Intentaré ser simple y conciso.
Tus piernas son una fantasía.
Sí, por más que intentes negarlo con esa absurda idea de que no tienen forma, sí la tienen. Los contados pantalones skinny que llegas a llevar a la escuela me lo demuestran. Están torneadas, con la musculatura necesaria para tu complexión y te crean una figura que muchos envidian si me pongo a sumar tus puntos anteriores junto con este. No tengo nada más qué decir sobre ellas, o más bien, sí tengo pero prometí no volver a sobrepasarme a lo bestia como lo hice con tus caderas.
Aunque no me abstendré de notificarte que en mis más oscuras fantasías, por lo general tus piernas están en torno a mis caderas o sobre mis hombros. Perdón por el atrevimiento de esa confesión, pero se ameritaba para que entiendas aunque sea un poquito el por qué tus piernas no son un defecto, y sobre todo, que no están deformes.
Son perfectas para ti, para tu figura y para mí también, cabe aclarar.