Hospital St. Marie - 6:30 PM
El personal del hospital St. Marie socorrieron rápidamente a una habitante de la calle que sangraba a cántaros. Al parecer, alguien le había herido y estaba a punto de perder a la criatura. Debían salvarle la vida tanto a ella, como a su bebe.
Mientras tanto, los enfermos en el pabellón y los curiosos centraron toda su atención en el espectáculo que daba aquella pobre criatura; la cual gritaba y decía incoherencias que le ponían a cualquiera los pelos de punta. Parecía poseída por un millón de demonios.
—Ese hombre, me obligo a llevarlos en mi vientre durante nueve meses, y luego de nueve meses, ¿me exige que los asesine? —dijo atada a la camilla— Sin embargo, debo cumplir, debo acabar con ellos. ¡Oh, esos engendros de Satán!
Y repetía una y otra vez la misma frase, con un ahínco y cierta desesperación.
Al instante, ingresaron a un nuevo pasillo, dejando a los espectadores con más ganas de saber que le sucedía a esa pobre mujer.
Una vez en la sala de cirugía comenzaron a preparar todas las herramientas y aparatos para ejecutar su misión; salvar vidas.
—Paciente de 32 años en estado de embarazo, hemorragia leve por puñalada —le informó una de las enfermeras al doctor de turno.
—Debemos proceder inmediatamente o se nos mueren ambos —contestó este.
—La paciente afirma que son gemelos —comentó otro de los presentes.
—Y la única forma de saberlo es empezar por la cirugía.
Y así fue, le inyectaron una mínima dosis de anestesia a fin de mantenerla sedada durante el proceso...
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