Saliendo del bar, veo llegar a esa cabellera violeta, sus piernas sexys y esa mirada que sino estuviera llena de resentimiento, sería atrapante.
—Inna —la nombro.
—Siempre arruinando las cosas ¿eh? —Mueve uno de los mechones de su cabello detrás de la oreja.
—Culpa de Alen —intercede Mark.
—Como siempre —opina ella.
—¿Vas a ayudarnos o no? —exijo.
—Estoy aquí ¿no?
Inna llama a sus amigos, para ayudar en la búsqueda, grandotes y hasta dan miedo, pero que gracias a ellos obtenemos resultados.
—Los encontraron —dice ella acercándose hasta mí.
—¿Y están bien? —pregunto preocupado.
—Ni idea, solo me dijeron dónde se encuentran, mis amigos son raros —opina.
—Como tú —dice Mark mirándola de reojo y le pego un codazo —Auch, era una broma —Ríe.
—Gracias —le expreso a Inna con una sonrisa.
—Al fin haces las cosas bien, supongo —Se gira —vamonos.
Nos dirigimos rápido en busca de mi chica y el novio de mi amigo, que aún estoy procesando que es su pareja. No es que tenga nada en contra, es solo que ¿Por qué no me lo dijo? Quizás se pudiera haber evitado todo esto. Aunque como siempre Alen llega primero a arruinarlo todo. Ese chico se merece un gran sermón.