Esta soy yo sin maquillajes,
la grande fingiendo fuerza
aquella que sin chantajes
llora en la noche cuando se acuesta.
La mujer, mata pasiones
esa que es lujurias sin miedo
la niña, crea ilusiones
y de ella brotan destellos.
La niña aloja en su escondite
algo profundo llamado amor
amor para su príncipe azul de traje
ese que algún día imaginó.
Esa niña sobrevive en mí,
no entiende que ya creció
y que nada es como lo imaginó
pues el cielo no siempre tiene color.
El príncipe tampoco apareció.
A su reemplazo he llegado yo:
Una hermosa y sedentaria mujer
sin conocimiento del amor.
La niña de las noches
ya no se aferra a vivir
pues no le gusta lo que ve
a la hora de dormir.
A veces suelo escucharla,
gritarme desde el fondo de mí,
de mi vida intento alejarla:
No soy una niña, ya crecí.
Mas no sabe que si sigo viva,
si estoy hablando aquí
es porque...
A esa niña la quiero junto a mí
hasta que gane la lucha
y al fin pueda salir.
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Nota de Autora:
Hola mis queridos lectores, gracias por estar.
Les hago una pregunta random:
¿Todavía escuchan a ese niño interior?
Besotes,
Kahedi, la sedentaria.