Daño Colateral

By MariaJose019

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# Un secreto que desata emociones. More

1. Volver a la Realidad
2. El Reencuentro
3. Realidad y Ficción
4. Confesiones
5. El sentimiento
6. Consecuencia
7. Una reconciliación corta
8. Camino al abismo
9. La Busqueda
10. La Confesión
11. ¿Me vas a besar?
12. Revelación
13. Apoyo
14. ¿Así es el Amor?
15.- Dos días de cita (1)
16.- Dos días de cita (2)
17.- Propuesta
18.- Sólo las dos
19.- Cerrando un Ciclo
20.- Parte de mi vida
21.- No sé que hice para Merecerte
22.- el secreto y la decisión
23.- Te voy a Salvar
24.- Visita Inesperada
25.-Cita Doble
26.- ¿Lo que pasa en Suiza, queda en Suiza?
27.- La última noche
28.- Buena suerte en el amor
29.- Una familia
30.- Esperar no es Luchar
31.- Sin mirar atrás
32.- Plan B
33.- Shock
34.- Que comience la nueva vida
35.- La entrevista
36.- La reunión
37.- Un almuerzo inusual
38.- Mina Myoui
39.- Explicaciones
40.- La mujer más hermosa del mundo
41.- El día más triste
42.- Celos
43.- Una decisión
44.- Nos vamos a casar
45.- Es hora de dejarnos
46.- Una llamada reveladora
48.- Las 9 o nada
49.- ¿Me harás rogar?
50.- Reconciliación part 1
51.- Reconciliación part 2
52.- El día D
53.- !Si quiero!
54.- Una despedida de soltera diferente
55.- Camino al Altar
56.- La habitación 16
57.- Sólo minutos
58.- FINAL

47.- Nos acaban de besar

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By MariaJose019


Momo

Comimos en silencio, todo lo que habíamos avanzado durante el día se había perdido. ¿Por qué tenía que ser así?, ¿Por qué no podía darme una maldita oportunidad nuevamente?, ¿A que le temía tanto?.

Me di cuenta que el plato de Nayeon estaba intacto, apenas lo había tocado. Su rostro había perdido esa sonrisa que me había regalado durante el día y todo por mi culpa.

-Lo siento – hablé después de varios minutos en silencio – en serio lo siento mucho.

-No lo sientas, fue mi culpa.

-No, no lo fue.

-Si, si lo fue. Yo y mi maldita impulsividad, yo queriendo todo al tiro.

-Eso no es malo.

-Claro que lo es – ella seguía sin mirarme – realmente creo que es mejor que te vayas a tu casa.

-Nayeon...

-Momo – por primera vez nos miramos – te estoy hablando en serio. Prefiero que te vayas, hablamos mañana por lo del noticiero.

-Me puedo quedar y lo vemos juntas mañana.

-No es una gran idea.

-No hagas esto.

-¿Hacer que?

-Esto – miré hacia la mesa, sentía ganas de llorar. Sentía que la volvía a perder – no me alejes – me aferré al mantel con todas mis fuerzas.

-No te estoy alejando – sentí como Nayeon se levantó de su silla y caminó hacía el frente. Tomó mis manos y las dejo sobre mis rodillas – no hagas eso, te dolerá la cicatriz – no la podía mirar, ¿Por qué me sentía tan mal? - ¡Hey! – Nayeon tomó mi mentón y trató que la mirara pero no lo hice, si la miraba iba a comenzar a llorar y nadie me pararía – está bien, no te forzaré.

-No quiero que pienses que te rechacé.

-Momo, deja de hacer esto más difícil de lo que es. He tenido días de mierda, no debí haber hecho lo que hice porque, al final del día no eres la única que está mal. Yo también lo estoy, también estoy triste.

-No me quiero ir.

-Te lo pediré por última vez, quiero estar sola. Deja todo como está y ándate.

-¿Por qué me vuelves alejar? – Después de terminar esa frase comencé a llorar - ¿Por qué siempre haces lo mismo? – Nayeon volteo a mirarme - ¿Sabes cómo me siento cada vez que me has alejado?. Te enojas porque no puedo besarte, perdón por volverme una maldita impotente, perdón por que el miedo de estar cerca de ti y que me vuelvas a romper el corazón sea más fuerte, quizás, sólo quizás tenga una buena razón para tener miedo, quizás, deberías pensar en eso.

-Quizás ya sabes porque no me subí contigo a ese maldito avión como, para que lo sigas sacando en cara cada vez que te sientas mal. No eres la única que sufre Momo – nos quedamos mirando, las dos llorábamos – quizás deberías volver con Mina, ella siempre será un si para ti.

Después de esa frase no lo pensé dos veces. Tomé la ropa que me había sacado hace algunas horas atrás y salí de la casa de Nayeon. Tenía la cabeza hecha un lío. ¿Por qué todo tenía que ser tan difícil?, ¿Por qué simplemente no podía ser feliz con Nayeon?, ¿Por qué seguía pensando en Mina?.

-Mierda, mierda, mierda – golpee el manubrio del auto con mis manos mientras las lágrimas comenzaban a rodar por mis mejillas. Tomé mi celular y marqué el número de Mina, apenas sonó colgué - ¿Qué estás haciendo? – Me pregunté en voz alta – ella está feliz con Jeongyeon, es lo que siempre quiso. Todas siempre quieren algo o alguien diferente a ti. Soy un maldito desastre – estacioné cerca de un bosque que había camino a la casa de Nayeon. Apagué el auto y abrí una botella de whisky que había dejado en mi auto. Comencé a recordar miles de cosas, de todas las que recordaba las persona que más se repetían eran Mina y Nayeon – las odio – dije en voz alta. Tomé el celular y esta vez marqué otro número.

-¿Momo? son las 2 de la madrugada. ¿Pasó algo?

-Sana... - hice una pausa – creo que de las tres tu serás la más feliz y la más infeliz seré yo.

-No te estoy entiendo nada, ¿Dónde estás?

-Realmente me alegro que puedas ser feliz con la persona que amas.

-Momo, ¿Dónde estás?

-Extraño a Mina pero estoy enamorada de Nayeon, la rechace porque me quería besar y no creí estar lista. ¿Puedes creerlo?, ¡Rechacé al amor de mi vida! Soy una idiota.

-Momo, volveré a llamar, no hagas ninguna estupidez – Sana me cortó y dejé el celular al lado del asiento del copiloto. Volví a beber desde la botella. El alcohol estaba haciendo estragos en mi cabeza.

-Nayeon... - susurré su nombre justo, cuando el teléfono comenzó a sonar – SANAAAAAAAA ya te habías tardado.

-¿Dónde estás? – Esa no era la voz de Sana, me quede en silencio – dime donde estas Momo.

-Mina... maldita Sana, no se puede confiar en nadie.

-Momo...

-Lo siento si te molesté en tu súper cita con Jeongyeon. No pensé que ella te llamaría – volví a beber.

-¿Qué estas bebiendo?

-Nada – mentí.

-Momo – hubo algunos segundos de silencio - ¿Por qué haces esto?

-Porque cuando estoy con Nayeon me siento culpable por pensar en ti y cuando estoy contigo me siento de la misma forma por pensar en Nayeon.

-Momo somos amigas. Ya lo hablamos.

-¡LO SE! – Grité - ¡CREES QUE NO LO SÉ, QUE NO ME LO PREGUNTÓ! – no pude contener mi llanto – TU ERES MI LUGAR, MI COMODIDAD.

-No puedo salvarte siempre, tengo que hacer mi vida.

-¿Por qué todo es tan fácil para ti?

-¿Crees que es fácil?, ¿Crees que es fácil escucharte así?, ¿Crees que no pienso en ti todos los malditos días?, ¿Crees que no pienso que contigo sería la mujer más feliz del mundo? – hubo una pausa – incluso diciéndote esto delante de Jeongyeon es lo más difícil que he hecho. Tenemos miedo Momo, miedo de que las persona que mas hemos amado en nuestras vidas vuelvan a dañarnos, es por eso que temes estar cerca de Nayeon.

-Nayeon...

-Siempre ha sido ella y lo sabes.

-Nayeon...

-Dime donde estas, te lo pido.

-¿Soy tu lugar? – Pregunté llorando – sólo dímelo para seguir adelante.

-Eres mi lugar Momo, te quiero con mi vida, quiero que seas feliz y me duele dejarte ir. Trata de concentrarte, yo lo estoy haciendo. No es a mí a quien debes llorar Momo.

-Amo a Nayeon – Escuché un sollozó de Mina.

-Y yo amo a Jeongyeon – sonreí al escucharla – me estoy volviendo loca, dime donde estas.

-En el bosque, cerca de la casa de Nayeon.

-Momo, volveré a llamar. Quédate ahí – Mina colgó y lance la botella por la ventana. El alcohol me traía malos recuerdos. No podía evitar recordar la cicatriz que tenía en mi mano.

-¿Qué hice? – hablaba en voz alta sin poder entender muy bien como había llegado a esto. El celular volvió a sonar – Mina... - respondí.

-Soy Nayeon – mi corazón comenzó a latir mas rápido de lo normal – dime dónde estás.

-En el bosque cerca de tu casa.

-No te muevas de ahí, voy en camino – ella cortó la llamada. ¿Mina había llamado a Nayeon?, no estaba entendiendo nada. Decidí salir del auto pero, cuando lo iba a hacer el cuerpo de Nayeon bloqueo la puerta – dije que no te movieras – la quedé mirando – cámbiate de asiento, muévete hacia el lado del copiloto.

-¿Vas a manejar? – Nayeon no respondió así que me moví. Coloqué el cinturón y ella se sentó y comenzó a manejar sin decir ni una palabra. Por el camino que había tomado me di cuenta que volvíamos a su casa, ¿Por qué estaba haciendo esto?.

No hablamos absolutamente nada, cuando llegamos me ayudó a salir del auto y me dejó sentada en uno de sus sillones. Salió de la casa a guardar el auto en el estacionamiento y volvió a entrar.

-¿En que estabas pensando? – tomó una silla y se sentó frente a mí.

-Creo que no estaba pensando.

-Hueles a alcohol, ¿Qué tomaste?

-Da lo mismo – esquivé su mirada.

-Momo lo siento mucho.

-Yo lo siento, no tendrías que pasar por esto. Tienes que descansar, después de lo de tu abuela.

-¿No te han dicho que hablas mucho? – Nos miramos – no te dejaré ir esta noche- sonreí – ven, te vas a duchar.

A mi cerebro le costó dimensionar las palabras de Nayeon, no entendí muy bien todo hasta que me vi completamente desnuda frente a ella. La mirada de Nayeon vagaba por mi cuerpo y me hacía sentir completamente vulnerable.

Me senté en la bañera y Nayeon comenzó a colocarme jabón en la espalda, el cuello, las piernas, los brazos. Fue muy delicada cuando llegó a la cicatriz de mi mano derecha. Me sentía nuevamente en casa.

-¿Dónde dormiré? – pregunté después de que terminara de bañarme y mi cuerpo sólo estaba cubierto por una bata.

-Conmigo – la quedé mirando – no acepto un no.

-¿Crees que te diré que no?, ¿Dónde está mi pijama? – Nayeon sonrió, desabrochó su bata y la dejo caer al suelo. Mis ojos recorrieron su cuerpo desde sus clavículas, bajando por sus pechos, su estómago y su sexo. Tragué saliva al llegar a esa zona.

-No sé qué estas esperando – Nayeon se acercó y desabrochó mi bata. Ahora estábamos las dos completamente desnudas – no miento cuando te digo que te haría el amor toda la noche pero sé que no estamos listas. Quiero dormir así, necesito sentir nuestros cuerpo conectados, necesito que el tuyo confié en el mío y el mío en el tuyo – solo sonreí. Corrí a la cama y me tapé hasta el cuello - ¡Dios! eres cómo un bebe.

Nayeon se acostó a mi lado, dejó que mi cabeza se apoyara en su pecho mientras yo acariciaba sus abdominales. Sentí el aroma de su cuerpo entrar por mis fosas nasales, su aroma era como una maldita droga. En cuestión de minutos sentí cómo su cuerpo se volvió pesado, su respiración se volvió profunda. Nayeon se había dormido y era cuestión de tiempo para que yo cayera en sus brazos.

Nayeon

Al día siguiente desperté con el cuerpo de Momo aun encima del mío, podía sentir su piel fría junto a la mía. Dejé pequeños besos en su frente y me levanté de la cama. Comencé a vestirme y a preparar desayuno para Momo. Nadie podía sacarme la sonrisa del rostro. No podía creer que habíamos a dormir juntas.

Por un segundo se me había olvidado lo del noticiero de la mañana, prendí el televisor y tomé mi celular. Tenía 3 mensajes de Mina.

"¿Está bien? Por favor cuídala".

"Sigo esperando tu mensaje".

"Nayeon, no he dormido nada, estoy preocupada" decidí responder el mensaje.

"Lo siento mucho, anoche fue de locos. Momo está bien, se quedó conmigo". No pasó ni un minuto y ella respondió el mensaje.

"Gracias, estoy en la casa, avísame cuando venga Momo. Estoy con Jeongyeon".

-¿Se puede saber con quién hablas tanto? – Momo apareció detrás de mí, rodeando mi cuerpo con sus brazos.

-Te hice el desayuno – voltee y me di cuenta que Momo estaba vestida – me encanta como te ves formal.

-Tengo que ir a casa, tengo una reunión con el arquitecto.

-¿Eso quiere decir que te pondrás otro traje? – elevé mi ceja y ella sonrió.

-Si.

Tomamos desayuno mientras mirábamos el noticiero. Heechul tenía razón, la noticia de los escandalosos contratos que JYP hacía firmar a sus celebridades estaba por todo el mundo. Ahora no sólo tenía que defenderse en contra de la demanda de ex Idols si no, también, por acusaciones que habían estado ocultas durante muchos años.

-¿Nos vamos? – le pregunté a Momo.

-¿Te afectó la noticia?

-No, sólo que ya sé lo que pasó. Ahora sólo queda esperar – Momo me sonrió.

-¿Me quieres acompañar a la casa?

-Obviamente lo haré. No quiero que pases a beber por ahí – Momo dejó un beso en mi mejilla izquierda y salimos en dirección a su auto. De repente todo lo malo quedo atrás y éramos nuevamente nosotras, esas dos jóvenes enamoradas de hace dos años atrás, que se amaban tanto que estaban dispuestas a pelear en contra de cualquier persona para cumplir sus sueños. Me sentía completamente renovada.

Subimos a su departamento sin dejar de tomarnos las manos. Momo llevaba mis nudillos a su boca y los besaba uno por uno. Tenía acciones tan tiernas, que me hacían recordar esa Momo ingenua de hace un tiempo atrás. No quiero decir que ahora no sea esa misma Momo sólo, que ahora ella era una mujer de mundo, con sueños y metas que sé, que cumplirá sí o sí.

Cuando entramos escuchamos risas que venían de la cocina y no fue, si no, hasta ese momento, que recordé que tenía mandarle un mensaje a Mina cuando estuviéramos en camino.

-Hola – Momo saludo a Mina y Jeongyeon que no dejaban de reír. Cuando mina volteo su mirada se fue hacía donde estaba yo.

-Lo siento – susurré sin que Momo se diera cuenta.

-¿Cómo estás? – Mina se levantó dejando a Jeongyeon sola en el mesón. Estas dos realmente tenían algo que era difícil de entender.

-Estoy bien – Momo le sonrió - ¿Cómo lo pasaron anoche? – Jeongyeon no dijo nada.

-Bien, estábamos muy preocupada por ti.

-Lo siento mucho, no volverá a pasar – Mina abrazó a Momo – gracias por quedarte con Mina, Jeongyeon – el rostro de Mina se transformó al escuchar esas palabras – me iré a cambiar para que vayamos a la reunión con el arquitecto.

-Está bien.

-Cambiaré mis cosas a la otra habitación – Mina le sonrió - ¿Me ayudas Nayeon.

-Yo, s-si, claro. Permiso.

Subimos a la habitación que solían compartir las dos chicas japonesas. Me di cuenta que tenían un mural repleto de fotos. Desde que nos formaron como Twice, hasta el comienzo de su relación. Era realmente bonito.

Momo tomó toda su ropa, su computador, sus cargadores, su maquillaje, zapatos, etc.

-Esta pieza tiene más luz – rompí el silencio después de algunos minutos.

-Si, al principio quería este cuarto pero ya sabes cómo es Mina. No soporta mucho el sol.

-¿Estás bien?

-Si – nos quedamos mirando – ayer me di cuenta de que algo.

-¿De qué?

-De que Mina siempre sería mi lugar en el mundo. Ese lugar donde te sientes cómoda, en dónde no tienes miedo porque sabes que no te romperán el corazón pero tú, tú eres mi hogar Nayeon. Y un hogar implica miedos, inseguridades, discusiones, reconciliaciones y eso es algo que nunca tendré con Mina, porque la única forma de sentir eso es que me enamoré de ella y no, no quiero enamorarme de ella porque estoy enamorada de ti. Sólo de ti – tenía una maldita sonrisa en el rostro.

-Permiso – Mina entro - ¿te molesta si va Jeongyeon con nosotras?

-Claro que no, te iba a preguntar lo mismo – Mina me quedó mirando.

-¿Te parece almorzar todas juntas después de la reunión?

-No, no me molesta.

-Ok, te espero abajo, vamos en mi auto.

Mina salió de la habitación con una sonrisa en el rostro. Había algunas cosas que no estaba entendiendo del todo y me estaba volviendo loca pero, sabía que tarde o temprano Momo me daría la tranquilidad necesaria.

-¿No te molesta almorzar con las chicas y conmigo verdad?

-Claro que no – me acerqué a ella – bajaré, te esperaré ahí – iba caminando hasta la puerta cuando sentí las manos de Momo sujetar mis hombros y hacer que volteara para quedar frente a ella. Su brazo derecho hizo presión en mi espalda para que nuestros cuerpos se sintieran cercanos el uno al otro. No tuve tiempo de decir absolutamente porque, en un dos por tres tenía la boca de Momo encima de la mía. Su boca se sentía fría pero, suave. Su mano libre la llevó a la parte posterior de mi cabeza haciendo que el beso se volviera un poco más intenso. Me cansé de esperar que ella tomara la iniciativa así que, sin pedir permiso introduje mi lengua en su boca. La sensación de sentir la suya hizo que todo mi cuerpo se erizara. Mis manos se enredaron en su cabello y en cuestión de segundos el primer gemido salió de su boca. Momo jaló mi labio inferior, succionando después. Volvimos a besarnos hasta que nos quedamos sin aire. Nuestros labios estaban rojos, hinchados, nuestras mejillas estaban ruborizadas y nuestro cabello desordenado – yo... tu...

-Te veo abajo -. Respondió con seguridad. Salí de la habitación al mismo momento que Jeongyeon salió del cuarto de Mina. Las dos nos quedamos mirando.

-Me besó – dije sin pensarlo.

-Ella igual me besó – las dos hicimos silencio – nos acaban de besar. 

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