su oscuridad era más grande para una pequeña luz que comenzaba a apagarse.


It's a beautiful lie,

Mi última mentira que me duele hasta morir,

Me oculto atrás, debajo de una máscara por ti

Está bien si tú me quieres dejar

Que seas feliz es lo que yo quiero

Oh soy, I'm a beautiful

I'm a beautiful liar.


Miro hacia el espejo roto, su cara demacrada era hermosa comparada con su alma destrozada.

Lentamente se dejó caer en el suelo. Llevo sus rodillas hasta el pecho mientras las abrazaba y comenzaba a llorar con su cara oculta entre sus brazos.

No quería... no quería dejar las cosas así, dejar a un inocente consumirse en el odio y la ignorancia de no saber que hizo mal... porque no hizo nada mal.

-Dios... - levanto su mirada hacia el techo – si en verdad existes... - su voz salía estrangulada y aguda – no lo dejes solo... como lo hiciste conmigo.

Quizás la forma en que estaba haciendo las cosas no fuera la mejor. Salir corriendo se veían tan aceptable como el afrontar la verdad, pero su perturbada mente no le dejaba darse cuenta del gran error que cometía con cada paso que daba.

Lloro lo que quedo de la tarde y par de la noche.

Despertarse en medio de gritos y sudor, era tan cotidiano desde que se enteró del plan del loco mercenario que lo metió en todo eso.

-¡¿Kacchan?! – Deku entro en la habitación que era de Katsuki antes de que comenzaran a salir - ¿Estas bien? – el menor se acercó hasta el cenizo que se encontraba sentado en el suelo alrededor de pedazos de espejo.

"Solo una vez más"

Katsuki simplemente no pudo seguir reprimiendo sus lágrimas, en verdad dolía... dolía demasiado.

Intentas no llorar más

Porque estoy contigo yo

Fue una inesperada línea

Que nos llevó a cambiar el chapter

Me dijiste que me arrepintiera

De las palabras que ya mencione

Como si te aferraras a mi rostro

Y al suelo cayendo.

Izuku no espero una invitación.

Esquivando pedazos de espejo, se posiciono al lado del mayor mientras lo rodeaba con sus brazos. No le gustaba verlo de esa manera, sentía que era él el que necesitaba consuelo.

-Ya... estoy contigo... - susurraba quedito mientras comenzaba a mecerse suavemente – No iré a ningún lado... estaré contigo siempre – puede que Katsuki se estuviera comportando como un completo tirano, pero eso no era un impedimento para seguir amándolo.

Bakugo lloro amargamente en los brazos del contrario. No quería dejarlo, no quería irse, no quería dañarlo, pero por sobre todo, quería verlo feliz y él no era alguien que pudiera traerle felicidad a su vida.

"Solo una vez más..."

Esto no es como yo lo imaginé

Siento que ya no te puedo ni mirar

Soy como un perro atado y solitario

Así me trago lo que siento

Te dejo marchar para que seas feliz si

Estarás mejor promételo

Pero cuando te lo digo te miro

Y tú ya te has marchado.

Al día siguiente Bakugo no salió de su habitación, aun cuando Izuku trato por todos los medios de sacarlo, él no cedió ante la insistencia del otro.

Izuku tuvo que ir a su trabajo con una opresión en el pecho. La noche anterior había sido uno de los más desesperantes desde que descubrió las pesadillas del mayor. Verlo llorar como un niño pequeño desesperado era algo que no quería recordar.

-Kacchan... me iré ahora – no escucho nada del otro lado de la puerta – volveré en un par de horas, si necesitas algo no dudes en llamarme.

Midoriya salió de su hogar cabizbajo sin respuestas del otro individuo viviendo en ese lugar.

-"Mentiroso... dijiste que estaría conmigo por siempre..." – Katsuki estaba hecho un ovillo sobre su cama desecha.

No tenía ganas de nada, si por el fuera, dejaría de respirar, lástima que era un acción involuntaria que su cuerpo hacía.

Bzzzz

Un mensaje entrante en su celular se dejó presenciar. Con lentitud abrió el mensaje de un número desconocido.

"Tienes dos días.

Recuerda lo que hablamos."

Katsuki lanzo el teléfono contra la de enfrente, logrando que el pobre aparato terminara destrozado junto a los trozos de vidrio.

Odiaba su vida. Odiaba su situación. Odiaba el maldito segundo en que dijo que sí.

No me aferraré a ti, otra vez sonreiré,

Este, soy yo,

No esperes déjame, ahora.

Izuku estuvo distraído durante todo el día, apenas lograba concentrarse en su trabajo y de milagro no termino debajo de las ruedas de un auto al cruzar la calle en rojo.

Realmente estaba preocupado por Kacchan, sabía que dejarlo solo después de una crisis no era algo bueno, podía sentirse vulnerable y hacer cosas que no quería hacer en verdad.

Los últimos días había sido un suplicio para el peliverde. Tener que soportar la muy volátil personalidad del cenizo potenciado por sus crisis era algo que comenzaba a destrozarlo.

Quizás sus amigos tenían razón cuando le decían que era un terco cabeza dura, pero era gracias a eso que logro estar junto al cenizo.

No pudo evitar sonreír al recodar todos los intentos de conquistas hacia el mayor, obviamente todas terminaron en vergonzosos fracasos, pero alguno tuvo que funcionar si logro hacerlo su novio.

Su sonrisa se borró por completo al ingresar a su hogar. El lugar estaba en penumbras pero podía ver unos bultos cerca de la entrada.

A tientas logro llegar al interruptor y prender la luz. Su cara se desfiguro en el más puro horror. Por el suelo se encontraban todas las fotos que tenía con el cenizo completamente rotas, otras chamuscadas. Los regalos que él tantas veces le dio al mayor también se encontraban metidos en una bolsa plástica semitransparente, junto a una gran maleta.

-¿K-Ka-Kacchan? – llamo aterrado de lo que mente comenzaba a procesar. No podía ser cierto. ¿Qué fue lo que hizo mal?

Las lágrimas no se hicieron esperar en sus preciosos ojos esmeraldas.

It's a beautiful lie,

Mi última mentira que me duele hasta morir,

Me oculto atrás, debajo de una máscara por ti

Está bien si tú me quieres dejar

Que seas feliz es lo que yo quiero

Oh soy, I'm a beautiful

I'm a beautiful liar.

Bakugo escucho como la puerta principal era abierta, sabía que había llegado el momento... un estúpido momento que nunca debió existir.

La voz temblorosa del menor llego a sus oídos. Mordió con fuerza su labio inferior, no podía derrumbarse ahora, no en ese momento. Necesitaba decirle toda la verdad, toda la realidad de su mentira.

El pecoso llego hasta él en medio de la sala de estar. Su mirada acuosa por las lágrimas taladró hasta su destrozado corazón. No podía flaquear.

-K-Kacchan... ¿Qu-Qué está sucediendo? – La desesperación hizo presencia en su voz temblorosa.

- ... - Era ahora o nunca – Sabes muy bien lo que está sucediendo. – Se mantuvo estoico de brazos cruzados ocultándose en las sobras que le regalaban los estantes y la poca luz que ingresaba por las cortinas.

-S-Si hice algo mal... dímelo. – Todo su cuerpo comenzó a temblar gracias a los espasmos de su llanto.

-"No has hecho nada malo..." – Las palabras se le atoraban en la garganta. Como anhelaba decirle que él no tenía la culpa de nada, pero solo empeoraría las cosas.

Sin poder decirle lo que quería en palabras, le entrego una carga escrita a su puño y letra.

Izuku se negaba a recibir la carta. No podía hacerlo.

Katsuki estrelló el papel contra el pecho del otro. Sus ojos fuego se encargaron de transmitirle la amenaza silenciosa que obtendría si no leía el contenido de esa carta.

Es hermoso el hecho de

Que un día me amaras

Los trozos que quedan de mi corazón te voy a dar (x2)

Se dirigió a la puerta, tomo la bolsa junto a la maleta, dispuesto a salir de esa casa y nunca más volver.

Salir significaría nunca más volver a verlo. Quedarse significaba la muerte para ambos. Prefería largarse y morir, que saber que moriría junto a su pequeña luz.

Una mentira más, una mentira menos no cambiaría nada en su podrida existencia.

Con cadenas en mis piernas

Es parecido a lo que era yo atrás~

Das la vuelta y corres hacia acá

Al llegar delante de mí sonríes y me dices que no siga mintiendo.

Izuku abría cada vez más sus ojos ante cada palabra que sus ojos captaban. No podía ser cierto, él no podría saber todo eso, porque no estuvo ese día... no podía haber estado ese día a menos que... que si estuviera.

-Mientes... - sus labios dejaron la mentira que se quería creer. Solo podía estar mintiendo y ser una muy extraordinaria coincidencia lo que esa carta decía.

-... Las mentiras son una hermosa fantasía... - se giró mientras le dedicaba su última sonrisa con una extraña mezcla de alivio - ... La verdad una cruel realidad.

-Vete... - Izuku se dejó caer de rodillas en el suelo - ¡Sal de este lugar! – Sus palabras solo destrozaron lo último que lo ataba a querer seguir adelante - ¡No te quiero volver a ver! ¡Nunca! – El llanto no se dejó esperar

Katsuki no se hizo de esperar. Agarrando muy bien sus objetos personales, salió de esa casa por última vez antes de cerrarla, dejando en su interior a la persona que logro quedarse con su corazón.

It's a beautiful pain, tener que dejarte ir

Matándome a mí mismo, aguantando llorar

Me pongo una máscara sonriente

Me siento aliviado ahora

Por mí no te preocupes más

Oh soy, I'm a beautiful

I'm a cowardly liar.

Ja.

Si tan solo no fuera un vil cobarde las cosas no hubieran terminado de esa manera.

Miro hacia abajo. El vértigo era una sensación de adrenalina extrañamente excitante para él.

Si tan solo le hubiera dicho la verdad desde un principio, ahora no estaría sufriendo por sus errores, porque le menor no tenía la culpa de haber conocido a un cobarde mentiroso.

Sentir el repentino golpe de aire en su cara al caer fue lo último que sintió antes de sentir el frio impacto.

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