Nayeon
Salimos del edificio de Momo en silencio, pude notar en su rostro que algo ocurría, quizás era por todo lo que le conté y aún tenía algo de resentimiento en contra de JYP. Realmente me gustó que todas las chicas me apoyaran, me arrepentí de no haber confiado en ellas antes, si lo hubiera hecho, quizás mi historia con Momo hubiera sido muy diferente.
-¿Por qué estás tan callada? – le pregunté cuando entramos al auto.
-Creo que tengo muchas cosas en la cabeza.
-¿Sabes que puedes contar conmigo verdad? – coloqué mi mano izquierda sobre su rodilla derecha. Ella miró mi mano y después a mí.
-Claro que lo sé Nayeon – las dos sonreímos.
-Me parece muy bien que lo tengas claro – cada una se colocó el cinturón y en el preciso momento en que Momo encendió el motor mi teléfono comenzó a vibrar. Era Mina, contesté.
-Hola.
-¡Hey! – Hubo algunos segundos de silencio – sé que estas con Momo.
-Mmm si, ¿quieres hablar con ella? – Momo inclinó su cabeza hacía su derecha.
-No, quiero hablar contigo.
-¿Qué ocurre?
-Probablemente ella te pregunté con quién hablaste después de esta conversación, no le mientas, dile que fui yo. Creo que lo entenderá.
-Está bien – respondí aun sin entender mucho de que se trataba esta llamada.
-Hazla feliz ¿sí?- deje escapar un suspiro – ella merece ser amada y respetada. Es una persona que lo da todo por sus seres queridos. Tuve la oportunidad de aprovecharla como amiga y como novia. Quiero que sepas que entre Momo y yo ya no pasa nada más, quizás nos cueste volver a la normalidad después de compartir tantas cosas durante 2 años. También, también quiero que sepas que aun siento pequeños celos hacía ti y sé que Momo siente lo mismo hacía Jeongyeon. No desconfíes de eso, ella te ama. Tú y yo lo sabemos a la perfección.
-Mina...
-Aun no termino Nayeon – me quede callada – te llevas mi comodidad. Aunque este enamorada de Jeongyeon, Momo tiene ese algo que te hace estar cómoda en todo aspecto. Por favor cuídala, abrázala hasta que le duelan las costillas, antes de dormir deja que se acomode en tu pecho mientras ella acaricia tu abdomen, deja que te cocine de vez en cuando. Lo hace increíble. Deja que te sorprenda para tus cumpleaños, nunca le digas que no a una sorpresa de ella. Y por último, quiero que sepas que si la dejas ir yo estaré esperando por ella. Tomo el valor para decirte esto porque, primero, ella lo hizo con Jeongyeon y segundo ustedes dos se merecen la una a la otra. Sean felices y no lo eches a perder esta vez, debo cortar porque ahí viene Jeongyeon. Te quiero Nayeon, que la pasen bien.
Mina cortó sin dejarme responder a todas las cosas que me dijo, tenía que cada palabra dando vuelta en mi cabeza. Por el tonó de voz que ocupó me di cuenta que realmente le gustaba Momo ¿Y quién no?. Voltee a mirar a la chica que tenía al lado y todas las palabas de Mina cobraron sentido. Ellas dos realmente se querían, realmente habían creado un lazo, igual o más fuerte que el que tenía yo con Momo. Después de todo ellas dos eran mejores amigas y su complicidad era casi perfecta.
-Por la forma en que me miras supongo que puedo inferir que fue lo que te dijo Mina – Momo había manejado todo el camino en silencio hasta ese momento.
-No dijo nada malo.
-Lo sé.
-¿Te quedarás conmigo? – cambié el tema drásticamente.
-Puede que si, puede que no.
-No es necesario que pase algo entre las dos, ese tema ya lo hablamos.
-Si duermo contigo te haré el amor Nayeon – mi cuerpo se paralizó y sentí mis mejillas ruborizadas – pero puedo dormir en una de las habitaciones vacías, no tengo problema – esta vez fui yo quien guardó silencio hasta llegar a la casa.
Cuando entramos recordé que mi abuela había fallecido hace sólo dos días atrás, con todo lo que había pasado. Sentí su presencia, su aroma. Ella estaba en todos lados.
-¿Estas bien? – sentí las manos de Momo sobre mis hombros.
-Si, es sólo que, que está casa me trae un montón de recuerdos de ella.
-Ven, dame tu abrigo. Ponte cómoda. Haré la cena.
-¿Me cocinarás? – recordé las palabras de Mina.
-Más te vale no detenerme.
-No tengo pensado hacerlo Hirai – las dos sonreímos – iré a ponerme cómoda, ¿te traigo algo?
-Un pantalón holgado y una remera. He estado forma durante mucho tiempo.
-La formalidad no es lo tuyo – le regalé una sonrisa y caminé hasta mi habitación para buscar la ropa de Momo y cambiar la mía. Me coloqué un short holgado con un polerón ancho sin remera debajo de este. También saqué mi ropa interior superior. Necesitaba un poco de relajo. Bajé con el buzo y la remera de Momo.
-Listo – Momo levantó la vista y me miró de pies a cabeza - ¿Qué, que pasa?.
-Nada – esbozó una leve sonrisa – es sólo que siempre he encontrado que te ves muy bien vestida casualmente.
-Gracias, toma ahí está tu ropa.
Creí que se iría a cambiar de ropa a uno de los baño de la casa pero no, comenzó a sacarse el traje y la blusa adelante mío. En cuestión de segundos su saco terminó en el suelo al igual que su blusa y frente a mí volvía a tener el cuerpo más hermoso que haya pisado la tierra. Mi vista bajó directamente hasta sus abdominales tonificados los cuales, fueron tapados a la brevedad por la tela de color negro de la remera – nice body – Sabía que Momo me escucharía así que no pudo evitar sonreír. Me dio la espalda y comenzó a bajar su pantalón de tela. Era obvio que quería que la mirara y no lo pensaría dos veces. En cuestión de segundos el trasero de Momo quedó expuesto ante mis ojos. Llevaba una ropa interior diminuta de color negro.
-¿Te gusta la vista? – no respondí hasta que el buzo tapó la piel expuesta de Momo.
-Sabes que no me gusta responder preguntas obvias Momo – tomé la ropa que Momo había dejado sobre una de las sillas y la llevé a uno de los sillones grandes del living – te mantienes de buena forma.
-Gracias – noté como sus mejillas se sonrojaban.
-¿Qué cocinarás?
-Quiero carne y arroz.
-Pues comienza, ¿quieres algo para beber?
-Agua – la quedé mirando - ¿Qué, porque me miras así?
-¿Agua? Tengo vino, cerveza, vodka, lo que desees.
-¿Por qué tienes alcohol?
-El que yo no beba no quiere decir que el resto de las persona que vengan a esta casa no lo hagan – nos quedamos mirando – no soy un bebe Momo, no más.
-Quiero una copa de vino.
Le pasé la copa de vino y yo me serví un poco de jugo natural que quedaba en la nevera. Los minutos pasaron entre risas, anécdotas y una que otra broma o juego sexual. Momo realmente estaba concentrada en su comida y, mientras más la veía no podía dejar pasar todo lo que me había dicho Mina.
-¿Por qué no sacas lo que tienes en tu cabeza?
-¿Qué? – respondí sorprendida.
-Sé que la persona que te llamo fue Mina – nos quedamos mirando - ¿Hay algo que quieras saber?
-No sé realmente si quiero saber algo – Momo había terminado de meter todos los ingredientes a la olla y ahora solo había que esperar – realmente no entiendo mucho como están las cosas entre ustedes ahora.
-Pregunta lo que quieras, te seré sincera – Momo se sentó en un banco frente a mí.
-¿Cómo estas después de que terminaran?
-¿La verdad? No lo sé, es raro. Pasamos dos años juntas, llegué a creer que podría enamorarme de ella y ella de mí pero eso nunca pasó. Se siente extraño verla con Jeongyeon, quizás es porque ella vio eso muy lejano durante un tiempo. A veces me siento celosa – Momo sonrió hacía el suelo, como riéndose de ella misma – cuando debería estar feliz porque ella lo está, o lo estará, no lo sé.
-¿Celos? – Momo me miró directamente a los ojos.
-Hoy día cuando llegamos al departamento tu y yo no dejábamos de mirarnos, incluso nos dimos las manos – traté de recordar ese momento en mi cabeza – ella lo notó y se fue a la habitación. No es difícil sólo para mí.
-Ya veo, aun estás confundida entre ella y yo.
-No sé si confusión es la palabra correcta Nayeon. ¿Estoy acá no?
-Sólo porque no puedes estar con ella.
-Si quisiera iría ahora mismo donde están cenando ellas dos y probablemente Mina se vendría conmigo.
-¿Por qué no lo haces?
-Hay tres razones – hice silencio – la primera es que Mina se merece alguien que se enamoré completamente de ella y yo no soy esa persona. Segundo, estoy enamorada de ti y tercero tenemos una rica carne esperándonos – sonreí.
-No sé cómo tomar el hecho de que estas enamorada de mí pero sientes celos de Jeongyeon por estar con Mina.
-Tengo claro el porqué de mis celos Nayeon. Es porque Mina es o era, mi zona de confort. Contigo todo es tormentoso, raro, complicado y con ella, bueno, con ella todo es más fácil.
-Trata de explicarte mejor.
-Me aferré tanto a Mina porque sabía que no me dañaría, sabía que con ella podía ser yo y es por eso que la que besó primero fui yo. Al principio todo era color de rosa. Pequeños besos que se convirtieron en una guerra en cosas de meses. Tomadas de manos tímidas que terminaron con las dos desnudas dentro de una cama. Se sentía tan raro hacer el amor con ella que no me di cuenta cuando se volvió tan familiar. Y eso era lo que tenía Mina que me hacía quedarme con ella. Hacía parecer fácil algo difícil.
-No sé qué decir. Es raro oírte hablar de otra persona con tanto amor.
-Es una persona que conoces, es tu amiga, tú sabes cómo es ella.
-Ella realmente te hacía feliz – Momo me quedó mirando.
-Nunca fui tan feliz con ella a como lo fui contigo Nayeon y ella lo sabe. Fui feliz con Mina, quizás sienta celos, pequeños celos durante un tiempo pero sé que la persona con la que quiero pasar el resto de mi vida está frente a mí, sentada, con un vaso de frutilla en las manos y sin ropa interior.
-Eres insoportable – las dos nos reímos.
-¿Creíste que no me daría cuenta?
-Eres una idiota – nos miramos durante unos segundos – olvídate de Mina como pareja – Momo solo me miraba – tu y yo estamos destinadas a estar juntas – me levanté del banco y caminé hasta donde ella estaba sentada. Me acomodé entre sus piernas y abracé su cuello con mis brazos – te he extrañado todo estos años, lo único que he hecho es pensar en ti mientras tú te revolcabas con Mina – las dos reímos – puedo llegar a perdonar eso porque entiendo que te dañé, entiendo que te sentiste traicionada y decepcionada pero ya sabes toda la verdad. Sabes porque no me subí contigo ese día. Cuando supe de tú accidente quise morir, la prensa coreana decía que estabas mal, que era un intento de suicidio, que estabas con una sobredosis, que en el lugar había mucha sangre – tomé su mano derecha y comencé a sacar el guante delicadamente, no quería que sintiera dolor – traté de viajar pero no pude. En mi lugar, fue Mina – La mirada de Momo vagaba por todo mi rostro, sus manos se aferraban a mis caderas fuertemente – cuando me llamaste desde la clínica sentí como si tuviera una segunda oportunidad pero, tú la mataste al segundo. En ese momento entendí que quizás te perdería para siempre y que era mi culpa por no jugármela por ti – tomé un mechón de su cabello castaño y lo llevé a la parte posterior de su oreja derecha – cuando supe que estabas con Mina me volví loca, estaba con Yeri y no lo podía creer. Casi recaí esa vez. Pero fui fuerte, por ti, por mí. Sabía que el destino nos daría otra oportunidad.
-Nayeon... - Momo estaba demasiado nerviosa. Podía sentir como todo su cuerpo temblaba por tenerme tan cerca de su cuerpo – hiciste mucho por mí, en el pasado y ahora. Has hecho mucho Momo - ¿Qué quieres decir? – quiero decir que si llegamos a estar juntas es porque yo me la jugaré por ti. Es porque yo quiero estar contigo, porque te amo, porque te extraño y extraño lo que éramos juntas – me estas queriendo decir que te la jugaras por mí ¿verdad? - ¿Qué parte no te quedo claro? – tomé su rostro entre mis manos y acerqué mis labios a los de ella, extrañaba su sabor, su textura, la forma en que se sincronizaban con los míos de una manera única.
Nos estábamos a punto de besar cuando el celular de Momo comenzó a sonar desesperadamente – no contestes – supliqué a centímetros de su boca.
-Lo siento, es de la academia – Momo contestó su celular sin alejarse un centímetro de mí – Heechul – no sabía que era lo que estaba diciendo Heechul a Momo y no me importaba, quería apoderarme de sus labios cuanto antes – gracias por avisar, le diré al resto de las chicas – Momo cortó, me di cuenta que tenía algo que decir – mañana saldrá la noticia de lo que te hizo JYP en los noticieros.
-Está bien – me sentía hipnotizada por ella.
-Nayeon...
-Sólo... yo... - no podía dejar de observar sus labios – déjame besarte – comencé a acercarme a ella, estaba a centímetros cuando sentí uno de los dedos de Momo colocarse al medio de nuestros labios. Abrí los ojos para mirarla.
-No, no lo hagas – ella junto nuestras frentes – no quiero que creas que no quiero besarte, porque me muero de ganas.
-Entonces déjame hacerlo – volví a acercarme pero ella me rechazó nuevamente.
-Vámonos lento, por favor.
-Te he esperado dos años – ella me miró, por su mirada noté decepción – si pude esperarte esa cantidad de tiempo puedo esperar de nuevo – me alejé de ella dándole la espalda. Comencé a ordenar el mesón donde comeríamos - ¿Está listo no? – momo asintió con su cabeza – Pues comamos o se enfriará.