Hoy les traigo dos capitulos nuevamente 👌
Cap (1/2)
===================
Jason: Te extraño 😩😭😭
Jason dejo a un lado el teléfono, no quería volverse ese tipo de novio ensimoso que estaba todo el día enviando mensajes, pero cuando se trataba de Billy, simplemente lo quería a su lado las veinticuatro horas del día. Vamos que era sábado y su idea de un "buen sábado" no era quedarse solo en casa y sin embargo era lo que había. Su teléfono se ilumino con la entrada de un texto.
Billy: También te extraño 😢😢
Pero sabes que fui secuestrado.
Billy: por favor dime que estas divirtiendote sin mi....
Jason sonrió dándole un vistazo a su regazo, en el cual tenía un libro abierto, uno que había estado intentando leer sin mucho éxito.
Jason: En realidad estaba terminando de leer un libro que tenía pendiente ¿eso cuenta como divertirse para ti?
Billy: Totalmente y sabes que, quisiera estar ahí contigo. ¿Alguna vez te he dicho lo sexy que luces cuando estas enfrascado en un libro? ¡Yom!
El castaño soltó una carcajada, solo Billy lograba subirle el animo de esa manera.
Jason: Gracias por el cumplido, pero solo haces que te extrañe aun más y justo ahora tengo unas ganas tremendas de besarte.
Billy: ¡Oh! No vayas por ese camino, amigo. Estar lejos de ti ya es suficiente tortura, ten piedad de mi pobre alma.
Jason: Esta bien, esta bien, no te molesto más...pero no olvides enviarme un mensaje antes de irte a dormir, quiero darte las buenas noches.
Billy: De acuerdo, ten una linda lectura................😘😘😘😘
Jason dejó el teléfono a un lado e intento reanudar su lectura nuevamente, pero no pudo. Extrañaba demasiado a su novio y eso que habían pasado la mañana juntos y luego...luego Aron y Max lo habían llamado para hacer una pijamada. Billy había tratado de negarse, entonces sus amigos había usado la vieja técnica de el chantaje: "Nos tienes muy abandonados, te extrañamos" y por supusto que Billy había terminado cediendo.
Jason de verdad entendía que Billy pasará tiempo con sus amigos, sin embargo ahora que eran novios ya no le resultaba tan fácil compartir la atención de su rubio. Se recostó contra la cabecera de la cama y medito las cosas un momento.
Hasta ahora su relación con Billy iba bien, tan bien como podía teniendo en cuenta que además de Scarlett y Henry, nadie lo sabía.
Hablando de Henry, él si que lo había tomado bastante tranquilo y en esos últimos días Jason había notado que su mejor amigo realmente estaba tratando de llevarse bien con Billy, lo que era un gran alivio. No quería ni imaginar como hubiera sido si Henry no lo hubiera apoyado...por eso mejor ni pensar en ello.
Un maullido lo sacó de sus pensamientos. Amadeus acababa de entrar por la ventana, la cual se mantenía abierta precisamente para que el minino pudiera salir y entrar a su antojo.
—Hey, ven aquí. —Jason palmeo la superficie de la cama y Amadeus no tardo en llegar a su lado. —Creo que debería ponerte un horario, estas llegando muy tarde jovencito y si tu papi se entera seguro nos metemos en un lio.
Le dio un vistazo a la hora en su teléfono y en efecto, eran cerca de media noche. Acarició la cabeza peluda de su mascota y este empezó a ronronear agusto. De pronto el minino se aparto levantando la cabeza y moviendo las orejas y la cola en estado de alerta.
—¿Qué sucede?—Jason obtuvó su respuesta cuando escuho un auto estacionandose fuera de la casa. —Debe ser tu abuelo...—Se rió de si mismo por seguir hablando con Amadeus como si se tratara de su hijo, pero no podía evitarlo.
Jason se pusó de pie y se asomo por la ventana y en efecto su padre acababa de llegar, lo extraño es que no dejó el auto en el garege, sino que lo dejó mal estacionado en el caminillo de entrada. Aunque era probable que pensara salir nuevamente y por eso no guardo el auto de una buena vez.
Se apartó de la ventana y se disponía a volver a su libro cuando el alboroto empezó. Lo primero que escuho fue un portazo que resono por toda la casa y luego escucho como su madre salía de su habitación y bajaba corriendo por las escaleras. Jason se acercó a su propia puerta dudando si bajar a ver que sucedía.
—¡¿Qué crees que estas haciendo?! —Esa era la voz de su madre y no sonaba nada feliz.
—¡No me molestes!— la voz de su padre se escuhaba atropellada. —¡Alejate de mi!
—¡No pienso dejarte andar por la casa en ese estado!
—¡Es mi puta casa y hago lo que me de la puta gana! ¿Entendido?
El silencio reino por un par de interminables minutos y entonces algo se rompió. Y a juzgar por el sonido de cristales repiqueteando contra el suelo, probablemente era uno de los cuencos de cristal que servían como decoración en la sala. Fue entonces que Jason decidió que era hora de bajar. Se precipitó por las escaleras y camino directo a la sala en donde se encontraban sus padres y como supuso, uno de los cuencos de crsital estaba hecho añicos a los pies de su padre.
—¿Qué esta pasando?— preguntó con cautela.
Su madre se giró a verle, llevaba el cabello recogido en un moño desordenado y usaba una bata sobre el pijama. Su padre en cambio estaba usando un traje de sastre como era costumbre, pero esta vez lo llevaba desaliñado y la corbata colgaba de uno de los bolsillos de su pantalón, el cabello que usualmente estaba bien peinado, lucía todo alborotado; y quizá lo que más alarmo a Jason fue lo enrojecidos que tení los ojos. Estaba borracho.
—Pero mira nada más— dijo su padre tambaleándose en su dirección —Es el inútil de mi hijo.
—Cállate— siseó su madre interponiendose entre los dos. —Jason, ve a tu cuarto.
—Pero mamá...
—Apuesto a que ni siquiera recuerdas que día es hoy— su padre se detuvó y le clavó esos ojos grises que parecían duros como el acero.
—Es sábado— susurró Jason aun sabiendo que debió quedarse callado.
—¡Hoy es el aniversario de la muerte de Andrew!— gritó el hombre— pero ni a ti ni a tu madre les importa.
Jason se quedo completamente quieto ¿era cierto lo que decía su padre? ¿Era el aniversario de la muerte de su hermano? ¿Cómo es que lo paso por alto? Se estremeció de pies a cabeza, sintiendo como un malestar se acentaba en la boca de su estomago.
—Lo olvide...yo solo lo olvide. —Él nunca lo olvidaba, nunca.
—Tranquilo Jason, todo esta bien— dijo su madre dándole una sonrisa tensa. —Esta bien si lo olvidaste, ahora ve a tu habitación...
—¿Por qué tuvo que morir él?— Jason desvió la vista hacia su padre, quien estaba tirándose del cabello. —Andrew iba a ser un gran hombre. Estaba destinado a ser una estrella del futbol, tendría tanto éxito en su vida...y solo murio. —El hombre dio un paso al frente blandiendo sus brazos sin coordinación— ¿Y qué me queda a mi? Una esposa que solo sirve para criticarme y un hijo mediocre que nunca hará nada bueno con su vida.
El castaño retrocedió como si lo hubiera empujado, porque su padre estaba viendolo directamente con esa mirada cargada de decepción y reproche ¿qué demonios estaba sucediendo?
—¡Callate Joseph! ¡solo cierra la maldita boca! — Amanda Cooper había empezado a temblar —Jason también es tu hijo y no merece que lo trates de esa manera ¿acaso no ves el daño que le haces?
—Jason es tu hijo—dijo el hombre seriamente, por un segundo, pareciendo más sobrio que antes —Andrew era el mio.
—Basta, por favor. —Rogó Jason sintiendo como su cuerpo pesaba demasiado.
—Eres un imbécil, Joseph— gritó su madre y entonces todo sucedio muy rápido.
Joseph Cooper dio un paso al frente y le dio un empujó a su esposa tirándola contra el suelo.
—¡Mamá!
Jason se hecho hacia adelante con una oleada de rabia derramandose por sus venas. Empujó a su padre con fuerza y sorprendentemente el hombre pudo mantenerse en pie. Jason que no se lo esperaba, no pudo defenderse del puñetazo que Joseph le lanzó, dándole directamente en la boca con tanta fuerza aue se le adormecio la zona.
Jason retrocedió por el impacto y se quedo quieto, con las manos laxas a sus lados. Su padre le había pegado, y eso nunca había sucedido antes, él solía ser frío y distante, incluso lo había reprendido unas cuantas veces, pero nunca le había pegado y dolía mucho.
Vio a su madre ponerse de pie, vio a su padre perder el equilibrio y caer sentado contra el suelo, pero el no podía moverse. Sentía la cabeza llena de humo, un un dolor sordo que se esparcía por su boca junto con el sabor metálico de la sangre. De pronto fue empujado fuera de la sala, por un momento creyó que se trataba de Joseph, pero era su madre y estaba hablándole...pero él no le entendía.
—...tu habitación— logró captar esas uútimas palabras. —¡Jason!— enfoco los ojos en su madre—Ve a tu habitación.
Esta vez no discutio, porque quería irse de ahí.
Su padre le había pegado.
Con movimientos erráticos consiguió encaminarse hacia las escaleras mientras escuchaba a y su padre gritar.
—¡Andrew, vuelve! ¡Vuelve hijo mio!
Y en ese momento, en lo único que Jason podía pensar era en lo mucho que quería escuchar la voz de Billy, esa voz que hacia cosquillear su estomago y aceleraba su corazón. Necesitaba a Billy, lo necesitaba con desesperación.
~~*~~
Billy estaba sentado en un reguero de almohadas y mantas que estaba esparcido por todo el suelo de la habitación de Max. Aron estaba a su lado, acostado sobre su estomago. Scarlett estaba un poco más allá engullendo palomitas de maiz como si no hubiera un mañana y por supueto, Max estaba sentado entre sus piernas con la espalda recostada contra su pecho.
Si le preguntaban, Billy ya se sentía demasiado grande para andar haciendo pijamadas...aunque tal vez su falta de animo se debía a que en realidad hubiera preferido pasar la noche con Jason y sin embargo había sido "secustrado" por sus amigos. Y por eso termino ahí, veindo películas de terror.
Los chicos había decidido ver «la cumbre escarlata», la cual no daba ni un poco de miedo, quizá lo único bueno de aquella película era poder deleitarse con la imagen de Tom Hiddlestone ¿cómo es que nunca se había dado cuenta de lo atractivo que era el tipo? Era gracioso pensar en ello.
Disimuladamente, Billy tomó su teléfono y reviso la pantalla. Era pasada media noche y lo único que el quería era hablar con Jason, escuchar su voz y tal vez dormirse arrullado por esa suave cadencía que se le estaba volviendo tan familiar. Estar enamorado era algo nuevo para él y le asustaba, pero también le emocionaba tener nuevas expereincias. Lo mejor de todo es que estaba compartiendo todo eso con Jason y eso volvía mil veces más especiales esas experiencias.
—¿Es qué acaso esa chica no se da cuenta de que Lucille es malvada?— las quejas de Aron no se hacian esperar y eso que la película recién iniciaba.
—Se supone que no debe darse cuenta, si lo hiciera entonces no tendría trama la película. —replicó Scarlett lanzándole un puñado de palomitas a Aron.
—Pero es que es tan obvio...
—Shhh...no me dejan escuchar— Max era el único absorto en la película.
Billy iba a burlarse de todos ellos cuando una melodía empezó a sonar en su teléfono captando toda su atención. Las mariposas en su estomago empezaron a bailar cuando vio el nombre que aparecia en la pantalla, acompañado de una fotografía de su chico de ojos grises.
—Disculpa— le dijo a Max empujándolo suavemente— necesito responder esta llamada.
—Oh, claro.
Se pusó de pie en un salto y corrió hacia la pueta para poder salir de la habitación
—¿Por qué sales de la habitación? ¿Acaso te llama tu novia o...novio?—Dijo Aron para tratar de picarle un poco, sin embargo Billy paso de caer en sus juegos y se apresuró a salir al pasillo para tener un poco de privacidad.
—Hola, guapo— dijo llevándose el aparato al oido —Tengo una pregunta para tí ¿Te habías dado cuenta de que Tom Hiddlestone esta buenísimo?— lo dijo con malicia esperanado que Jason le siguiera el juego, pero en cambio obtubo silencio...—¿Jason?
—Billy...yo...— y algo en aquella voz hizo que Billy se estremeciera. Sonaba tan...vulnerable y perdido.
—¿Qué sucede? ¿Todo bien?
—No, nada esta bien. — Hubo una pausa, no fue demasiado larga, pero basto para que la ansiedad se colara en Billy. —Lo siento, no quería molestarte es solo que necesitaba escuchar tu voz. Vuelve con los chicos, hablamos luego...
—¡No te atrevas!— el rubio se paso la mano por el cabello mientras se movía a lo largo del pasillo. —Tú no estas bien y si me llamaste fue por algo ¿me cuentas que paso?
—Mi padre paso, el solo apareció en ese estado y todo se fue a la mierda y yo...—la voz de Jason se rompió y Billy supo que estaba tratando de no llorar y joder si eso no le encogía el corazón. Su instinto protector ya estaba alerta. — No quiero estar aquí en mi casa, pero no sé a donde ir.
Billy no perdió tiempo en armar un plan en su cabeza, necesitaba ver a Jason y asegurarse de que estaba bien o se volvería loco.
—Bien, escucha con atención —Jason hizo un sonido pidiéndole que continuara— Toma lo que necesites para pasar la noche fuera y guardalo en una mochila, luego abrigate y ve hasta mi casa, te encontraré en el camino ¿de acuerdo?
—Puedo ir en el auto y recogerte en casa de Max...
—¿Te sientes al cien por ciento como para conducir?...—Jason no respondió y eso basto para que Billy supiera que era un no. —Lo mejor sera que camines, no quiero que tengas un accidente.
—Esta bien y esto...¿puedo llevar a Amadeus conmigo?
Billy sonrió suavemente, adoraba a ese chico.
—Claro que puedes, ahora ponte en marcha y te veo en un rato ¿de acuerdo?
—Si...
—¿Y Jason?
—Dime.
—Te quiero.
—También te quiero, Billy.
Termino la llamada y corrió de nuevo dentro de la habitación bajo la atenta mirada de sus tres amigos. Se puso la sudadera y por un momento considero cambiarse el pantalón de pijama por los jeans que había usado por la tarde...pero no había tiempo. Tomo su mochila que descansaba sobre la cama de Max, reviso que las llaves de su casa estuvieran dentro y entonces estaba listo para partir.
—Eh...—se giró hacia sus amigos — Lo siento chicos, pero tengo que irme. Surgio algo realmente importante —los tres lo observaban atentamente, pero Scarlett era la única que parecía tener una vaga idea de lo que pasaba. —Hablamos luego...
—Nada de eso—Aron se pusó de pie con el semblante serio. —Pareces preocupado, así que al menos dinos que esta pasando ¿quién te llamo? ¿Y por qué debes irte a esta hora?
—Aron...
—No saldras de esta habitación a menos que nos expliques. —Y el muy cabezota se paro frente a la puerta.
—Quitate, Aron, no tengo tiempo para esto.
—Explicate primero.
—Vamos, deja que se vaya— pidió Scarlett. —Debe ser algo importante y ya nos lo dirá después.
—Lo siento, pero eso no va a pasar— Cuando Aron lo quería, podía ser un verdadero dolor en el trasero.
—Esto es ridículo—Max se paro junto a Aron y para sorpresa de Billy también se cruzo de brazos. —Dinos que sucede y puedes irte.
—Max, por favor— pero la expresión decidida del pequeño castaño no desapareció y Billy necesitaba irse. —Esta bien, que pesados son— Inspiró profundamente y los soltó—Mi novio me necesita con urgencia, ahora haganse a una lado.
—¡¿Novio?!— gritaron al unisono bajando la guardía por un momento, cosa que Billy aprovecho para empujarlos a un lado.
—¡Espera, ni siquiera nos has explicado una mierda! ¿Cómo es eso de que tienes novio?— gritó Aron.
—¡Scarlett puede explicarlo por mi!
Y dicho eso dejó la habitación y a Scarlett quien inmediatamente fue acribillada con preguntas por parte de Aron y Max. Bueno, Billy la recompensaria por dejarla con tremendo lio, pero eso sería en otro momento.
******************
Cruzó las calles casí corriendo, paso frente a su casa y al ver que Jason no estaba ahí, siguió corriendo. En el bolsillo de su pantalon podía sentir el teléfono que no dejaba de timbrar y vibrar. No respondió pues sabía que se trataba de Aron o tal vez era Max y no es que tuviera muchas ganas de sufrir un interrogatorio teléfinico, ya tendría tiempo de lidiar con eso.
De pronto diviso una figura que caminaba lentamente por la acera y no necesito ver dos veces para saber que se trataba de su querido castaño. En sus manos llevaba algo y no fue hasta que estuvo cerca, hasta que se dio cuenta de que era Amadeus envuelto en una manta.
—Que bueno que te encuentro, ya me estaba quedando sin aire.
Billy se detuvó bajo una farola del alumbrado público y cuando Jason se detuvó frente a él, sintió que el aire se le atoraba en los pulmones. Jason estaba completamente palido y temblaba pues no llevaba más que una camisa ligera, pero lo que más sacudió a Billy fue notar la magulladura y el corte que marcaban los labios de Jason y por supuesto la sangre que manchaba su barbilla.
—¿Quién carajos te hizo eso?— preguntó dando un paso al frente, tomando suavemente las mejillas del castaño.
—Mi padre...—susurró Jason recostandose contra su toque y cerrando los ojos.
—Yo lo mato— gruñó con la rabia burbujeando en su interior. —Se que es mi suegro y todo pero nunca jamás en la vida voy a perdonarle esto.
Jason no dijo nada y el silencio ayudo a que Billy se diera cuenta de que Jason estaba completamente helado. Necesitaba llevarlo a un lugar calido en donde pudieran hablar tranquilamente.
—A ver, dame a nuestro hijo. —Billy sacó a Amadeus, quien tenía los ojos abiertos de par en par, seguramente asustado por haber sido tomado de aquella manera tan repentina. Billy se metió al minino bajo la sudadera que por suerte le quedaba holgada y luego le hecho la manta sobre los hombros a Jason. —Eso te dara un poco de calor mientras llegamos a mi casa.
Caminaron tomados de la mano y con el silencio reinando a su alrededor. Cuando llegaron a su casa, Billy estaba tentado a besar el suelo pues no aguantaba un minuto más de esa tensión que se había formado entre ellos. Sacó sus llaves y abrió lentamente para no despertar a sus padres o a Sophie; mentalmente agradecio que no tuvieran un perro que armara un alboroto al escuharlo entrar.
—¿Quieres algo de beber?— preguntó el rubio.
—No, estoy bien así.
—De acuerdo, ve a mi habitación, te alcanzo en un momento.
Jason dudo un momento, pero luego asintió y se adentro en la oscuridad de la casa, por suerte conocia el camino. Billy por su parte se encamino al baño y saco el botiquín de primeros auxilios que su madre guardaba en el estante sobre el lava manos, solo entonces pudó ir a su habitación.
Cuando entró se encontro a Jason sentado en la orilla de cama, había puesto la mochila sobre el escritorio. Billy dejó a Amadeus sobre el suelo y se acercó a la cama.
—Bien, vamos a curar eso. —con un poco de torpeza se aseguro de curar lo mejor que pudo la herida que Jason portaba y en su mente ideaba una y mil formas de castigar a su suegro por haber lastimado a Jason. —Listo, ahora solo debemos esperar a que sane.
—Gracias Billy.
El rubio asintió, esperando el momento en el que Jason volviera, que la luz que normalmente inundaba sus ojos se hiciera presente, pero los minutos pasaron y Jason se mantenía en silencio con la cabeza gacha y las manos apretadas en su regazo. De hecho toda la habitación estaba en silencio y lo único que podía escucharse era el ronroneo que emitía el minino quien se paseaba a lo largo de la habitación, explorando.
No podía más, necesitaba saber que había pasado.
—Jason...—el castaño no se movió— ¿podrías decirme que sucedio?
—Mi padre me golepo— susurró con voz cansada.
—Eso puedo verlo— estiró la mano y le acarició la mejilla. —¿Por qué lo hizo?
Jason suspiró y le contó la desagradable escena que su padre monto al estar borracho. Había tanto dolor en sus palabras que Billy se sintió como si fuera él quien había tenido que aguantar a su padre ebrio diciéndole que era un inútil. Y Billy no conocía al padre de Jason, pero estaba seguro de que no le agradaba ni un poco.
—Él tenía razón de estar molesto, sabes. —Jason se recostó contra el hombro de Billy.
—Eso no es cierto...¿por qué piensas algo como eso?
—Es que me olvide de que precisamente hoy era el aniversario de la muerte de Andrew. —Suspiró con pesar— y nunca lo había olvidado antes ¿qué clase de persona soy si olvido algo tan importante?
—Eres una buena persona y que hayas olvidado eso no significa que tu tengas la culpa de que tu padre actuara como un imbécil.
—Si la tengo, tengo la culpa de que mis padres esten tristes, tengo la culpa de todo en mi casa este jodido.
—No...
—Yo mate a Andrew.