Más de Dos.

By Mabib_

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Santiago tenía pocos objetivos que cumplir en la vida para considerarse satisfecho, terminar el colegio, trab... More

Derechos de Autor.
SINOPSIS
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Epílogo.

24.

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By Mabib_

Santiago.

La casa sufrió un gran cambio desde que Juan se fue a vivir con su novia, de por sí las cosas estaban siendo diferente en la vida de todos, nuestra relación de amistad estaba perfecta pero era inevitable para todos no sentir ese cambio, Lupe y yo no estábamos casi en todo el día y en la semana íbamos muy pocas veces a dormir, el fin de semana nos la pasábamos con Aitana y los días laborales y complicados, yo lograba arreglarme con mi mamá y mi novia por mi hija, si bien pudimos arreglar las cosas con Caro, no quería dejarla a su cuidado, primero en principal porque quizás estaba abusando de esa confianza que le daba y segundo, Aitu y Lupe estaban construyendo su relación aparte de mí y nos servía y ayudaba muchísimo a los tres.

Yo no quería comentar a nadie mis planes de convivencia con Aitu, pero el martes cuando pasé un ratito antes de irme a la facultad, la sentí tan vacía e intacta que fue muy extraño, todo estaba limpio y acomodado, Lupe no estaba haciendo de las suyas y los grandes apenas podíamos estar, Caro trabajaba y Lucho llegó un rato antes de irme, por lo que me quedé a tomar sus mates y para tiempo como hacía mucho no hacíamos.

— ¿Lupe está con tu mamá?

—Sí, Aitu también tiene facultad y vuelve tarde, así que seguramente me pase a buscar y de ahí a Lupe.

—Ya me estoy acostumbrando a verlos pocos.

— ¿Es raro no? Desde que se fue Juan parece como si nos fuimos todos.

—No todos pero vos y Lupe están re poco acá, y se siente esa tranquilidad antes inexistente. —se rió Lucho pasándome un mate. —igual me parece bárbaro que estén en la suya, me gusta que ella quiera estar con tu novia, eso significa que se quieren.

—Sí se re quieren, era lo que más me importaba.

—Por eso, y con Caro... bueno no sé qué le pasa por la cabeza, mirá que trato de preguntarle qué onda, qué piensa pero ni ahí larga algo.

—No sé qué es lo que espera, porque puedo entender que no la quiera a Aitu pero ni siquiera la conoce, no le da la oportunidad, ella dice que es porque gusta de mí pero en tanto tiempo me suena raro.

—Yo también lo pensé pero después me di cuenta que no es eso, para mí está celosa porque Lupe está fanatizada con Aitu, y ella era la única con la que dormía y tenían tanta confianza.

—No me gustaría que termine todo mal... y te lo digo a vos porque sé que no vas a tirarme mala onda y de paso para que vayas sabiendo, pero tenemos ganas de irnos a vivir juntos.

—Ay ¿en serio otros que me dejan? —fingió su llanto y yo me reí palmeando su hombro en consuelo. —bueno igual ya me siento preparado, me alegro San... es buena idea.

— ¿No te parece que es rápido?

—Capaz lo normal sería que mínimo pasen el año de novios, pero está bien... si se quieren y están intentando formar una familia los tres, me parece genial.

—Eso es lo que más me gusta de todo esto, pensar en poder formar mi familia y sí, los dos somos jóvenes pero yo ya tengo a Lupe y Aitu se pone a mi par con esta idea, piensa conmigo y tira para el mismo lado, por eso quiero intentarlo.

—Eso es bueno, encontrar a alguien que tire para el mismo lado que vos, a esta edad, no es tan fácil, te lo digo yo que estoy en la nebulosa con Pilar.

— ¿Y eso por qué?

—No sé es más rara, un día quiere que vaya a comer con la familia, al otro dice que es muy rápido, de repente quiere conocer a mi mamá, después se le pasa... y así me tiene.

— ¿Y de vivir juntos ni hablar no?

—No, ni loco, pero supongo que si me alquilo algo para mí va a ser más simple que traerla acá, además va a tener que ser si o si porque si vos te vas para Caro y para mí esto queda re grande, ya nos queda grande y estamos pagando mucho siendo que puedo pagarme algo más chico y más económico.

—Por eso te lo decía también, si vos tiras esa idea Caro también buscaría, entonces se me haría más fácil a mí irme.

—No te preocupes, voy a tirar la idea como para que también la tenga en cuenta. —dijo y me sentí tranquilo que iba a ser fácil de parte de ellos, podría irme sin seguir matándonos a todos con el alquiler y cada uno podía empezar su camino, sin dejar de vernos podíamos mantener la relación desde nuestras casas obligándonos a juntar los sábados como hacía mucho no hacíamos.

Después de la universidad Aitu me iba a pasar a buscar para poder ir a la casa de mi mamá, cenar con ellos e ir a su casa a dormir, era nuestro de plan de cada martes y jueves normalmente y cuando encontrábamos a Lupe ya dormida, ni siquiera nos quedábamos a cenar, aprovechábamos que ella estaba lista para la cama para tomarnos nuestro tiempo a solas, sin embargo no tuvimos suerte porque mi hija seguía despierta, pero diferente a lo que solíamos hacer, Aitu me pidió volver a su casa y ni siquiera quiso bajar del auto, algo le pasaba y esperé que fuera el momento adecuado para indagar sobre su día y cualquier cosa que le pasara.

Hice dormir a Lupe con la dificultad que eso conllevaba y le leí el cuento que Aitu no pudo por estar bañándose, cuando salió mi resultado positivo de haber dormido a mi hija me benefició para aprovecharla pero ella simplemente me alejó pidiéndome meternos en la cama a dormir, lo que se me hizo aún más raro pero la dejé porque se la notaba claramente cansada.


—Hola hijo, perdón que te llame ahora pero quería saber si vos podías llegar un rato antes.

— ¿Cómo un rato antes ma? Tendría que haber avisado a mi jefe pero ya se fue.

—Ay bueno, bueno, no importa.

— ¿Pero pasó algo, es muy importante? Yo termino en un rato, a lo sumo puedo salir veinte minutos antes.

—No, no te preocupes, es que Martita me pidió a último momento también si podía acompañarla a hacer unos trámites, pero bueno tampoco me avisó y yo ya estaba organizada con Lupe.

—Voy a llamar a Aitu, si puede pasarla a buscar ella mejor.

—No importa hijo, no pasa nada, perdón que te molestara seguí trabajando, acá Lupe duerme su siesta, chau. —me dijo antes que pudiera decirle algo más y me cortó el teléfono, sin embargo yo sabía que si bien ella se organizaba para cuidar a Lupe también le podían surgir cosas de improvisto, así que no pude quedarme tranquilo y llamé a Aitana aprovechando que no habíamos hablado en todo el día y no llegué a contestar sus mensajes.

—Hola amor.

—Hola, perdón que no te contestara pero recién agarro el teléfono, ¿todo bien?

—Sí no pasa nada, me imaginé que estabas ocupado, llegué a casa hace un ratito porque fui a almorzar con mi mamá.

—Ah qué bien, ¿entonces estás libre ahora? Porque a mi mamá le surgió algo y me preguntó si podía pasar a buscar a Lupe un ratito antes, pero yo no le dije nada a mi jefe y ya se fue.

— ¿Querés que la pase a buscar yo? —preguntó y fue un alivio que saliera de ella, ya que aún me daba un poco de culpa responsabilizarla con los horarios de mi hija.

— ¿Podés? Si no dice que no importa.

—Sí puedo, acabo de entrar así que estoy preparada, voy saliendo para allá.

—Bueno gracias mi amor, me re salvaste, ¿vos todo bien, el almuerzo con tu mamá?

—Sí estuvo bien, estoy cansada nada más pero es porque me agotó ella, y hoy a la noche vienen los chicos no te olvides, les pedí que vinieran temprano igual así no nos acostamos tan tarde.

—Ah sí, sí, bueno voy a tratar de salir al menos veinte minutos antes, Lupe estaba durmiendo así que si podés te queda un ratito para descansar antes que llegue.

—Buenísimo ya estoy saliendo para allá, te esperamos. —me dijo y mi pequeña alarma que me hacía dudar de lo que le pasaba se apagó, me preocupaba cuando Aitu tenía alguna reacción como la de la noche anterior porque no era normal en ella estar tan cansada para negarme, sin embargo darle su espacio y no presionar a saber lo que le pasaba era lo único que me quedaba por hacer, hasta que se calmara y quisiera comentarme su motivo real, porque obviamente había algo más.

Pude llegar unos minutos antes que lo normal y al entrar al departamento de Aitu con la llave que ella me había regalado, me quise unir de inmediato cuando las vi a las dos dormir en la cama, para mí era una de las imágenes más lindas y ya no me daba miedo que mi hija estuviese a su cuidado, nunca me dio demasiada incertidumbre pero yo no sabía cuándo era el momento perfecto para darle esa confianza, como siempre Lupe lo hacía todo muy simple y ella misma me indicaba cuándo quería dormir con mi novia, cuándo quería que interviniera y naturalizaba su presencia en su vida mucho más de lo que quizá nos pudimos adaptar nosotros, por eso no me molestaba verlas tan dependientes una de la otra, al contrario me causaba mucha ternura.

—Llegaste. —murmuró Aitu dándose la vuelta hacia mí cuando me senté a su lado en la cama, acaricié su mejilla calentita y acomodé su pelo antes de agacharme a darle un beso. —Hola.

—Hola, quisiera unirme a ustedes pero creo dentro de un rato ya van a venir los chicos.

—Sí, me voy a levantar a ordenar un poco.

—Está todo ordenando, no es necesario. —le dije y cuando se sentó en la cama, la tuve cerca para poder besarla. — te extrañé.

—Yo también.

Nuestra rutina había mejorado un montón, desde que Lupe estaba incluida en nuestra relación podíamos vernos más seguido y compartir muchas más cosas, pero aun así los momentos que teníamos solamente para nosotros eran restringidos y la extrañaba de la misma forma que cuando no podía verla con frecuencia.

—San.

— ¿Qué?

—Quiero... decirte algo.

— ¿Algo como qué? —pregunté apartándome al notar que había vuelto esa tensión en ella y mi alarma volvió a encenderse. — ¿Qué pasa?

—Vamos al living así la dejamos dormir acá a Lupe. —me dijo y se levantó para empujarme fuera de la cama, pero no me respondió sobre el tema. Antes pasó por el baño y yo me cambié la ropa que había usado para el trabajo así estar más cómodo, no faltaba mucho para la merienda así que me anticipé a poner la pava a hervir sin dejar de sentir esa preocupación que me alarmaba de saber lo que quería decirme.

— ¿A qué hora vienen los chicos?

—Tipo siete, ocho me dijo Jime.

— ¿Y qué me querías decir?

—No sé cómo vas a tomarlo, pero no puedo dejar de contártelo para saber tu opinión. —dijo y yo fruncí el ceño, la alarma comenzó a titilar más fuerte y al verla a ella incómoda y con una expresión que fue muy clara, supe que no era bueno lo que tenía para decirme.

— ¿Qué es?

— ¿Viste que el otro día nos cruzamos con mi ex y la mamá? —preguntó y entendí por donde quería arrancar, así que me sentí peor sin tener una razón, mi corazón comenzó a palpitar con más fuerza y automáticamente me cambió la postura, un rechazo innecesario me surgió. —Yo me quedé con la duda de por qué lo había visto así... y me llamó la mamá.

— ¿Te llamó, cómo?

—Me dijo que quería hablarme y yo acepté porque me había quedado con esa duda de saber lo que le pasaba, no sé si estuvo bien, o sea no es algo que me debería importar.

—Pero te importa.

—Sí San... me contó que está luchando contra el cáncer. —musitó y sus ojos se aguaron un poco más de lo que estaba intentando retener, no supe qué hacer ni qué decir, dejé que buscara ella misma justificarse porque era lo que parecía querer hacer, sin embargo me agarró una desesperación poco normal en mí. —Está enfermo, hace unos meses que viene con quimios pero está muy mal, y no le hizo bien verme... ella dice que se sintió peor y yo me siento mal por eso.

— ¿Te sentís mal porque él te vio conmigo? No buscamos que eso pasara... fue casualidad...

—Ya lo sé pero le afectó.

—Bueno lo lamento, mirá Aitu no sé qué querés que te diga... lamento que esté pasando por esa situación de mierda, es un bajón pero no entiendo qué conexión haces vos en todo esto...

—San fue muy importante para mí...

— ¿Y? —pregunté con un tono que no fue el correcto y me arrepentí enseguida, pero me ganaba la bronca de la situación y ella comenzaba a derramar lágrimas. Suspiré frustrado y traté de alejarme para no mirarla. —A mí no me interesa lo que fue él para vos, me importa lo que te pasa ahora con esta situación... y te importa, te afecta, pero no puedo decirte qué hacer con eso, yo no.

—Vos sos mi pareja, deberíamos afrontarlo juntos.

—No es algo que nos está pasando a nosotros.

—Pero es algo que a mí me importa, San... ojalá no me hubiese enterado nunca, pero ahora lo sé y no puedo hacer como si nada.

— ¿Y qué querés hacer, querés estar cerca de él y ayudarlo a qué?

—Sí, no sé, te estoy pidiendo que me ayudes a...

— ¿A qué Aitu, a decirte cómo hacer las cosas de ahora en más? Esto no me incumbe a mí...

—Pero te estoy pidiendo que me apoyes, que me entiendas...

—O sea que cualquier decisión que tomes yo te tengo que apoyar ¿eso es lo que querés?

—Es lo que se supone que tenés que hacer. —dijo notándose un poco enojada pero yo quería reírme, amargamente me causaba gracia que automáticamente fuese mi responsabilidad decidir lo que ella tenía que hacer con el ex, apoyarla y ser lo que quisiera que sea para que no se sintiera peor. —San no sé qué tengo que hacer en un momento así, me duele que esté pasando por esto, le tengo cariño porque fue la persona que estuvo al lado mío por varios años, no tengo rencor de lo que pasó porque gracias a eso hoy estoy con vos, pero me importa lo que le está pasando.

— ¿Y qué pensas hacer, frecuentarlo... intentar una relación de amistad para que él no se sienta mal por verte bien?

—No sé... me gustaría poder verlo y hablar con él, hacerle saber que a pesar de nuestros diferentes caminos, tiene mi apoyo...

—Bueno Aitu, ya sabés lo que querés hacer más o menos, así que hacelo y sacate las ganas. —le dije y saqué la pava del fuego para irme a la habitación a despertar a Lupe.

—San... pará no te pongas así.

—No me pongo de ninguna forma, hace lo que sientas, yo no te puedo impedir hacer nada. —determiné soltándome de su agarre para caminar y refugiarme en mi hija, donde sabía que por más enojo y amargura que podía sentir, no se me tenía permitido caer ni dudar de nada.


A partir de hoy, actualizo todos los días (si todo sale bien y no tengo ningún inconveniente), nos acercamos al final (:

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