Blanco.
Eso era lo que Joshua esperaba verse rodeado una vez que abriese los ojos. ¿o era porque era lo último que su cerebro fue capaz de recuperar antes de que perdiera el conocimiento?
El chico castaño se veía acostado en medio de la carretera una vez que recuperó el conocimiento. El duro e incomodo lugar en el que su cuerpo delgado se apoyaba se volvía más palpable con el pasar de los segundos. Entonces reaccionó.
Sus parpados que pesadamente se negaban a darle paso a la luz intensa que venia del sol se abrieron de golpe con un sobresalto. Y como si fuese una reacción en cadena su cuerpo lo obligo a sentarse. Y la confusión y angustia no tardaron en llegar.
En efecto estaba sentado a mitad de una calle que estaba seguro de que siempre procuraba en su camino de ida y regreso entre su casa y el colegio; pero eso era posiblemente lo que menos conflicto le causaba en ese momento. Y aunque ese había sido el ultimo lugar que sus recuerdos le indicaban que había estado, algo andaba increíblemente mal.
Esa gran calle que conocía de sobra, una de esas en las que en un punto del día parecía que todos decidían pasar estaba desierta, completamente estática, como si estuviera dentro de una foto del sitio.
No había ni una sola persona, animal o algún indicio de vida. Maldita sea, ni siquiera estaba seguro si había aire entrando en sus pulmones.
Y con torpes movimientos se levanto del suelo, girando la cabeza hacia todas las direcciones, buscando alguna señal que le indicara lo que sea.
—¿Hola? — con una voz ronca y baja que se le hacia desconocida a sus propios oídos habló por primera vez
Con pasos inseguros comenzó a andar sin tener realmente un rumbo fijo.
—¿Hola? — pronuncio nuevamente con esa voz desconocida, pero en un tono más alto esta vez
La desesperación comenzaba a consumirlo lentamente
—¿¡Hay alguien!?— grito desde lo más profundo de su garganta.
Caminaba rápidamente mirando constantemente a sus alrededores, no había posibilidad de que realmente estuviese completamente solo.
—¡Oye! — una voz bastante lejana gritó a las espaldas de Joshua
Alterado, el castaño se giró hacia donde provenía la voz, en un comienzo no encontrando la fuente de este llamado, pero prestando un poco de atención escucho pasos acercándose. Finalmente vio al dueño de tal voz, el cual aun estaba a una distancia considerable, pero la falta de sonido o siquiera viento lograba que esa perturbación en el ambiente llegara hasta él.
Lo primero que notó de la persona que corría en su dirección era el cabello platinado que tenía, y mientras más se acercaba notaba que eran posiblemente de casi la misma altura y tal vez también de casi o la misma edad.
Estaba aun un poco sobresaltado por el hecho de que hubiese encontrado otra forma de vida, y que fuese un humano. Es cierto que se habían cruzado plantas en su camino, pero de alguna manera parecían tan inertes como estatuas, nunca había notado el impacto que las pequeñas brisas de aire hacían, dar ese toque de vida para los seres que no se podían mover de manera autónoma.
Una vez que el chico de cabello platinado estuvo frente a Joshua, con el cual prácticamente había chocado y posiblemente hubiese azotado contra el suelo si no hubiera sido el castaño que lo sostuvo por los brazos, tomo varias bocanadas de aire antes de siquiera articular una silaba.
Al mirarlo de cerca Joshua notaba que el cabello de este chico si lo mirabas detenidamente podría también pasarse por un azul metálico muy claro. Y mientras esperaba que su acompañante recuperara el oxígeno que había perdido al correr se dedicó a analizarlo.
Tenia los ojos pequeños, posiblemente líneas rectas cuando los tenía cerrados, y aunque su complexión era de hecho muy delgada, sus pómulos eran prominentes, posiblemente cuando sonreía sus ojos se encogían al ser empujados por estas mejillas regordetas.
—¿estás bien? — fue lo primero que se le vino en mente a Joshua
El otro chico hizo un gesto con la mano, agitándola vigorosamente, lo cual Joshua realmente no sabia como interpretar; si estaba diciendo que se encontraba bien, o mal. Lo tomó por lo segundo, pues el chico había corrido una larga distancia, además que había logrado llegar bastante rápido a él.
—tu...— al fin lograba articular las palabras, aunque respiraba ruidosamente —¿tú eres algún... algún tipo de ángel? —
El castaño frunciendo el ceño no podía encontrarse más confundido.
—Perdona ¿qué...? — aún sosteniendo al chico de ojos pequeños por los brazos para que no cayera, lo miraba confundido.
—¿Acaso estoy muerto? —se sentía un poco de desesperación en la voz del de pelo plateado, quien después de un rato al fin lo miro directamente a los ojos.
Este ultimo tomó de los hombros a Joshua con los ojos un poco vidriosos.
—Dime por favor... ¿estoy... estoy muerto? —el agarre que tenia en los brazos del castaño se hacia más fuerte e insistente.
—No... No lo sé, ni siquiera yo sé qué está pasando ahora mismo— alterado por la situación actual se sentía un poco atacado, tal vez no por el otro chico, pero por lo que estaba pasando. Estaba en el mismo punto de ruptura que este otro chico.
Ambos estaban en un punto que se sentían al borde de la más intensa desesperación, haciéndolos incapaces de siquiera hablar, todas las ideas que había inundado sus cabezas en un punto habían sido arrasadas por un huracán y quedaba nada más que desorden y caos, un caos vacío.
—Oh nada de eso —y después de lo que parecieron siglos, una voz intervino en el momento, esta vez era una voz femenina.
Alterados, como lo estuvieron todo este tiempo, dirigieron sus miradas hacia esta suave voz que había sonado tan cerca como si estuviese a su lado. Y efectivamente ahí estaba, a su lado.
Una chica de baja estatura, al menos en comparación de ellos, y de largo cabello castaño pajizo estaba ahí parada con una sonrisa demasiado calmada pese a la situación en la que se encontraban.
La chica, que no parecía ni mayor ni menor a ellos, había captado por completo toda la atención de los chicos, que con los ojos bien abiertos la miraban, esperando respuestas.
—¿A qué te refieres? —Joshua pregunto con un tono ligeramente desesperado, al ver que la chica no decía nada más.
—en primer lugar, este chico de aquí no es un ángel —dijo señalando a Joshua aún con una sonrisa en los labios, aún con la imperturbable calma en su voz —peeero yo si lo soy—
El castaño y peliplateado intercambiaron miradas, con una mezcla de confusión y un poco de terror reflejados en sus ojos.
—entonces... ¿si estamos muertos? —el de ojos pequeños dijo, con un dejo de voz perturbado. Joshua creyó haber escuchado que la voz de este se había quebrado al finalizar su pregunta, pero no estaba completamente seguro.
—ese es el segundo punto, no, ustedes siguen vivos—
La chica posiblemente no lo sabía, pero había quitado un peso del tamaño del mundo de los corazones de los chicos, quienes, aunque seguían asustados y perturbados, sentían que saber que al menos estaban vivos les daba un poco de tranquilidad.
—pero... lucharán para que sigan como tal —y por primera vez desde que se encontraron, la chica se escuchó terriblemente seria.
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Hola personas hermosas. Ya sea que me sigan desde antes o apenas hayan llegado.
¡Gracias por llegar hasta este punto! Espero que después de esto sigan interesados en seguir, porque estoy emocionada con este fanfic y espero poder recibir su amor y apoyo.
Como dice en el título, el fanfic es mayormente centrado en JiHan, pero no será la única ship, y tampoco el tema principal, si han leído un poco mis otros fics me gusta complicarmela (okay, tampoco hay mucho de dónde referirme en cuanto esto... jaja ¡pretendo escribir más!)
Y eso, sinceramente gracias y espero mucho que sigan aquí para lo que sigue.
Dejen muchos comentarios y amor TT
¡Intentaré subir un nuevo capítulo semanalmente!
17-07-18 primera publicación.
(Por cierto ¿ya vieron el comeback? Morí, estoy muerta)