Mi cabeza dolía, se sentía pesada y había un pitido molesto en mi oído izquierdo. Abrí los ojos de a poco y vi una luz roja parpadeando frente a mí.
¿Dónde... estaba?
Me senté con cuidado apoyando mi codo en el suelo y una fuerte punzada en mi hombro me hizo detener, estiré mi mano que comenzaba a tiritar y bajé un poco el cuello de mi traje para observar esa área. Tenía la marca de dientes en mi hombro y estos se habían transformado en unas pequeñas manchas negras con forma de triángulo en cada lugar de los dientes. Un sollozo escapó de mi boca por el dolor causado al moverme.
-Jimin. –Dijo él atrás de mí.
No volteé, no quería verlo... no entendía el porqué me había mordido de esa forma. Una de sus manos se posó en mi otro hombro y lo apretó despacio.
-No me toques... -Murmuré entre dientes.
Su mano no se quitó de mi hombro, no emitió ninguna palabra. Me moví lento para levantarme y mordía mi labio para que ningún sollozo escapara de mi boca.
-El dolor pasará... -Dijo haciendo que me molestara.
-¡¿Por qué lo hiciste?! –Exclamé volteando a verlo muy enfadado, sujetando mi hombro.
Nos mirábamos sin decir nada, él aun tenía su forma de humano y eso me distraía más que su forma normal.
-Protegerte. –Respondió después de unos segundos.
-¡Ah! ¿Protegerme? ¡Protegerme! –Alegué sin entender como una mordida podría protegerme. Idiota.
-Sí, tu mío... protegerte. –Repitió, enfureciéndome. Le di un empujón moviéndolo unos pocos centímetros.
-¡NO SOY TUYO! –Grité cerrando los ojos apretando los puños.
-Si lo eres... -Murmuró frunciendo el ceño.
-¡NO, NO LO SOY! –Exclamé golpeándolo nuevamente.
Miré alrededor de nuevo y noté que estábamos en un área restringida, seguramente era la sala donde se reunían los del comité.
Necesito volver con mamá.
Mis ojos se abrieron bastante cuando noté que el aparato de clonación y mi mochila ya no estaban.
-¿Dónde están mis cosas? –Pregunté mirándolo. Él me observó unos segundos sin responder y luego sonrió un poco.
-Están en lugar correcto. –Respondió tranquilo poniendo sus manos en su cadera.
-¿Eh? –Dije sin entenderlo. -¿Lugar correcto?
Él asintió y volvió a sonreír poniéndome incómodo.
-¿Qué lugar? –Pregunté apartando la mirada.
-Con humanos. –Respondió acercándose a una gran ventana para mirar la inmensidad del espacio.
¿Humanos? Él fue... ¿Al refugio?
-¿Fuiste a... -Balbuceé sin terminar la pregunta, no sabía como interrogarlo para saber a que humanos se refería.
-Familia, tú familia. –Respondió de espaldas. Él tenía su mano apoyada en el cristal.
Tenía muchas preguntas y la curiosidad me mataba. ¿Me decía la verdad o solo mentía? ¿Él vio a mi madre? ¿Se refería a el refugio? Y muchas preguntas más.
-Tu madre es linda. –Soltó haciendo que saliera de mis pensamientos.
Esta es mi oportunidad...
-¿Te gusto su cabello rubio? –Pregunté intentando hacerlo caer en la trampa.
-¿Rubio? –Dijo volteando a verme con el ceño fruncido. –Era como sangre...
Sangre... rojo... maldita sea.
-Y amh... ¿Viste a mi padre? –Pregunté sintiendo otra punzada en mi hombro. Él negó y volvió a voltear.
-¿Por qué no me dejaste verla?... –Susurré acercándome de a poco a él.
No me respondió.
-La extraño mucho... -Murmuré a unos pocos centímetros de su espalda.
Aun no decía nada y me estaba desesperando, esto se sentía como un secuestro.
-Quiero verla. -Dije rápido más como una orden. Él negó con la cabeza sin mirarme.
-¡No puedes alejarme de las personas que amo! –Exclamé cerrando los ojos. Mis ojos se humedecieron y las lágrimas comenzaron a caer. Estaba avergonzado.
Deja de llorar, Jimin...
-Tú no puedes... -Él no terminó la frase y volteó a verme. Yo seguía con mis ojos cerrados y los puños apretados intentando dejar de llorar.
-¡Esto es frustrante! –Sollocé pasando mi mano por mi ojo derecho.
Seguí llorando por unos minutos sintiendo su mirada sobre mí. Cuando estaba más calmado lo miré aun con los ojos llorosos y el ceño fruncido.
-Tú alejarte de mí... y yo no querer eso... pero... -Yo lo miré de inmediato esperando que terminara la frase. –Tú amar a tu familia...
Lo miré aguantando la respiración.
-No quiero que te vayas... -Dijo mirándome. –Pero tú...
¿Yo? ¡¿Yo qué?!
-Vamos. –Dijo fríamente caminando a la única puerta del lugar.
Parpadeé sin moverme.
-¿A-a donde? –Pregunté caminando lento hacia él.
Él me miro y abrió la puerta.
-No te separes. –Dijo caminando delante de mí.
El camino fue silencioso, solo veía su espalda y como íbamos por los pasillos de la nave. Yo miraba alrededor por si una de esas cosas aparecía. En un momento choque con su espalda, él se había detenido.
-Shhh... -Dijo sujetándome un brazo.
Al parecer al doblar la esquina del pasillo había alguien más. Él estiró su brazo y sacó la rejilla que había en el techo, me hizo una señal y de la nada me levantó por la cadera para que entrara en él. Subí sin hacer ruido y estiré mi mano para que subiera.
-Adiós. –Dijo con una pequeña sonrisa.
-¿Co-como que adiós? –Pregunté abriendo mucho los ojos.
Pude notar como sus ojos tenían algo diferente... algo que me hizo daño.
Vi como salió corriendo y a los segundos escuché un rugido de esas cosas. Me apresuré a gatear por el conducto y sin darme cuenta en un momento una rejilla del conducto se abrió haciendo que cayera doblándome la muñeca izquierda.
-Mierda... -Dije en el piso sintiendo mucho dolor en mi mano.
Noté que estaba fuera del refugio, ¡Justo en la entrada! Me apresuré a apretar el botón de la pulsera.
-¡Mamá, por favor abre la puerta central! –Dije levantándome del piso.
El mensaje se envió y solo tuve que esperar unos segundos para que la puerta se abriera y mi madre saltara sobre mí.
-¡JIMIN! –Gritó abrazándome fuertemente. Su cabello rojo, su piel suave y sus fuertes brazos.
Oh, mamá...
-¡Mamá! –Chillé poniéndome a llorar mientras le devolvía el fuerte abrazo.
-Eh... am... -Escuché una voz a nuestro alrededor y de pronto nos movieron hacia el refugio. –Creo que es más seguro que hagan eso dentro del refugio.
El padre de Sungjae nos sonrió y parecía lucir mucho más tranquilo.
-Hola, señor Yook... -Dije sonriendo aun abrazando a mamá.
-¡RUBIO! –Exclamaron Minah y Sungjae mirándome.
Al fin mamá me soltó y me apretó las mejillas con muchas lágrimas en sus ojos, no la culpaba por estar así... de seguro se preocupó mucho cuando se enteró de que me había ido.
-Mi niño... -Murmuró cerrando sus ojos. –Me tenías tan preocupada...
-Discúlpame mamá... pero no podía dejar que salieras de aquí... no quería perderte. –Dije limpiándole las lágrimas.
-Yo pude perderte... -Dijo mordiéndose el labio para no llorar más.
-Pero no lo hiciste... aquí estoy. –Agregué sonriéndole.
-Jimin, de verdad estamos agradecidos porque hayas traído agua y el clonador... nos salvamos gracias a ti. –Dijo el señor Yook dándome golpecitos en la espalda.
Entonces él...
-¡Tenemos cooomiiiidaaa! –Exclamó un chico bailando. Todos reímos y volví a ser abrazado por Minah y Sungjae.
-Vaya amigo... te ves... ¿Esa es tu sangre? –Preguntó Minah mirando mi traje.
-No... no es mía... pero esta muñeca torcida si lo es... -Dije haciendo una mueca cuando levanté mi brazo.
Ah Young soltó un gritito y me llevó a los baños con otra mujer para darme primeros auxilios, limpiaron y vendaron mi muñeca para después ponerle yeso.
-Deberías sacarte ese traje, Jimin... -Dijo la mujer intentando acercarse al cierre del traje. En ese momento recordé la mordida de él y me negué.
-Nonono... estoy bien... quiero dormir antes... -Dije negando con la cabeza.
-Pero amoooor... -Murmuró Ah Young acariciándome el cabello.
-Estoy bien mamá... solo quiero descansar... ya sabes, días de locos. –Comenté saliendo de los baños.
Caminé a las literas donde me saqué los zapatos.
Apestas Jimin, iug...
Sonreí un poco y me recosté mirando la otra litera, no tenía fuerzas para subir a la de arriba.
-Jimin... no quiero molestarte pero... después podrías contarnos que viste afuera... -Dijo un chico junto a Sungjae y Minah. Yo asentí y cerré los ojos para dormir.
/ Caminaba por los pasillos de la nave, como el primer día... mi linterna alumbraba bastante poco dejándome a la merced de las sombras y mi traje emitía más ruido que de costumbre. Estaba asustado como si fuera un niño pequeño. El pasillo me llevo al área de reunión, pero este estaba sin cuerpos... yo era el primero. Detrás de mí pude oír un fuerte gruñido y volteé rápidamente. Era él, como sombra...
-Eres tú... -Sonreí intentando acercarme a él.
Él gruño asustándome y se acercó lento hacia mí.
-¿Qué haces?... –Murmuré viéndolo.
De un momento a otro comenzó a correr abriendo su boca. Esos dientes me atemorizaban. Una punzada en mi hombro me hizo recordar la mordida y di un gritó antes de tropezar y caer de espalda viendo esos colmillos frente a mis ojos. /
-¡AHHHH! –Desperté con un gritó completamente empapado de sudor.
-¡Jimin! –Exclamó Ah Young acercándose a mí con los demás.
Toque mi hombro, dolía... dolía mucho.
Como una patada en los huevos ¿no?
Sonreí algo asustado aun.
-Estoy bien... solo una pesadilla... -Murmuré frotándome el ojo.
-¡Al fin despertó! ¡Quiero saber todo lo que viste ahí afuera! –Exclamó Minah sentándose a los pies de la litera.
-¿Alguien me trae un vaso de agua? Esto... esto será complicado. –Dije sonriendo un poco.
-¡Sungjae! –Exclamó Ah Young apuntando hacia la cocina.
-¡Todo el pobre Sungjae, todo yo! –Alegó Sungjae caminando para traer el vaso de agua.