Chicas estoy de nuevo con este fanfic, espero que les guste, pero antes de leer: AVISO DE LEMON, está bajo su responsabilidad leer o no.
Besos!
Asile-chan
Días después de esa declaración, en la cual ambos aceptaron a su forma los sentimientos que tenían por el otro, a ojos de la mayoría nada había cambiado entre ellos, las únicas tres personas que lograron ver su leve diferencia fueron Erwin, Hanji y Armin. Los primeros dos llevaban tanto tiempo conociendo a Levi que era imposible que pasaran por alto las miradas de complicidad que le daba a Mikasa Ackerman, así como la nueva cara de tranquilidad que pudieron ver en ese rostro tan duro; por su parte, Armin tenía doble ventaja para darse cuenta del nuevo estado de animo de su amiga, pues se conocían desde niños, y a eso había que sumarle que es un chico sumamente observador. El día del beso de Annie y Eren, él se encontraba en su habitación, un poco cansado, pero cuando Eren le contó lo sucedido, de inmediato el salió a buscar a Mikasa, pensando en lo traicionada que ella se sentiría por lo que hizo su hermano, tardó un poco en llegar, mientras mentalmente se preparaba para lo peor; esperaba ver a Mikasa hecha una furia, a su manera claro, pero muy al contrario de esa reacción, ella se veía tranquila, un poco de confusión abarcaba su rostro, pero incluso un leve sonrojo se posaba en sus mejillas.
FLASHBACK
-Mikasa, ¿Estas bien?—fue lo que le preguntó a su querida amiga, un poco extrañado al verla, él sabía de antemano que ella debía estar enterada del beso que su hermano y su enemiga se dieron, no tenía idea que ella había visto en primera persona todo el espectáculo, pero en el cuartel los chismes vuelan más rápido que él capitán Levi en el equipo de maniobras tridimensionales, y estaba seguro que no faltaría quien le contase todo a ella.
-Sí—fue su corta respuesta, pero no sonaba molesta.
- T-tu sabes lo del beso ¿cierto?—le preguntó sigilosamente.
-Si, lo se Armin, pero no tienes nada de qué preocuparte—contestó poniendo su mano en el hombro de su amigo, entre tantas emociones, olvidó por un momento que de seguro Armin vendría tras ella cuando supiera del beso; él siempre se preocupaba mucho por ambos.
-Mikasa, sabes que puedes contarme cualquier cosa—dijo luego el rubio, tenía la impresión de que algo pasaba para que la azabache no estuviese molesta después de lo que pasó; además, había visto al capitán Levi viniendo de esa dirección cuando él se dirigía para allá, y aunque tal vez podría ser solo una coincidencia, algo dentro de él le decía que tal vez la calma de su amiga se debía a su capitán.
-Lo se Armin, gracias, pero por hoy desearía descansar, ha sido una noche confusa—fue lo último que dijo la chica antes de marcharse a su habitación.
FIN DEL FLASHBACK
Él tenía el don de saber cuándo dejar de insistir, con el paso de los días descubrió que su teoría sobre el hecho que la presencia de Levi haya sido lo que causó esa actitud en Mikasa esa noche se fue comprobando; pues ambos se miraban en complicidad y además que a veces ambos lanzaban una que otra sonrisa bien oculta cuando creían que nadie los miraba.
Por otro lado, Levi y Mikasa habían quedado en no decirle nada a nadie, mientras no se les preguntara, ellos no estaban escondiendo su relación, de eso nada, pero siempre mantenían su distancia y serenidad en el campo de batalla y los entrenamientos, no querían que sus sentimientos los desconcentraran de alguna forma. Además, dejarían que los demás tomasen la iniciativa si querían saber que pasaba entre ellos, pues no eran del tipo de personas que iba por la vida contando que al final de todo ambos estaban enamorados y felices; eso era "una total cursilería" ante los ojos de ambos.
Tal como Mikasa lo dijo esa noche, durante el día tenían mucho trabajo y a veces no se miraban, pero en la noche era algo diferente, se encontraban siempre en el mismo lugar, para luego irse a dar una vuelta a los alrededores, a observar las estrellas o a tomar una taza de té al cuarto de Levi; se les iba parte de la noche entre historias sobre su vida y besos, si, principalmente besos, amaban sentir los labios del otro, la cercanía de sus bocas; la pasión que las últimas noches irradiaban, pero sin llegar a nada más, aún ese paso no había sido dado, pero a ninguno de los dos le importaba, silenciosamente pactaban que sucedería cuando debiera de suceder y que no había porqué forzar nada.
Y para suerte de ambos, ese paso estaba más cerca de lo que creían:
POV MIKASA
Este era sin duda uno de los días más cansado que tuve en la semana, el entrenamiento fue el doble que días anteriores, pues se acercaba una importante expedición, y a eso le debo de sumar que Eren de nuevo protagonizaba otra de sus escenitas cursis con Annie a la hora de la cena, no me molestaba que ellos tuvieran una relación, después de todo si Eren era feliz no podía hacer nada, pero sí me incomodaba que demostraran su amor de esa forma tan cerca de mí, desde que acepte las disculpas de Eren, él trae siempre a la rubia para unirla a nuestro grupo e insiste en que nos hagamos "amigas".
FLASHBACK
-Mikasa, espera—me gritó mi hermano mientras venía a mi alcance la mañana siguiente luego del beso que él y mi enemiga se dieron.—hablemos—dijo y nos dirigimos hacia una banca para sentarnos , yo no tenía intención de ignorarle, había pensado mucho la noche anterior, y al final me di cuenta que nadie decide de quien enamorarse.
-Dime, Eren—dije dándole la pauta para hablar.
-Veras, estem, yo bueno se lo mal que tu y Annie se llevan, pero necesito que me entiendas por favor—decía sin saber cómo decírmelo, así que decidí intervenir.
-Sé del beso Eren, no necesitas decir nada más—dije mientras lo miraba comprensivamente.
-Tú, yo, lo siento—fue lo único que la parecer atino a decir por la sorpresa.
-No te disculpes, uno no decide a quien amar, se feliz, te prometo que no le haré nada a Annie—dije tranquilizándolo.
-Gracias Mikasa—me dijo más alegre mientras se levantaba y me abrazaba—ahora vamos, o el capitán Levi nos regañara—dijo mientras corría hacia el campo de entrenamiento, mientras yo me quede todavía sentada un par de segundos, mientras sentía como mi corazón sentía calidez y nervios al escuchar ese nombre.
"Levi..."
Fue lo que dije al ver que no había nadie cerca para oírme, mientras me dirigi ahora si a entrenar.
FIN DEL FLASHBACK
Como si fuera poco, tampoco había visto a Levi en todo el día, parece que había salido a una corta exploración como preparación, no es que lo necesitara, pero siempre lo hacía. Sin esperanza de verlo decidí dirigirme a mi habitación, pero al ultima hora puse a prueba mi suerte y fui al lugar donde siempre nos encontrábamos. Para mi suerte se encontraba ahí, recostado contra la pared y la cabeza hacia arriba. Al sentir mi presencia volteó y me miro directo a los ojos, con su usual pose de seriedad:
-Al fin apareces mocosa-dijo serio, pero sabía bien que estaba tranquilo.
-Pensé mucho en si te encontraría o no—dije mientras me acercaba y le daba un beso en los labios.
-Da igual, aquí estoy, vamos a mi habitación, no tengo humor de salir hoy—dijo y emprendimos camino a su recamara, siempre tan limpia y ordenada. Entre y me acomodé en el sillón de siempre, mientras él preparaba algo de té para ambos; luego vino a sentarse a mi lado y hablamos por un tiempo, de todo lo que en el día había ocurrido y otras vanalidades.
-El entrenamiento de este día fue agotador—dije mientras me acomodaba más en el sillón.
-Puedes recostarte en la cama mocosa o tu espalda dolerá—dijo mientras se levantaba para llevarse las tazas.
-Estoy bien aquí, si me recuesto, posiblemente me duerma—le respondí mientras veía como se dirigía de nuevo a mi lado.
-Mocosa, no seas tan testaruda, solo duérmete entonces—dijo y vi cómo se acercaba para halarme hacia su cama, pero yo no me sentiría cómoda durmiendo con el mientras ambos estábamos tan cansados, pero recordaba que estaba hablando con el gran capitán Levi, quien no aceptaba un "No" por respuesta, pero yo tampoco cedería, una de nuestras actividades más importantes y recurrentes era medir fuerzas y orgullos, y por mucho que nos enojáramos en el proceso, siempre terminaba siendo divertido.
Opuse resistencia durante más tiempo, mientras el también hacia fuerza para que yo me rindiera, mientras más pasaban los minutos y en un movimiento no planeado, solte mi agarre y como respuesta, caímos ambos al suelo, pero yo no sentí ningún golpe, me tenía fuertemente abrazada para que no me golpease, y cuando reaccione, vi que nuestros labios estaban a pocos centímetros de distancia; cerrando ese espacio, lo bese y el me correspondió al instante, primero de forma lenta, normal en nosotros, pero luego iba subiendo de intensidad, mientras metía su lengua en mi boca y yo copiaba sus movimientos.
Pasamos así casi 5 minutos, sin darnos tregua, respirando unos pocos segundos para volver a besarnos con cada vez más deseo; luego sentía como sus manos comenzaba a subir y bajar de mi cintura hacia mi trasero y mi cuello, cada vez que me tocaba sentía como una corriente recorría todo mi cuerpo. Ya lo suficientemente excitados, Levi se levantaba del suelo sin soltarme y al estar de pie me guío a su cama, esta vez sin ninguna resistencia, lo seguí y ahora yo quede abajo, mientras él se posicionaba arriba de mí y me seguía besando y tocando, yo por mi parte comencé a pasar mis manos por su bien formado pecho, deseando poder verlo. Al parecer el entendió mi deseo y se iba separó de mi para desabotonarse la camisa y quitarse las botas, quedando solo en pantalones, mientras yo me deleitaba con la vista que me ofrecía: un pecho bien trabajado, un abdomen marcadísimo y unos brazos y hombros fuertes y varoniles.
De pronto sentí como comenzaba a rozar mis pechos aun con mi camisa puesta, causándome escalofríos, eran sensaciones indescriptibles y nuevas para mí. Comenzó a abrir los botones de mi camisa uno por uno hasta quitármela completamente, luego quito mi sujetador y se quedó por un momento viéndome; mientras yo comenzaba a ponerme nerviosa al ver su mirada tan atenta en mí.
-Eres hermosa—dijo al momento que comenzaba a depositar besos en mi pecho y abdomen—todo de ti lo es—seguía y un leve gemido salió de mi garganta al sentir como con pasaba su lengua por mis pezones, para luego tomar uno con su boca, succionándolo y apretando el otro con su mano.
-Levi—fue lo único que atine a decir, lo que estaba sintiendo no me dejaba pensar con claridad.
Paro su trabajo con mis pechos y empezó a bajar mi pantalón, mientras luego iba a quitarse el suyo, pero yo me adelante y comencé a bajárselo, pasando mis manos por su piernas, igual de fuertes y trabajadas. Después de terminada mi tarea, volvió a recostarme y comenzó su camino desde mis piernas hasta mi intimidad, bajando la única prenda que me quedaba con la boca, haciéndome sentir la cercanía de su rostro.
Luego sentí como abría mis piernas y las levantaba un poco, para luego sentir como su lengua pasaba por toda mi intimidad, rozando cada detalle y pliegue del lugar, dejándome más excitada y haciéndome sacar más gemidos.
Comenzó a meter y a sacar su lengua, para luego, meter uno de sus dedos, sacándome un gemido más fuerte, al principio fue incomodo, pero mediante me acostumbraba sentí otro de sus dedos estimulándome, dejándome caer en el placer que me estaba provocando. Después de un rato haciéndome sentir en las nubes, se alejó un poco de mí y se posiciono dispuesto a penetrarme, pero antes de entrar me preguntó:
-Dolerá un poco— dijo con cierto aire de duda en su voz, como esperando a ver si yo me arrepentía, pero yo asentí, segura de lo que quería.
Sentí como poco a poco iba metiendo todo su miembro, sacándome un gritillo de dolor al llevarse mi virginidad en el camino, dolía y mucho a decir verdad, pero una vez estando totalmente adentro, se detuvo, esperando a que me acostumbrara. Tomé mi tiempo y cuando sentí que el ardor y la incomodidad disminuían, comencé a moverme para darle la pauta de seguir, primero lo hizo lento, para luego subir la velocidad entre mis gemidos y los suyos.
Era un vaivén lleno de deseo el que nos unía, llenando su habitación de gemidos, gozando el cuerpo del otro, hasta que la pasión nos inundó completamente y logramos el orgasmo, primero yo y segundos después él.
Él se separó de mi rompiendo la unión para luego recostarse a mi lado y abrazarme.
-Fue grandioso—dijo—pero recuerda que mañana posiblemente tu cuerpo duela—termino y dejaba un beso en mis labios.
-Lo sé, pero fue increíble—le respondí para luego mirarlo a los ojos, no existía la palabra adecuada para decir en estas situaciones, pero con solo mirarnos a los ojos entendíamos lo que el otro sentía.
-Ahora, a dormir—dijo mientras se acomodaba un poco la almohada para darme espacio a mí también.—al final dormirás conmigo, mocosa—me hablo campeón, pero estaba muy cansada para objetar algo, solo atine a cerrar los ojos mientras sonreía un poco.