Todo se fue al borde, cariño, cada parte de mi ser lleno de frágiles pedazos, está gritando por tu abrazo.
Todo se fue al borde, cariño, y mi esperanza fragmentada por la culpa, está gritando por tu abrazo.
Sediento estoy, cariño mio, de el manantial que hay en tus labios, del frio inverno en tu mirada, y la calidez de tu sonrisa acompañando la velada.
La luz de la luna nos acompaña, e ilumina aquel borde dónde cayeron nuestras almas desenfrenadas a causa del amor, los besos, y caricias desesperadas.
Pero no te preocupes, cariño, que junto aquel borde esperaré con ansias la llegada de aquel amor tan fiel naciente del alma.