Daño Colateral

By MariaJose019

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# Un secreto que desata emociones. More

1. Volver a la Realidad
2. El Reencuentro
3. Realidad y Ficción
4. Confesiones
5. El sentimiento
6. Consecuencia
7. Una reconciliación corta
8. Camino al abismo
9. La Busqueda
10. La Confesión
11. ¿Me vas a besar?
12. Revelación
13. Apoyo
14. ¿Así es el Amor?
15.- Dos días de cita (1)
16.- Dos días de cita (2)
17.- Propuesta
18.- Sólo las dos
19.- Cerrando un Ciclo
20.- Parte de mi vida
21.- No sé que hice para Merecerte
22.- el secreto y la decisión
23.- Te voy a Salvar
24.- Visita Inesperada
25.-Cita Doble
26.- ¿Lo que pasa en Suiza, queda en Suiza?
27.- La última noche
28.- Buena suerte en el amor
29.- Una familia
30.- Esperar no es Luchar
31.- Sin mirar atrás
32.- Plan B
33.- Shock
34.- Que comience la nueva vida
35.- La entrevista
36.- La reunión
37.- Un almuerzo inusual
38.- Mina Myoui
40.- La mujer más hermosa del mundo
41.- El día más triste
42.- Celos
43.- Una decisión
44.- Nos vamos a casar
45.- Es hora de dejarnos
46.- Una llamada reveladora
47.- Nos acaban de besar
48.- Las 9 o nada
49.- ¿Me harás rogar?
50.- Reconciliación part 1
51.- Reconciliación part 2
52.- El día D
53.- !Si quiero!
54.- Una despedida de soltera diferente
55.- Camino al Altar
56.- La habitación 16
57.- Sólo minutos
58.- FINAL

39.- Explicaciones

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By MariaJose019


Nayeon

-¿Por qué no abres la maldita puerta? – seguí tocando el timbre pero nada, decidí llamar por última vez – contesta, contesta – hasta que por fin contestó - ¡Dios, te llevo llamando como una hora! – exclamé enojada.

-Lo siento, estaba ocupada.

-Estoy afuera de tu casa.

-Iba saliendo a abrir la puerta, espérame ahí – colgué el celular y no pasó ni un minuto cuando vi a salir a Yeri de su casa con una tipa. La mano de la tipa estaba dentro de uno de los bolsillo traseros del pantalón de Yeri mientras que ella, no dejaba de besar el hombro desnudo de la chica – Hola Nayeon – la miré durante algunos segundos.

-Te espero adentro – sabía que, por la mirada de la tipa me había reconocido. Probablemente podría hablar con una revista o algún periodista y contarles que estaba con Yeri. No era secreto que Yeri había vuelto a consumir y ya no formaba parte de Red Velvet hasta que realmente mostrara importancia en su salud.

Cuando entré a su casa no paso mucho tiempo en darme cuenta que había tenido una pequeña fiesta la noche anterior. Había vasos, botellas y drogas por todos lados. Mirando este desorden, me costaba creer que hace algunos años yo vivía en esta misma situación.

-Que sorpresa tenerte por acá – Voltee al sentir la voz de Yeri. Llevaba puesto un short de pijama con una sudadera que dejaba entre versus pechos por los costados. También, me di cuenta que se había tatuado los brazos y las piernas - ¿Algo para tomar?.

-¿Tienes algo sin alcohol? – ella sólo sonrío, lavó un vaso y me sirvió agua con hielo – no sé porque no me sorprende.

-Aún no me responden querida amiga – caminó hasta su terraza y prendió un cigarro – sabes, nada más relajante que un cigarro después de haber tenido sexo.

-¿Te acostaste con esa tipa? – Yeri me miró solo para reírse irónicamente – tomaré eso como un si – caminé hasta su terraza y me senté frente a ella – Momo volvió – su rostro se mostraba sorprendido - ¿Por qué esa cara?

-Se que habíamos hablado muchas veces antes, de manera supuesta que este día podía llegar pero, nunca creí que realmente volvería a Corea.

-¿Se supone que tenía que quedarse en San Francisco toda su vida? – le arrebaté el cigarro de su mano izquierda y me lo llevé a la boca. En situaciones extremas de estrés siempre, pero siempre, necesitaba fumar.

-No, en algún momento tenía que volver, eso lo sabemos pero, creo que dos años es poco.

-¿Poco?

-Si, si quedó tan mal después de haber terminado contigo creo que 2 años es poco.

-En dos años ha logrado muchas cosas.

-Eso también es raro. Una persona que ha estado tan mal emocionalmente no logra todo lo que ha logrado ella de manera tan rápida.

-Allá tuvo apoyo.

-De todas formas no me importa mucho lo que haga. ¿Ya hablaste con ella?

-No se si hablar sea la palabra correcta.

-¿Ya se gritaron? – sonreí mientras la miraba.

-Nos invitó a comer a todas a un restaurante de comida Tailandesa, cuando entramos comenzó a hablar de lo que había pasado en San Francisco y llegué a un punto en que no podía seguir escuchándola. Sentía que me estaba hablando a mí, que de cierto modo, quería hacerme sentir culpable.

-¿Qué hiciste?

-Me levanté y me fui, ¿Qué mas iba a hacer?

-¿Qué hizo ella?

-Salió corriendo detrás de mí – inconscientemente se formó una sonrisa en mi rostro – me dijo un par de cosas, claramente aún está dolida por todo.

-¿Cuándo le dirás por qué no tomaste ese avión con ella?

-No creo que haya necesidad de hacerlo.

-¿La quieres recuperar? – me quede callada – Nayeon...

-Solo quiero terminar esta demanda y volver a mi vida, a mi tranquilidad.

-¿Cómo está tu abuela?

-Sigue internada, pasé a verla antes de venir a tu casa.

-¿Sabe que Momo volvió?

-No le he contado nada, prefiero que descanse a que su cabeza piense y piense tonteras, después de todo, ella fue de gran ayuda en el tiempo en que nos separamos con Momo.

-¿Crees que tenga pareja?

-Si – respondí sin pensarlo – no tengo idea quien puede ser.

-Es difícil ocultar una pareja en los Estados Unidos y, aún más, si eres celebridad. ¿Cómo crees que lo ha hecho ella?

-Probablemente sea de su círculo cercano.

-¿Mina?

-Por favor, no me hagas reír. Entre Momo y Mina es imposible que pasará algo. Probablemente sea una de sus profesoras en la academia – en ese momento el celular de Yeri comenzó a sonar.

-Disculpa, es un mensaje las chicas – Yeri desbloqueo su celular.

-¿Por qué tienes esa estúpida sonrisa en tu rostro?

-Creo que deberías ver esto.

Yeri me pasó su celular, lo tomé con mi mano derecha y comencé a leer el artículo que venía abierto. Era de la revista Billboard de USA. No tardé mucho en darme cuenta de que el artículo hablaba de Momo. Comenzaba nombrando que era una de las celebridades internacionales mejor pagadas en el ambiente de USA también, nombraban a las personas que habían contribuido en el éxito de la japonesa. Era más de lo mismo.

-No dice nada nuevo.

-Lee acá, acá – Yeri apuntó a la última página del artículo en dónde había una entrevista a Momo que se había hecho un mes antes del viaje a Corea. Se le preguntaba por su estado civil y ella respondió que llevaba un año y medio con alguien, que no había querido hacerlo público antes porque, quería terminar su tratamiento psicológico y psiquiatra. Dijo que la persona que estaba a su lado era una mujer increíble, se preocupaba de ella, era tierna y sexy. Tenía la mezcla perfecta de risas y seriedad que necesitaba su vida. También dio a entender que si no fuera por ella probablemente no estaría acá frente a nosotros ahora mismo. "ella me salvó la vida, su nombres es Mina Myoui".

-Mina... - repetí su nombre – No... no puede ser.

Momo

El agua tibia de la ducha caía sobre los hombros tensos de Mina. Aunque no le miraba el rostro sabía que tenía los ojos cerrados, no había sido un buen día para ella después de todo. Mis manos se fueron a la parte superior de sus hombros y comencé a hacerle masajes. Movía mis manos con delicadez, no quería dañarla, ni mucho menos que sintiera dolor. Ella era mi muñeca de porcelana.

Trate de recordar en que momento caí a sus pies pero, era difícil. En San Francisco todo se volvió loco de la noche a la mañana y ella, ella siempre supo estar. Fue mi sonrisa cuando no podía hacerlo y fue mi risa cuando no podía reír.

-Me encanta tu espalda – me acerqué a su espalda y besé su piel desnuda – eres hermosa.

-Me encanta tus manos – Mina volteo y quedamos frente a frente. Noté como su mirada comenzaba a vagar por todo mi cuerpo – demonios, nunca terminaré por acostumbrarme a ellos – sus dedos acariciaron mis abdominales.

-¿Los quieres besar? – Mina me miró y una sonrisa en su rostro se formó.

-Ni siquiera tienes que preguntar – Mina se arrodilló en la ducha y sentí como la punta de su lengua vagaba por mis abdominales. También, sentí como sus dientes jalaban despacio mi piel. Me morí los labios y miré hacía el techo, era increíble con su lengua – te juro que con solo mirarlos todo en mi interior se enciende – mi mano derecha se fue hasta la parte posterior de la cabeza de Mina, apenas sintió el contacto sus ojos miraron hacia arriba. Era una escena tan erótica - ¿Me harás el amor? – su voz me volvía loca.

-Mierda Mina – la tomé desde sus brazos e hice que se levantara, la pegué a la pared de la ducha y junté mis labios con los de ella. Mina tenía el hábito de morder mi labio inferior y succionar mi lengua mientras no besábamos. Era un hábito que lograba encenderme, una vez que lo hacía ya no podía parar – me encantas – besé su cuello, bajé por sus clavículas hasta llegar a sus pechos. Pasé mi lengua por entremedio de estos hasta llegar a su mentón. Ella tenía los ojos cerrados y sus labios estaban rojos e hinchados. Mi mano derecha comenzó a bajar, toqué sus abdominales y arañé despacio, ella dejó escapar un gemido – me encanta escucharte – susurré a su oído – te quiero Mina, lamento el mal momento de hoy día – mi mano continuó bajando hasta llegar a su centro. Estaba completamente húmeda – te demostraré lo mucho que me importas.

No tardó mucho tiempo para que los gemidos de Mina se apoderaran de todo el entorno. Sus gritos eran melodías para mis oídos. Sabía lo mucho que le encantaba que hiciéramos el amor de pie y, aún más, en la ducha. Nuestros pechos se rozaban con el vaivén de mis envestidas y sus piernas temblaban sin poder controlarse. De a poco comencé a subir mi velocidad y junto con eso, los gemidos de mina fueron incrementado, sus uñas arañaron mi espalda haciéndome gritar en su oído – Momo... Momo... yo... ¡Dios! – mi nombre saliendo de su boca era una de los mejores descubrimientos que había hecho – No pares – no lo iba hacer, no hasta que te corras – Te quiero – susurró en mis labios.

-Yo igual te quiero Mina – después de esa confesión Mina se dejó llevar. Llegó a un orgasmo increíble. Se aferró a mi cuerpo para no terminar de rodillas en la ducha. Podía sentir como su respiración trataba de volver a la normalidad y cómo, la punta de sus dedos acariciaba mi nuca.

-Me encantas – dejé un beso en su frente – por si te había olvidado – nos quedamos mirando y ella junto nuestros labios.

-Eres exquisita – en ese momento sentimos cómo nuestros celular no dejaban de sonar. Pensamos que algo había ocurrido así que nos salimos con cuidado de la ducha y corrimos hasta la cama en donde habíamos dejado nuestros teléfonos - ¿Quién era? – preguntó Mina.

- Heechul – respondí – y Mike, Jihyo, Sana, Jeongyeon.

-Yo tengo llamadas perdidas de Heechul, Mike, Dahyun, Chaeyoung y Nayeon – nos quedamos mirando.

-¿Porque siento como si hubiera pasado algo? – Le devolvería la llamada a Heechul – llamaré a Heechul – el teléfono sólo sonó una vez.

-¿Por qué no contestas?

-Estaba ocupada – respondí.

-Dios Momo te juro que te mataré cuando vuelvas.

-No estoy entendiendo que fue lo que hice.

-¿No hasta visto tus redes sociales?

-No, estaba en una ducha – miré a Mina quien sonrió, probablemente recordó lo que acabábamos de hacer ahí adentro.

-Con Mina lo más seguro.

-¿Qué?

-Soy tu socio en la demanda, en la academia ¿verdad?

-Si.

-Entonces explícame, cómo es que me acabo de enterar que tú y Mina llevan saliendo 1 año y medio – me quedé callada. Recordé la entrevista que había dado hace un mes y medio atrás. Me dijeron que saldría en algún momento pero nunca dijeron fecha. Probablemente ya todo el mundo se había enterado, incluso Nayeon. Pude ver a distancia cómo Mina iba a contestar su celular. Apretó el alta voz y contesto.

-Te tengo que cortar Heechul.

Corté la llamada y, como había supuesto era Nayeon llamando a Mina.

-Hola – contesto Mina.

-¿Hace cuánto? – pude darme cuenta que estaba llorando.

-¿De que hablas? – Mina no sabía que era lo que había pasado.

-¿Hace cuánto me estás viendo la cara de imbécil?, ¿Disfrutaste viendo a hacerme el papel de idiota? – Mina me miró.

-Nayeon, de verdad no sé de qué estás hablando.

-¡Oh! Por favor Mina, ya no hay necesidad de mentir.

-Nayeon, no sé de qué estás hablando. Oriéntame.

-Ok, lo haré. Me acabo de enterar que llevas 1 año y medio acostándote con Momo – La mirada de Mina se elevó hasta donde estaba yo – te llame durante 2 años, todos los días para saber de ella y tu me decías que todo estaba bien, que no pasaba nada.

-Nayeon, no sé cómo te enteraste pero, nunca fue mi necesidad hacerte daño. Nunca te mentí cuando llamaste preguntando por ella, una cosa diferente es hablarte de mi vida privada.

-¿Tu vida privada? Mina, somos amigas. Tú fuiste una de las primeras persona que se enteró que estaba enamorada de Momo. Tú me ayudaste de cierto modo a estar con ella. Sabías que aún la amaba – Mina volvió a mirarme – sabías que la esperaba, sabías que la seguiría esperando.

-No creo que debamos tener esta conversación por teléfono. Por mucho que me cueste aceptarlo quizás, sólo quizás, si te merezcas una explicación.

-Respóndeme algo.

-¿Qué?

-¿Ella es feliz?, ¿sonríe todas las mañanas?, ¿Sigue viéndose igual de hermosa por las mañanas?. Sólo dime si volvió a sonreír y a reír – Mina no podía responder eso. En el fondo, las dos sabíamos que la pregunta que estaba haciendo Nayeon era más que eso. Ella quería saber, si Mina me había de vuelto la sonrisa porque, si era así entonces ella no tenía nada más que hacer.

-Si Nayeon – respondí por Mina quien no me quitaba los ojos de encima – Mina me devolvió la sonrisa y la risa – tomé la mano de Mina – ella nunca quiso dañarte. Si lo mantuvo en secreto fue porque yo se lo pedí.

-Momo – Nayeon no dejaba de llorar.

-Dime – podía escuchar sus sollozos detrás del teléfono – Nayeon... - dije su nombre.

-Me alegro que seas feliz – ella terminó cortando la llamada.

-¿Por qué todo el mundo se enteró? – Mina se acercó a mi.

-Hice una entrevista hace un tiempo, me habían dicho que no saldría. Quería que saliera para tu cumpleaños y hacer esta relación algo formal – Mina sonrió – creo que se adelantaron y salió esta mañana en los Estados Unidos.

-¿Sabes que te quiero? – no le mentí a Nayeon, realmente me gustaba Mina, realmente sentía cosas por ellas. Me gustaba verla sonreí y ella me hacía feliz. Y ser feliz era un estado que había perdido hace ya, mucho tiempo atrás.

-Te quiero Mina – el celular de Mina volvió a sonar - ¿Es ella? – Mina asintió con su cabeza.

-Supongo que sólo quiere saber si es verdad – le saqué el celular de las manos - ¿Qué haces?

-Ha sido un día lleno de cosas estresantes. Acabamos de ducharnos – me acerqué a ella – de hacer el amor. ¿Te parece ir a cenar?

-Creo que prefiero comida a domicilio – me acerqué y besé sus labios.

-Excelente elección.

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