Liibera tus demonios «Yoonmin»

By _rmsuho

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Yoongi lo amaba con todo su corazón, habían sido novios durante tanto tiempo, pero ¿Qué fue lo que sucedió? U... More

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By _rmsuho

Todos en la ciudad me trataban con un extraño, después de haber vivido toda mi vida aquí ¿En verdad creían que podría ser tan malvado? ¡Nadie nace siendo malvado! Incluso Lucifer fue un ángel caído, pero creo que uno se vuelve malo cuando se deja envolver por llamas. Aunque, nada de eso me importaba en realidad, sólo él.

— ¿Estás excitado? — preguntó con aquella dulzura en su voz. Amaba esa parte de él, siendo tierno y sexy a la vez.

—Estoy calentando— escuchar su risa fue lo más lindo en todo el mundo, más que cualquier cosa, él se volvía aún más perfecto cuando sonreía.
No pude evitar alcanzar su cuello y besarlo al segundo que él ladea su cabeza para poder reírse a gusto. —Te voy amar toda mi vida, Jimin.

Mini, como solía decirle, se levantó recargado de su codo y malamente yo me tuve que separar de sus labios y verle a la cara. —Ámame solo resto de la mía. — y me besó.

Todo es maravilloso estando a su lado, él era la única cosa en el mundo que me importaba; era mi inspiración, mi edén siendo así lo más perfecto y cálido en donde siempre me podía refugiar, pero todo terminó aquel día.

      

                                               ↪

Desperté tirado en el suelo de mi pequeño apartamento, la botella en mi mano rodó lejos hasta encontrar un calcetín sucio debajo de la alacena.
La resaca que tenía estaba mejor que otros días, últimamente no me estaba causando tanto efecto ¿Debería de probar más cosas? Qué más da.

Me levanté con mucho cuidado, la verdad era que, mis movimientos no eran tan ágiles estando aún intoxicado de alcohol, así que me apoyé de la mesa cercana a la ventana y donde tenía mi pequeño estéreo viejo. Música no estaría mal.

Y sonó la canción, la canción que últimamente pongo porque es la única que me trae tantos recuerdos y me hace sentir tranquilo.
Le subí al volumen y me asomé ligeramente por la ventana ¡Oh, ahí estaban de nuevo! Reporteros, vecinos, toda la ciudad fuera de mi casa y lo cierto es que te acostumbras a la constante agresión de las personas, yo estaba tratando de dar lo mejor de mí.

Cerré los ojos e ignoré los gritos de la gente, aumente el volumen a la música y soñé despierto. Soñé con aquellos días en los que él me bailaba tan sensualmente la misma canción cubierto con una tela demasiado fina en la que yo alcanzaba a ver con claridad cada parte de su cuerpo.

Jimin siempre se ponía contra la ventana de nuestro escondite y ahí bailaba en donde le pudiera dar el sol e iluminar su rostro y partes del cuerpo tan perfecto que tenía. Jimin era bello, demasiado atractivo para ser verdad y no era el único que lo tenía en ese concepto porque su belleza no sólo se quedaba conmigo sino que todos podían admirar lo hermoso que era con su piel apiñonada, su cuerpo un tanto robusto, pero con sus curvas definidas perfectamente. Su cabello castaño suave como algodón, sus labios hinchados carmesí y aquellos diminutos ojos cafés claros que mataban cuando te veía y sonreía.

Nadie podía negar la suerte que tenía al estar con él.

Desperté de mi glorioso sueño, abrí los ojos y ellos seguían ahí, gritando. Dejé que la cortina tapara y así  como estaba recién levantado, busqué mi chamarra y las llaves del auto. Rápidamente, ya tenía los zapatos puestos y las llaves de la casa en mano junto con mi cartera en el bolsillo derecho de atrás, di el último suspiro y salí de mi casa.

La gente con sus carteles gritaban: ¡fuera, no te queremos aquí!, ¡Asesino! y los reporteros me arrollaron con preguntas: ¿Cómo te sientes de saber que tarde o temprano te vas a ir a la cárcel?, ¿Qué motivo poderoso fue el que te empujó hacerlo?, ¿Acaso no lo amabas? Y esa fue la pregunta que me hizo detener a unos pasos de mi carro.

—¡Lo amaba más que a nada en el mundo!— grité tan molesto y mirando a cada una de las personas que tenía frente a mí ¿Quiénes eran ellos y por qué demonios hablaban sobre lo que sentía y no por él? Odiaba esto.

Una de las reporteras más insistentes se fue contra mí cuando el murmullo volvió a ser fuerte y entre tantas palabras y maldiciones se incorporó un ¡Mentiroso, no lo amabas!  — ¿Ya estás consciente de que hay un nuevo testigo? ¿Qué puedes decir sobre el accidente en el laboratorio de Busan?

—¿Qué se siente quedar impune después haber hecho un homicidio?— les di la espalda para poder abrir mi coche y largarme rápidamente de ahí.

Otro gritó justo detrás de mí me detuvo —¡Ruega a Dios que salve tu alma, maldito asesino!

Sentí como una furia gruesa corrió por toda mi espalda volviéndose el motor para voltearme y gritarle en la cara —¡Y yo le ruego al diablo que castigue al asesino y se pudra en el infierno, maldita sea!— me metí al coche y cerré la puerta de un portazo sordo.

Maneje acelerado y con los ojos en la carretera busqué mi celular entre medio del sillón que seguramente se me había caído a noche, al encontrarlo marqué rápidamente a mi abogado. Con el celular en la oreja apoyado de mi hombro, tomé un cigarro y lo encendí con la ayuda del encendedor del carro.

¡Hey, soy Taemin, deja tu mensaje!

Hola, Tae, necesito comunicarme urgentemente contigo, es sobre el caso. Ya ve contestando mis llamadas, por favor. — arroje el teléfono en el sillón de copiloto, todo parecía ser una maldita pesadilla ¿Cómo era posible que todo esto pasara de la noche a la mañana? ¿En qué momento mi vida tomó una ruta tan drástica?

Traté de respirar profundamente, después de todo el estar exaltado no me traería mejores cosas o me arreglaría el problema.
Por el retrovisor vi las camionetas de reporteros y vecinos que me seguían junto con la patrulla asignada a tenerme vigilado para que no pueda huir de la ciudad.
Ni siquiera se me hacía extraño que los vecinos estuvieran día y noche detrás de mí, Daegu a pesar de ser ciudad, es pequeña y toda la gente se conoce aquí. Jimin siempre fue un chico demasiado tranquilo, educado y amable con las demás personas, iba a misa los domingos y hacía debes en cuando obras de caridad, no era una rareza que la gente de Daegu lo quisiera tanto y estuvieran tan devastados e indignados como si fuera su familiar quien fue asesinado. Todos amábamos a Jimin... yo lo amaba.

— Mamá, ¿acaso no estás contenta de que tu hijo sea toda una celebridad?— una vez que llegué a casa de mis padres las demás camionetas se estacionaron, mi madre estaba en el balcón viéndome con aquel gesto que no se distingue si es preocupación o lástima.

—Entra, hijo.

El desayuno estaba servido, papá se encontraba sentado en su lugar favorito: cerca de la ventana y mi hermano junto a mi mamá. Todo parecía normal, un desayuno normal, pero nada era normal. Podía ver en sus rostros la desesperación por protegerme o echarme de una vez a la calle, era una línea demasiado delgada de lo que mis padres querían hacer por mí. Siempre había sabido que no era el favorito, sino este chico frente a mí, HoSeok.

Jale la silla y la incomodidad de su silencio me hizo sentirme más miserable. —No puedes andar contestando a los reporteros, ellos tomarán lo que les convenga y harán puras patrañas. Te van a perjudicar.

—¿Quedarme callado no lo hace peor? ¡Necesito defenderme!

—Te he dicho que tomes a otro abogado, sé que Taemin es tu amigo de la infancia, pero es abogado público ¿Para esto, realmente lo esta haciendo bien?— tome la cuchara y simplemente comencé a revolver la comida. Mamá y mi hermano, hoseok, guardaban silencio mientras veían sus platos sin probar.

—al menos me mantiene fuera de la cárcel, es un gran avance.

Su cara se volvió más dura al mirarme —Te he dicho que tenemos dinero, podemos ponerte al mejor abogado ¡Saldrás más fácil de todo esto!

—Taemin es el único que confía en mi inocencia, los demás abogados simplemente querían hacer un convenio, papá.

—Solo manten tu boca cerrada y no admitas nada.

—Papá, no hay nada que admitir, nada. — mamá se levantó de la mesa, hoseok le dio un ligero apretón en su brazo como diciéndole que todo estaría bien.

—Mira, Yoongi— tomó un plato de la barra y volvió a la mesa. Su rostro estaba tan avejentado, lo había hecho muy rápido en estos meses y todo era debido a mí — No importa lo que hayas hecho, lo importante es que tú eres nuestro hijo a pesar de todo.

—¡No lo mate!— grité aventando la servilleta de trapo al plato y levantándome de un jalón de la mesa.

—¡Oh, por Dios, siéntate!— dijo bastante cansando papá.

—¡No!— caminé un paso y regresé con tanta rabia en mi rostro. — Si no creen en mi inocencia, si han dudado al menos un segundo sobre si lo mate ¿Por qué maldita sea están protegiéndome?— ninguno de los tres habló, tomé su silencio como una respuesta clara y precisa. —¡Yo no lo hice, si lo hubiera hecho me convertiría en un maldito monstruo!

Salí rápidamente por la puerta corrediza, agarré un pequeño florero y lo tire lejos como modo de bajar mi coraje, debía romper algo. De mi bolsillo de la chamarra saque un cigarro, me coloqué la capucha y sencillamente me senté a tratar de tranquilizarme con la ayuda del cigarro.

Detrás de mí escuché la puerta correr y el sonido del saxofón se escuchó suave. Hoseok. Él tenía unas manos maravillosas, él podía tocar cualquier instrumento que se le pusiera enfrente y tocarlo con una naturaleza impresionante. Gracias a él, la familia Min se hizo conocida entre la industria de la música, desafortunadamente el accidente de Jimin vino a ocasionar que muchos truncaramos nuestros sueños.

Se sentó junto a mí, lo miré y sólo tuve un pensamiento: ¿Por qué no fui tan magnífico como él? Tal vez yo en verdad era el problema, algo en mí estaba mal y tenía estos instintos asesinos, pero ¿Asesinar al hombre que he amado toda mi vida?

—Tengo que salir de la ciudad, a un lugar vecino. Muy cerca de aquí, tengo presentación, pero he estado dudando en ir. No quiero dejarte solo en esto, hermano— le sonreí y alcancé su rodilla, le di una suave caricia.

—No, tú debes de ir, ve, yo tengo que solucionar esto por mí mismo.

—Hoseok, está bien si te quieres ir a tu presentación— mi hermano volteó y yo me levanté a saludar a mi mejor amigo Taemin al escucharlo. Hoseok le dio un golpe de puños, a veces me sorprendía que cuando éramos niños nos llevábamos tan bien y ahora hay una desunión entre mi hermano y Taemin, nunca intenté averiguar el motivo; tal vez sea que cuando creces algunos buscan amistades nuevas y en cambio yo, perduré con él. —Lamento no haber atendido tus llamadas, había estado ocupado.— se acercó una silla y se sentó frente a nosotros.

—Me puedes decir ¿Qué es eso sobre lo que le pasó al laboratorio en Busan?

—Sí, se quemó— de su portafolio sacó varias carpetas llenas de papeles. —Las pruebas de la autopsia y las demás investigaciones que le hicieron a Jimin se perdieron en el incendió.

—¿Qué?— pregunté molesto —Son las únicas pruebas que podían sacarme de todo este maldito problema, con los análisis podían ver que no fui yo quien lo mató. Y de todos modos, ¿Quién es ese supuesto testigo que apareció? Lo esta jodiendo todo.

—No creo que nos perjudique lo del incendio, pero el supuesto testigo, estaré al pendiente. Además voy a invalidar tu confesión— metió sus papeles al portafolio.

Me levanté ya cansado, molesto— ¡Hazlo, la maldita policía sólo busca meterme a la cárcel! ¡Y realmente no fue lo que dije!

—Hey, hey, tranquilo, hermano— hoseok me tomó del brazo e hizo que me volviera al piso.

Taemin sonrió —A mí no me tienes que convencer, creo en ti.

Ciertamente él era el único que confiaba en mi inocencia. —Sé que sabes que no pude ser yo.

—No eres capaz de matar.

Negué —Te equivocas, crees que no puedo matar, no a él, pero encierrame en un cuarto con el maldito asesino y veremos.

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