Era una mañana tranquila para todos en aquella hermosa ciudad
Los pajaros trinaban y las alarmas sonaban anunciando el momento en el que debias de levantarte y prepararte para ir al trabajo o al instituto
Las señoras iban a preparar el desayuno mientras rogaban para sus adentros que sus retoños ya se hubieran levantado de la cama para que de esa manera no llegaran tarde al colegio, y al mismo tiempo los señores se despertaban con la alegria tatuada en sus rostros ya que habia llegado fin de mes y eso solo significaba que el dinero anhelado ya se encontraba en sus cuentas bancarias
Todo iba al pie de la letra.... y hubiera sido un dia maravilloso para la familia Peters, a no ser por que la menor de la familia habia despertado...
-Me cago, me cago, me cago, me cago- pronunciaba la pequeña Paola mientras abria ferozmente la puerta del baño y bajaba sus pantalones
-Santa cachucha un minuto mas y me cagaba en medio del pasillo-dijo mientras que con aburrimiento veia las cosas de las que estaba rodeada, un aromatizante, un bote de basura, una revista que ya se habia leido, al menos, unas 10 veces...
-Definitivamente debo de pasar por una nueva revista, pero por el momento no puedo quejarme, esto es lo que hay- y justamente cuando se estaba inclinando para coger la revista su mirada se topo con la cosa mas horrible que se pudo haber imaginado, era algo aterrador, algo que no le deseaba ni a su peor enemigo, sus musculos se tensaron al instante, empezo a pensar en todos los pecados que habia cometido desde su nacimiento, penso en las posibles soluciones que podian existir en tal situacion, ninguna era lo suficientemente buena, exepto una, y entonces haciendo acopio de sus fuerzas, grito, grito como nunca habia gritado en su corta existencia, grito una frase que facilmente se escucho a 3 kilometros a la redonda ya que, despues de todo esa era su ultima esperanza...
-¡¡¡MAMÀ!!!, ¡¡¡NO HAY PAPEL!!!- y eso fue lo que acabo con la tranquilidad de la mañana, y del resto del dia